LXV.-(Anónimo.)
Oigan en qué ha dado Mi musa golosa, Que ando enamorado De una melindrosa. Es mi niña amada De tal condicion, Que estuvo oleada De ver un raton: Un año ha durado Andar quejambrosa, Y yo enamorado De mi melindrosa.
Mas que Vénus linda Mi niña es, de suerte. Que comió una guinda Y estuvo á la muerte; Mas hase quedado Tan blanca y hermosa, Que ando enamorado De mi melindrosa.
Pasando á un jardin, Por ir diligente, La flor de un jazmin Le topó en la frente: Del dolor ha estado
Dos meses llorosa, Y yo enamorado De mi melindrosa.
Un dia labrando, Le dió romadizo De aquel aire blando Que la aguja hizo, Y aunque lo labrado No es cosa curiosa, Ando enamorado De mi melindrosa.
Un cabello asido Rompióse peinando, Y de aquel crujido Quedó tiritando De suerte que ha estado, Seis meses temblosa, Y yo enamorado De mi melindrosa. Tambien se divulga, Y no sin razon, Picóla una pulga, Pidió confesion : Si es á otros enfado Ser tan querellosa, Soy yo enamorado De mi melindrosa.
1.- (D. Luis de Góngora.)
Tú, noche, que alivias Los cansados miembros, Cuyas negras horas Convidan con sueño; Dulce encubridora De los que despiertos De amorosos lazos Sacan lances bellos; Tú, en cuyo regazo El grande y pequeño Suspende la vida Y afloja el deseo, Aplica á mis quejas El oido atento, Pues dellas el dia Y de mí va huyendo,
Mientras mi enemiga En el casto lecho Duerme sin cuidado De mis pensamientos. En pasados siglos, Noche, si me acuerdo, Tus trompetas roncas Mis ojos rindieron, A mi lengua mudos Y á tus ojos ciegos, Sin darme cuidado Presentes tormentos. Aquel tiempo fuése, Que en fin era bueno, ¡Y ojalá el presente Hiciera lo mesmo! Agora cuitado Usurpo tus fueros, Y entre tus tinieblas
Laudes á mi cielo, Quejas al amor, Houras á mi cuerpo, Endechas al daño, Plegarias al tiempo. Canto el cabo de año Con noturno entero De mis esperanzas Que ya se murieron. Contemplo los cursos Pensando conceptos Para engrandecer A quien me ha deshecho. Consumo las horas Haciendo sonetos. Y en ellos alarde De mis desaciertos. ¿Pero qué me importa Contar mis sucesos A quien no es posible Que les dé remedio ? Hora estés velando, Hora estés durmiendo, Ingrata señora, Escucha mis versos, Podráslos cantar Las noches de invierno, Los martes aciagos, Que son propios de ellos. Cuando yo vivia Mas libre y esento, De mi gusto esclavo, Solo á mí sujeto, Burlaba de amor Y de sus pecheros. Porque en mi opinion
Todos eran necios: Y no andaba errado, Que quien sigue á un ciego, O no tiene vista, O es poco discreto. No curaba de ojos Garzos ni risueños, De tiernas palabras Ni blandos rodeos; No me suspendian Cejas ni cabellos, Nariz afilada, Ni nevado pecho; No el fuego me helaba,
