el exemplo de las naciones vecinas que están ilustradas, y hacen esfuerzos para imitarlas. La industria se despierta, la razon se ilustra, y el interes y las necesidades les hacen buscar medios para remediarlas. El hombre tiene dentro de sí una inclinacion violenta que le impele à evitar los males que le afligen, y à buscar las comodidades y todo lo que puede hacer su suerte mas perfecta y la vida mas agradable. La emulacion dá movimiento d estas inclinaciones, y por esta razon en muy pocos años se ponen estas naciones en un estado tan floreciente que causa admiracion à aquellas mismas que les han servido de modelo.

La agricultura y las artes al principio están en un estado muy grosero è imperfecto, porque sus talentos y luces son muy limitadas. La experiencia y la reflexion les hacen corregir y enmendar los defectos, y adelantar las obras que emprenden, con mas prontitud que los que están abandonados à sí mismos, y d sus talentos y fuerzas naturales. El hombre comunmente empieza comiendo la bellota y los frutos que la tierra produce por sí misma sin su auxilio; disputa á las bestias estos toscos. alimentos, y llega hasta medir los cielos; cultiva la tierra, la siembra, y despues inventa la geometría; se cubre con la piel de los animales para librarse del frio,y se pone en una caverna ò en el hueco de un árbol para evitar la intemperie de las estaciones; Y pasados algunos años ya viste paños muy finos bordados de oro, plata y seda trabajados con el mejor gusto y elegancia; vive en palacios magníficos. construidos con piedras exquisitas y bien labradas; busca todas las comodidades,y satisface las necesidades que sus deseos vanos y corrompidos han he

cho nacer en su corazon. Pasado algun tiempo se entrega à la indolencia; y la nacion que habia estado en la mayor gloria pierde su robustez, cae en el abismo de la miseria, y vuelve al estado salvage de donde habia salido. Y así pasados algunos siglos los descendientes de aquellos hombres tan sabios, tan cultos y tan ilustrados, son unos estúpidos poco diferentes de los salvages que vivian en los campos ; y donde habia palacios magníficos no se vén sino chozas miserables. Esta es la suerte de todas las naciones.

La causa mas eficáz que produce estos efectos en la sociedad política es el gobierno. Esta sola puede tener à la nacion perpétuamente en la infancia, hacerla correr rápidamente à su robustéz,y precipitarla en el abismo de su ruina. Si observamos con algun cuidado el origen y progresos de las naciones antiguas y modernas, veremos confirmada esta verdad. La historia nos manifiesta que el gobierno es el alma y el espíritu de los imperios: que de él reciben la fuerza y el vigor: que su impresion se hace sentir en las leyes, usos, costumbres, carácter y educacion de los ciudadanos. Todos los hombres tienen la misma naturaleza, las mismas pasiones, mas o menos vivas segun el temperamento, el genio ò el clima donde viven; pero el Soberano debe templarlas, modificarlas, y darles la direccion que conviene al fin para que están instituidas las sociedades civiles. Con el cuidado y vigilancia del gobierno todos los súbditos se hacen útiles, sin que puedan excusarse en general los extravíos de los hombres viciosos, ni de la nación, por el clima de la region donde habitan.

Es cierto que el clima tiene alguna influencia sobre las costumbres públicas y el carácter y genio de las naciones, puesto que altera el tempera

mento particular de nuestros cuerpos con el demasiado calor ò frio excesivo; pero este impulso puede contenerlo la razon, y el gobierno darle una direccion conforme à ella. Los habitantes de la Italia y de Grecia viven baxo el mismo clima que los antiguos Griegos y Romanos; y sin embargo tienen diferentes usos, costumbres, ideas y modos de pensar, aunque su naturaleza y sus pasiones sean las mismas. ¿Qué causa ha producido esta variacion? ¿Quién ha mudado sus ideas? Ciertamente ha sido el gobierno. Éste es el que ha mudado las ideas y la opinion pública, que es el resorte mas poderoso de que se sirve para dirigir las costumbres de las naciones. La opinion pública se forma de las ideas que se imprimen en el espíritu de los hombres por la educacion, por las leyes, y por el exemplo del Soberano, de los Grandes y de los Magistrados. Así nos acostumbramos à pensar, à discurrir, à hablar y obrar como ellos; y con el tiempo se forma un hábito que se identifica con nosotros, y es el primer móvil de nuestras operaciones y costumbres públicas.

