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binacion con las demás tropas de su nacion que habian entrado en Francia por diferentes puntos del Pirinéo.

Un solo punto fortificado habia quedado en poder de franceses y á espaldas de nuestro ejército en la lí nea del camino de Bayona, el de Pancorbo. No fué el encargado de tomarle ninguno de los cuerpos de aquel ejército, sino el de reserva de Andalucía, que estaba

á

cargo del conde de La Bisbal, el cual, libre Madrid. de franceses, movióse de órden de Wellington por Extremadura á Castilla, donde llegó despues de hecha la gran retirada de los franceses. Prosiguió no obstante este cuerpo á Burgos (24 de junio), y encomendósele atacar las dos fortalezas de Pancorbo que obstruian el camino real de aquella ciudad á Vitoria, á causa de la angostísima garganta que forman las dos elevadísimas rocas laterales. Con la eficacia é inteligencia que siempre y en todas partes habia mostrado el conde de La Bisbal don Enrique O'Donnell, acometió esta empresa con tan buen éxito, que ya el 28 de junio fué tomado por asalto el fuerte de Santa María por los intrépidos cazadores y granaderos de la primera brigada de la primera division. Quedaba el de Santa Engracia, que era el principal y mas respetable. Para embestir este fuerte fué menester construir una batería de seis piezas en la cima de una loma. Esta operacion y la dificilísima de subir los cañones se hizo con grande arrojo sufriendo el fuego enemigo. Se subió tambien una

cantidad considerable de escalas. Rompióse el fuego por nuestra parte con acierto, amenazóse con el asalto, intimóse la rendicion por dos veces, y al fin el comandante francés accedió á capitular (30 de junio), quedando prisionera de guerra la guarnicion, que consistia en 700 hombres escasos (4).

Desembarazada asi de enemigos toda esta parte del Norte de la península, á escepcion de San Sebastian y Pamplona, ocupando el grueso del 4.o ejército español los puntos de Irún, Fuenterrabía y Oyarzun, el ejército anglo-hispano-portugués las comarcas de Guipúzcoa y Navarra hasta los Pirineos, y habiendo sentado Wellington sus reales como punto céntrico en Hernani, resolvió este general emprender los sitios de las dos plazas ántes nombradas, encomendando el de San Sebastian á sir Thomas Graham, el de Pamplona al conde de La Bisbal con su ejército de reserva, y con las tropas que de Ciudad-Rodrigo, Zamora y otros pueblos de Castilla concurrieron conducidas por don Cárlos de España. A su tiempo darémos cuenta de ellos.

Tál fué, esclama aqui con mucha pena un historiador francés, la campaña de 1813 en España, tan tristemente célebre por el desastre de Vitoria, que señalaba nuestros últimos pasos en esta comarca, donde

(1) Gaceta del 20 de julio, en que se insertaron los partes de Wellington y del conde de La

Bisbal, éste mas minucioso que aquél.

por espacio de seis años habiamos derramado inútilmente nuestra sangre y la de los españoles. » Y discurre después sobre las causas de éste para ellos funesto resultado, encontrándolas en no haber enviado Napoleon las fuerzas necesarias (considerando todavía pocas los 400.000 hombres que en ocasiones tuvo en la península), en el empeño de quererse apropiar las provincias del Ebro, en la manía de querer gobernar y disponer todas las operaciones y movimientos desde tan larga distancia, en la falta de unidad de mando, en la escasa autoridad, ó sea sombra de ella, que habia concedido siempre á su hermano José, en lo tardío de la concesion cuando se determinó á ampliarla, en el espíritu y en el hábito de los generales de no obedecer á José, en la falta de actividad de éste y en la poca energía, aunque con gran talento y esperiencia, del mariscal Jourdan; y por último en los cálculos inesactos, y en los no mas exactos informes con que el ministro Clarke alucinaba el emperador, y producian órdenes ó irrealizables ó inconvenientes. Pinta luego el efecto que hizo en Napoleon la noticia de los sucesos de España, que recibió al salir de Dresde para sus grandes correrías militares de Alemania, y dice: «Su arrebato rayó en el mas alto punto, ofreciéndole una ocasion de desencadenarse contra José y sus hermanos todos. Se le vinieron á la memoria la abdicacion de Luis, la defeccion inminente de Murat que se anunciaba ya harto á las claras, el escándalo dado por Ge

rónimo al abandonar el año anterior el ejército, y tales recuerdos le inspiraron las palabras mas amargas. Realmente era llegada la hora de echar de ver cuán enorme falta habia cometido al querer derrocar todas las dinastías, á fin de sustituirles la suya. Pero la justicia obliga á reconocer que su ambicion propia, mucho mas que la de sus hermanos, contribuyó á esta política desordenada.......... (").»

(4) El lector habrá podido observar que terminamos varios de estos últimos capítulos con el juicio de algun escritor francés sobe el resultado de los sucesos que acabamos de relatar. No lo ha cemos fuera de propósito. Siempre que podemos preferimos dar a conocer las confesiones de los que eran entonces nuestros enemigos, dando en esto prueba de

imparcialidad, á consignar nuestro juicio propio ó el de alguno de nuestros escritores, que pudieran, por ser de españoles, y favorables á nuestra causa, interpretarse por algo apasionados. Dejar á los enemigos que nos hagan justicia, es nuestro sistema siempre que de ello tenemos ocasion.

CAPITULO XXIV.

TARRAGONA.-SAN SEBASTIAN.

ESTADO GENERAL DE EUROPA.

1813.

(De mayo á setiembre.)

Valencia.-Suchet.-Espedicion de la escuadra anglo-siciliana á Cataluña.-Malograda tentativa contra Tarragona.-Actividad de Suchet. Faltas de Murray.-Regreso desgraciado de la espedicion.-El lord Bentinck nombrado gefe de la escuadra.-Reencuentro en la línea del Júcar.—Influjo del suceso de Vitoria en Valencia.-Abandona Suchet esta ciudad.-Entran en ella los españoles. -Fuertes que deja guarnecidos en aquel reino.-Dirígese Suchet á Aragon. Desampara el general París á Zaragoza.-Persiguele Mina. Entran Sanchez y Duran.-Etiquetas entre Duran y Mina. -Resuélvelas la Regencia.-Mina comandante general de Aragon. -Sitio de la Aljafería.-Toma del castillo.-Suchet en Cataluña. -Salida de tropas españolas de Valencia.--Sitian los nuestros á Tarragona.-Los anglo-sicilianos: la division mallorquina.-Copons: Manso. Intentan socorrerla los franceses.-Suchet: Decaen: Maurice-Mathieu: Bertoletti.-Vuela el francés las fortificaciones de Tarragona, y se retira.-Ocúpala Sarsfield.-Posiciones que toman los ejércitos españoles y franceses.-El tercer ejército español va á Navarra.—Sucede el príncipe de Anglona al duque del Parque.Accion de la Cruz de Ordal.-Sucesos en el Norte de España.-El rey José duramente tratado por Napoleon con motivo del desastre de Vitoria-Retírase á Mortfontaine.-El mariscal Soult nombrado 23

ΤΟΜΟ ΧΧV.

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