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Si de ello aparta Flérida sus ojos.

ALCINO.

De la esterilidad es oprimido

El monte, el campo, el soto y el ganado:
La malicia del aire corrompido

Hace morir la yerba mal su grado:
Las aves ven su descubierto nido
Que ya de verdes hojas fué cercado;
Pero si Filis por aquí tornare,
Hará reverdecer cuanto mirare.

TIRRENO.

El álamo de Alcides escogido Fué siempre, y el laurel del rojo Apolo ; De la hermosa Venus fué tenido

En precio y en estima el mirto solo;

El verde sauz de Flérida es querido,

Y

por suyo entre todos escogiólo;

Do quiera que de hoy mas sauces se hallen, El álamo, el laurel y el mirto callen.

ALCINO.

El fresno por la selva en hermosura
Sabemos ya que sobre todos vaya,
Y en aspereza y monte de espesura
Se aventaja la verde y alta haya;
Mas el que la beldad de tu figura
Donde quiera mirado, Filis, haya,
Al fresno y á la haya en su aspereza
Cenfesará que vence tu belleza.

CANCION.

El aspereza de mis males quiero
Que se muestre tambien en mis razones
Como ya en los efectos se ha mostrado:
Lloraré de mi mal las ocasiones;

Sabrá el mundo la causa porque muero,
Y moriré á lo menos confesado.
Pues soy por los cabellos arrastrado
De un tan desatinado pensamiento
Que por agudas peñas peligrosas,
Por matas espinosas

Corre con ligereza mas que el viento,
Bañando de mi sangre la carrera:
Y para mas despacio atormentarme,
Llévame alguna vez por entre flores
A do de mis tormentos y dolores
Descanso, y
de ellos vengo á no acordarme.
Mas él á mas descanso no me espera,
Antes, como me ve de esta manera,
Con un nuevo furor y desatino
Torna á seguir el áspero camino.

No vine por mis pies á tantos daños;
Fuerzas de mi destino me trajeron,
Y á la que me atormenta me entregaron:
Mi razon y juïcio bien creyeron
Guardarme, como en los pasados años
De otros graves peligros me guardaron,
Mas cuando los pasados compararon
Con los que venir vieron, no sabian
Lo que hacer de sí, ni do meterse,

Que luego empezó á verse

La fuerza y el rigor con que venian.
Mas de pura vergüenza constreñida
Con tardo paso y corazon medroso
Al fin ya mi razon salió al camino :
Cuanto era el enemigo mas vecino,
Tanto mas el recelo temeroso

Le mostraba el peligro de su vida :
Pensar en el temor de ser vencida
La sangre alguna vez le calentaba;
Mas el mismo temor se la enfriaba..
Estaba yo á mirar, y peleando
En mi defensa mi razon estaba
Cansada y en mil partes ya herida,
Y sin ver yo quien dentro me incitaba,
Ni saber como, estaba deseando
Que allí quedase mi razon vencida.
Nunca en todo el proceso de mi vida
Cosa se me cumplió que desease

Tan presto como aquesta ; que á la hora
Se rindió la señora

Y al siervo consintió que gobernase
Y usase de la ley del vencimiento;
Entonces yo sentime salteado

De una vergüenza libre y generosa :
Corríme gravemente, que una cosa
Tan sin razon hubiese así pasado.
Luego siguió el dolor al corrimiento
De ver mi reyno en mano de quien cuento
Que me da vida y muerte cada dia,

Y es la mas moderada tiranía.

Los ojos, cuya lumbre bien pudiera

Tornar clara la noche tenebrosa
Y escurecer el sol á mediodia,
Me convirtieron luego en otra cosa,
En volviéndose á mí la vez primera
Con la calor del rayo que salia
De su vista que en mí se difundia;
Y de mis ojos la abundante vena
De lágrimas al sol que me inflamaba
No menos ayudaba

A hacer mi natura en todo agena
De lo que era primero. Corromperse
Sentí el sosiego y libertad pasada,
Y el mal de que muriendo estó engendrarse,
Y en tierra sus raices ahondarse
Tanto cuanto su cima levantada
Sobre cualquier altura hace verse:
El fruto que de aquí suele cogerse,
Mil es amargo, alguna vez sabroso :
Mas mortífero siempre y ponzoñoso.

De mí agora huyendo voy buscando
A quien huye de mí como enemiga,
Que al un error añado el otro yerro :
Y en medio del trabajo y la fatiga
Estoy cantando yo, y está sonando
De mis atados pies el grave hierro.
Mas poco dura el canto, si me encierro
Acá dentro de mí, porque

allí veo

Un campo lleno de desconfianza:

/ Muestrame la esperanza

De lejos su vestido y su meneo;

Mas ver su rostro nunca me consiente. Torno á llorar mis daños, porque entiendo

Que es un crudo linage de tormento,
Para matar á aquel que está sediento,
Mostralle el agua porque está muriendo,
De la cual el cuitado juntamente

La claridad contempla, el ruido siente;
Mas cuando llega ya para bebella,
Gran espacio se halla lejos della.
De los cabellos de oro fué tejida
La red que fabricó mi sentimiento,
Do mi razon revuelta y enredada
Con gran vergüenza suya y corrimiento,
Sujeta al apetito y sometida,

En público adulterio fué tomada,
Del cielo y de la tierra contemplada.
Mas ya no es tiempo de mirar yo en esto;
considerallo;

Pues no tengo con que

Y en tal punto me hallo,

Que estoy sin armas en el campo puesto
Y el paso ya cerrado y la huida:

¿Quien no se espantará de lo que digo?
Que es cierto que he venido á tal extremo,
Que del
grave dolor que huyo y temo
Me hallo algunas veces tan amigo,
Que en medio dél, si vuelvo á ver la vida
De libertad, la juzgo por perdida,
Y maldigo las horas y momentos
Gastadas mal en libres pensamientos.
No reina siempre aquesta fantasía;
Que en imaginacion tan variable
No se reposa un hora el pensamiento:
Viene con un rigor tan intratable
A tiempos el dolor, que al alma mią

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