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Escapó Giron; fué preso y herido de un arcabucero por el muslo el Zamar, por salvar una hija suya doncella que no podia con el trabajo del camino; y llevado á Granada, le mandó atenazar el conde de Tendilla, que hizo calificada la victoria.

zas.

LIBRO TERCERO.

Abenhumeya viéndose libre del marques de Velez, con los siete mil hombres que tenia se puso sobre Adra con ánimo de tomar el lugar que pensaba estar desamparado. Mas viendo que perdia el tiempo, pasó á Berja, y quísolo batir con dos piePero levantóse de allí, corrió y estragó la tierra del marques de Velez, el lugar de las Cuevas; quemó los jardines, dañó los estanques, todo guardado con curiosidad de mucho tiempo para recreacion; acometiendo llegar á los Velez en sierra de Filabres, tornó á Andarax, donde, como asegurado de la fortuna, vivia ya con estado de rey, pero con arbitrio de tirano, señor de las haciendas y personas. Tenido por manso, engañaba con palabras blandas, mas para quien recatadamente le miraba, obscuras y suspensas, de mayor autoridad que crédito, codicia en lo hondo del pecho, rigor nunca descubierto, sino cuando habia ofendido, y entónces, sosegado, como si hubiera hecho beneficio, queria gracias dello. Tal era Abenhumeya; y puesto que entre nosotros fuese tenido por inocente y llamado Don Hernandillo de Valor, el oficio descubrió cual era el hombre. Con todo esto duró algunos dias que le hacian creer que era bien quisto, y él lo creia, ignorante de su condicion, hasta que el vulgo comenzó á tratar de su manera, de su vida, de su gobierno, todo con libertad y desprecio, como riguroso y tenido en poco. Apartáronse de su servicio descontentas algunas cabezas que tomaron avilanteza: en tierra de Granada, el Nacoz ; en la de Baza, Maleque; en la de Almuñecar, Giron; en la de Velez, Garral; en el rio de Almeria, Mojajar; en el de Almanzora, Aben Mequenun, que decian Portocarrero, hijo del

que

levantó á Jergal; y al fin Farax, uno de los principales que fueron en hacelle rey. Cargábanle culpas, escarnecíanle, burlaban de su condicion sus mismos consejeros: señales que por la mayor parte preceden á la destruicion del tirano. Quejábanse los Turcos que estaban á su servicio entre otros muchos que, habiendo dejado su tierra por venir á serville, no los ocupaba donde ganasen, descontentos y entretenidos con sueldos ordinarios. Mas él, espacioso, irresoluto hasta su daño, tanto dilató la respuesta, que se enemistó con ellos, habiéndolos traido para sú seguridad; y despues proveyó fuera de tiempo. Traia en el ánimo quemar y destruir á Motril, lugar guardado con alguna ventaja de como solia, pero grande, abierto, llano, y á la marina. Mas por descuidar los nuestros, acordó enviar fingidamente los Turcos á las Albuñuelas, frontera de Granada, mostrando querer que fuesen regalados y mantenidos en el vicio y abundancia del val de Lecrin, el uno de tres barrios fuertes, las espaldas á la sierra. Entre los amigos de quien mas fiaba era uno Abdalá Abenabó de Mecina de Bombaron, primo suyo y tambien de la sangre de Abenhumeya, alcaide de los alcaides, tenido por cuerdo y animoso, de buena palabra, comunmente respetado, usado al campo y entretenido mas en criar ganados que en el vicio del lugar. A este mandó ir por comisario general, para que los alojase y mandase, y los capitanes estuviesen á su obediencia. Dióle órden que, donde le tomase otro mandado suyo, tornase con ellos, y mas la gente que pudiese juntar, trayendo vitualla para seis dias; que él avisaria del lugar donde debia ir. Partieron seiscientos hombres, cuatrocientos Turcos y docientos Berberíes en el mismo hábito, todos arcabuceros; eran sus capitanes á la sazon Ahusceni y Carabaji. Apenas llegaron á Cadiar, cuando Abenhumeya despachó un correo, dando gran priesa que volviesen aquella noche á Ferreira. De aquí se tramó su muerte. Trataré de mas léjos la verdadera causa della, por haberse publicado diferentemente.

El principio fué descontentamiento de los Turcos mostrados á mandar su rey en Berbería *), temor que del tenian sus

*) El participio mostrado tiene aquí, como en muchos otros pasages de nuestro autor, el sentido de enseñado ó acostumbrado.

amigos, poca seguridad de las personas y haciendas, sospechas que se entendia con nosotros. Y el tratado fué tal, luego que le eligieron, que ninguno en su compañía tuviese Morisca por amiga, sino por legítima muger, y guardábase esto generalmente. Mas habia entre las mugeres una viuda, muger que fué de Vicente de Rojas, pariente de Rojas, suegro de Abenhumeya, muger igualmente hermosa y de linage, buena gracia, buena razon en cualquier propósito, *) ataviada con mas elegancia que honestidad, diestra en tocar un laud, cantar, bailar á su manera y ́á la nuestra, amiga de recoger voluntades y conservallas. Á esta se llegó un primo suyo (como es costumbre entre parientes) despues de muerto el marido en la guerra, de quien Abenhumeya se fiaba, llamado Diego Alguacil. Vivian juntos, comunicábanse mas familiarmente. Trataba él con Abenhumeya, loando sus buenas partes y conversacion tanto, **) que á desearla ver le inclinó; y contento della, por no ofender al amigo, disimulábalo; ***) ausentábale con comisiones. Pudo en fin mas el apetito que el respeto; y mandó al primo que no embargante que fuese casado con otra, la tomase por muger; rehusándolo, trájola el rey como en depósito á su casa, y uso della por amiga. Avisó dello la viuda á su primo, mostrando descontentamiento, ofendida entre tantas mugeres de no ser tenida por una dellas, estar forzada, y holgar de verse fuera de sujecion: que Abenhumeya ya celoso dél y sospechoso de venganza, buscaba ocasion para matalle. ****) Huyó Alguacil, y juntándose con una cuadrilla de mozos ofendidos por otras causas, andaba recatado sin entrar en Valor. Mas dende á pocos dias supo de la misma come Abenhumeya enviaba los Turcos á cierta empresa, yendo á juntarse con ellos por la ganancia. *****) Trújole á las manos el caso al

Razon aquí es discurso, modo de hablar, de expresarse.

