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bardía, y mientras vivió no volvió á admitirle á su gracia. El César habiendo convocado para el año siguiente una dieta en Wormes, para terminar en ella las controversias de Religion, envió al Austria á mediados del mes de mayo á Don Fer- 1540. nando su hermano, para que cuydase de la quietud y tranqui lidad de Alemania. Falleció en este año Jorge duque de Saxonia enemigo jurado de Lutero; y la Religion Cathólica que habia conservado íntegra en todo su dominio, fué trastornada por Enrique su hermano y sucesor, que como luterano estableció en Saxonia esta secta. En Hungría con la muerte de Juan Sepussio se aumentaron las turbulencias; porque habiendo Soliman admitido la tutela de Esteban su hijo, que aun se hallaba en la cuna, ocupó una parte del reyno, y causó grandes calamidades con la cruelísima y larga guerra que hizo á Don Fernando; cuya narracion dexo á los historiadores de aquella nacion.

Ignacio de Loyola noble Vizcay no se presentó por este tiempo al Papa con sus socios; recibióle benignamente, y exâminado el piadoso y prudente instituto que habia formado en París, donde echó los primeros cimientos de su Orden, le confirmó y aprobó con autoridad apostólica. Salieron de esta Compañía, como de un castillo de sabiduría y verdadera piedad, varones admirables en todo género de virtudes, que habiendo recorrido uno y otro orbe con grandes trabaxos, colmaron la Iglesia Cathólica de abundantes frutos por medio de la palabra de Dios que anunciaban. Dispensó el Pontífice á los caballeros del órden de Calatrava el voto de continencia, permitiéndoles contraer matrimonio, lo qual les prohibia su antiguo instituto. Este indulto fué menos reparable con el exemplo de otras órdenes militares de Portugal, á quienes habia concedido la misma facultad, el Papa Alexandro VI. Y como todas las cosas humanas van siempre en decadencia, las pingües encomiendas que antiguamente se daban á soldados valerosos despues de muchos trabaxos y fatigas, las disfrutan hoy unos hombres ociosos y afeminados que jamás han salido de la sombra de sus casas. El fundador de este órden militar fué Raymundo Serra abad de Fitero, que en nuestros dias ha sido beatificado por el sumo Pontífice Clemente XI. Los autores antiguos no espresan su origen ni patria; y un moderno que le hace Aragonés y na

TOMO VII.

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tural de Tarazona, no lo prueba con documento alguno. Los demas que han escrito en estos últimos tiempos convienen en que fué natural de Barcelona.

En Portugal por concesion del Pontífice, y á peticion del Rey fué erigido en arzobispado el obispado de Ebora. Su primer arzobispo fué Enrique, despues cardenal y Rey. Murió en Zaragoza Don Fadrique de Portugal, y su cuerpo fué llevado á Sigüenza á un magnífico sepulcro que él mismo habia hecho edificar. Sucedióle fray Fernando de Aragon hijo de Alfonso, que habia profesado en la Religion Cisterciense, y fué muy célebre por su exemplar vida y virtudes. En Veroli falleció Don Francisco de Quiñones hijo del conde de Luna, cardenal y obispo de Palestrina. Su cuerpo fué llevado á Roma y enterrado en la iglesia de Santa Praxêdes en un honorífico sepulcro.

