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Cueva, Pedro de Mendoza adelantado de Cazorla, -don Juan de Zúñiga maestre de Alcántara, cada qual con su particular banda de gente; acudieron otrosí el maestre de Santiago y el duque de Najara que se hallaron en las empresas pasadas. Con estos socorros llegaron á nueve mail de á caballo y veinte mil infantes. Pareció, pues el exército era tal, volver á la guerra con mayor denuedo y resolucion que antes. Al mismo tiempo los ciudadanos de Almería tomaron las armas contra su Rey Boabdil: aborreciale aquella gente como á renegado, y decian que por su cobardía sucedieran los males pasados. Acometieron el palacio, y en él mataron un hermano de Boabdil, y prendieron á su madre, principal causa y atizadora de aquella discordia tan perjudicial que entre padre y hijo antes se levantó: el mismo Rey moro por estar á la sazon ausente de aquella ciudad, luego que le avisaron de aquel desastre, perdida toda esperanza de prevalecer, con algunos pocos que le acompañaron, se fue á Córdova. Por otra parte los moradores de Ronda que eran pocos, y menos que ser solian, tenian cobrado gran miedo: un moro llamado Juzeph Xerife dió desto aviso al marques de Cadiz; pareció sería conveniente acudir en primer lugar a aquella empresa, bien que primero acometieron otros lugares como fue Colin, que caía cerca de Alora, el qual pueblo tomaron por fuerza, y le echaron por tierra porque a causa de ser muy ancho el circuito de los muros era dificultoso ponelle en defensa: murió en la batería Pedro Ruiz de Alarcon, que en esta guerra dió muestra como antes en la de Villena de esfuerzo singular, y acabó grandes hazañas. Ganaron otrosí á Cartama, pueblo que conserva su apellido antiguo solamente mudada una letra, ca en tiempo de romanos se llamaba Cartima, y dél toma nombre

todo aquel valle en que este pueblo esta, que se llama el valle de Cartama: rindióse á Pedro de Mendoza, y dióse el cargo de defendelle al maestre de Santiago á pedimento del mismo. Hecho esto, con todo el exército pasaron á Málaga, do residia Abohardil hermano de Albohacen, en quien y en su valor hallo que en aquella sazon tenian los moros puesta su esperanza, por la grande reputacion que ganó quando en el Axarquia (que asi se llaman los montes de Málaga) destrozó como se dixo gran número de christianos. Poco efecto se hizo en aquella parte, fuera de cierta escaramuza de menor cuenta; dieron pues la vuelta por el mismo camino que fueron, y revolvieron sobre Ronda. Para cercar la ciudad por todas partes dividieron las gentes en cinco reales ó estancias. El mismo Rey con la mayor parte del exército se puso en frente del castillo. Atajaron con gente de guarda, que llaman atajadores, todos los caminos para que no les pudiesen entrar socorro ni provision de parte alguna. Lo que hizo mucho al caso, que se hallaban pocos dentro á causa que parte de los ciudadanos eran idos a hacer correrías por los campos comarcanos del Andalucía. Por esta ocasion los moros movidos del grande riesgo en que se veían, y de los sollozos y lágrimas de las mugercs, y atemorizados por la diligencia de los christianos que de dia ni de noche no reposaban, se hobieron de rendir á veinte y tres dias de mayo á partido: entre otras cosas y condiciones á los mas principales ciudadanos dieron ciertas tierras y posesiones en Sevilla, de Gonzalo Pizon y de otros, cuyos bienes tenian los inquisidores por sus deméritos confiscados. Hecho esto, pusieron guarnicion en aquella ciudad. Rindiéronse al tanto otros pueblos por aquella serranía, entre ellos los mas principales fueron Cazarabonela, y

Marbella que está cerca del mar. Era grande el espanto que habia entrado en los moros: en sus Reyes tenian poca ayuda, el uno andaba huido, y Albohacen por su vejez, enfermedad y poca vista poco les podia prestar. Forzados deste peligro se determinaron de nombrar por su Rey á Muley Abohardil que residia en Málaga, hombre de gran corazon y prudencia. La nacion de los moros es mudable y desleal, y no se refrena ni por beneficios ni por miedo, ni aun tiene respeto a las leyes y derecho natural, asi el Moro luego aceptó la corona que le ofrecian. Partióse para Granada con este intento. Llegó mas soberbio que antes, por matar de camino noventa hombres de á caballo de los contrarios: salieron estos de Alhama a robar, y llegados hasta la sierra Nevada, estaban alojados con mucho descuido, que fue causa de su perdicion. Hizo pues su entrada en Granada á manera de triumpho: los ciudadanos luego que llegó, con gran voluntad y grandes gritos le apellidaron y alzaron por Rey. Albohacen al principio desta revuelta se partió para Almuñecar do tenia sus tesoros: alli su cruel hermano le hizo matar no por otro delito mas de por tener nombre y corona de Rey, y por la aficion que todavia le tenian algunos, los que aborrecian la deslealtad del tyrano y su ambicion, y por compasion de aquel viejo trataban de acudille. Para librarse deste peligro y cuidado cometió aquel parricidio, en que se mostró no menos cruel que desleal.

