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solucion se lo mandaba, cuyo sobrino el cardenal don Juan de Borgia obispo de Melfi, di– ferente del otro del mismo nombre que queda ya nombrado, se halló en esta guerra por su legado, y el duque de Gandía vino por capitan de las gentes del papa.

Las cosas de Calabria con la partida del Gran Capitan se habian empeorado: por tanto otro dia despues que se tomó el asiento con los Franceses se partió la vuelta de Calabria. Con su llegada de tal suerte apretó á los contrarios que ya estaban enseñoreados de lo mas de aquella provincia, que el señor de Aubeni fué forzado á pasar por el concierto que se tomó sobre Aversa, y dejado el reino, volverse á Francia con reputacion de valiente caudillo, pero poco venturoso por el gran contrario que tuvo en el Gran Capitan.

Al mismo tiempo que las cosas de Nápoles se mejoraban, en España pasó desta vida mediado el mes de agosto la reina doña Isabel madre de la reina de España: su cuerpo depositaron en Arévalo, do pasó lo postrero de su edad turbado el entendimiento; de allí los años adelante le trasladaron á la Cartuja de Burgos, templo en que su marido el rey de Castilla don Juan el segundo estaba sepultado. Su nieta la infanta doña Juana á veinte y dos del mismo mes en una armada que tenian aprestada en Laredo, partió para casarse, como tenian concertado, con Philipe archiduque de Austria. Acompañóla la reina su madre hasta el puerto el almirante don Fadrique Enriquez hasta Flandes donde fue muy festejada.

Asimismo en este año dió el pontifice al rey don Fernando de España sobrenombre de Católico, segun y como Pio segundo los años antes dió título de Cristianísimo á Luis onceno rey de Francia; esto es que como antes se acostumbrase á escribir en los breves Pontificios: Al rey de Castilla ilustre, se comenzó á decir: Al rey de las Españas Católico. Fué grande el sentimiento que por esta causa mostraron los Portugueses: alegabase por su parte en contrario que aquellos reyes poseían buena parte de España, y que el rey don Fernando no era señor de toda ella: debate que se continuó hasta nuestra edad todo el tiempo que hobo propios reyes de Portugal. Mayor debió ser el desabrimiento de Francia, si es verdad lo que Philipe de Comines dice que se trató de dalle el apellido de Cristianísimo: todo se hace creible por la grandeza de las cosas que este príncipe llevó al cabo.

CAPITULO XIII.

De las cosas de Portugal.

LEGO que el rey don Manuel tomó la posesion del reino de Portugal, juntó cortes de todos los estados en Montemor no lejos de Ebora para dar órden en muchas cosas tocantes al buen gobierno. Allí vino don Jorge hijo del rey difunto, que andaba á la sazon en catorce años: hízole compañía su ayo don Diego de Almeida prior de S. Juan. Recibióle muy amorosamente el rey con lágrimas que derramó muchas por la memoria de cuyo hijo era: ofrecióle que le tendria en lugar de hijo, y le trataria como á tal. Despachó luego embajadores á los reyes de Castilla para avisalles de su coronacion, y al papa Alejandro para dalle como es de costumbre la obediencia. Tenian con el nuevo rey gran cabida su ayo, que se llamaba don Diego de Silva, y un su hermano de leche por nombre don Juan Manuel, hijo que era de don Juan obispo de la Guardia, y de Justa Rodriguez ama de leche deste rey. A don Diego hizo conde de Portalegre en gratificacion de sus servicios; á don Juan recibió por su camarero mayor, cuya privanza fué adelante tan grande que ninguno se le igualaba.

