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solo para tenelle mas cerca, por lo menos el mismo Rey salió á recebir al maestre quando volvia a la corte despues de su enfermedad. Hízole otrosí de nuevo merced de la villa de Escalona; y como los moradores no le quisiesen recebir por señor, sin tener cuenta con la autoridad de su persona él mismo fue hasta allá para entregarsela de su mano, muestra de mayor amor. El conde de Armeñac vino á Madrid huido de Francia por miedo que tenia no le matasen por casarse como se casó por amores con hija del conde de Fox sin dar dello parte á su padre. Recibióle el Rey muy bien, é hízole mucha honra. Volvió a su tierra poco despues con seguridad que en nombre del Rey de Francia le dió el cardenal Albigense: sus pecados le llevaban para que pagase en breve con la vida, segun que adelante se verá. Los vizcainos de tiempo muy antiguo divididos en dos parcialidades, Oñez y Gamboas, por este tiempo gravemente se alborotaron. Para sosegarlos envió el Rey á Pero Fernandez de Velasco, el qual por muerte de su padre (que tenia el mismo nombre y fue enterrado en Medina de Pomar) poco antes sucedió en el condado de Haro. Este caballero luego que partido de Madrid Hegó a Vizcaya, apaciguó aquella provincia que de mucho tiempo atrás andaba alborotada. Acordó para sosegallo todo desterrar de toda la tierra las cabezas de los dos bandos, que se llamaban el uno Pedro de Avendaño y el otro Juan de Moxica. Concedió el Papa Paulo Segundo en esta sazon jubileo y perdon de los pecados á los que acudiesen con cierta limosna, los ricos de quatro reales, los medianos de tres, y los mas pobres de dos: del dinero que se juntase, las dos partes queria fuesen para el edificio de la iglesia mayor de Segovia, la tercera parte se reservaba para el mismo Papa. Publicóse el jubileo en Segovia: acudió desde Madrid el

que

Rey don Enrique para ganalle, que fue devocion señalada. En Portugal en la villa de Setubal falleció el duque de Viseo á ocho de setiembre en edad de treinta y siete años. Dexó por heredero a su hijo don Diego. Su cuerpo del monasterio de San Francisco de aquella villa en que le depositaron, trasladaron á Beja, ciudad puesta á la raya de Portugal: alli le sepultaron en la iglesia de la Concepcion, la qual con un monasterio de monjas que tenia pegado, á su costa fundó la duquesa dona Beatriz su muger. En Valladolid á la misma sazon un grande alboroto se levantó: el pueblo tomó las armas contra los venian de raza de judíos, dado que fuesen bautizados. Acudieron desde la villa de Dueñas el Rey don Fernando Ꭹ doña Isabel para enfrenar los alborotados: poco faltó que no les perdiesen el respeto los amotinados, y les hiciesen algun desaguisado. La parte mas flaca, y que era mas aborrecida por ser de linage de judíos, llamó en su favor al Rey don Enrique, que fue medio para reducir á su servicio aquel pueblo. Para su gobierno y seguridad nombró al conde de Benavente: hízole otrosí merced de las casas de Juan de Bivero, persona que por favorecer grandemente a la otra parcialidad, y seguir con grande aficion el partido de doña Isabel y de don Fernando, tenia muy ofendido al Rey don Enrique. Volviéronse los príncipes á Dueñas: en aquella villa doña Isabel á dos de octubre parió una hija que tuvo su mismo nombre. Los embaxadores que tornaron de Francia, volvieron á hacer instancia sobre el casamiento de que se trató antes: vino el Rey en que se hiciese; el marques de Santillana ya que lo tenian todo a punto, traxo consigo a la princesa doña Juana. Por este servicio, y habella guardado, le hizo el Rey la merced de Alcocer, Valdolivas y Salmeron, villas muy principales del infantado. Pertenecian al marques