CAPITULO VII.

Que nació la infanta doña Chatalina hija del Rey don Fernando..

Quedó el Moro muy ufano despues que, muerto

su mismo hermano, se hobo alzado con su reyno. La fama del caso se estendió por todas partes: el poder y mando alcanzado por malos medios y con crueldad suele ser poco durable, y semejantes maldades pocas veces pasan sin castigo. Los christianos quanto era mayor la esperanza que tenian dè echar por tierra las fuerzas de aquel estado, tanto se encendian maş en deseo de salir con ello. Recelábanse que con la mudanza del caudillo los enemigos no recobrasen nuevos brios, y la guerra por esta causa se hiciese mas dificultosa. Acordó el Rey don Fernando para acudir a todo esto emprender una nueva jornada, y hacer prueba del ánimo que los suyos tenian y de sus fuerzas: los mas eran de contrario parecer, y preten- › dian convenia dexar descansar á los soldados por estar aquexados con tan contínuos trabajos. Todas las dificultades venció la constancia del Rey, y el exemplo del esfuerzo que daba á todos en no escusar él mismo ningun afan ni riesgo, antes era el primero que salia a la pelea, y el primero que acudia a la fortificacion de los reales: es asi que a los hombres desagrada comunmente que les manden de palabra, y todos obedecen fácilmente al caudillo que con el exemplo les va delante. Ordenó que la masa de las gentes se hiciese en Alcalá la Réal por estar aquel pueblo cerca de la frontera: él mismo se partió para allá desde Córdova á primero de setiembre, si bien los calores eran grandes por ser aquella region mas cálida que lo demas de España. El conde de Cabra encendido en deseo de acometer alguna grande hazaña, movido asi de su esfuerzo como de las muchas cosas en que los otros señores se señalaran, hizo instancia de ser el primero a entrar en tierra de moros, como lo hizo, con las gentes de su regimiento y banderas de su cargo, que eran setecientos caballos y

hasta tres mil infantes. Diósele orden que llevase en su compañía á Martin Alonso de Montemayor, y que se pusiese sobre Moclin, que es un pueblo cerca de Granada fuerte por su sitio y murallas: prometió el Rey para asegurallos que les acudiria con todo el exército. El conde de dia y de noche apresuró su camino por tomar de sobresalto al nuevo Rey Abohardil, de quien tenia aviso que tenia sus alojamientos alli cerca con mil y quinientos de á caballo y mayor número de gente de á pie. No se le encubrió este intento al enemigo, antes avisado dél, pasó sus gentes á un collado, y al amanecer entre ciertos caminos ásperos y estrechos dió sobre los christianos con tal furia que murieron en el rebate los mejores soldados y la mayor parte del peonage. El conde entre los demas perdió á don Gonzalo su hermano, y él mismo, recebidas algunas heridas, con algunos de á caballo se fue huyendo ácia do entendia hallaria á Garci Lopez de Padilla maestre de Calatrava, que iba en pos de los que se adelantaron. El Rey don Fernando luego que supo el estrago de los suyos, por la tristeza estuvo algun tiempo retirado; despues sosegada la pasion: «Por la imprudencia (dice) del conde y de>>masiada confianza de los demas se ha recebido este >>revés, pero yo pretendo con presteza satisfacerme »>y recompensalle aventajadamente: con vuestro es>>>fuerzo, soldados, tomaré venganza de la muerte de >> nuestros ciudadanos y soldados, varones esforzados >> mas que venturosos." Caían junto á la frontera de los enemigos por la parte de Jaen dos castillos y pueblos, el uno llamado Cambil y el otro Albahar; el rio Frio pasa por enmedio de ambos, que aunque lleva poca agua, especial en aquel tiempo del ano, por ser las riberas muy estrechas con dificultad se puede vadear. Sobre estos dos pueblos se puso toda

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