Publicóse un edicto por el cual puso en libertad á los Judíos que su predecesor, como queda apuntado, habia dado contra razon por esclavos: juntamente se acudió á las cosas de África con gentes y municiones. Los Portugueses poseían en aquellas partes á Ceuta, que está en el estrecho y la ganó el rey don Juan el primero, y á Tánger y Arcilla plazas mas al poniente, y que á las riberas del mar Océano quitó á los Moros el rey don Alonso tio del rey don Manuel. El capitan de Arcilla don Juan de Meneses porque ciertos casares comareanos no acudian con el tributo acostumbrado, junto con el capitan de Tánger salió contra ellos. Encontráronse sin pensar con Barraxa y Almanderino dos caudillos Moros, con cuyo escuadron si bien traían mucho mayor número de gente, pelearon con tanto valor que los vencieron y destrozaron: fué esta victoria muy alegre y principio de otras mayores. Todo esto sucedió antes que se acabasen las cortes de Montemor.

No se pudo pasar adelante en los negocios, que restaban muchos y muy graves, á causa que picaba la peste por aquellas partes, tanto que el rey fué forzado salirse de alli al prin

cipio deste año, y por carnestolendas se fué à Setubal á verse con sus dos hermanas viudas la reina doña Leonor, y doña Isabel duquesa de Berganza. Allí se trató muy de veras que don Alvaro hermano del duque de Berganza y los hijos del dicho duque que andaban desterrados en Castilla sin hallarse culpa alguna contra ellos en lo que culparon al duque, volviesen á Portugal, y les fuesen restituidos sus bienes y estados. Hacia sobre esto instancia el rey don Fernando de España, las hermanas con lágrimas lo suplicaban al nuevo rey, y en especial la duquesa como mas lastimada por las desgracias tan grandes de su casa.

Sobre todos la duquesa de Viseo doña Beatriz le importunaba con lágrimas como á rey, y como madre se lo mandaba. «No pienses (decia) que te ha Dios hecho rey para tí solo, »>sino para tu madre, para tus hermanas y parientes, finalmente para todos aquellos que >> tienen puestas en tí sus esperanzas: á todos es razon quepa parte de tu prosperidad. Todos >>> tenemos derecho á desfrutar el árbol de nuestra casa, que de otra manera si esto nos falta >> y nuestra esperanza nos miente, dónde irémos? á cuya ayuda nos acogeremos y amparo? >> será bien des ocasion à los tuyos con tu sequedad para que nos pese de verte puesto en tan >> alto lugar? Cuando eras particular quejábamonos de nuestro desastre solamente, ahora de»mas de nuestra desgracia nos podremos agraviar de la injuria que à tu madre, y á todos >>>tus deudos haces; por donde, si tienes cuenta con lo que es razon, y con lo que debes à »>la que te engendró y crió, y te acuerdas del mucho amor que siempre te he mostrado, >>>vuelve á la madre su hija, sus hijos á la hermana, y los nietos á la abuela: finalmente haz » que yo toda sea vuelta á mí misma, y que todos mis miembros tan destrozados y aparta>> dos se junten en uno; y ten por el mayor fruto de tu reinado poder hacer esta maravilla en

>>>tu casa.»

Habia dificultad en esto por no dar muestra que tan presto mudaba lo establecido por su antecesor, y temia de ofender á los que tenian en su poder los bienes de los desterrados; pero en fin venció la piedad y los justos ruegos de sus deudos y madre: á los que fueron desposeidos, recompensó con otras mercedes de manera que ninguno quedase quejoso. Tralábase de casar al rey, que tenia cuando heredó la corona edad de veinte y seis años. Ningun partido se ofrecia mas aventajado que el de Castilla: venian aquellos reyes bien en ello; no le querian empero dar por esposa la hija mayor, la segunda era ida á Flandes, y juntamente doña Catalina la tenian concertada en Ingalaterra. Ofrecíanle á la infanta doña María: él tenia por agravio que ningun otro príncipe le fuese antepuesto, además que se pagó mucho de la infanta doña Isabel el tiempo que estuvo en Portugal.