Ni quemaba el hielo Ni me alborotaban Temerarios zelos; No me despertaban Amorosos miedos. Ni dueñas, ni doñas Me traian suspenso; No gastaba arengas En dulces requiebros, Ni lágrimas vivas, Ni suspiros recios; Nunca con mugeres Hablaba con seso, Porque me preciaba De ser lisongero ; Nunca me vió nadie En anocheciendo Andar hecho trasgo, Cargado de hierro : Estas prevenciones Poco me valieron, Que en fin vine á dar Al despeñadero. Víte una mañana, Y quedé suspenso De unas cejas negras Y unos ojos negros; Perdíme de vista, Y dejando el puerto, En el mar de amor Me entré á vela y remo; Comence á ser otro, Descubríte el pecho, Mas tú le cubriste De amoroso fuego; Hallóte mi amor Falsa por estremo, Las palabras cera, Las obras acero,
Ferviente en las causas, Tibia en los efectos, Fácil en promesas, Mudable en los hechos Blanda en los halagos, Dura en los remedios, Viva en mis tragedias, Muerta en mis trofeos; En presencia, gloria, En ausencia, infierno, En público, oveja, Y tigre en secreto. Pues no eres eterna Ni el tiempo es eterno, Ni tú serás moza, Cuando yo sea viejo; Si pasa tu flor Quedarte has en seco, Rica de desdenes,
Calándoos apriesa Con lascivos soplos Y alas lisonjeras Sueño les trojisteis Y descuido á vueltas, Que en pago os valieron Mil vistas secretas, Sin tener del velo Envidia ni queja, Ni andar con la falda Luchando por fuerza ; Agora pues, aires, Antes que las sierras Coronen sus cumbres De confusas nieblas, Y que el aquilon Con dura inclemencia Desnude las plantas Y vista la tierra De las secas hojas Que ya fueron tregua
Entre el sol ardiente Y la verde yerba ; Y antes que las nieves Y el hielo conviertan En cristal las rocas Y en vidrio las selvas,
Batid vuestras alas Y dad ya la vuelta Al templado seno, Que alegre os espera. Vereis de camino Una ninfa bella Que pisa orgullosa Del Bétis la arena, Montaraz, gallarda, Temida en la sierra, Mas por su mirar Que por sus saetas; • Agora la halleis Entre la maleza De fragoso monte Siguiendo las fieras, Agora en el llano Con planta ligera Fatigando al corzo, Que herido vuela, Agora clavando La armada cabeza Del antiguo ciervo En la encina vieja, Cuando ya cansada De la caza vuelva A dejar al rio
![[blocks in formation]](https://books.google.com.ar/books/content?id=-KEdu2PucBcC&output=html_text&pg=PA552&img=1&zoom=3&hl=en&q=editions:LCCN62003235&cds=1&sig=ACfU3U3yVLnHd9avTON5pMBmuOaKddihyg&edge=0&edge=stretch&ci=550,943,268,26)
Y al pié se recueste De la dura peña. De quien ella toma Leccion de dureza, Llegaos á orealla, Pero no tan cerca Que llevais suspiros Y ha corrido ella. Si está calurosa, Soplad desde afuera, Y cuando la ingrata Mejor os entienda, Decilde, airecillos: «Bellísima Leda, « Gloria de los bosques, Honor de la aldea, «Enfermo Daliso «Junto al Tajo queda << Con la muerte al lado « Y en manos de ausencia : « Suplícate humilde, <<< Antes que le vuelvan Su fuego en ceniza, « Su destierro en tierra,
<< En premio glorioso « De su amor merezca, « Ya que no suspiros, << A lo menos letra << Con la punta escrita « De tu aguda flecha << En el campo duro « De una dura peña « (Porque no es razon « Que razon se lea « De mano tan dura
« En cosa mas tierna)
« Adonde le digas: << Muere allá, y no vuelvas « A adorar mi sombra
Y á arrastrar cadenas. >>>
111.- (El príncipe de Esquilache.)
