El autoanálisis de Freud y el descubrimiento del psicoanálisis. 1

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Siglo XXI, 2004 M10 8 - 390 páginas
El trabajo es fruto de un concepto original: el análisis de los textos por un grupo de psicoanalistas con diferentes niveles de experiencia, mediante asociaciones libres colectivas, método que estimula la invención y garantiza el control del grupo sobre la fantasía individual. Este primer volumen representa un instrumento de trabajo indispensable para todos los interesados en los primeros años de Freud, en el sueño y en el descubrimiento del psicoanálisis.

Dentro del libro

Páginas seleccionadas

Contenido

I
9
II
29
IV
48
V
59
VI
73
VII
83
VIII
113
IX
137
XIII
185
XIV
205
XVI
213
XVII
244
XVIII
263
XIX
285
XXI
298
XXII
312

X
151
XII
160

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 104 - Padre; porque todo lo que hay en el mundo es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos, y soberbia de la vida: lo cual no nace del Padre sino del mundo.
Página 388 - Nada es tan insoportable para el hombre como estar en pleno reposo, sin pasiones, sin quehaceres, sin divertimiento, sin aplicación. Siente entonces su nada, su abandono, su insuficiencia, su dependencia, su impotencia, su vacío. Inmediatamente surgirán del fondo de su alma el aburrimiento, la melancolía, la tristeza, la pena, el despecho, la desesperación.
Página 165 - Dr. M. . . parece muy diferente a lo habitual, está muy pálido, cojea y no tiene barba en el mentón . . . Mi amigo Otto también se encuentra ahora junto a Irma y mi amigo Leopold la percute por encima del corsé y dice: 'Tiene una matidez abajo, a la izquierda...
Página 165 - ... abotagada. Pienso que a fin de cuentas acaso omito algo orgánico. La llevo a la ventana y miro su garganta. Se muestra recalcitrante, como las mujeres que llevan dentadura postiza. Me digo: sin embargo no la necesita. Entonces ella abre bien la boca y encuentro a la derecha una gran mancha y en otra parte veo notables formaciones rizadas que se asemejan visiblemente a los cornetes de la nariz y tienen amplias escaras de un blanco grisáceo. Llamo en seguida al Dr.
Página 165 - Tiene una matidez abajo, a la izquierda', y señala que una parte de la piel está infiltrada en el hombro izquierdo (lo que siento como él, a pesar del vestido) . . . M. . . dice: 'No hay duda, es una infección, pero eso no importa; se agregará además una disentería y el veneno se va a eliminar.
Página 165 - Otto, hace poco, cuando ella se sentía mal, le puso una inyección con un preparado de propilo, propileno... ácido propiónico... trimetilamina (cuya fórmula veo ante mí, impresa en gruesos caracteres). No hay que poner a la ligera semejantes inyecciones... También es probable que la jeringa no estuviera limpia".
Página 164 - Un gran vestíbulo, y numerosos invitados que recibimos. Entre ellos Irma, a quien llevo inmediatamente aparte, como para responder a su carta y reprocharle el no haber aceptado aún 'mi solución'. Le digo: 'Si todavía sientes dolores, realmente es culpa tuya.
Página 200 - La noche anterior al entierro de mi padre soñé con una pizarra, un mural o un cartel anunciador impresos -¡ la placa que en la sala de espera de los ferrocarriles anuncia la prohibición de fumar-, donde se leía: o bien 'Se ruega cerrar los ojos' o bien 'Se ruega cerrar un ojo...
Página 184 - Cada sueño tiene por lo menos un lugar insondable, un ombligo (Nabel) en cierto modo, que lo enlaza mit dem Unerkannten" (literalmente: "con lo inasido", "con lo inasible").

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