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jurisdicciones Real y eclesiástica, y en que tomó parte el pueblo. Nuestras posesiones de Milan y de Nápoles se veian amenazadas, y sus gobernadores clamaban por prontos socorros. Oran estaba bloqueada estrechamente, mientras una nube de corsarios argelinos se derramaba por las costas del Mediterráneo causando la ruina de un sin número de poblaciones. Murió por esta época Jacobo de Inglaterra, y el primer paso del nuevo rey Cárlos I fué enviar una escuadra contra nuestras costas para interceptar nuestros convoyes y facilitar el paso de los Franceses que se dirigian á nuestros enemigos. Añádanse á esto los apuros de la hacienda cada dia peor administrada, y el haber perecido en naufragios ó haber caido en manos de nuestros enemigos muchas flotas que nos venian de América.

La escuadra inglesa, compuesta de ochenta velas, apareció delante de Lisboa á fines de octubre; pero hallando á la ciudad apercibida, dobló el cabo de San Vicente y entró en la bahía de Cádiz. Activó la defensa el Duque de Medina-Sidonia, reunió tropas de Sevilla, Malaga y otros pueblos ; y si bien los Ingleses desembarcaron diez mil hombres, y combatieron la torre del Puntal apoderándose de ella al cabo de veinte horas, no pudieron sin embargo internarse en el pais, antes tuvieron que reembarcarse con bastante pérdida el dia 8 de noviembre. Esta espedicion le salió cara á Cárlos I, pues además de haber perdido treinta naves, fué mayor su pérdida moral, pues nada pudo conseguir con tan costosa espedicion.

La campaña de Flandes tuvo tambien este año un resultado glorioso, pues el marqués de Espínola sitió á Breda con lo mas escogido del ejército español, á pesar de defenderla Mauricio con cuarenta y tres mil hombres de seis distintas naciones. Rindióse Breda el 25 de mayo, principalmente porque murió Mauricio el 23 del mes anterior, y se halló en ella un sin número de municiones de guerra. A Mauricio le sucedió su hermano Federico Enrique, belicoso y aborrecedor como él de los Austriacos.

Viendo los Españoles que en Italia se preparaban los enemigos para la ofensiva, se aliaron con los duques de Toscana y Parma y con las repúblicas de Génova y Luca para oponerse al nublado. El Duque de Saboya con diez mil hombres de refuerzo intentaba penetrar en el Monferrato, apoderarse de

Génova y en seguida del Milanesado. Pudo efectuar una parte de sus planes; pero los generales españoles estaban atentos y desbarataron todos los proyectos del enemigo; el Marqués de Santa-Cruz acudió al socorro de Génova con su escuadra ahuyentando de paso á la francesa; el Duque de Feria tomó la ofensiva á espaldas del enemigo, y alentando á los Genoveses pronto perdió el de Saboya todas las plazas que habia conquistado. Por otra parte pacificáronse las contiendas de Méjico mediando prudentemente en ello el nuevo virey Marqués del Valle: Don Fadrique de Toledo desalojó de la América meridional á los Holandeses, y recobró cuantos puntos habian estos ocupado.

De esta suerte la campaña que habia principiado de un modo alarmante, acabó de un modo feliz: tres reyes mozos se hallaban entonces en los tronos de Inglaterra, Francia y España, los tres obedecian á sus consejeros, y los dos primeros se habian convenido para abrumar al tercero; mas es fuerza confesar que por este año quedaron desbaratados todos sus proyectos.

1626. En los Paises Bajos meditó por este año Espínola la toma de la Esclusa; pero habiendo confiado esta empresa al Conde de Horn, tuvo este la desgracia de salir herido y de perder cuatrocientos hombres sin poder llevar á cabo su designio. Entretanto en Alemania derrotaba el Emperador en varios encuentros á todos sus enemigos, singularmente á Mansfeld, al Palatino y al Rey de Dinamarca: Mansfeld y el Duque de Brunswick murieron á poco.

