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Provincial de la Compañía fecha 8 de Diciembre de 1684, dice lo siguiente: "Esta Provincia de los Chunchos grandes es dilatadísima, y aunque yo no la he visto, lo puedo asegurar por las personas que han entrado con diversos Gobernadores de esta conquista, que me lo han dicho, que es un pedazo de tierra de mas de ciento cincuenta leguas, tan pobladas de gente, como estas nuestras punas, y aun añaden cosas tan individuales del Paititi, y de su laguna contigua á los Chunchos, que hacen al mas cuerdo que casi las crea."

"Desde los Chunchos por el río Diabeni abajo se puede llegar á los Chunchos grandes en doce ó quince días; y es cierto que si esta puerta se abriera á nuestra santa fé, juzgo que fuera para su aumento, lo mayor de este Reyno, por el gran gentío que allí hay." Creemos, pues, y lo creemos con fundamento, que los Chunchos grandes ocupaban el territorio al Oriente del Paititi ó Mojos en una extensión indefinida de territorio.

Pero en la Real Cédula de 1573, se asignaba á la Audiencia de Charcas, además de Mojos y Chunchos, la Provincia de Sangabana y todas las provincias de Carabaya.

En la Recopilación de Leyes de Indias, edición de 1774, por Andrés Ortega, Libro II, Título XV, Ley IX, se declaran pertenecer á la Audiencia y Chancillería Real de La Plata, Provincia de Charcas; "Las Provincias de Sangabana, Carabaya......Mojos y Chunchos, y Santa Cruz de la Sierra, partiendo términos; por el Septentrión con la Real Audiencia de Lima, y provincias no descubiertas; por el medio día con la Real Audiencia de Chile, y por el levante y poniente, con los dos mares del Norte y del Sur, y línea de demarcación entre la Corona de Castilla y de Portugal, por la parte de la Provincia de Santa Cruz del Brasil."

No es difícil averiguar la extensión de la Provincia de Carabaya; separada definitivamente de la Audiencia de Charcas y Virreinato de Buenos Aires en 1796: para ello tenemos documentos suficientes y bastante claros. Pero, ¿existió la

Provincia de Sangaban? ¿Cuál fué su situación? ¿Cuáles los límites y extensión? En las Relaciones Geográficas de Marcos Gimenez de la Espada, Tomo 2.0, Apéndice, pag. XL. Encontramos una "exposición de los mineros y beneficiadores de minas de Carabaya ó Callahuaya, y constructores de grandes acequias, para conducir el agua á los lavaderos, Pedro Ortiz de Orrutia, Juan de Quiñones, Alonso Lopez, Pedro Fernandez y Fray Sancho, en la que consta que en su tiempo estaba muy decaida la Villa de San Juan del Òro, que mardó fundar el Marquez de Cañete el viejo, (Don Andrés Hurtado de Mendoza) y que los mil indios que pedían para aumento de la labor de las minas y trabajos de acequias, se podían sacar de los pueblos de la Provincia de Sangaban, que son: Ollachía, Ayapata, Coasa Quisquina; y de la Provincia de Chacane, Pelechuco, Camata, Chacane, Mocomoco, Uxatica, Ichuma; y de la Provincia de Larecaxa, Ambaña, Ilacaya, Sorata, Cuyavaya; los cuales pueblos son la Cordillera adentro de Carabaya." Y como las Provincias de Sangaban, Carabaya y Larecaja pertenecían á la Audiencia de Charcas, y comprendían todo el territorio al Oriente de la Cordillera de los Andes, parece justo concluir de tales premisas, que pertenecía á la Audiencia de Charcas todo el territorio comprendido al Oriente de los Andes. Ahora bien, todo el territorio no poblado ni conquistado, se consideró como perteneciente á Apolobamba.

Como solo nos ocupamos de Historia, sin pretender terciar en la cuestión "Límites" entre Bolivia y el Perú, nos abstenemos de citar autoridades sobre el particular; como pudiéramos hacerlo; pues tenemos las "Memorias de los Virreyes; Don Tadeo Haenke y otros, que nos dicen, que la Audiencia de Lima no pasó nunca al Oriente de la Cordillera. Creemos, pues, al señalar los límites de las Misiones de Apolobamba, poder decir con verdad, que estos eran: al Oriente, el río Beni y las Misiones de Mojos; al Norte, la línea de demarcación entre las Coronas de España y Portugal, ó

sea la línea Madera-Yavary; al Occidente, la Cordillera Oriental ó de los Andes, no bien definida; pues no cabe duda que al anexarse al Perú las mencionadas Provincias de Sangaban y Carabaya se le dió algo al Oriente de la Cordillera, aunque no de la de Vilcanota, ó de su ramificación más oriental. Por el Sud, linda con las provincias del Departamento de La Paz, Muñecas y Larecaja, y en parte, con la Provincia de Carabaya.

Podemos de consiguiente decir que el territorio de Apolobamba está comprendido entre los 7° y minutos y 14°, 30', de latitud S. y entre los 67°, 52', y 76", longitud occidental del meridiano de Paris; y su superficie es de cinco mil leguas cuadra. das, aproximadamente.