Si esta opinion está fundada sobre la ignorancia, el error y las preocupaciones, corrompen las costumbres, y es causa de todos los males que padece el cuerpo político; porque engañados los Soberanos sobre los obgetos en que se interesa la felicidad pública y particular, y la gloria del trono, no la buscan sino en los que causan su ruina. Quando los Emperadores Romanos, entregándose à las pasiones, y seducidos por los consejos y lisonjas de los hombres corrompidos que tenian en sus palacios, ponian la felicidad en el poder, y la gloria en conquistas ruinosas, en una pompa vana y pueril, en gastos frívolos, en diversiones insensatas, y en

contentar sus caprichos y gustos extravagantes,
que no podian conseguir sino oprimiendo à los pue-
blos con tributos insoportables, se desvaneció la
felicidad pública, y pereció el poder y la gloria del
Imperio. Empezó à degradarse esta nacion, que se
habia hecho respetar y temer de todo el universo,
y fué presa de los hombres mas salvages y mas.
bárbaros, que la tratáron con la mayor ignominia
y desprecio.

Todos estos males se debiéron al gobierno injusto
y perverso de los Emperadores, que entregados à los
vicios corrompiéron con su exemplò los pueblos que
se habian distinguido tanto por sus virtudes. La
injusticia, la perfidia, la falsedad, el perjurio, la
violencia, y otros vicios abominables que estaban sen-,
tados en el trono, y con el exemplo de los Príncipes y
Grandes habian recibido la sancion pública, inficio-
náron y corrompiéron toda la masa de la nacion,
se pervirtió la opinion pública, se trastornáron las
ideas de lo bueno y de lo malo, los súbditos perdié-
ron las virtudes sociales, y ya no pensáron sino en
sus intereses propios, orígen funesto de las divi-
siones que hacian su vida desagradable. Mas por
el contrario, quando ocupaban el trono Príncipes
buenos, quando el gobierno estaba en las manos de los
Vespasianos, Titos, Trajanos, Antoninos y otros
hombres virtuosos que gobernaban segun las leyes fi-
xas y constantes; quando ponian el mayor cuidado en
hacer rica, grande y poderosa à la nacion; quando
procuraban que en toda la vasta extension de su Im-
perio viviesen todos contentos y seguros baxo la som-
bra de las leyes y de los Magistrados justos y vi-
gilantes que las hacian observar con la mayor pun-
tualidad, la nacion que no parecia sino un cadáver,

recobraba su fuerza y vigor. Por donde se ve que el gobierno es el que dá el mayor impulso à los estados para hacerles correr el círculo que la naturaleza les ha prescrito.

Los súbditos de D. Pelayo deben considerarse como una nacion que salida del estado natural se halla en la infancia. En ellos se vé el mismo valor y la misma intrepidéz, animados por el deseo de la venganza y de sacudir el yugo que los opresores de la patria quieren imponerles: eligen un Capitan distinguido por sus talentos y virtudes militares para que los dirija y gobierne, y emprenden una guerra interminable contra enemigos muy poderosos. Si este pueblo no hubiera tenido ántes leyes para su gobierno, se podria dudar baxo qué condiciones se le habia dado el supremo mando, y qué extension tenia su autoridad; y podríamos decidir esta duda por lo que vemos en otras naciones que se halláron en las mismas circunstancias, pues que los hombres son los mismos por todas partes del globo, tienen las mismas inclinaciones, son en extremo zelosos de su libertad, y no renuncian à ella con tanta facilidad: ceden la menor parte de su independencia, y así la autoridad del General que eligen es muy limitada, y casi no se extiende, sino à los negocios de la guerra; su poder no es absoluto è ilimitado, sino dependiente de la voluntad de los principales con quienes debe tratar los negocios mas importantes que interesan al bien general de la nacion. El Imperio que se establecia en Asturias no era de esta naturaleza.

Este pais era una provincia sujeta al Imperio de los Godos, y gobernada por sus leyes formadas por los hombres mas sábios y mas virtuosos de