Hallándose España tranquila y libre de guerras, dieron materia á una célebre victoria los piratas, que infestaban todo el mar. Caraman y Ali-Amet eran los mas famosos por los muchos daños que hicieron en las costas de Andalucía. Habiendo acometido de improviso á Gibraltar antes de amanecer, saquearon todo quanto encontraron; y excitados los habitantes con el tumulto y confusion, acudieron á tomar las armas. Trabóse en las calles una sangrienta pelea, y corriendo entretanto los viejos, niños y mugeres á la fortaleza, cayeron en manos de otra tropa de piratas. Muchos fueron hechos cautivos; pero con la llegada de la gente del campo, arrojaron de allí á los enemigos, y les quitaron parte de la presa que habian recogido. Finalmente despues de haber hecho otros daños en los campos, pasaron el estrecho y llegando á Tánger, repartieron la presa. El marqués de Mondejar que gobernaba la costa de Granada, procuró inmediatamente dar noticia de la maldad de los piratas á su hermano Don Bernardino de Mendoza, para que no quedasen los bárbaros sin castigo. Este pues, con las galeras Españolas que estaban á su mando, dió la vuelta á buscarlos á las costas de Africa, y á fin de que no pudiesen ocaltársele, tomó una pequeña isla, desde la qual registraba bien una y otra costa. En el dia primero de octubre dió vista á la armada enemiga, y despues de haberse prevenido, levantó anclas de la isla. No rehusaron los bárbaros la pelea; porque habiendo echado suertes, segun la supersticion de aquella

gente, se la pronósticaban próspera; y por otra párté sus fuerzas eran inferiores. Mandó Don Bernardino quitar las ca denas á los que estaban condenados al remo, y que tomasen las armas, habiéndoles prometido la libertad si peleasen con valor. Despues exhortó á todos á que se portasen con intrepidez, y prohibió que correspondiesen á los bárbaros que tiraban desde lejos. Pero luego que se acercaron y se pusieron á tiro, mandó disparar toda la artillería, que causó en ellos un grande estragó. La capitana Española embistió á la capitana enemiga, y habiéndose juntado una á otra con garfios de hierro, peleaban á pie firme acérrimamente con las picas y espadas como si fuese en tierra, sirviendo de mucho auxilio los remeros armados; y lo mismo se hizo en los otros buques con igual ardor de ánimo y deseo de vencer. Duró este sangriento combate por espacio de una hora, y al fin se declaró la victoria por los Españoles. Fueron muertos setecientos enemigos, y uno de sus capitanes; y quinientos con el otro quedaron prisioneros, habiéndoles apresado nueve barcos largos, y la galera capitana; y las seis restantes se escaparon, quedando muertos la mayor parte de los que las defendian. Sacó Don Bernardino una herida en la cabeza, porque hizò á un mismo tiempo el oficio de excelente general, y de intrépido soldado: de los suyos murieron doscientos con quatro capitanes, y habiendo quedado heridos cerca de quinientos. Puso en libertad á setecientos y cinquenta Christianos que los Moros tenian al remo en sus galeras, y tambien se la dió á los galeotes que la habian merecido con su valor, poniendo en su lugar á los Moros que quedaron cautivos. Hiciéronse piadosas procesiones por los vencedores en accion de gracias de esta victoria, asi en Granada, como en todo lo demas de la Andalucía.

Dos años antes habian robado los piratas Moros en el pueblo Hamado Torres cerca de Sacer en Cerdeña, el templo dedicado á los Santos Mártyres, Gavino, Proto y Januario, antes que pudiesen acudir los Christianos á impedirlo. Pero sucedió una cosa maravillosa, porque teniendo vientos favorables, y remando con todo esfuerzo para salir á álta mar, fueron vanos todos sus conatos, y se quedaron las galeras inmobles como peñascos. Atónitos los Moros con el prodigio, sacaron de los buques toda la presa, y la dexaron en la playa en satisfaccion

de su delito. Despues de esto huyeron de allí á toda vela, mirándolo desde lo alto de los montes los naturales del pais, los quales restituyeron al templo las sagradas alhajas. El virey de Cerdeña Don Antonio de Cardona envió al César una relacion puntual de este suceso; y desde allí adelante se aumentó y confirmó en gran manera la devocion á estos Sautos Mártyres, y se celebró su fiesta con mayor culto y pompa, habiendo concedido el Pontífice que en ella se llevase delante el estandarte con sus imágenes, como consta de su bula.

