DE ESPAÑA COMPUESTA, ENMENDADA Y AÑADIDA POR EL PADRE JUAN DE MARIANA, ilustrada con notas históricas y críticas, y nuevas POR EL DOCTOR DON JOSÉ SABAU Y BLANCO, CANÓNIGO DE S. ISIDRO, É INDIVIDUO DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. MADRID MDCCCXVIII. EN LA IMPRENTA DE D. LEONARDO NUÑEZ DE VARGAS, PREFACIO DEL EDITOR. Las revoluciones que desoláron la España en los siglos anteriores, por terribles que fueran, no pueden compararse con la que causáron los Árabes y Moros al principio del siglo octavo, quando destruido el imperio de los Godos se hicieron dueños de casi toda la Península, y levantáron un trono que subsistió cerca de ochocientos años, haciendo siempre la guerra con sucesos alternativos, unas veces invadiendo los pequeños estados de los naturales, y otras defendiendo los suyos. Para conocer la naturaleza, los efectos y causas de las conquistas de estos hombres feroces, es necesario hacer algunas reflexiones sobre su carácter,usos y costumbres, especialmente sobre la nueva religion que abrazáron, la qual llenándolos de entusiasmo encendió su valor è intrepidez, y los hizo héroes invencibles. Los Arabes vivieron muchos siglos en la obscuridad, sin salir de los desiertos áridos de su Península, ni permitir que ningun conquistador los pisase impunemente. Idolatras de su libertad la defendiéron siempre con el mayor furor, sin que los Persas, Egipcios, Griegos ni Romanos los pudieran sujetar à su imperio. "La mayor parte vivian de la rapiña, ò criando ganados, sin tener morada fixa ni estable. Aplicados desde su mas tierna edad à las fatigas del trabajo, y viviendo siempre en los desiertos, sus cuerpos estaban endurecidos, y sabian sufrir el calor y el frio, el hambre y la sed. Eran sóbrios, frugales, humanos, y exercian la hospitalidad con los extrangeros que llegaban à sus tiendas. Llenos de orgullo por no haber sido dominados jamás, miraban con desprecio todas las naciones, considerándolas como una multitud de esclavos siempre dispuestos para servir al que les queria dominar. Acostumbrados à perseguir y luchar con los tigres y leones, eran de un valor è intrepidéz tan grande, que ningun peligro ni obstáculo les detenia en sus empresas. Su genio era tan ardiente y fogoso como el clima del pais que habitaban. ¿Qué faltaba à estos hombres para ser conquistadores, y apoderarse del mundo, sino un genio superior que supiese unirlos, inflamarlos, y darles el impulso correspondiente para esta empresa? Todo lo halláron en Mahoma: 1 Este impostor nace en la Meca, à fines del siglo sexto, de padres pobres, pero de una familia ilustre en el pais. La naturaleza le dotó de grandes talen tos, y de todas aquellas virtudes que constituyen d los hombres extraordinarios. Valor, intrepidéz, sagacidad, eloqüencia, imaginacion viva, presencia magestuosa, fisonomía agradable, una alma grande, una penetracion maravillosa para conocer el carácter de las gentes y acomodarse à todas las circunstancias, eran las virtudes que le adornaban. Tenia además una ambicion sin límites: sabia perfectamente bien el arte de fingir y disimular; y hablaba con un tono de autoridad que llenaba de admiracion à los que le ofan. Despues de haber estado retirado mucho tiempo meditando el modo de engañar y seducir à estos hombres groseros, ignorantes y supersticiosos, que estaban divididos en diferentes Religiones, se presentó en público como un profeta que habia recibido del Angel Gabriel la doctrina y la |