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Juan Bautista Pastene, genovés, vino al Perú en los comienzos de la Conquista, y acabó por radicarse en la ciudad de Santiago de Chile.

Pensar que en las escuadras enviadas a practicar descubrimientos no habría de tener cabida, a despecho de las reales cédulas que acabamos de citar, la gente cosmopolita y un poco maleante de Sevilla, San Lúcar de Barrameda y Cádiz, no tendría fundamento racional.

Por otra parte, la gente de Levante--bizantinos de Constantinopla y de Asia Menor y griegos de las islas Jónicasfueron por aquella época los maestros de la fabricación y aplicación de la pólvora.

Hallábaseles en las diferentes escalas del Mediterráneo, hablaban correctamente el español, y sabían darse trazas de españoles siempre que les venía a cuenta.

Uno de los trece de la isla del Gallo, Pedro de Candia, fué uno de tales griegos, natural de la isla de su apellido.

Al despachar al nuevo Mundo expediciones provistas de artillería, era consiguiente enganchar en primer término al levantisco, que había de manejarla.

En buena cuenta, levantisco no significó, como algunos han pensado, soldado insubordinado y amante de bochinches, siendo así que la férrea disciplina de la época que ahorcaba a un hombre por un quítame allá esas pajas, no lo consintiera, sino buenamente artillero o artífice experto en la elaboración de la pólvora.

Lo que hoy diríamos pirotécnico.

Como tenía que ocurrir, la palabra levantisco acabó por aplicarse más tarde a españoles rancios, que no tuvieron pizca de sangre oriental en sus venas, por aquello de que se dedicaban a la industria prohibida de elaborar pólvora empleando, carbón y azufre nativos.

Se comprende que el aliciente del viaje a Indias de aque!ios levantiscos, genoveses, romanos, toscanos, napolitanos y flamencos, fué la fortuna.

Potosí, cuyas riquezas propaladas en la lengua toscana por Pedro Mártir de Angleria, eran el tema del hablar de las gentes en los puertos del Mediterráneo, tué el que provocó

mayormente aquella inmigración compacta, deseosa de novedades, y aventurera.

Muchos de los tales levantiscos, portugueses neo-cristianos, toscanos, de la isla del Hierro, corsos, fueron insuperables mecánicos, e inventaron en los minerales de Porco y Potosí ingenios cuya maquinaria no ha sufrido notable alteración hasta nuestros días.

En la historia de la Fundación de Buenos Aires se lee lo siguiente:

"Estaba la guarnición, en 1600, harto enflaquecida y desmayada.

"Se reanimaron por haber arribado a aquel puerto una nao genovesa, que había partido del puerto de Varase (Varazze), lugar entre Génova y Saona.

"La cual nao vino con designio de embocar por el estrecho de Magallanes, y tomar el puerto de los Reyes de Lima, y allí cambiar más de 50,000 ducados de mercaderías que traía.

"No pudo enbocar el estrecho, y se encaminó al Río de la Plata, del que se tenía noticias que estaban poblando. "Venía por capitán de la nao un tal Palchando. "Venían algunos italianos nobles, como Peratón de Aquino, Tomás Rizzo, Bautista Trocho, y algunos otros extranjeros."

En el memorial de las personas sentenciadas por el Licenciado Cianca, oidor de la Audiencia del Perú, y juez delegado para represión de la rebelión y tiranía de Gonzálo Pizarro, figuran los siguientes extranjeros.

Antón Rodrigo, portugués; Juan Baptista, genovés, Antón Griego, natural de Grecia; Jácome Vela, natural de Flandes; Juan López, portugués; Pedro de Niza, natural de Niza; Juan de Calle, flamenco; Pedro Ariate, sastre, natural de Borgoña; Baptista Calvo, genovés; Duarte de Niza, natural de Niza; Marcos Rodríguez, portugués; Lorenzo Fernández, genovés; Francisco Bonifacio, saboyano; Manuel Martín, portugués; Jerónimo, genovés; Jacques, flamenco; Manuel Rixo, portugués; Juan Rodríguez, portugués; Lucas Pimentel, natural de las Azores; Diego Alenso, portugués; Benito Castillo, provenzal; Antonio de Lipay, napolitano;

Cristóbal Celin, alemán; Francisco Pérez, portugués; Antón Fernández, de Lisboa; Jorge Griego, natural de Candia; Antonio Román, napolitano; Gaspar Díaz, portugués, Maestre Juan, cirujano, holandés; Juan Mateo, natural de Hungría; Rodrigo de Azer, chirimía, flamenco; Pedro de O. lano, natural de Holanda; Francisco de Nieva, natural de Tenerife; Maestre Diego, flamenco; Lucas Ungaro, natural de Hungría; Cristóbal Nieto, natrual de las Canarias, Baltasar Pérez, portugués; Mateo Húngaro, natural de Hun.. gría; Francisco Luis, portugués.

