Imágenes de páginas
PDF
EPUB

no se hiciese la paz: que su costumbre era buscar en Ja guerra la paz y no al contrario: «No quiero, dice, >>> faltar al comun consentimiento de Italia. El agravio que se me hizo en tomar asiento sin darme parte, » qualquiera que él sea, de buena gana le perdono »por respeto del bien comun. La autoridad del Padre »Santo, la voluntad de los pueblos y de los prínci>> pes estimo en lo que es razon, y no rehuso de ir á esta jornada sea por capitan, sea por soldado." Despues de la respuesta del Rey se leyeron las condiciones de la confederacion hecha por los venecianos cou Francisco Esforcia y con los florentines deste tenor y sustancia: Los venecianos, Francisco Esforcia y florentines y sus aliados guarden inviolablemente por espacio de veinte y cinco años, y mas si mas pareciere a todos los confederados, la amistad que se asienta, la alianza, y liga con el Rey don Alonso para el reposo comun de Italia, en especial para reprimir los intentos de los turcos que amenazan de hacer grave "guerra a christianos. Las condiciones desta confederacion serán estas: el Rey don Alonso defienda (como si suyo fuese y le perteneciese) el estado de venecianos, de Francisco Esforcia y de florentines y sus aliados contra qualquiera que les hiciere guerra, hora sea italiano, hora estrangero. En tiempo de paz para socorrerse entre sí si alguna guerra acaso repentinamente se levantare, el Rey, los venecianos y Francisco Esforcia cada qual tengan á su sueldo cada ocho mil de á caballo y quatro mil infantes, los florentines cinco mil de a caballo y dos mil de a pie, todos a punto y armados. Si aconteciere que de alguna parte se levantare guerra, a ninguna de las partes sea lícito hacer paz si no fuere com comun acuerdo de los demas; ni tampoco pueda el Rey ó alguno de los confederados asentar liga o hacer avenencia con

[ocr errors]

y

que

que

alguna nacion de Italia, si no fuere con el dicho comun consentimiento. Quando á alguna de las partes se hiciere guerra, cada qual de los ligados le acuda sin tardanza con la mitad de su caballería y infantería, que no hará volver hasta tanto que la guerra quede acabada. Si aconteciere que por causa de alguna guerra se enviaren socorros á alguno de los nombrados, el que los recibiere, sea obligado á señalalles lugares en que se alojen, y dalles vituallas y todo lo necesario al mismo precio que a sus naturales. Si alguno de los susodichos moviere gueria á qualquiera de los otros, no por eso se tenga por quebrantada la liga quanto á los demas antes se quede en su vigor. darán socorro al fuerza fuere acometido, no con menor diligencia que si el que mueve la guerra no estuviese comprehendido en la dicha confederacion. Si se hiciere guerra á algumo de los nombrados, á ninguno de los otros sea lícito dar por sus tierras paso á los contrarios ó proveellos de vituallas, antes con todo su poder resistan á los intentos del acome-, tedor. Estas condiciones, reformadas algunas pocas cosas, fueron aprobadas por el Rey. Comprehendian. en este asiento todas las ciudades y potentados de Italia, excepto los ginoveses, Sigismundo Malatesta y Astor de Faenza, que los exceptuó el Rey: los gino-. veses porque no guardaron las condiciones de la paz que con ellos tenia asentada los años pasados, Sigismundo y Astor porque sin embargo de los dineros que recibieron, y les contó el Rey de Aragon para el sueldo de la gente de su cargo en tiempo de las guerras pasadas, se pasaron a sus contrarios.

[ocr errors][ocr errors][merged small][ocr errors]

CAPITULO XVII.

Del Pontifice Calixto.

Toda Italia y las demas provincias entraron en una grande esperanza que las cosas mejorarian, luego que vieron asentadas las paces generales, quando el Pontífice Nicolao, sobre cuyos hombros cargaba principalmente el peso de cosas y práticas tan grandes, apesgado de los años y de los cuidados, falleció á veinte y quatro de marzo, y con su muerte todas estas trazas comenzadas se estorbaron y de todo punto se desbarataron. Juntáronse luego los cardenales para nombrar sucesor, y porque los negocios no sufrian tardanza, dentro de catorce dias en lugar del difunto nombraron y salió por Papa el cardenal don Alonso de Borgia, que tenia hecho antes voto por escrito, si saliese nombrado por Papa, de hacer la guerra á los turcos. Llamábase en la misma cédula Calixto, tanta era la confianza que tenia de subir a aquel grado, concebida desde su primera edad (como se decia vuls garmente) por una profecía y palabras que siendo él niño, le dixo en este propósito fray Vicente Ferrer, al qual quiso pagar aquel aviso con ponelle en el nú÷ mero de los Santos: lo mismo hizo con San Emundo de nacion ingles. Fue este Pontifice natural de Xátiva ciudad en el reyno de Valencia: : en su menor edad sé dió á las letras, en que exercitó su ingenio, que/ era excelente y levantado, y capaz de cosas mayores. Los años adelante corrió y subió por todos los grados y dignidades: al fin de su edad alcanzó el pontificado romano: sus principios fueron humildes, en él ninguna cosa se vió baxa, ninguna poquedad; mostróse en especial contrario al Rey de Aragon por celo de defender su dignidad, ó por el vicio natural de los