Con esto la Casa de Austria, á la cual queria humillarse con la liga, salió enteramente triunfante, cosa que hubo de sentir mucho el político Richelieu, pero que á fuer de grande hombre de estado no le hizo abandonar sus proyectos. Dejó pues para mas adelante el combinar nuevas fuerzas contra la Casa de Austria, y se dispuso para vencer á la aristocracia francesa en la Rochela. Aprovechó pues la coyuntura de hallarse en Madrid el cardenal Barberini para sacar de pila en nombre del Papa á la infanta Doña María que acababa de nacer, y firmó un tratado de paz en Monzon, en cuyo punto celebraba Felipe IV las córtes del reino de Valencia. La política prescribia á Richelieu que abandonase al Duque de Saboya y á los Venecianos, y

así lo practicó aunque fuese injusto conveníase por el tratado en que el Papa volveria á apoderarse de las plazas de la Valtelina para arrasarlas.

Quedó pues mas desahogado el gobierno español, pero tuvo que llorar este año otros desastres interiores; hubo inundaciones por casi toda España; el Tormes derribó quinientas casas en Salamanca y causó la muerte de infinidad de gente; en Sevilla derribó el Guadalquivir tres mil causando un daño de mas de cuatro millones de ducados: y á todas estas desgracias,, que se sintieron tambien en otras partes á causa de las nieves y las lluvias, se siguió la miseria y la epidemia.

En las cortes de Monzon sirvieron los Valencianos al Rey con mil hombres por todo el tiempo que necesitase, y en las de Aragon le sirvieron con dos mil por espacio de quince años. Las cortes de Cataluña dieron lugar á debates muy vivos, porque conociendo mal el genio de los Catalanes queria tratárseles con rigor, siendo así que su carácter se dobla solo al buen trato: el amor sirve allí mas que la fuerza para el gobierno. Pasó el Rey á Barcelona á últimos de marzo, y como pidiese á los estamentos seis mil hombres, le impusieron estos tales condiciones, que mal aconsejado el Monarca no los quiso admitir, regresando inmediatamente á la corte. Renovóse en Madrid la pragmática de 1619, y se prohibieron los coches con mulas en Portugal para promover la cria de caballos que entonces se habia abandonado. Concertáronse á poco las bodas de la infanta Doña María, hermana de Felipe IV, con el hijo del Emperador, cosa que fué un incentivo para enviar mayores refuerzos á este contra el Rey de Dinamarca, á quien al fin se obligó á pedir la paz.

En Andalucía metieron mucho ruido los individuos de la secta de los alumbrados, hasta que fueron descubiertos y perseguidos. Dictábanse en Madrid varias pragmáticas para repoblar la España, y dar nueva vida á su comercio; creáronse varias compañías comerciales, y se tomaron distintas medidas á fin de que no se estrajese oro ni plata para el estranjero.

Los Holandeses seguian causándonos graves daños en las costas de América, y hubo de atenderse á la formacion de milicias urbanas para la defensa de las playas sin gravámen del erario.

1627.

1628.

1629.

A pesar de hallarse este en los mayores apuros, para contemporizar el Conde Duque con el cardenal de Richelieu le envió cuarenta buques bien armados al mando de Don Fadrique de Toledo, y esto principalmente con el intento de que mientras se ocupaba el ministro francés en reducir la Rochela, podria el Emperador acabar de humillar á sus enemigos, y minar de esta suerte el poder de la Holanda. El Inglés, con la mira de tener entretenido á Richelieujen la Rochela, envió tambien allá una escuadra. La fatalidad quiso que fuese perjudicial á la España el que hubiese enviado allí una el Conde Duque, porque entretanto se apoderaron los Holandeses de una flota que venia de América con inmensos tesoros.