No podemos decir que el territorio de Apolo'bamba sea del todo conocido y completamente explorado. Lo han sido sus ríos principales; no así sus montañas y serranías. Como población fija, solo existen los pueblos de Pelechuco, Mojos, Pata, Santa Cruz del Valle Ameno, Apolo y Aten; y las Misiones ó Doctrinas de San José de Chupiamonas, Tumupasa, Isiamas y Cabinas. El clima es muy variado, según la distancia de la Cordillera y la altura sobre el nivel del mar. La fundación de Pelechuco, se remonta á los primeros tiempos de la conquista, y nunca fué Misión verdadera: su clima es frío, y sus productos los de la altiplanicie, ó 'diremos mejor los de la puna. A medida que se

avanza al oriente, descendiendo muy sensiblemente, se hace el clima más templado y benigno, ó mejor dicho va cambiando sensiblemente; habiendo lugares en que se puede cultivar con ventaja el trigo, la viña y toda clase de árboles frutales.

En el valle de Apolobamba se cultiva el café, la coca, el maiz, el plátano, la yuca, el arroz y otros frutos de la zona tórrida, como la caña de azucar, pero esto solo en valles ó vegas especiales. Es muy diferente el clima en las cuatro Misiones ó Doctrinas interiores de que hemos hecho mención. En ellas la temperatura media anual es

de 24°, centígrados, siendo los meses de más calor los de Noviembre y Diciembre; pues en el mes Enero se refresca la atmósfera con las lluvias. Si bien el calor es fuerte, no es tanto como pudiera suponerse, dada su latitud; y esto depende sin duda de los inmensos bosques que cubren el país, de los grandes ríos que lo cruzan, del gran número de ríos menores que contínuamente se encuentran; de la gran cantidad de rocio que cae, en una palabra, de la gran cantidad de humedad de que está impregnada la atmósfera; pues sucede, que si se pone alguna ropa á secar al sol, si llega á darle la sombra de algún árbol, casa, etc., al momento se moja con el rocío, aun cuando solo sean las cuatro de la tarde.

De aquí proviene el que no se pueda guardar las carnes en las despensas ni por un solo día, sin que se corrompan y llenen de gusanos. Si se devora una res, y el cielo está despejado, la carne reducida á charque, se seca en el día; mas si el cielo está nublado y no calienta el sol, la carne se pierde sin remedio. Hemos visto en los meses de Septiembre y Octubre, calentarse el agua en grandes lagunas á una temperatura tan elevada, que los pescados sacaban todos la cabeza en busca de una atmósfera más fresca, hasta que morían todos asfixiados. Puede calcularse el hedor que despedirá tanto pescado muerto, de toda clase y tamaño, y en tal abundancia, que, hartas las fieras y aves, los miran con desprecio; y los salvajes mismos no les hacen caso.

Como la tierra carece en absoluto de sal y salitre, y solo se encuentran unos llamados salitrales, que no es otra cosa que una especie de greda que comen todos los animales, y las mismas aves; es muy incípida la carne, á pesar de los abundantes y exhuberantes pastos. Insípida es la leche y lo es también el queso. La gordura en los animales, es aparente; de modo que una mula ó caballo muy gordo, no aguanta un viaje de unos pocos días sin ser reducido al extremo de flacura; lo que no sucede con los animales que han sido alimenta

dos con cebada, alfa ú otros pastos de la puna ó valles.

Los vientos dominantes son el Norte y el Sur; la mayor parte del año domina el Norte, el que también suele traer sus aguaceros. El Sur, que según observaciones repetidas, ha dominado cincuenta y cuatro días en el año, unas veces viene con aguaceros, soplando con excesiva violencia, como los pamperos de la República Argentina; arrancando árboles y casas; otras veces sopla seco y sin aguacero. Con este viento, se ve descender la temperatura de veinte y ocho ó treinta, á doce grados del termómetro centígrado. La cantidad de lluvia que cae, es verdaderamente increible, y no tememos afirmar que ella alcanza algunos metros por año. El año de 1885 llovió ciento doce días en el año. La oscilación del barómetro no excede de cinco milímetros en el día, y rara vez llega á cuatro. Prescindiendo de estas rápidas variaciones de la atmósfera, el termómetro sucie variar de ocho á doce grados centígrados por día, á la sombra.

Es extraordinaria la evaporación en esos lugares, pues mientras en la estación de aguas hay lugares inundados á la altura de varios metros, en los meses de Agosto, Septiembre y Octubre no se encuentra en ellos una gota de agua; y aun la tierra se raja por el exceso de sequedad.

Con este calor y humedad de que hemos hablado, es tal la fertilidad y fecundidad de la tierra, que es preciso sostener una lucha contínua con la naturaleza, para poder transitar libremente dentro de los pueblos, cortando y arrancando la maleza que en ellos espontáneamente crece. En los campos y pajonales crece de tal modo la yerba ó paja, que ni los animales la pueden comer por su dureza; y hasta llega á impedir el paso á las mismas. fieras. De aquí es que acostumbran incendiarlos en los meses de Agosto y Septiembre; y cuando los incendian, es un espectáculo curioso ver una multitud de aves de rapiña, que vuelan sobre esos campos convertidos en llamas, esperando que pase el

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