Andaban las práticas deste casamiento, y con esta ocasion el rey Católico le pedia que entrase en la liga contra el rey de Francia; la infanta que echase los Moros y los Judíos de Portugal, que no queria por esposo á quien daba favor y acogida á gente tan mala. A la demanda del rey se escusó con la amistad que tenia Portugal con Francia de tiempo muy antiguo: bien venia en ligarse para la defensa de España, mas no queria ofender ni empacharse en querellas estrañas. Lo que la infanta pedia, puesto que tenia algunas dificultades y muchos lo contradecian, al fin por ser cosa tan justificada se hizo por un edicto que á los postreros. deste año se publicó, en que se mandaba á los Moros y Judios que dentro de cierto tiempo saliesen de aquel reino so pena que pasado el plazo que les señalaban serían dados por esclavos.

Los Moros sin contraste se pasaron en Africa: en lo de los Judíos hobo mayor dificultad, porque el rey poco despues acordó que les quitasen los hijos de catorce años abajo, y que los bautizasen por fuerza: resolucion estraordinaria, y que no concordaba con las leyes y costumbres cristianas. Quieres tú hacer á los hombres por fuerza cristianos? pretendes quitalles la libertad que Dios les dió? no es razon; y tampoco que para esto quiten los hijos á sus padres. Sin embargo los malos tratamientos que hicieron a los demas, fueron de tal suerte, que era lo mismo que forzallos; y aun así se tiene comunmente que la conversion de los Judios de Portugal tuvo mucho de violenta, y los efectos lo han mostrado. Fué grande el número de los Judios que en esta coyuntura se bautizó, algunos se ayudaron de la necesidad para hacer lo que era razon, otros disimularon, y adelante dieron muestra de lo que en sus pechos tenian encubierto.

Alcanzóse otrosí del papa que los comendadores de las tres órdenes de Portugal que de nuevo profesasen en aquellas órdenes, no fuesen obligados á guardar castidad, salvo la conyugal, que era dalles licencia para casarse. Grandes ocasiones hobo para hacer esta mudanza tan grande; todavía no faltó quien la murmurase como sucede en todas las cosas

nuevas, y no hay duda sino que con esto se abrió puerta para que las rentas de aquellas órdenes se gastasen muy diferentemente de lo que antes desto se acostumbraba, y aquellos caballeros en lugar de las armas se diesen à deleites y ociosidad, que fueron daños notables.

CAPITULO XIV.

De la muerte del rey don Fernando de Nápoles.

Las cosas de Italia aun no acababan de sosegar. El Inglés con el parentesco que tenia con

certado con España, se resolvió de entrar en la liga contra Francia. El emperador pasaba adelante, y publicaba de querer pasar en Italia y dar órden en las cosas de Lombardía y de Toscana. Con esto el duque de Milan se inclinó al tanto á dejar el partido de Francia, particularmente que por este tiempo falleció el Delphin de Francia niño de muy pocos años, y por la poca salud de aquel rey se temia que aquella corona recayese en el duque de Orliens su mayor contrario: por esto no queria desasirse de los otros príncipes. En el reino de Nápoles los Venecianos poseían su parte en la Pulla. El Gran Capitan tenia por el rey Católico á Rijoles y la Amantia y otras fuerzas de la Calabria: los Angevinos sin embargo del concierto quedaban apoderados de algunas plazas. Para allanarlo todo el rey de Nápoles envió á don César de Aragon hermano no legitimo de su padre á Taranto; y al duque de Urbino que le ayudó en esta guerra, mandó reparar en el Abruzo, desde donde, allanada en breve casi toda aquella parte, se fué á Roma con Próspero Colona.

Lo de Gaeta por ser fuerza tan grande los tenia en mayor cuidado, porque dado que el conde de Tribento y galeras de Venecianos le apretaban por mar, no hacian mucho efecto, tratábase de sitialla por tierra, cuando al rey don Fernando en Soma sobrevino la enfermedad de cámaras de que falleció en Nápoles, do le llevaron, á siete de octubre. Qué le aprovechó su edad? qué los contentos? qué tantas victorias ganadas? todo lo desbarató la muerte que le sobrevino muy fuera de sazon. Por su fin don Fadrique su tio desde Castellon, do supo lo que pasaba, acudió á Nápoles, y el mismo dia que falleció su sobrino el rey, alzaron por él los estandartes reales, y él se concertó con los príncipes de Salerno y Bisiñano, y los condes de Lauria y Melito, que eran los mayores enemigos de la casa de Aragon.

