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EL MUNDO.

HISTORIA DE TODOS LOS PUEBLOS

DESDE LA MAS REMOTA ANTIGÜEDAD

HASTA NUESTROS DIAS.

HISTORIA DE ESPAÑA.

D. SANCHO IV EL BRAVO.

EN Avila se encontraba D. Sancho cuando acaeció en Sevilla el fallecimiento de su padre. Aunque su derecho era dudoso sucedió en los estados de D. Alfonso sin contradiccion alguna, tomó el tí→ tulo de rey, se coronó en Toledo, y fue jurada por sucesora suya D.a Isabel, de edad de dos años, que era entonces su única hija El rey D. Sancho ya nos es conocido. Jóven, valiente y audaz se habia grangeado el apellido de Bravo por las proezas hechas hasta entonces, las cuales pudieron acreditarle de valiente, pero mancharon su reputacion y afearán siempre su memoria. El reinado de este príncipe fue una serie de disturbios y revueltas, que trayendo su origen del reinado anterior, se complicaron mas en este, porque hubo mas personas que tomaron parte en ellos.

El nuevo monarca acogió benévolamente á cuantos se le presentaron saludándole como rey, por mas que entre ellos hubiese algunos de los principales valedores de los hijos de la Cerda. A fuer de hombre astuto y que por otra parte los conocia, fingió admitir con placer su homenage, mientras en su interior meditaba la manera de hacerles esperimentar los efectos de su saña cuando estuviese asegurado en el trono. Temia sobre todo el partido de sus sobrinos, y por lo mismo era preciso que tratase de menguar su poder acabando con los secuaces de poca cuenta y amistándose con los que eran capaces de contender con él cara á cara. Entre estos figuraba sin duda en primera línea el rey de Aragon que conservando en su territorio á los infautes, tenia siempre un arma poderosa con que amenazarle. Por de pronto se le ofreció un medio oportuno de grangearse su alianza, grangearse su alianza, pues estando el de Aragon en guerra con D. Juan de Lara, que poseia la ciudad de Albarracin, y desde ella ausiliado por los Navarros hacia incursiones en Aragon y Castilla, D. Sancho le remitió un buen golpe de sus soldados para que le ausiliasen en aquella lucha.

Seguro por este lado y como su hermano D. Juan procurase apoderarse de Sevilla en virtud del derecho que á la misma le correspondia por el testamento de su padre, se dirigió hácia aquella ciudad en donde no le faltaban valedores que resistian en este punto el cumplimiento de la última voluntad de D. Alfonso alegando para ello especiosas razones. Puso término á la contieuda la llegada de D. Sancho, quien logró que su hermano desistiera de la pretension entablada. Hallábase aun en Sevilla cuando recibió á los embajadores del rey de Granada y de Abu-Jusef felicitándole por su proclamacion, é indicándole que querian continuar con él en las mismas relaciones que los habian ligado con su padre. El rey de Castilla dió al uno distinta contestacion que al otro. Confirmó con el primero las paces asentadas; mas en cuanto al segundo espuso. que habiéndole sus tropas talado las tierras, tenia en una mano el pan y en la otra el palo, es decir, que estaba dispuesto á la paz y á la guerra, y que el moro escogiera lo que mejor le pareciesc. Sin esperar que Abu-Jusef manifestase por qué partido se

á

decidia, levantó tropas y se dirigió hácia Jerez que tenia sitiada el de Marruecos, quien temeroso de entrar en la lid con aquel rey jóven y belicoso se retiró á Algeciras.

para

Allí reunidos por su llamamiento el rey de Granada y algunos walis les aconsejó que se mantuviesen unidos llevar la guerra á los cristianos, que eran sus enemigos comunes; encargó al rey de Granada que no hiciese alianza con los cristianos, los cuales querian confederaciones cuando estaban imposibilitados de hacer la guerra, y las rompian siempre que era útil á sus intentos. Encomendó al de Granada que siendo el príncipe mas poderoso entre ellos cuidase cual un padre de todos los musulmanes de España, y aconsejó á los walis de Málaga, Guadix y Comares que se pusiesen bajo el amparo de Mohamad, dado que por sí solos no podian sostenerse. No anduvieron de acuerdo los congregados en seguir los consejos del de Marruecos, y asi se disolvió la asamblea sin haber concluido cosa alguna. Solo los tres walis nombrados se concertaron con AbuJusef á quien cedió su señorío el de Málaga, en donde quedó man dando uno de los caudillos que de Marruecos vinieron. Sabidos por el de Granada los conciertos de los walis con Abu-Jusef, y la cesion que le habian hecho de Málaga, procuró disimuladamente avenirse con D. Sancho, confiando que con su ausilio podria hacerse temible á sus correligionarios. En Algeciras falleció el rey de Marruecos y fue proclamado su hijo Abu-Jacub, que desde luego partió al Africa á fin de que le prestasen homenage sus vasallos de allende el estrecho.

rey

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Entre tanto D. Sancho habia celebrado Córtes en Sevilla, en las que se procuró el remedio de los muchos males que las pasadas guerras habian causado, y se revocaron varias órdenes y decretos que mas por la necesidad de hacer frente á tantas revueltas se ha

bian espedido que nó espontáneamente por el mismo rey, y por su

padre D. Alfonso. Concluidas las Cortes dirigióse á Castilla para sufocar el partido de los Cerdas que osadamente volvia á levantar la cabeza, y con su llegada y con algunos castigos que hizo se restableció por de pronto la calma.

La jornada de Jerez estuvo á punto de turbarla de nuevo, por

que D. Sancho so color de que tenia que acudir contra los moros no prestó al rey de Aragon los ausilios que le habia prometido para luchar con los franceses, que como hemos visto le hacian cruda guerra, y que por otra parte procuraban desavenirle con el rey de Castilla. Para ello enviaron á este embajadores solicitando que se apartase del rey de Aragon porque estaba escomulgado, y que trabajara á fin de que fuesen puestos en libertad los infantes de la Cerda.

Por resultados de la jornada de Jerez Abu-Jacub vuelto á España entabló conciertos con el rey de Castilla, y á poco hizo lo mismo el de Granada, quien consiguió que volviese á su poder la ciudad de Málaga, cuyo desleal wali la habia entregado segun dijimos al rey de Marruecos.

Corria en esto el año 1285, en cuyo último mes le nació á D. Sancho su hijo Fernando, que fue mas adelante Fernando IV conocido por el Emplazado; y á quien en las Cortes celebradas al año siguiente se juró por heredero del reino á instancias de su padre, para asegurar la corona en su descendencia contra el doble estorbo de los infantes de la Cerda, y de la nulidad de su matrimonio por el inmediato parentesco que habia entre él y su esposa. Vanas fueron todas las pretensiones del de Castilla á fin de que el papa dispensase este impedimento, pues si bien puede creerse que el sumo pontífice hubiera venido en ello, lo estorbó siempre el rey de Francia, enojado contra D. Sancho por la usurpacion de la corona hecha á sus sobrinos.

Al hablar de los principios de la rebelion de D. Sancho contra su padre dijimos que uno de los magnates que con mas audacia habian sostenido el partido del príncipe fue D. Lope de Haro señor de Vizcaya. Sentado D. Sancho en el trono hubo de recompensar á los que le habian valido, porque la traicion con mas premura que la lealtad exige galardones, y uno de ellos fue D. Lope, á quier hizo mayordomo de su casa, nombró su alférez mayor, dióle título de conde, y con él el gobierno de muchos fuertes y castillos. Cual si tautas mercedes concedidas á un valedor no bastaran para recompensar las obligaciones que le tenia, las hizo hereditarias en

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