En 1554 un alemán de Worms, don Pedro Rodolfo Lisperberg, vino al Perú, se estableció en Chile, y fue encomendero de Tacana (Tacna) en 1660.

Don Vicente Dagnino en su Corregimiento de Arica apunta los siguientes nombres de extranjeros establecidos en aquel puerto a mediados y fines del siglo XVI:

Griegos:-García Griego y Constantino Candia.

Portugueses:-Antonio Botello, Esteban de Silva, Pedro Fonseca, Rafael Pérez Freitas "que trata en vinos", Antonio` Rodríguez, pulpero, que solía ser contramaestre del navío de Esteban de Villafani.

ma.

Alemanes:-Francisco Martín.

Flamencos:-Tomás Blanco, que vive en el valle de Sa

Franceses:-Augusto Dardín.

Italianos:-Esteban Forrofino, Pedro Antonio Machiavello, Esteban Sanguinetti, mercader; Guillermo Virgilio, Camilo Bonafante, Pedro del Pino, Jorge Inverto, Simón Román, Pedro Alejandro Malerba, Bernardo del Pino, Jorge Inverto, Cristóbal Gallo, Vicente Adrián, Bernardino Arnaldo, Antonio genovés, Juan Angel "que tiene una fragata, con que anda en el trato del guano". Francisco Cataldo, pulpero y salchichero, Guillermo y Juan Bautista, pulperos, Vicente Moyeda (monelia).

De nuestra cosecha agregamos lo siguiente, siempre con relación a Arica:

Juan Andrea, genovés, que tenía pulpería en la casa de la viuda de don Diego Ruíz de Barba en 1648; fulano Palavecin, marido de María Palavecin, propietario de la casa

adelante del tambo Arriba, en el mismo año de 1648, de quienes antojósenos que descienden los Parravicini de Bolivia; Bernabé Fiorián posiblemente veneciano, Tomás Carlino, vecino de Tacna en 1657, y arrendatario del tambo del pueblo de San Pedro de Tacna a razón de II y 10 pesos por cada un año.

De indubitable procedencia florentina fué el conquistador Martín de Florencia, mencionado por Herrera y Garcilaso de la Vega y demás cronistas de la conquista como militar honrado y de buenos servicios.

Este don Martín entró con Francisco Pizarro en Cajamarca, y se halló presente en la prisión de Atahualpa, de cuyo rescate le correspondieron ciento treinticinco marcos de plata, y tres mil trescientos pesos de oro.

Por cédula de 28 de Octubre de 1543 e! Emperador Carlos V le concedió título de nobleza, y por armas "un escudo que haya en él tres cuartos, uno alto y dos bajos, que en el un cuarto esté una águila negra, con una corona en la cabeza, en campo de oro, y en el otro cuarto bajo la mano derecha un peñol, y encima de él una bandera de oro, con una flor de lis colorada en campo blanco, y en el otro cuarto, de la mano izquierda un león de su color,." etc

Dicha cédula menciona al honrado conquistador como vecino de la ciudad del Cuzco.

Cuando la rebelión de Gonzalo Pizarro, Martín de Florencia se trasladó a Lima por no servir bajo aquel caudillo. Apresado más tarde por Francisco de Carbajal, maestre de campo del rebelde, fué ahorcado en un árbol de las afueras de la ciudad.

En 1610 existía en Santiago un Juan Ambrosio de Escalaferma, italiano, una de cuyas hijas fué casada con el capitán Miguel Díaz, natural de Candia, maestre del navío Nuestra Señora de Aranzazu.

Antonio Galán, cuyo verdadero apellido fué Fericho, o Ferreccio, originario de un pueblo de las inmediaciones de Génova, fué vecino de Valparaíso en 1582, y poseyó en el Salto un obraje de paños, teniendo por socio a un Jerónimo de Molina, genovés.

Este último aparece contratando en documentos de dicho año, con un Antonio Guillonda, nieto del italiano Guillermo de Niza, el establecimiento en Vitacura de una fábrica de tinajas, botijas y otros objetos de loza.

De todo lo cual se saca en limpio que la inmigración de extranjeros a Sud-América, que generalmente se ha creído de ayer, tiene de fecha exactamente los años de la conquista de Nuevo Mundo.

***

R. CUNEO-VIDAL.

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