Truécanse los tiempos,
Múdanse las horas, Unas de placeres, De pesares otras. En la primavera De la mas hermosa, Noche son los años, La niñez aurora. El árbol florido Que el cierzo despoja, Si enero le agravia Mayo le corona : La callada fuente Que murmura á solas, En verano rie,
Y en invierno llora : Si en prisiones duermen Las aves sonoras, Libertad de dia
Por los aires gozan : Si los vientos braman Y la mar se enoja. Cuando el alba nace Descansan las olas : Si de nieve mira Cubierta su choza El pastor que en ella Guarda ovejas pocas, Cuando vuelve mayo Que sus pajas dora, Los copos de nieve De plata son copas: La viuda montaña Sus nevadas toca Por las galas trueca De lirios y rosas,
Y el sol, á quien prenden Sus pasos las sombras, Mas galan despierta
![[blocks in formation]](https://books.google.com.ar/books/content?id=-KEdu2PucBcC&output=html_text&pg=PA553&img=1&zoom=3&hl=en&q=editions:LCCN62003235&cds=1&sig=ACfU3U3VR2Z0NtVxiT7JD-k47E1ZiXICxg&edge=0&edge=stretch&ci=544,132,314,437)
Que lo crias todo Y todo lo acabas: De tus alas libres Pinceles se sacan Para el desengaño, Que es pintor de faltas: Tu guadaña afilas Entre las pizarras De nuestros descuidos Y de tus mudanzas, Y luego con ella Tan sin duelo talas Arboles humildes Como altivas palmas. Fugitivas sombras De priesa señalan Las noches que olvidas, Los dias que gastas : A la muerte entregas Las desdichas largas, Cuando el curso tuyo No pudo estorbarlas : Por los males nuestros Vagoroso pasas, Por el bien apenas El aire te alcanza: Del Indo remoto Margaritas caras Ceñirán tus sienes, Lucirán tus alas : Los metales ricos Te dieran medallas, Los pobres comunes Eternas estatuas : En tus aras vieras Las jamas halladas Preñeces ocultas
Y partos de Arabia : El colmado cuerno
De sus abundancias,
Favor de la tierra, Tesoro del agua, Venerablemente Amaltea sacra Por mí le vertiera En tus nobles canas, Con tal que tu industria Le diese á mi alma Soltura en mi pecho. Prision en quien ama: Para el pensamiento No te pido nada, Que yo le castigo Si no me regala. ¿No será posible, Tiempo, que me valgas? ¡Duros son mis hierros Mas que tu guadaña! Si la vida sobra, Si la muerte falta, Si penas consuelan; Si consuelos cansan, Que me otorgues quiero Tus horas menguadas, Y que de mi vida Volando te vayas.
v. - (Anónimo.)
Idolo del gusto, Donde siempre viven De mis esperanzas Las memorias tristes, Entre la esperanza Y rigor terrible De sus sinrazones, Monstruos insufribles: ¡Oh cuán mal me pagas Propósitos firmes, Prontas voluntades, Designios humildes! Muda de opinion, Y el rigor corrige, Que deberá alma Quien alma recibe. Díte un corazon Despejado y libre, Y una voluntad
Franca, estable y firme: Quien esto te da,
¿Qué hay mas que pedirle, Sino tu recibo,
Con que me eternices ? Ingrata Lisbella, Pues ya lo admitiste, No dejes al viento Prendas tan sublimes:
No hay do quiera un alma
Que cual esta aspire A inmensas firmezas, Aunque mil te estimen. No con tus desdenes, Lisbella, me obligues A dejar mis hatos, Mi choza y mastines, Que si á mi humildad Tu rigor embiste, Bien sabrá disculpa Do agravios oprimen : Iré peregrino. Pues tú lo quisiste, Pero no sin tí, Que será imposible : De soto en ribera Determino de irme, Hasta donde pierde Nombre y ser el Tibre: Allí pararé,
Si antes no lo impiden Las venganzas tuyas, Que siempre me siguen : Estarás contenta, Y será posible Que el fin de Galcerio Te mueva y lastime; Pero si le tienen, Llamaré mis fines Venturosos y altos, Por serlo su origen. Doleránte al fin, Pues de mí tuviste Memoria algun dia, Si es bien se imagine. Fines de sirena, Principios de Circe, ¿Porqué á mis fatigas La oreja escondiste? Sin duda yo entiendo Que te es apacible Mi duro lamento Y quejas horribles. Triunfa, cruel, ingrata, Pues no lo resisten Las firmezas mias, Que aun muriendo viven.
VI. - (Anónimo.)
Sol resplandeciente, Que con luz dorada Doras y matizas Mi querida patria; Tú que de jazmines Y de perlas sacas El rubio cabello
Y la frente ornada,
« AnteriorContinuar » |