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paso fue obra de los dos siglos de cuyos hechos nos estamos ocupando.

La navegacion, el comercio y las relaciones entre los pueblos, adquirieron durante ellos un desarrollo admirable. Las cruzadas bastaban para producir este resultado, pues merced á ellas los mares de oriente vinieron á ser un lugar de cita para todas las potencias marítimas de Europa que llevaban allí á sus guerreros, ό que especulando con la guerra santa, trasportaban los de otras naciones, ó conducian víveres.

El primer paso estaba dado. La necesidad de trasladarse al Asia los pueblos cristianos de Europa hubo de dar impulso á la navegacion; y el contacto en que se pusieron por este medio los pueblos navegantes, dió orígen á sus relaciones, las estendió mas tarde, y llegó á estrecharlas. Los catalanes fueron sin duda los primeros que en España tuvieron importancia bajo este punto de vista. Ya sabemos desde cuán antiguo databan sus viages á oriente; hemos presenciado á principos del siglo duodécimo su confederacion con los Pisanos para atacar las islas Baleares. Dijimos en otra parte que los prohombres de mar de Barcelona habian redactado hacia la misma época un código de derecho marítimo, que al instante fue adoptado por los navegantes italianos, y que mas tarde vino á ser con el nombre de Consulado de mar el derecho comun del Mediterráneo y del Océano. Mas adelante y en el año 1374 los catalanes levantaron la primera carta geográfica plana, que forma parte de un atlas compuesto de seis mapas de veinte y tres pulgadas de longitud y diez y ocho de latitud. Los dos primeros presentan un sistema cosmógrafo y planetario; los otros cuatro son puramente geográficos y abrazan todo el mundo entonces conocido. Muy largo seria y ageno de este lugar dar una minuciosa idea de aquel hermosísimo trabajo cuyo original existe en la biblioteca del rey en Paris, y allí hubiera permanecido sepultado á no ser la laboriosidad de Mr. Buchon, que pocos años hace ha publicado un exactísimo fac-simile de los seis mapas, y un libro que contiene el testo catalan, su traduccion en frances y una curiosísima esplicacion de todo el atlas. El mismo Mr. Buchon

regaló un ejemplar de los mapas y de la obra á la academia de buenas letras de Barcelona, en cuyo archivo hemos teni do el gusto de examinar muy por menor aquel precoz trabajo de nuestros abuelos.

En nuestra narracion histórica hemos ido notando la importancia de las escuadras catalanas en las varias guerras emprendidas contra los moros de España; hemos visto á D. Jaime I aprestar una armada para dirigirse á la Tierra Santa, dispuso otra para ausiliar á S. Luis rey de Francia, con otra se trasladó á las Baleares, y ademas la espedicion y las conquistas de Sicilia son una prueba concluyente del grande poder que tenian por mar los reyes de Aragon.

Desde principios del siglo duodécimo era Barcelona un pueblo abierto á todas las naciones entonces conocidas, y estaba considerada como el principal depósito que en occidente habia de las esquisitas mercaderías de Indias. En 1285 D. Alfonso III salió de Rosas para Mahon con una escuadra de ciento veinte y dos velas. El empeño con que las repúblicas de Génova y de Pisa rivalizaban para contraer alianza con los condes de Barcelona y mas tarde con los reyes de Aragon, demuestran hasta qué punto habia llegado la importancia marítima de este reino. Antes de terminarse el siglo décimotercero vemos ya á sus reyes enviando embajadores al rey de los Mogoles y á otros príncipes de oriente, y recibirlos del soldan de Babilonia, en cuyos dominios tenian cónsules los reyes de Aragon.

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Durante los mismos dos siglos hizo tambien muchos adelantos la marina en Galicia y en Guipúzcoa, en donde hasta entonces habia estado en grande atraso, y que no obstante no tomó el vuelo que la catalana. Todo marchaba sin embargo hácia la perfeccion, hácia la uniformidad entre los reinos de España, cuyos mayores ó menores adelantos dependieron en gran parte de la tardanza ó de la prontitud con que lograron arrojar de su suelo á los Arabes. A la guerra religiosa que fue el hecho dominante de los siglos duodécimo y décimotercero, acompañaron pues segun lo hemos visto, la creccion de magníficos templos, los adelantos en el comercio, en la marina, y en las relaciones con otros pueblos de

Europa, el grande desarrollo de la emancipacion popular, y el establecimiento de las universidades; desde las cuales las ciencias conservadas en los monasterios se fueron derramando por la nacion entera. Estos pasos presagiaban la proximidad de una civilizacion que no era todavía la moderna, pero que debia forzosamente precederla. Irémos notando su desarrollo, y observarémos como de poco en poco va reuniendo los materiales que han de servir de base á la civilizacion moderna. Sigamos pues el relato histórico de que nos distrajimos al comenzar esta reseña.

CONTINUA EL REINADO DE D. FERNANDO IV.