A muchos principes se levantaron los pensamientos, y en particular por parte del rey Católico en Roma y en Nápoles se hicieron diligencias para fundar su derecho y llevarle adelante, que por entonces no prestaron nada, ca el papa y los otros potentados mas querian: tener por vecino un rey de pocas fuerzas que el poder de España; y el Gran Capitan que pudiera acudir á esto, todavía se hallaba ocupado en el cerco que tenia sobre el castillo de Cosencia, que pensaba rendir en breve y con esto asegurar todo lo de aquella provincia; verdad es que dentro de pocos dias allanado lo de Calabria, y rendida aquella fortaleza, pasó á Nola, y dejadas allí sus gentes, fué á visitar las reinas y consolallas de la muerte

del rey.

Púsose el nuevo rey sobre Gaeta con toda su gente: sucedió que el señor de Aubeni, que por tierra iba la vía de Roma, llegó alli en sazon que los de dentro se hallaban muy apretados; entró pues, é hizo que se rindiesen á partido. Saliéronse los Franceses en un galeon y dos naves cargadas de los despojos y plata de las iglesias: la una nave con tormenta se perdió, la otra junto á Tarracina dió al través, que se tuvo por castigo de Dios. Por otra parte el César como tenian acordado pasados los Alpes entró en Lombardia con mil de á caballo y con cinco mil infantes. Juntósele con su gente el duque de Milan: llamó desde Aste á los duques de Saboya y marques de Monferrat como feudatarios del imperio: su reputacion era tan poca, que no le quisieron acudir; lo mismo el duque de Ferrara, que le tenia obligado por lo de Módena y Regio, ciudades y feudos del imperio.

Lo que pretendia el César era defender lo de Génova, que no se apoderase de aquel estado el Francés, como lo intentó por medio de una armada que envió allá para este efecto, y con inteligencias que tenia con el cardenal de S. Pedro y algunos otros naturales, esperaba llevar al cabo aquel desiño. Demas desto cuando el Francés pasó por Pisa, de camino que iba á Nápoles, puso aquella ciudad en libertad, sacándola del señorío de Florentines que la tenian de tiempo atrás en su poder. Para defender esta libertad los Pisanos acudieron á valerse de los otros príncipes de Italia, y en especial de Venecianos que fueron los que mas se señalaron en su defensa. El duque de Milan deseaba grandemente enseñorearse de 84

TOMO II.

aquella ciudad, y quitar aquella presa á los Venecianos. Para esto persuadió cautelosamente al César que ayudase á los Pisanos, é hiciese la guerra á Florentines: con este intento el César en persona sitió á Liorna; el cerco no fué de efecto alguno, y al fin se hobo de le

vanlar.

Andaba muy vario en sus deliberaciones y fiábase poco de los príncipes que le llamaron: por esto trataba de veras de dar la vuelta para Alemaña con menos reputacion de lo que se esperaba. Tuvo sobre el caso junta en Pavía en que se hallaron el duque de Milan y el cardenal Bernardino de Carvajal, que en Lombardia era legado del papa para adelantar las cosas de la liga. Este prelado persuadió al César se entretuviese algun tiempo, y acudiese á lo de Génova que corria gran peligro por el esfuerzo que hacia el rey de Francia para apoderarse della, cuando vino nueva que lo desbarató todo, é hizo que el emperador apresurase su partida, es á saber que los reyes de España y de Francia tenian entre sí concertadas treguas, que entendian era principio para concordarse del todo.

