Imágenes de páginas
PDF
EPUB

braltar, que era objeto tambien del deseo general, y además se pensó en ocupar la atencion de los Ingleses en el continente de América é islas adyacentes para que no pudiesen oponerse á la empresa que se meditaba en la misma Península. Galvez, que habia conquistado la Florida, fué el destinado para dar un golpe contra la Jamáica, y reunió en Santo Domingo una numerosa escuadra con veinte mil hombres de desembarco. Entonces toda la espectacion de los Ingleses y de los aliados quedó fija en América. Reuníase en Brest una poderosa escuadra para pasar al Nuevo Mundo, y los Ing leses por su parte reunieron cuantos buques de guerra les fué dable para oponerse á los colosales proyectos de Floridablanca. La escuadra francesa salió de Brest con nueve mil hombres de desembarco, destacó algunos buques para ir á reforzar la escuadra española que permanecia en las aguas de Gibraltar, siguió su rumbo hácia la Martinica, cayó sobre las Antillas inglesas, y se preparó para juntarse con la escuadra española que se habia reunido en Santo Domingo.

Alarmados los Ingleses, conocieron que iba á recibir un golpe de muerte su poder marítimo, y enviaron órdenes al almirante Rodney, comandante de las fuerzas navales británicas para que diese un golpe decisivo antes que se efectuase la reunion de las fuerzas navales españolas con las de Francia. Rodney lo efectuó como se le habia mandado, acosó constantemente á la escuadra francesa; y aunque esta no quiso admitir durante muchos dias el combate, antes hacia fuerza de vela para lograr su reunion con los Españoles, sin embargo, el dia 12 de abril no pudo menos de acudir al socorro de algunos de sus buques que habian quedado atrás, y se puso en línea de batalla para recibir al enemigo. En esta batalla naval que fué sangrienta por entrambas partes, demostraron tambien los Ingleses que merecian tener el imperio del mar. Rodney fué el primero que desplegó una táctica naval que algunos años despues debia consumar con éxito el célebre almirante Nelson: tal era la de cortar la línea enemiga, poner á todos sus buques entre dos fuegos, confundir de esta suerte todos sus movimientos, trastornar todo su plan, y hacer casi imposible la fuga. Esta batalla les valió á los Ingleses la toma de siete navíos franceses, y no solo esto, sino que las conse

cuencias fueron la salvacion de la Jamaica, y se reputase invencible el pabellon británico.

[blocks in formation]

Al saberse en Madrid este acontecimiento no por esto se perdieron las esperanzas de conseguir al menos la toma de Gibraltar, y se hicieron para ello los preparativos mas estraordinarios de que hacen mencion las historias. Construyéronse baterías flotantes, de un inmenso coste para que atacasen la plaza por la parte de mar y protegiesen el desembarco de las tropas que debian arrojarse al asalto. Pero la guarnicion estaba decidida á perecer entre escombros antes que rendirse: así lo habia jurado su gobernador Elliot que tan bien ha merecido de su patria. Efectuó este gefe frecuentes salidas, que no pocas veces eran fatales á los sitiadores; y si bien volvian estos á la carga, no recompensaban los materiales perdidos ni el tiempo empleado en la acometida. Destinóse dia para un ataque general protegido por las baterías flotantes que debian empezar á abrir brecha. Presentáronse estas delante de la plaza, hicieron un fuego espantoso apoyado por el de las trincheras españolas, y durante todo el dia resistieron al vivo cañoneo de la plaza, y á las balas rojas que disparaban sobre ellas los sitiados. Pero en aquellos momentos terribles por un descuido no se apagó á tiempo el incendio causado por una bala roja, y empezó á arder uno de los buques en que iba el mismo caballero francés Arzon, que era el inventor de las baterías flotantes. La confusion llegó al estremo, porque tampoco se habian tomado precauciones para la retirada sin lo cual las baterías iban á caer irremisiblemente en manos del enemigo. Dióse entonces órden para incendiarlas y para salvar las tripulaciones; pero el incendio hizo tan rápidos progresos en pocos momentos, que perecieron un sin número de los que iban en ellas. De esta suerte se perdieron muchos millones en un dia, acaso solo por no haber atendido al parecer de personas conocedoras y sensatas, y del mismo Duque de Crillon que mandaba á los sitiadores, los que desaprobaban el proyecto, ya porque las baterías flotantes no podian acercarse á la plaza tanto como era de desear, como tambien porque no era posible dar un asalto en regla contra un enemigo valeroso solo con pelotones desembarcados para ir á acometer. Pero á pesar del descalabro, se reunieron en la embocadura del estrecho y en las aguas de Gi

1783.

braltar, fuerzas navales de mucha consideracion para impedir que los Ingleses pudiesen abastecer la plaza, y para obligar á esta á capitular por hambre; pero una tempestad desecha separó á las escuadras aliadas y permitió á la escuadra inglesa que acometiese el 10 de octubre nuestras líneas, y entrase un convoy en Gibraltar. Por este tiempo habia la Inglaterra perdido las esperanzas de recobrar sus colonias de América, y reconoció al fin su independencia. Este reconocimiento allanó todos los obstáculos que impedian llevar adelante con fruto una negociacion, y esta se entabló en Paris para dar á la Europa la paz de que tanto necesitaban las potencias beligerantes para rehacerse de sus respectivas pérdidas.

Capitulo 1x.

Tratado de Paris. Cesiones hechas por las potencias beligerantes.
Quedan sosegadas las turbulencias del Perú. Bombardeos de Argel.
Paz con los Berberiscos. Negociaciones con Portugal. Paz con los
Argelinos. Muerte de Federico II. Tratado entre la Españia y la In-
glaterra. Canal de Aragon. Muerte de Cárlos III.