En el trato (tratarse) que tenia con Abenhumeya, loaba tanto las buenas partes &c.

***) Disimulaba sus verdaderos designios, obró con disimulacion. ****) Avisó al primo que Abenhumeya &c.

*****) Lo supo en el mismo tiempo que iba á juntarse con ellos.

mensagero, y sabiendo dél como iba á llamar los Turcos, le mató, y tomándole las cartas, usó de semejante ardid que el conde Julian con los capitanes del rey Don Rodrigo en Ceuta. No sabia escribir Abenhumeya, y firmaba mal en arábigo; pero servíale de secretario y firmaba algunas veces por él un sobrino de Alguacil, que á la sazon se halló con su tio, él tambien agraviado. En lugar de la carta escribieron otra para Abenabó, en que le mandaba que, tornando aquella noche con los Turcos á Mecina, y juntándose con la gente de la tierra y cien hombres que llevaria consigo Diego Alguacil, los degollase con sus capitanes durmiendo y cansados; lo mismo hiciese de Alguacil, despues de haberse valido dél. Envió con esta carta un hombre de confianza, midiendo el tiempo de manera que llegasen él y el mensagero á Cadiar casi á una misma hora. Dió el hombre la carta poco ántes, y llegó Diego Alguacil, hallando confuso y maravillado á Abenabó. Díjole como traia la gente consigo, mas que no pensaba hallarse en tal crueldad, por ser personas que habian venido á favorecer su casta fiados dél, y ellos puesto la vida por sus haciendas, por su libertad y por sus vidas: cansados ya de servir á un hombre voluntario, ingrato, cruel, ¿qué podian esperar sino lo mismo? bueno de palabras, mas de ánimo malo y perverso ; que no habia mugeres, no haciendas, no vidas con que hartar el apetito, la sed de dinero y sangre. Pasó Ahusceni, capitan de los Turcos (persona de crédito entre ellos, `tenido por cuerdo, valiente y amigo del rey), ántes que Abenabó le respondiese. Quísole hablar alterado, y Abenabó, ó porque el otro no le previniese, ó con temor que le matasen los Turcos, ó con ambicion y cebo del reino, mostró la carta á Carabaji y Ahusceni, en que hacia **) compañero suyo en la traicion á Diego Alguacil y de los Turcos en la muerte. Dicen que

*) El caso trujo á las manos de Alguacil al mensagero de Abenhumya. Esta confusion en la relacion de los pronombres á sus personas es muy ordinaria y frecuente en los autores castellaños antiguos.

**) Es á decir que Abenhumeya hacia compañero suyo &c.

todo á un tiempo sacó el mesmo Alguacil una conficion que suelen usar para salir de sí, cuando han de pelear, y á veces para emborracharse, hecha con apio y simiente de cáñamo, fuerte para dormir sueño pesado. Esta dijo que habian de dar á los capitanes y cabezas en la cena con el beber, sedientos y cansados del camino. Entendiendo el hecho, resolvieron entre sí de descomponer y matar á Abenhumeya, parte por asegurarse, parte por roballe, persuadiéndose que tenia gran tesoro, y hacer á Abenabó cabeza. Juntaron consigo la gente

de Diego Alguacil, y con silencio caminaron hasta Andarax, donde Abenhumeya estaba. Aseguraron la centinela como personas conocidas, y que se sabia habellos enviado á llamar. Pasaron el cuerpo de guardia, entraron en la casa que era en el barrio llamado Laujar, quebraron las puertas del aposento, halláronle desnudo, medio dormido, y vilmente entre el miedo y el sueño y dos mugeres, embarazado dellas, especialmente de la viuda, amiga de Diego Alguacil, que se abrazó con él : fué preso en presencia de los que él trataba familiarmente, hombres bajos (que á tales tenia mayor inclinacion y daba crédito) criados suyos, el Mejuar, Barzana, Deliar, Juan Córtes de Pliego, y su escribano que era del Deire. Teniendo veinte y cuatro hombres dentro en casa, cuatrocientos de guardia, mil y seiscientos alojados en el lugar, no hizo resistencia; ninguno hubo que tomase las armas, ni volviese de palabra por él. Mas como solo el que es rey puede mostrar á ser rey un hombre; así solo el que es hombre puede mostrar á ser hombre un rey. *) Faltó maestro á Abenhumeya para lo uno y lo otro; porque ni supo proveer y mandar como rey, ni resistir como hombre; atáronle las manos con un almaizar. Juntáronse Abenabó, los capitanes y Diego Alguacil delante de la muger, á tratar del delito Ꭹ la pena en su presencia. Leyéronle y mostráronle la carta que él como inocente y maravillado negó; conoció **) la letra del pariente de Diego Alguacil; dijo que era su enemi

*) Mostrar aquí es enseñar ó instruir. V. la anotacion de la pág. 28. **) Es en lugar de reconoció, admitió.

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