desarmar á sus detractores, ni templar su malignidad. Pero ninguno de ellos pudo arrebatarle el cetro que tenia en sus manos, ni la consideracion que tantos y tan célebres trabajos le habian adquirido. Su muerte fue un luto público, su entierro una concurrencia universal hay un libro de poesías españolas hechas á su muerte, otro de italianas; y viviendo y muriendo siempre estuvo oyendo alabanzas, siempre cogiendo laureles, admirado como un portento, y aclamado Fenix de los ingenios. ¿Qué queda al cabo de dos siglos de toda aquella pompa, de aquellòs ruidosos aplausos que entonces fatigaron los ecos de la fama? Al ver que de tautas poesías y poemas como compuso, es muy raro, quizá ninguno', el que puede leerse entero, sin que á cada pasò choque por su repugnancia; que su obra mas estudiada y querida, su Jerusalen (*) ; es un compuesto de absurdos, donde lo poco bueno que se encuentra hace todavía mas deplorable el abuso de su talento; que de tantos centenares de comedias apenas habrá una que pueda llamarse buena; en fin que de tantos millares de versos como su incansable vena produjo, son tan pocos los que han quedado grabados en las tablas del buen gusto; no puede menos de exclamarse, ¿dónત de estan pues los cimientos de aquel edificio de (*) Mientras que llega el fiador que obligo De la Jerusalen, de aquel poema Que escribo, imito, y con rigor castigo. EPISTOLA A GASPAR DE BARRIONuevo. ¿Que ideas pues tenia de gusto, de correccion, de orden, de elegancia el hombre que con tanto estudio y esmero produce una obra tan desatinada? gloria levantado en obsequio de un hombre solo por el siglo en que vivia, y que asombray da envidia á la imaginacion que les contempla desde lejos? No era posible que tuviesen otro resultado trabajos hechos con tal precipitacion, con semejante olvido de todos los buenos principios, y de todos los grandes modelos; sin plan, sin preparacion, sin estudio ni atencion á la nåturaleza. La necesidad de escribir precipitadamente para el teatro, donde él habia acostumbrado al público á novedades casi diarias, dėscompuso y como que relajó todos los resortes de su ingenio, llevando la misma priesa y el mismo abandono á todos sus demas escritos (*). Así es que, á excepcion de algunas poesías contasmen que la buena inspiracions del momento podia aprovecharse en él, en todas las otras hay faltas imperdonables de invencion, de composición y de estilo. Facilidad fatal que corrompió en ! él todo cuanto bueno habia! Ella le hizo deslucir la claridad, el número, la elegancia, la sencillez, la afluencia y aun la fuerza de que tambien estaba dotado; dando lugar á figuras impropias, á alusiones históricas ó fabulosasipedantescas é importunas, á explicaciones frias y (*) Si no me embarazára el libre cuello P De la necesidad el fiero yugo Por lo que al cielo plugo; Yo viera en mi cabello Algun honor que á la virtud se debe, Que diera verde lustre à tanta nieve. Siempre ocupado en fabulus de amoręs: Manchan la tabla aprisa. LUPE EGLOGA A CLAUDIO, い prolijas de lo mismo que ya ha dicho en fio, á la flojedad, á la llaneza, á la falta de tono insufrible en que degeneran la rica abundancia Ꭹ la candidez amable de su diccion y sus versos. Era pues bárbaro, se dirá, el siglo que consentia tales extravíos, y que daba tanto aplauso á un escritor tan defectuoso. No era bárbaro, aunque sí condescendiente con exceso. Hubo entonces muchos buenos ingenios que deploraban este desórden; pero no podian contrastar al aura popular que la clase de trabajos de Lope se llevaba consigo, y que en algun modo su talento autorizaba. La general dulzura y fluidez de su poesía, la claridad de su expresion inteligible casi siempre al menos docto, el lenguage de la galantería fina y culta que él inventó, y puso en uso en las comedias, el decoro y aparato con que autorizó la escena (*); los rasgos de sensibilidad viva y delicada que de cuando en cuando presenta; el papel sobre- saliente y brillante que las mugeres hacen ge-neralmente en sus obras ; en fin su imperio ab- solato en el teatro donde los aplausos tienen - mas solemnidad y energía, todas son circuns- tancias que concurren á disculpar al público de entonces, el cual no era injusto en admirar mas á quien mas placer le daba. (**) 1 (*) Pintar las iras del armado Aquiles, Guardar á los palacios el decoro Iluminados de oro Y de lisonjas viles, La furia del amante sin consejo, La hermosa dama, el sentencioso viejo; ¿A quién se debe, Claudio? (**) Muerto él, Calderon, Moreto y otros que en vida suya se hubieran contentado con el título de sus De Góngora y Quevedo, y sus imitadores. Para dar á la poesía castellana el tono y el vi gor que le iban faltando, apenas fueran suficientes Horacio y Virgilio con la grandeza de su ingenio, la perfeccion de su gusto, y la alta proteccion que disfrutaron. Dos hombres se aplicaron entre nosotros á esta empresa; los dos de gran talento, pero de un gusto depravado, y de diferentes estudios. Sus vicios, que participan alguna vez de sus buenas prendas, tuvieron la propiedad de un contagio, y produjeron consecuencias mas fatales que el mal mismo que intentaron remediar. El primero fue don Luis de Góngora, padre y fundador de la secta llamada de los cultos. Todos saben que despues de un siglo de discípulos, le obscurecieron en la escena, sin embargo de que su nombre fue siempre respetado como escritor. Este respeto se iba disminuyendo mucho con la observácion mas atenta de los buenos principios, y de los grandes modelos; hasta que últimamente algunas de sus comedias representadas con aplauso y concurrencia general han vuelto á restablecer su reputacion vacilante. En francés se ha hecho en estos últimos años una muy buena traduccion de algunas poesías suyas por el señor marques de Aguilar; y en Inglaterra un hombre tan respetable por su dignidad y caracter, como por su erudicion, filosofía y buen gusto (Milord Holland) ha publicado una disertacion excelente sobre su vida y sus obras, Alternativa por cierto bien extraña, y que prueba á lo menos, que aun cuando Lope sea un escritor muy imperfecto, está sin embargo muy lejos de ser un objeto poco interesante en la historia de nuestras letras.. adoraciones que logró en los secuaces de su estilo, Luzan y los demas humanistas que restablecieron el buen gusto, se aplicaron á destruir la secta desacreditando á su fundador; y para cllos Góngora y poeta detestable fue todo uno. -Mas esto era injusto, y deben distinguirse siempre en este autor el poeta brillante, amenɔ y lozano del novador extravagante y caprichoso. Su genio independiente era incapaz de seguir ni de imitar á nadie: su imaginacion en extremo fogosa y viva no veía las cosas de un modo comun, y el colorido débil y pálido de los otros poetas no puede sufrir comparacion con la bizarria, si asi puede decirse, de su expresion y su estilo. ¿En cual de ellos se encontrarán períodos poéticos iguales, que en riqueza de lenguage, en lozanía y en número, puedan competir con los siguientes? Rey de los otros rios caudaloso Que en fama claro en aguas cristalino, Raya, dorado sol, orna y colora Flora..... ¿En cual imágenes mas delicadas, mas opor tunas y mas naturalmente expresadas que estas? La dulce boca que á gustar convida....!!!! |