DESPUES de los inmensos gastos hechos por el gabinete español para el recobro de Gibraltar, parecia tener empeñado su honor en esta conquista, y para acceder á la paz solicitaba ante todo que aquella plaza fuese restituida á la Monarquía española. Pero despues de la gloriosa defensa que habian hecho los Ingleses, tambien ponia la Gran Bretaña su honor en la conservacion de aquel punto. Por otra parte el gabinete francés se habia mostrado resentido porque el gobierno español hizo con tanto secreto la espedicion de Menorca, y deseaba por zelos y por una medida política que los Españoles no entrasen en Gibraltar. Por último atendiendo Cárlos III á los gastos que habia ocasionado una empresa tan colosal, y considerando que si adoptaba la idea mas estraordinaria todavía de minar la plaza debia sepultar para una empresa incierta todas las rentas de la Monarquía en un año, determinó aflojar de sus . pretensiones en el congreso de Paris, y admitir otras proposiciones para una paz definitiva. Contentóse pues con recibir.

por indemnizacion de los gastos de la guerra las dos Floridas y la isla de Menorca, y aun con esto hacia muchísimos años que la España no habia firmado un tratado de paz tan ventajojoso pues en todos ellos habia tenido que ceder algo de su territorio ó de sus colonias. Firmóse el tratado de paz el dia 3 de setiembre, paz de que necesitaba mucho la Inglaterra para reponerse despues de tantos años de una lucha terrible con sus súbditos y con los estranjeros.

Sosegáronse este año las turbulencias del Perú, pues cayeron prisioneros los principales caudillos de la rebelion, y sufrieron el último castigo despues de haber sido destrozadas enteramente sus tropas.

Memorable es tambien este año por el tratado de paz y comercio celebrado con la Turquia, porque hacia siglos que la España estaba en guerra eterna con aquella potencia, y á esto debe atribuirse la tenacidad de los Berberiscos en armar piratas para hacer una guerra sorda y destructora al comercio español. Sabiamente pensó Floridablanca que el primer paso para aterrar á estos súbditos del gran Señor era avenirse con el Sultan, y para ello envió un plenipotenciario á Constantinopla para tratar de un ajuste. El 24 de diciembre se firmó el tratado que abrió á nuestro pabellon los mares de levante, y que concedió á nuestro comercio los mismos privilegios de que gozaban las demas naciones europeas.

Con el influjo y peso que daba á los Españoles este tratado se proyectó mantener á raya á los Argelinos, y se reunió una escuadra á las órdenes del comandante Barceló que bombardeó á Argel.

A principios del año 1784 se procuró entablar negociaciones 1784. de paz con los Argelinos, pero habiendo sido inútiles se volvió á bombardear á Argel, y se notificó al Dey que anualmente le sucederia lo mismo. Al propio tiempo para que no pudiese contar con la amistad y benevolencia de sus vecinos, envió Floridablanca plenipotenciarios al Emperador de Marruecos para que por su mediacion firmasen los Berberiscos un tratado de paz con la España. Si la mediacion del Emperador de Marruecos no hubiese sido suficiente, lo hubiera sido la del mismo Sultan de Constantinopla, que favoreció el designio del gabinete español, y dió algunos pasos para que el Dey de Trípoli fir

1785.

1786.

mase convenio con el Rey de España, como lo firmó el dia 10 de setiembre.

No podia el Dey de Argel sufrir tantos bombardeos y acometidas de la escuadra española, y aunque se defendia siempre con obstinacion, sin embargo la ciudad sufria mucho, y no deseaba seguramente que se repitiese la visita acostumbrada en 1785. Por esto manifestó que accederia á la paz, y se propusieron preliminares para establecerla. El Dey reclamaba cuarenta millones de reales; y como el gabinete español no estuviese por entonces dispuesto á hacer ningun sacrificio, quedó suspendida por entonces la negociacion.

Proyectaba entretanto el ministerio español unir cada dia mas los intereses del reino de Portugal con los de la España, separarle de la Inglaterra, y hacerle entrar en la liga de los Borbones. Para ello entabló negociaciones mas bien que políticas de familia, pues consistieron en contratar dos matrimonios, uno entre la hija mayor del Príncipe de Asturias y el heredero presuntivo del reino de Portugal, y otro del infante don Gabriel hijo de Cárlos III, con la infanta María Victoria de Portugal. De esta suerte logró Floridablanca que el reino de Portugal no fuese considerado por los Ingleses como una mera colonia suya, sino que los buques españoles y franceses .gozasen en el comercio de los mismos privilegios que los de la Gran Bretaña.

Entre los establecimientos ventajosos que se llevaron á cabo este año en la Península merece mencionarse especialmente el gabinete de historia natural, que será sin disputa una de las mas ricas coronas del reinado de Cárlos III. Fundóse tambien la compañía de Filipinas á favor de los fondos del banco de San Carlos que pocos años antes se habia creado, y se la destinó á hacer directamente el comercio con las Indias Orientales.

Murió este año Federico el Grande que habia elevado á la Prusia al rango de primera potencia y héchose temible en toda la Europa. Firmábase por la misma época paz con los Argelinos, y de esta suerte se ponia fin á la eterna piratería que arruinaba á muchas familias de la costa del Mediterráneo. Para obtener este paz sacrificó el gobierno español catorce millones de reales; pero se trataba de afianzar los intereses comer

« AnteriorContinuar »