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esceptuamos esas publicaciones que por lo general narran mas bien que esplican los acontecimientos de ciertas y determinadas épocas, la historia política y filosófica de España, perteneciente al siglo XIX, solo existe en ese inmenso fárrago de folletos y periódicos, flores de un dia que pierden el color y el aroma en el siguiente, y que arrastradas por el vienio del olvido mueren apenas nacen destrozadas por la mano del tiempo.

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De aquí la dificultad en que otros han tropezado de escribir nuestra historia contemporánea, tan completa y detalladamente como conviene, y de aquí los inmensos obstáculos que, para redactar la que hoy sale á luz, hemos tenido que vencer á costa de mil fatigas y sacrificios.

Para que de nuestros trabajos resultase la verdad histórica, á cuyo ídolo hemos sacrificado toda idea mezquina de partido y hasta nuestros naturales instintos é inclinaciones, preciso nos ha sido consultar cuantas obras y escritos, asi nacionales como estranjeros, hemos podido haber á las manos, referentes á nuestra política moderna, adoptando las opiniones que hemos juzgado mas razonables y admitiendo los datos que mas verdaderos nos han parecido.

La conveniencia de no distraer la atencion de los lectores, y el deseo de no hacer pesada y confusa la narracion, hannos obligado á renunciar á la costumbre, por otros historiadores seguida, de estampar al márgen citas de obras y de autores, cuyo parecer hemos seguido, y de quienes, como verdadera espresion del nuestro, hemos copiado alguna vez frases y aun trozos de la descripcion de los acontecimientos.

Con igual objeto hemos creido conveniente no seguir el método de otras historias de insertar por separado y al fin de cada tomo los documentos y comprobantes oportunos, sino

que, para su mayor claridad y justificacion, los hemos intercalado en el testo, evitando así que se interrumpa la lectura y se malgaste el tiempo buscándolos en otra parte.

Lejos de nosotros la pueril vanidad de haber escrito una obra perfecta, ni mucho menos.

Nuestra Historia política y parlamentarià podrá servir acaso de cimiento á la kistoria general del presente siglo, y de estimulo á otros escritores mas suficientes y autorizados que darán cima á esta empresa con pluma mas culta y elegante.

La que nosotros hemos llevado á cabo con mas osadia que fuerzas, con mas noble intencion que talento, podrá ser, y será en efecto, pobre en su desempeño y estéril en sus resultados.

Sin embargo, no nos arrepentimos de nuestro trabajo, porque hay empresas tan atrevidas que, si no se alcanza gloria al realizarlas, no por eso deja de ser honroso el acomelerlas.

MONARQUÍA GODA.

CAPITULO PRIMERO.

Concilios de Toledo.

SUMARIO.

Origen confuso de la organizacion de España.-Su gobierno primitivo.--Dominacion de los romanos.-Instálanse los municipios.-La aparicion del cristianismo cambia la marcha política de España.-Persecucion de los cristianos durante el imperio.-Origen del poder del clero.-Legitimidad y utilidad de la influencia teocrática en la organizacion civil y política del pais. Emancipacion de la península.-Ocúpanla los godos.-Nueva revolucion en las ideas y en los intereses de los españoles.-Simpatías entre el pueblo conquistador y el conquistado.-Antagonismo entre la teocracia y el poder real.-Opinion contradictoria sobre los concilios de Toledo.-Gobierno de los godos germánicos -Sus asambleas populares.-Los reyes godos no eran absolutos.-Bases principales de la Constitucion gótico-germana.La Iglesia española fué democrática en su formacion.-Origen de los corciios de Toledo. Su preponderancia.-La conversion de Recaredo produjo la unidad católica, y trasformó el gobierno aristocrático de los godos en una monarquía teocrática y popular.-La soberanía nacional vino á manos de los obispos -Eleccion y coronacion de los reyes godos.-Apertura y celebracion de los concilios.-Carácter y poder de estas asambleas.-Principales leyes que decretaron.-Eran cuerpos legisladores y no consultivos.-Necesarias usurpaciones del poder real.-Injusta censura de la institucion de los concilios.-Beneficios que reportó el pais de aquellas asambleas.

En vano han pretendido antiguos y modernos historiadores arrancar al tiempo el misterioso secreto de la primitiva formacion de las sociedades, sin que sus esfuerzos se estrellasen en el ab surdo de la fábula ó el delirio de la leyenda.

El origen de España, como el de las demas naciones, vive y vivirá siempre envuelto entre el denso velo de la tradicion, hija de los siglos y madre de la historia.

El enigma de la primitiva organizacion de los pueblos, solo puede adivinarse por quien penetre, auxiliado de la filosofía, en el origen de los elementos que la constituyen, y observe atentamente el lento y sucesivo desarrollo de las formas políticas y sociales, á cuyo amparo y sombra aquella organizacion se arraiga y consolida; porque los misterios que el tiempo guarda, solo pueden ser revelados por el tiempo.

Hasta el gobierno de los hermanos Scipiones, puede asegurarse que la historia de España es un período de vaguedad y de confusion, si comparamos los datos y comentarios alegados en apoyo de sus contrarias opiniones por cuantos escritores han tratado de aquella edad de la infancia de nuestra nacion.

La noticia de sus primeros pobladores y habitantes no ha Hlegado hasta nosotros sino oscurecida por las sombras de su ignorancia y de su atraso. Solo se sabe con certeza, porque eso no se borra nunca de la memoria de los pueblos, que el nuestro fué teatro perenne de guerras y batallas, y presa alternativamente de rudos conquistadores, que sofocaban el grito de su moribunda nacionalidad con el atronador estrépito de sus armas vencedoras.

Victima unas veces de la astucia estranjera, víctima otras de la violencia de los pueblos mas osados ó mas inteligentes, la nacion española, joya codiciada de las demas naciones, vivió en sus primeros años subyugada y abatida, careciendo de organizacion, y por consiguiente de unidad social.

Lo que sí puede sostenerse, sin que los hechos lo contradigan, es que su gobierno fué siempre monárquico y democrática su sociedad, siendo testimonio de lo primero el hecho notable y averiguado de haber sido gobernada por diferentes caudillos que distribuian la justicia durante la paz, y se pònian á la cabeza de los combatientes en tiempo de guerra; deduciéndose lo segundo de aquella altivez, de aquellos esfuerzos gigantescos al par que estériles, de que dieron muestra los españoles, siempre que vinieron á las manos con pueblos estranjeros, para defender su inde

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