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la vuelta no sin quexa del Papa y del Rey de Nápoles: verdad es que los mas cuerdos aprobaban este acuerdo; que sin duda era cosa recia por negocios agenos poner los suyos en balanzas y su persona á riesgo, fuera de que ganada aquella victoria, no dexaba de condolerse del Rey Don Fadrique, que en fin era su hermano. Dióse aquella batalla memorable, y de las mas señaladas de aquel tiempo dia sabado á quatro del mes de Julio año de mil y 1299. docientos y noventa y nueve, En el mismo año falleció en Roma Don Gonzalo Cardenal y Arzobispo de Toledo, como lo reza la letra de su sepultura en Santa María la Mayor de aquella ciudad. Sucedióle su sobrino Don Gonzalo Tercero. Su padre Dia Sanchez Palomeque, su madre Doña Teresa Gudiel hermana del Cardenal, ciudadanos de Toledo. Sobre el tiempo en que le eligiéron, hay dificultad: quien dice que algunos años ántes, quando su tio despues de la muerte del Rey Don Sancho partió para Roma, á lo que se entiende, á negociar dispensase el Papa en aquel su casamiento: quien que quando el Papa Bonifacio Octavo le hizo Cardenal por el mes de Diciembre del año próximo pasado de mil y docientos y noventa y ocho, por ser aquellas dignidades incompatibles, y costumbre que el Obispo á quien daban capelo, dexase el obispado: quien que subió á aquella silla por muerte del Cardenal. Esto nos parece mas probable por hallarse en papeles que este año por el mes de Agosto se llama electo de Toledo; así los años ántes tuvo por su tio el gobierno de aquella Iglesia, mas no la dignidad.

Volvamos á Sicilia, donde los Franceses se quedáron para llevar su intento adelante > seguir la victoria y execuțalla; pero hicieron un yerro manifies to, que dividiéron el exército en dos partes. Roberto y Rugier Lauria se encargáron de cercar á Rendazo, que es una plaza muy fuerte, puesta entre Pa. ti y Catania casi á la mitad del camino. Philipo Duque de Taranto fué con parte de la armada á correr las marinas del cabo de Trapana: acudió á aquella

parte el Rey Don Fadrique, tomó á los contrarios de sobresalto; y con su arrebatada venida se dió la batalla en que fueron vencidos los Franceses, y Philipo su General preso; que fué una buena ocasion para hacer las paces y confederarse aquellas dos naciones con una alienza que se hizo, tan dichosa y acertada quanto la guerra era desgraciada.

CAPITULO III.

DEL AŇO DEL

JUBILE 0.

Corria á la sazon el año postrero deste siglo,

1300. es á saber el de nuestra salvacion de mil y trecientos, año muy señalado por una ley que hizo y publicó para que se guardase perpetuamente, el Pontifice Bonifacio, tomada en parte de la costumbre antigua de la ciudad de Roma, que celebraba su fundacion con ciertos juegos y fiestas cada cien años, en parte de la usanza y ley del pueblo Judaico donde cada cincuenta años habia Jubileo. Ordenó pues que al fin de cada cien años se concediese plenaria indulgencia y remision de todos los pecados á todos los que en aquel año devotamente visitasen las Iglesias de Roma, Iglesias llenas de devocion, de sagradas reliquias y antigüedad. Esta ley era á propósito y se enderezaba para ennoblecer la magestad de Roma, y para aumentar el culto de la Religion; la qual Clemente Sexto reduxo á cada cincuenta años, y mas adelante Sixto Quarto con otra nueva ley y constitucion que hizo, atenta la humana flaqueza y la brevedad de la vida, mandó que se guardase y celebrase el Jubileo cada veinte y cinco años. Fué grande el concurso de gente que aquel año acudió á la ciudad de Roma á fama deste Jubileo. Entre otros vino Cárlos de Valoes casado en segundo matrimonio con Madama Catarina hija de Philipo, nieta del Emperador Balduino, y así pretendia cobrar el im

perio de Grecia á él debido como en dote de su muger. Si salia con la empresa, publicaba renovaria la guerra de la Tierra-santa que tenian olvidada de tantos años atras: cosa honrosa para el Sumo Pontífice, que en su tiempo y con su favor se tornasen á tomar las armas para la guerra sagrada. Venía el Papa bien en esto: prometia que no saldrian vanas las esperanzas de Cárlos, con tal que desde Francia tornase á Italia á la primavera con exército bas

tante.