Rindióse la Rochela el dia 28 de octubre de 1628, Ꭹ Richelieu pudo ya tomar parte en las nuevas reyertas que amenazaban á Italia con motivo de la sucesion del duque de Mantua Vicente Gonzaga que acababa de morir. Presentáronse tres ó cuatro pretendientes, todos impotentes escepto el Duque de Saboya; pero cada cual buscó algun rey poderoso que le defendiese; España se alió con el Duque de Saboya, á pesar de haberle hecho la guerra por tanto tiempo; Gonzalo Fernandez de Córdoba acudió de Alemania con un cuerpo de diez mil hombres, y en pos de él vino Espínola con otro cuerpo de ejército para sitiar á Casal, á cuyo punto pusieron en grande aprieto mientras el Emperador se adelantaba hácia el Mantuano despues de haber vencido á todos sus enemigos.

Luis XIII en persona se propuso favorecer á la cabeza de un ejército al duque de Mantua: penetró en Susa, obligó á replegarse al Duque de Saboya, y precisó á los Españoles á levantar el sitio de Cassal, y á retirarse hacia el Milanesado.

Creyendo Richelieu haber conseguido su objeto, volvió á Francia para acabar con los Hugonotes, que habian ya recibido un golpe mortal en la Rochela, y solo dejó tres mil quinientos hombres en la línea del Pó.

Un cuerpo de ejército del Emperador, fuerte de diez y ocho mil hombres llegó entonces al Mantuano; y viendo el gobierno español que era sazon oportuna para apoderarse de Cassal, mandó que Espínola dejase enteramente el gobierno de Flándes, y pasase allá con algunos tercios de veteranos. Su hijo Felipe Espínola se habia ya distinguido con la toma de Ac

qui y otras plazas, y en el ínterin su padre llegó delante de Casal.

Poco habia meditado el Conde Duque la traslacion de ese célebre general, pues así que hubo salido de Flandes se resintieron de su falta los intereses de la España, perdiendo en breve las plazas de Wessel y de Bois-Leduc : esta plaza cerraba ya á nuestros ejércitos el paso del Rin,mientras a quella abria á los Holandeses el Brabante.

El 17 de octubre nació en la corte de Madrid el príncipe Don Baltasar Cárlos, por lo cual tuvieron lugar fiestas estraordinarias, por ser el primer varon que dió á luz la Reina. Mientras tenian lugar estos regocijos públicos derrotaba un general portugués al Rey de Hachem en la India Oriental, y cogieron tesoros inmensos, merced al modo como supo apoyarlos el Rey de Pera.

El 27 de mayo se habia visto obligado el Rey de Dinamarca á concluir paz en Lubeck con el Emperador, á quien pudo decirse que quedaba sometida toda la Alemania.

Este año perdimos la plaza de Fernambuco á pesar de lo de- 1630. nodadamente que resistió á los Holandeses su cortísima guarnicion.

En İtalia tomaban mal sesgo los negocios. Richelieu, libre en gran parte de enemigos interiores, penetró en el Piamonte, batió á los Saboyardos en Javenes, y se apoderó de Saluces despues de haber pasado una vida tan trabajosa en continuas guerras, murió el Duque de Saboya el 26 de julio no pudiendo resistir á tantas desgracias á la vez. Político diestro, y hábil general, concebia proyectos mas vastos de los que podia emprender; supo sin embargo por mucho tiempo valerse de la rivalidad de dos grandes potencias para sostenerse, ora apoyándose con la una, ora mostrándose rendido con la otra, y combatiendo siempre que veia favorable coyuntura. Sucedióle Victor Amadeo I, hijo suyo, y puede decirse que el emprendedor Cárlos Manuel su padre anduvo ganando terreno en su posteridad, hasta elevar algun dia la Casa de Saboya á su esplendor presente.

Espínola combatia con esfuerzo la plaza de Cassal, la redujo al último estremo, rechazó dentro de ella al general francés que quiso hacer una salida, y secundó en parte al ejército im

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