Hallándose el Rey de Túnez en grande apuro por la rebelion de sus súbditos, llegaron Doria y Gonzaga con su armada á las costas del Africa para darle auxilio. Tomaron á los Moros las ciudades de Mahometa, los Alfaques, Trípoli el viejo, y otras que se habian sujetado al xeque de Cidearso. Este pues, orgulloso con el favor de los Turcos, habiéndose apoderado de Calipia ciudad ilustre por el destierro de San Cypriano, hacia la guerra á Muley Assen con pretexto de Religion, que es el mas especioso para engañar á los hombres: pero en realidad su designio era formarse un reyno con la ruina del de Túnez. No cesaba de predicar que Muley habia cometido delito para ser tratado como enemigo, pues contraviniendo á la ley, habia hecho alianza con los Christianos, y que en pena de su prevaricacion debia ser destronado. Sin embargo fué refrenada la audacia de este soberbio tirano por el valor de los Españoles que obraron hazañas ilustres en esta guerra. Ha, biendo dexado los generales de la armada dos mil y quinientos soldados á las órdenes del capitan Alvaro de Sande, para que protegiesen á Muley Assen, pelearon muchas veces con los rebeldes; y siempre con feliz suceso, de tal modo que no se desdeñó la victoria de mostrarse propicia aun con las muge, res de los Españoles; pues habiendo en cierta ocasion invadido repentinamente quinientos Alárabes los bagages que iban en la retaguardia, María Montano muger de ánimo varonil, les hizo una vigorosa resistencia. Exhortó á trescientos mochileros y criados del exército á que tomasen las armas que llevaban en las cargas y la siguiesen, y poniéndose ella á su frente con una lanza en la mano, rechazó y ahuyentó al enemigo, peleando con él valerosamente, y con una constancia digna del mayor elogio. Despues de lo qual se concedió á esta

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muger el sueldo militar, pues con su noble exemplo habia enseñado á los hombres á vencer. Nuestros escritores dexan en duda el año en que acaeció este suceso; pero damos mayor crédito á la historia de Malta de Funes, que afirma positivamente haber sucedido en el año de mil quinientos y quarenta. 1540.

Capitulo x.

Discordias entre el Virey de México y Cortés. Guerra civil en el
Perú. Viage de Orellana por el rio de las Amazonas.

Por estos tiempos acaecieron en América suces os ilustres por su número y variedad, los que referirémos ahora segun el órden que nos hemos propuesto, para no fastidiar á los lectores. El Virey de México Don Antonio de Mendoza gobernaba los negocios civiles con mucha atencion y vigilancia. Comenzó la justicia á exercer su debida autoridad, y á ser castigados los delitos, que se cometian con gran frecuencia en muchas partes al abrigo de la confusion y del desórden inevitable. Con el consejo y parecer de la audiencia Real mandó hacer pesquisa de las violencias y malversaciones cometidas, enviando á todas partes comisionados para castigar los agravios hechos á aquellos naturales, y colonos por la soberbia y avaricia de sus gobernadores. Muchos de estos, que mas bien podian llamarse harpías, estimulados de su mala conciencia, y temerosos de la pena que les esperaba si llegában á dar cuenta de su conducta, se pusieron en salvo por medio de la fuga. Alvarado que estaba persuadido de que al paso que tenia mas poder, podia obrar con mas impunidad y independencia, y de que sus cosas mejorarian de semblante en España, así por la fama de sus hechos, como por su mucho oro, que es el protector mas poderoso, se embarcó en un navío y arribó á Sevilla. Fué puesto en pri sion Nuño de Guzman como culpado de muchas maldades, y despues de haber padecido un largo encierro, le envió el Virey á España con buena custodia. Habíase suscitado una gravísima discordia entre Mendoza y Cortés, originada de la emulacion que recíprocamente se,tenian. Este pues, habia dispuesto ha cer una expedicion á los mares `mas remotos para descubrir el

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