En Vizcaya que estaba en poder de Diego Lopez de Haro hermano de Don Lope Diaz de Haro, aquel que diximos fué muerto en Alfaro en tiempo del Rey Don Sancho, se edificó la villa de Bilbao, la mas noble de toda aquella provincia á la ribera del rio Nervio los moradores por la mucha anchura que lleva, le llaman Ibaisabelo. Está dos leguas del mar; y porque allí se traen muchas mercadurías que de las naves se descargan, hay gran comercio y concurso de gente. Los mercaderes de Bermeo, por la comodidad del lugar, los mas dellos se pasáron á morar y hacer su asiento en aquella poblacion nueva. A los moradores se les concedió que viviesen conforme á los fueros de Logroño. En Lerida otrosí fundó el Rey de Aragon Universidad, y le concedió los privilegios acostumbrados: llamáron maestros que leyesen en ella todas las ciencias con salarios que les sefaláron. En aquel tiempo era Virrey de Navarra por los Franceses Alonso Roleedo, sin que sucediese cosa en aquella provincia por entonces que de contar sea, sino que gozaban de una paz y sosiego grande, que es lo mas principal que se puede desear, como quier que las otras provincias de España estuviesen continuamente atormentadas con guerras y desasosiegos. Este envió á Valladolid un Embaxador á la Reyna (que era la que tenia en pie las cosas entónces con su valor y prudencia) á pedille restituyese todo el término desde Atapuerca (que es una villa así llamada junto á Burgos) hasta las fronteras de Navarra: alegaba que les pertenecia, y que

antiguamente lo quitáron á gran tuerto los Reyes de Castilla á los Navarros sin otro derecho mas del que consiste en la fuerza. La Reyna mandó fuesen muy bien tratados los Embaxadores, y que esplendidamente los hospedasen. La respuesta que les dió, fué que bien entendia no se pedia aquello de órden ni por voluntad del Rey de Francia, y que el derecho de reynar mas consiste en la posesion fresca y nueva , y en el uso della, que en títulos y papeles viejos y olvidados.

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Los Embaxadores, visto el mal despacho que les daban, acudiéron á Don Alonso de la Cerda y á Don Juan Nuñez de Lara, ca pensaban por aquel ca- / mino alcanzar mas fruto de su embaxada. Estos Sehores acometido que hobiéron á Palencia, que casi estuviéron á pique de tomalla por traycion de algunos ciudadanos, como no les salió bien la empresa, estaban retirados en Dueñas. Allí oidos los Embaxadores, hicieron mercedes con larga mano del señorío ageno; y fué Don Juan de Lara á Francia para que en presencia de aquel Rey tratase de todas las condiciones, y incitase á los Franceses á que con brevedad les acudiesen con el socorro de gente necesario. Poco fruto sacáron de toda aquella diligencia, si bien los mismos hermanos Cerdas fuéron asimismo á Francia en pos de Don Juan Nuñez de Lara; pero ni los unos ni los otros sacáron de su trabajo mas que buenas y corteses palabras, como quiera que al Frances le fuese mas en la guerra de Flandes que andaba trabada entre aquellas dos naciones, que en la que tan lexos les caia, y les era de ménos importancia. Solamente, hecha su confederacion, Philipo Rey, de Francia les dió licencia para que pudiesen hacer gente en Navarra. Hiciéronlo así, y un esquadron de soldados entró por aquella parte en el distrito de Calahorra. Salióles al encuentro Don Juan Alonso de Haro Señor de los Cameros, en un rebate que tuvo con ellos, los venció, y prendió á su caudillo Don Juan Nuñez de Lara; al qual no quiso poner en libertad hasta tanto que restitu

y

yese todos los castillos y pueblos del reyno que le entregaran en tenencia: ultra desto juró que guardaria lealtad al Rey Don Fernando y le sería buen vasallo.

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Desto mismo tomó ocasion el Rey de Aragon para poner debaxo de su corona la ciudad de Albarracin, que antes restituyó al dicho Don Juan. Junto con esto el Infante Don Juan tio del Rey Don Fernando, dexadas las armas en que tenia poco remedio contra las fuerzas de su sobrino que de cada dia iban en aumento se resolvió de seguir mejor partido. Tratóse dello, y el concierto se hizo el año del Señor de mil y trecientos y uno. Las capitula- 1301. ciones del asiento fuéron éstas: que ante todas cosas dexase el nombre de Rey que usurpara: que restituyese todas las ciudades y pueblos de que se apoderó en el tiempo de la guerra que el principado de Vizcaya, que pretendia ser dote de su muger, le dexase á Don Diego Lopez de Haro, y á él diesen en trueco á Medina de Ruyseco, Castronuño Mansilla, Paredes y Cebreros lugares de que le hicieron merced la Reyna y el Rey su hijo por escusar nuevas alteraciones, y para que tuviese con que sustentar su vida como persona que era tan principal.

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Dos cosas sucedieron este año ni muy peque

ñas, ni muy señaladas, de que pareció todavía hacer mencion en este lugar. La una fué la muerte de Raymundo Lullo, persona que tuvo gran fama de santidad y de dotrina; la otra el agravio que se hizo á Don Garci Lopez de Padilla Maestre de Calatrava en deponelle de aquella dignidad. Raymundo fué Catalan de nacion, nacido en la isla de Ma-" llorca. Ocupóse siendo mas mozo en negocios y mer

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