El caso pasó en esta manera: al mismo tiempo que la guerra de Nápoles se hacia con mas fervor, en España tenian recelos de guerra á causa de diversas entradas y correrías que se continuaban á hacer en Francia por la parte de Ruysellon; y por los grandes apercibimientos que en Francia se hacian, temian no quisiese aquel rey satisfacerse de tantos agravios. Por esta causa el rey Católico se acercó por aquellas fronteras, y por algun tiempo estuvo en Girona acompañado de muy buena gente que tenia alli juntada de todas partes; pero como el otoño se pasase, y él estuviese deseoso de volver á Castilla y á Burgos, donde tenia dado órden fuese la reina para celebrar las bodas del príncipe, despedida la mayor parte de la gente, dió la vuelta. El rey de Francia, avisado de lo que pasaba, hizo con gran presteza juntar un ejército de pasados diez y ocho mil combatientes. Carlos de Albonio señor de Santander tenia á su cargo aquellas fronteras por el duque de Borbon gobernador de Lenguadoc: así con esta gente rompió por lo de Ruysellon, y un viernes siete de octubre se puso sobre Salsas llave de aquel condado, bien que mal pertrechada, porque aunque tenia muchos y buenos soldados, la cerca era vieja y muy delgada; que fué ocasion que el dia siguiente la villa fué entrada por combate, y el castillo rendido á partido con muerte de muchos de los de dentro.

Acudió el conde don Enrique Enriquez con la gente que pudo llevar; reparó en Ribasaltas á una legua de Salsas á tiempo que el daño estaba hecho. Siguió al enemigo, que desamparó el lugar por no poder dejalle en defensa, y se retiró á la sierra que está sobre Salsas con intencion de no venir á las manos. Estuvieron los campos algunos dias á una legua el uno del otro: moviéronse tratos de concierto, y al fin se asentaron treguas por aquella parte que durasen hasta diez y siete dias de enero del año luego siguiente de 1497. Resultó gran sospecha deste concierto en los príncipes confederados, que se recelaban que el rey Católico los queria desamparar y tomar consejo á parte; y fué ocasion que el emperador alzase mano de lo de Italia, y diese en breve vuelta á Alemaña sin dejar hecho efecto que fuese de consideracion.

DESPUES

CAPITULO XV.

De la muerte del duque de Gandia.

ESPUES que por orden del papa prendieron en Nápoles sobre concierto á Virginio Ursino y á su hijo, hecho de muy mala sonada, el papa movió guerra á las tierras y estados de aquel linage de los Ursinos, que eran muy grandes. Nombró por capitanes de sus gentes á los duques de Gandía y de Urbino y á Fabricio Colona, que al principio se apoderaron de algunos lugares, y últimamente se pusieron sobre la fortaleza de Brachano. Carlo Ursino y Vitelocio con dinero que trujeron de Francia, levantaron buen número de gente de á pie y de á caballo: acudieron al socorro de aquella fuerza con trecientos hombres de armas, cuatrocientos caballos ligeros, y dos mil y quinientos infantes; para divertir á los contrarios pusiéronse sobre Vasano villa de la iglesia.

Los enemigos dado que no eran tantos en número, alzado su campo fueron en busca 'de los Ursinos. Trabóse la batalla, que fué á veinte y cuatro de enero, en que al principio la gente de la iglesia forzaron á los contrarios á retirarse, y subir un montecillo para mejorarse de lugar. Fabricio Colona con parte de la gente acordó subir por el otro lado para dar en los

enemigos por las espaldas. Los Ursinos antes que llegase á do pretendia, revolvieron sobre la demas gente del papa con tal denuedo que ligeramente los desbarataron y pusieron en huida. El duque de Gandía salió herido en el rostro y el de Urbino fué preso. Con esta victoria los Ursinos recobraron los lugares que les habian tomado, y el papa fué forzado recebillos en su gracia y concertarse con ellos. Tuvo en este concierto gran parte el Gran Capitan, en que se goberno de tal suerte que los Ursinos quedaron muy obligados al rey Católico.

