Oración fúnebre, que, por encargo de la Real Academia Española, y en la honras de Miguel de Cervantes y demas ingenios españoles, pronunció en la Iglesia de Monjas Trinitarias de Madrid, el 28 de abril de 1862, Antolín Monescillo

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M. Rivadeneyra, 1862 - 39 páginas
 

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Página 38 - Dulce vecino de la verde selva, huésped eterno del abril florido, vital aliento de la madre Venus. céfiro blando; si de mis ansias el amor supiste, tú, que las quejas de mi voz llevaste, oye, no temas, ya mi ninfa dile, dile que muero. Filis un tiempo mi dolor sabía, Filis un tiempo mi dolor lloraba; quísome un tiempo, mas agora temo, temo sus iras.
Página 38 - Filis un tiempo mi dolor lloraba ; quísome un tiempo ; mas agora temo, temo sus iras. Así los dioses con amor paterno, así los cielos con amor benigno, nieguen al tiempo que feliz volares nieve a la tierra.
Página 37 - Pensé que nos enviara vuestra merced el villancico suyo; porque estos ni tienen pies ni cabeza, y todo lo cantan. Ahora se me acuerda uno que hice una vez, estando con harta oración, y parecía que descansaba más. Eran (ya no sé si eran ansí), y porque vea que desde acá le quiero dar recreación.
Página 38 - Yo vi sobre un tomillo Quejarse un pajarillo, Viendo su nido amado, De quien era caudillo, De un labrador robado. Vile tan congojado Por tal atrevimiento Dar mil quejas al viento, Para que al cielo santo Lleve su tierno llanto, Lleve su triste acento. Ya con triste armonía, Esforzando el intento, Mil quejas...
Página 20 - Mena con versos llorosos y elegantes ; persona en este tiempo de mucha erudición, y muy famoso por sus poesías y rimas que compuso en lengua vulgar: el metro es grosero como de aquella era , el ingenio elegante, apacible y acomodado á las orejas y gusto de aquella edad. Su sepulcro se ve hoy en Tordelaguna villa del reino de Toledo : su memoria dura y durará en España.
Página 37 - ¡Oh hermosura, que excedéis A todas las hermosuras! Sin herir, dolor hacéis; Y sin dolor deshacéis El amor de las criaturas. ¡Oh ñudo que ansí juntáis Dos cosas tan desiguales! No sé por qué os desatáis: Pues atado, fuerza dais A tener por bien los males. Quien no tiene ser, juntáis Con el ser que no se acaba: sin acabar, acabáis: Sin tener que amar, amáis.
Página 38 - Vile tan congojado Por tal atrevimiento Dar mil quejas al viento, Para que al cielo santo Lleve su tierno llanto, Lleve su triste acento. Ya con triste armonía, Esforzando el intento, Mil quejas repetía; Ya cansado callaba, Y al nuevo sentimiento Ya sonoro volvía, Ya circular volaba, Ya rastrero corría, Ya pues de rama en rama Al rústico seguía; Y saltando en la grama, Parece que decía: «Dame, rústico fiero, Mi dulce compañía». ¿Y qué le respondía el rústico? «No quiero».
Página 38 - AL CÉFIRO Dulce vecino de la verde selva, Huésped eterno del abril florido, Vital aliento de la madre Venus, Céfiro blando: Si de mis ansias el amor supiste, Tú, que las quejas de mi voz llevaste, Oye, no temas ya mi ninfa dile, Dile que muero.
Página 37 - ¡Oh, Hermosura que excedéis a todas las hermosuras! Sin herir dolor hacéis, y sin dolor deshacéis el amor de las criaturas. ¡Oh, ñudo que ansí juntáis dos cosas tan desiguales! No sé por qué os desatáis, pues atado fuerza dais a tener por bien los males. Juntáis quien no tiene ser con el Ser que no se acaba: sin acabar acabáis, sin tener que amar amáis, engrandecéis nuestra nada.
Página 36 - Y don Juan de Pineda en compañía, Con valeroso esfuerzo combatiendo, No fueran los contrarios reprimiendo. También acrecentaban el estrago Florencio de Esquivel, y Altamirano, Villarroel, Morán, Vergara, Lago, Godoy, Gonzalo Hernández y Andicano. Si de todos aquí mención no hago, No culpen la intención sino la mano, Que no puede escrekir lo que hacían Tantas como allí a un tiempo combatían.

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