de Villena como dote que eran de la condesa de Santistevan su muger: en recompensa le dieron y en trueque la villa de Requena con los derechos del puer to, que son de mucho interés por estar aquel pueblo á la raya del reyno de Valencia. Para concluir los desposorios señalaron el valle de Lozoya, que está entre Segovia y Buytrago, y en él el monasterio muy señalado y muy rico de Cartuxos, que se llama el Paular. Acudieron alli (como lo tenian concertado) el Rey y la Reyna con su hija: demas desto el maestre de Sane tiago, el arzobispo de Sevilla, el duque de Arévalo, el obispo de Sigüenza y sus hermanos; el acompañamiento y libreas muy Incidas y costosas. Como estuvieron juntos, en un público auto que para esto se hizo, renunciaron todos los presentes los homenages hechos a la infanta doña Isabel. Tras esto se celebraron los desposorios de la princesa doña Juana un dia viernes á veinte y seis de octubre: el Rey y la Reyna juraron que era su hija legítima; los grandes otrosi le hicieron pleyto homenage, con que quedó jurada por princesa y por heredera del reyno. Desposose como procurador y en nombre del duque Carlos con la doncella y pretensa princesa el conde de Boloña. Hizo la ceremonia y desposólos el cardenal Albigense. Concluida toda la solemnidad, y despedida la junta, se levantó un torbellino al volver a Segovia de vientos, de agua y de nieves tan grande que los embaxadores de Francia se vieron en peligro de perder la vida y murieron algunos de sus criados. Algunos pronosticaban por esto que aquel desposorio sería desgraciado, gente curiosa y dada á semejantes vanidades. Desde Sego via los embaxadores alegres por dexar concluido lo que pretendian, se volvieron á Francia para mas honrallos los acompañó hasta Burgos el obispo de Sigüenza don Pero Gonzalez de Mendoza por orden del

Rey. Todo era abrir las zanjas para una nueva y gravísima guerra que resultara entre España y Francia, si los Santos desde el cielo con ojos piadosos no desbarataran aquella tempestad. Fue asi que al Rey de Francia poco antes desto nació un hijo que se llamó Carlos, con que el duque de Guiena perdió la esperanza que tenia de suceder en el reyno de su her, mano; y aun poco adelante, que no pasaron dos años, perdió él mismo tambien la vida: con que se desbarataron estas tramas, segun que se tornará á referir en su propio lugar.

CAPITULO XVI.

De la muerte de tres príncipes.

En un mismo tiempo las fuerzas de Aragon se aumentaron con el casamiento de Castilla, y en otras partes andaban trabajadas porque la guerra de CataJuña continuaba en su mayor fuerza, la isla de Cerdeña y el reyno de Navarra se alborotaron de nuevo; la ocasion fue diferente, la porfia y rabia semejante. Los sardos se movian a contemplacion, y debaxo de la conducta de Leonardo de Alagon, hijo que era de Artal de Alagon señor de Pina y de Sastago, y de parte de su madre Benedicta Arborea venia de los Arboreas, casa antigua y poderosa en aquella isla. Fundado pues en este derecho, por muerte del marques de Oristan Salvador Arborea que falleció sin hijos, tomó las armas para apoderarse de aquel estado, por no asegurarse de podelle alcanzar por las leyes y en juicio. Hobo en la prosecucion desto encuentros en diversos lugares, con que ganó al Rey y á otros señores muchos pueblos y castillos. Era virrey Nicolás Carroz, persona de mas autoridad que

de fuerzas y poder pára sosegar aquellos movimientos, que fue causa de alargarse la guerra. En Navarra el conde de Fox con codicia de reynar acudió á las armas, y ayudado de los biamonteses se apoderó de gran parte de la tierra, y tenia sus estancias puestas sobre Tudela con tan gran determinacion, que perdida la esperanza de que por su voluntad hobiese de desistir, el Rey envió delante con gentes al arzobispo de Zaragoza. No pareció bastante esta prevencion para allanar al conde el mismo Rey de Aragon, sin embargo de su edad, acompañado de buen número de soldados, acudió al peligro, y forzó al yerno a levantar el cerco. Tratóse de concertarse por medio de embaxadores que de ambas partes se enviaron; en fin en Olite se hizo la avenencia, y se dexaron las armas. Quedó el de Aragon conforme á lo que concertaron, con el nombre y título solo de Rey de Navarra, el gobierno se encargó para siem, pre al conde de Fox y á su muger, quando una muy triste nueva que vino de Francia, alterá grandemente á la una y á la otra parte, como desgracia que á todos tocaba. Esto fue que entre los demas regocijos que Carlos duque de Guiena hacía por sus desposorios concertados con la princesa doña Juana, banquetes, juegos y saraos, en una justa que se tuvo, hirió grave y mortalmente a Gaston hijo del conde de Fox una astilla que de su misma lanza, que quebró en los pechos del contrario, se le entró por la visera: sucedió este desastre a veinte y tres de noviembre dia viernes. Murió en edad de veinte y seis años: su cuerpo de Liburna, donde falleció, por mandado de su cuñado el duque de Guiena fue llevado á Burdeos, y sepultado en San Andres, que es la iglesia mayor de aquella ciudad. Dexó dos hijos de su muger madama Madalena, el uno se llamó Francisco

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