Vino en esta sazon el Gran Capitan á Roma con su gente para ayudar al papa en esta guerra, si bien la de Nápoles no quedaba de todo punto acabada. Hecho el concierto con los Ursinos, á ruegos del pontífice fué á cercar á Ostia, fuerza que todavía se tenia por Francia debajo del gobierno de Menaut de Guerri, por donde Roma padecia grande falta de bastimentos, no de otra manera que si estuviera cercada, y tuviera los enemigos à las puertas. La empresa era dificultosa, pero los Españoles se dieron tan buena maña que dentro de ocho dias la tomaron á escala vista; sin embargo el capitan francés fué recebido á merced y tratado con mucha humanidad. Ayudó mucho en este cerco la buena industria de Garcilasso embajador que era por el rey Católico en corte romana.

Tenia el Gran Capitan deseo de dar presto la vuelta para acabar de ganar ciertas fuerzas que se tenian en el reino por el cardenal de S. Pedro muy parcial de Francia. Al despedirse como quier que en el discurso de la plática el papa dijese que sus reyes le tenian muchos cargos, y que no respondian á lo que era razon, que nadie los conocia como él: le respondió con grande libertad que creia bien los conocia, pues era su natural; pero en lo que decia que no les tenia cargo, parecia notoria ingratitud, pues sabia muy bien que con su favor se sustentaba en aquel grado sin embargo de la libertad de su persona y de toda su casa: que le suplicaba atendiese á reformar todo esto antes que el rey su señor por escrúpulo de que con su sombra se escandalizase la iglesia, fuese forzado á desamparalle: trájole á la memoria otras cosas particulares y cargos á que el papa no supo responder.

A la verdad la disolucion era tan grande que dió la libertad á un hombre de capa y espada para perdelle el respeto, y forzó á los principes, en particular á los reyes de Castilla y de Portugal, á hacelle instancia sobre lo mismo con diversos embajadores que sobre esto le enviaron. Ninguna diligencia bastó, tanto que poco despues en un consistorio en que se trató de dar la investidura del reino de Nápoles á don Fadrique, juntamente propuso de dar en cierta forma al duque de Gandía la ciudad de Benevento, patrimonio de la iglesia en aquel reino; además que tenia concertado de hacer suelta del tributo con que aquellos reyes acudian á la iglesia cada un año, por cien mil ducados que aquel rey ofrecia de dar en cierto estado al dicho duque. Contradijo lo de Benevento el embajador Garcilasso, con protesto que hizo que no se lo permitiria el rey su señor.

Ninguna cosa bastara para enfrenalle si no desbaratara todas sus tramas la muerte que en breve sobrevino al duque de Gandía muy desgraciada. Una noche catorce 'de junio venian de un jardin en que cenaron el duque y los cardenales de Valencia y de Borgia. Apartóse el duque solo con un lacayo que envió despues por unas armas : á la vuelta el lacayo no halló á su señor, ni en todo otro dia se pudo saber algun rastro dél mas que de que en la vía del Pópulo hallaron la mula en que iba. Hiciéronse mas diligencias, y un barquero dijo que á media noche vió que en una mula dos hombres á los lados y otro á las ancas llevaban cierta persona, y que llegados á la postrera puente do él estaba, le echaron en el rio; y el que iba á las ancas preguntó si se iba á fondo: respondieron los otros que sí, y con tanto se fueron.

Buscaron el lugar que señaló el barquero: hallaron el cuerpo con nueve heridas, con sus vestidos y joyas sin que le faltase nada. Nunca se pudo averiguar quien fuese el matador: unos decian que los Ursinos le hicieron matar por estar muy agraviados del papa, otros que el cardenal Ascanio: la voz comun del pueblo fué que su hermano el cardenal de Valencia don César cometió aquel caso tan atroz por estar muy sentido que siendo menor que él, se le hubiese antepuesto en el ducado de Gandía. La verdad quién la podrá averiguar? quién enfrenar el vulgo que no hable? el ódio que al papa tenian, entiendo yo fué la causa que en lo que le tocaba, siempre se dijese y creyese lo peor. Dejó el duque un hijo que se llamó don Juan como su padre, y le sucedió en aquel estado de Gandía.

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