Suspendimos la historia general de España en el año 1305 y en el momento en que se terminaron por medio de amistosas concordias las diferencias que dividian á sus reyes, y las que alimentaban entre sí varios maguates de Castilla. Al cortar la historia de Aragon acababamos de decir que en las Cortes celebradas en Zaragoza en 1301 habia sido jurado por sucesor de D. Jaime II el Justo su primogénito, que mas adelante renunció el reino para entrar en la religion de San Juan. Añadimos allí que ademas de este hijo y de varias hijas tuvo D. Jaime otros cuatro varones, á saber, Alfonso, Juan, Pedro y Ramon Berenguer. Acabada la reseña que hemos hecho de los dos últimos siglos, de justicia corresponderia continuar la historia general de España, y asi lo ejecutaríamos á no ver que muy luego seria forzoso cortarla otra vez para intercalar un relato que corresponde al reino de Aragon. A fin de huir de otra interrupcion, aprovecharémos la que hemos hecho para caminar despues con mas desembarazo en la esposicion de los acontecimientos que son el principal objeto de nuestra obra. La época del año 1305 en que nos hallamos es la mas á propósito para nuestro intento; por lo mismo rogamos á los lectores que dejando á un lado todo lo demas vuelvan los ojos á los catalanes y aragoneses, cuyos hechos merecen ser conocidos.

SUCESOS PARTICULARES

DE LA CORONA DE ARAGON.

Dos son los grandes acontecimientos de que vamos á ocuparnos; el uno pertenece esclusivamente á la corona de Aragon, el otro dispertó con justo motivo el interes de la Europa entera. Aquel es la espedicion de catalanes y aragoneses á Grecia, este es la caida de la orden del Temple. Forzados á relatarlos con separacion no titubeamos en dar el lugar primero al que es de interes general.

CAIDA DE LA ORDEN DEL TEMPLE.

La catástrofe de los templarios fijó la atencion de toda Europa y de parte de Asia y de Africa en los principios del siglo XIV. Los monarcas resolvieron derrocar aquella órden, célebre por su caridad, por su valor y por sus riquezas: el gefe supremo de la Iglesia lanzó contra ella su terrible anatema, y este anatema y el poder de los reyes eran dos armas irresistibles. Si fue el honor de la religion, ó fue la política la que sepultó la milicia del Temple, si sus caballeros fueron criminales ó víctimas, si las riquezas los hicieron temibles, ó si sus costumbres se relajaron con las riquezas, nadie lo ha resuelto todavía, sin embargo de haber trascurrido cinco siglos, y de las defensas y acusaciones que en pro y en contra de los templarios se han escrito. En todas las naciones los caballeros fueron repentinamente presos ó se entregaron por sí mis-mos á los reyes, no sabemos si por cobardía ó por efecto de la confianza que inspira la inocencia; mas en el reino de Aragon esa catástrofe general presentó una singular anomalía.

El belicoso Bibars que saliendo de las riberas del Nilo habia invadido la Siria y encerrado á los cristianos en Tolemaida, legó el designio de conquistarla á su sucesor Kelaun, quien lo trasmitió á su hijo Chalil. Este jóven cumplió su juramento y el de su padre

el 18 de mayo de 1291, apoderándose de aquella ciudad y muy luego de las demas que á los cruzados les quedaban. En ella pereció la flor de los caballeros del Temple, y los que pudieron salvar la vida, despues de varia fortuna en el año 1306 se presentarou en Europa, cargados con los despojos de sus conquistas. Ya algun tiempo antes se habian dirigido acusaciones contra los caballeros, y el gran maestre que se hallaba en Francia para sincerar á la órden, hubiera quizás logrado su objeto á no venir entonces mismo á la capital los templarios que abandonaban el oriente. Sus riquezas se tuvieron por un insulto, su ociosidad y su lujo escandalizaron á los cristianos, y su valor nunca desmentido ni domado los hizo temibles á Felipe el Hermoso, de Francia. Este rey cuya vista desplegaron los templarios mas poder y mas lujo que ante ningun otro monarca, se declaró su mas acérrimo enemigo, y puso en noticia del papa Clemente V los atroces delitos de que á los caballeros se acusaba (1). Movido el pontífice por el celo de la religion y acaso impulsado tambien por intereses mundanos, espidió en 22 de agosto de 1306 una bula en que manifestaba á Felipe el Hermoso que á solicitud de los mismos templarios iba á proceder á la inquisicion de sus escesos. El rey sin embargo lejos de aquietarse con esto, en 13 de octubre del mismo año hizo encarcelar á todos los caballeros que en Francia se hallaban, instruyóse contra

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(1) Los crimenes que á los templarios se achacaban se leen en la bula dirigida por Clemente V á los obispos de la cristiandad en 10 de agosto del tercer año de su pontificado, que empieza : Faciens misericordiam cum servo suo. En compendio se reducen: á que los novicios al entrar templarios, blasfemaban á Dios, á Cristo, á la Virgen Maria y á los santos: que escupian á la cruz 7 á la imágen de Jesu-Cristo y la pisoteaban, afirmando que habia sido falso profeta, y que no padeció ni fue crucificado para la redencion del género humano: que adoraban con culto de latría una cabeza blanca, de figura casi humana, que no representaba santo alguno, adornada con cabellos negros y encrespados y con dijes de oro al rededor del cuello que delante de ella rezaban ciertas oraciones y la ceñian con unos cingulos con los cuales ellos se ceñian luego el cuerpo, como si fueran saludables : que los caballeros usaban torpe y nefandamente de los novicios, cometiendo entre si mil asquerosas abominaciones: que bajo juramento prometian no revelar á nadie lo que ejecutaban al rayar el alba, cuyo delito suponen ser el mas horrendo. Acusabase ademas á los templarios promovidos 21 sacerdocio de que en la misa omitian las palabras de la consagracion.

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