hombres, que a los que mucho debemos, los aborre cemos y miramos como acreedores: asi aunque le Suplicaron expidiese nueva bula sobre la investidura del reyno de Nápoles en favor del Rey don Alonso y de su hijo, no se lo pudieron persuadir. Tuvo mas cuenta con acrecentar sus parientes, que sufria aquella edad y la dignidad de la persona sacrosanta que representaba; que es lo que mas se tacha en sus costumbres. Nombró por cardenales en un mismo dia (que fue cosa may nueva) dos sobrinos suyos hijos de sus hermanas, de doña Cathalina á Juan Mila, y de doña Isabel a Rodrigo de Borgia. A Pedro de Borgia hermano que era de Rodrigo, nombró por su vicario general en todo el estado de la iglesia. El Pontifice Alexandro y. el duque Valentin, personas muy aborrecibles en las edades adelante por la memoria de sus malos tratos, procedieron como frutos deste árbol y deste pontificado. Entre Castilla y Aragon se confirmaron las paces, y conforme a lo capitulado el Rey de Navarra desistió de pretender los pueblos que en Castilla le quitaron. En recompensa segun que lo tenian concertado, le señalaron cierta pension para cada un año. Los alborotos de Navarra aun no se apaciguaban, por estar la provincia dividida en parcialidades: gran parte de la gente se inclinaba á don Carlos príncipe de Viana por ser su derecho mejor, como juzgaban los mas. Favorecíale otrosí con todas sus fuerzas su hermana doña Blanca, con tanta ofension del Rey de Navarra por esta causa que trató con el conde de Fox su yerno de traspasalle el reyno de Navarra, y desheredar á don Carlos y a dona Blanca: parecíale era causa base tante haberse rebelado contra su padre; y fuera asi, si él primero no los hobiera agraviado. Para, mayor seguridad convidaron al Rey de Francia que entrase en esta pretension, y les ayudase á llevar adelante

en que

esta resolucion tan estraña. El Rey de Castilla don En rique hacía las partes del príncipe don Carlos: corria peligro no se revolviese por esta causa Francia com España, puesto que el Rey don Enrique por el mismo tiempo se hallaba embarazado en apercebirse para la guerra de Granada, y para efectuar su casamiento que de nuevo se trataba. Tuviéronse cortes en Cuellar, todos los estados del reyno, los mayores, medianos y menores, se animaron á tomar las armas, y cada uno por su parte procuraba mostrar su lealtad y diligencia para con el nuevo Rey. Quedaron en VaHadolid por gobernadores del reyno en tanto que el Rey estuviese ausente, el arzobispo de Toledo y el conde de Haro. Hecho esto, y juntado un grueso exército en que se contaban cinco mil hombres de a caballo, sin dilacion hicieron entrada por tierra de moros: llegaron hasta la vega de Granada. Asi mismo poco despues con otra nueva entrada pusieron á fuego y á sangre la comarca de Málaga con tanta presteza que apenas en tiempo de paz pudiera un hombre a caballo pasar por tan grande espacio. Estaba desposada por procurador con el Rey de Castilla doña Juana hermana de don Alonso Rey de Portugal: celebráronse las bodas en la ciudad de Córdova á veinte y uno de mayo: fueron grandes los regocijos del pueblo y de los grandes, que de toda la provincia en gran número concurrieron para aquella guerra. Hiciéronse justas y torneos entre dos soldados, y otros juegos y espectáculos: algunos tenian por malaguero que aque Has bodas y casamiento se efectuasen, en medio del ruido de las armas; sospechaban que dél resultarian grandes inconvenientes, y que la presente alegria se froçaria en tristeza y Hanto. Velo los novios el arzobispo de Turon que era venido por:enibaxador á Castilla de parte de Carlos Rey de Francia, con quien

« AnteriorContinuar »