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Á DON JUAN MELENDEZ VALDES.

No dudo, amigo mio, que muchos viendome poner al frente de una coleccion de obras áagenas el nombre de Meléndez, condenen este obsequio como poco correspondiente á los estrechos y antiguos vínculos que nos unen. V. me empezó á amar desde mi infancia, tuvo de mi educacion un cuidado casi paternal, me dió las primeras lecciones dè buen gusto, y me inspiró hacia la poesía ésta aficion viva y sostenida, que hè conservado hasta ahora. Muy ageno de aquella odiosa superioridad, qué los que vienen antes suelen comúnmente afectar con los que llegan después, V. ha sido siempre el primero á hacerse favorable ilusion sobre mis progresos, y á aplaudir con bondadosa indulgencia qualquiera paso que he dado en la carrera. La naturaleza y las circunstan cias, que no favorecen á todos de un mismo modo, ni les prestan alas para

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