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tarra, con que peleaban: lo que mas espanta, que una muger casaba y casa con muchos maridos, por la qual causa como quier que nadie conozca su padre, ni sepa con certidumbre quién le engendró, los hijos no heredan, sino los sobrinos hijos de hermanas. Avisaba otrosí que en Ethiopia hay muchas naciones muy estendidas, todas de color negro, y que tienen nom¬ bre de christianos, la antigua religion en gran parte estragada y mezclada con ceremonias de judíos y errores de heregías. Todas obedecen á un Rey muy poderoso, que tiene grandes exércitos de á pie y de a caballo, y siempre se aloja en los pabellones y reales. Que cuidaba se podria reducir aquella gente, si con embaxadas que se enviasen de la una á la otra parte, se asentase con aquellos Reyes alguna confederacion; pero lo mas desto sucedió los años siguientes. Volvamos con nuestro cuento al Rey don Fernando. Despues de tomada Málaga, ya que pretendia pasar adelante, las alteraciones de Aragon le forzaron á ir allá para atajar grandes insultos, robos y muertes que se hacían. Particularmente en Valencia don Philipe de Aragon maestre de Montesa, vuelto de la guerra de Granada, mató á Juan de Valterra mozo de grande nobleza, y que era su competidor en los amores de doña Leonor marquesa de Cotron hija de Antonio Centellas. Desta muerte resultaron grandes alborotos en aquella ciudad. Para acudir á todo esto los Reyes don Fernando y doña Isabel partieron de Córdova. Por sus jornadas llegaron á Zaragoza á los nueve de noviembre. En aquella ciudad se mudó la manera de nombrar los oficiales y magistrados: antiguamente lo hacia el regimiento y el comun del pueblo, de que resultaban debates. Ellos mismos pidieron les quitasen aquella autoridad, y la tomase el Rey en sí, á propósito de evitar los alborotos que sobre los nombra

mientos se levantaban: demas desto a exemplo de Castilla se ordenaron ciertas hermandades entre las

ciudades que acudiesen cada qual por su parte con dineros para la paga de ciento y cincuenta de á caballo que anduviesen por toda la tierra, y reprimiesen por temor, y castigasen con severidad los insultos Y maldades. Sacóse otrosí por condicion que el capitan y superior de toda esta hermandad le nombrase el Rey; pero que fuese uno de tres ciudadanos de Zaragoza que señalase el senado y regimiento. Diéronles asi mismo ordenanzas para que se gobernasen, en razon qué no usasen mal de aquel poder que se les daba. Esto se efectuó por principio del año siguiente 1488. de mil y quatrocientos y ochenta y ocho en los mismos dias que un embaxador del Rey de Nápoles llamado Leonardo Tocco, griego de nacion, y del linage de los Emperadores griegos (al qual los turcos quitaron un gran estado y forzaron a huirse a Italia) vino á tratar del casamiento que los años pasados se concertó entre don Fernando príncipe de Capua y nieto del Rey de Nápoles, y la infanta doña Isabel hija del Rey don Fernando. Esta demanda no hobo lugar, ni se efectuó el casamiento á causa que el Rey pensaba casar su hija con el Rey de Francia, ó con el príncipe de Portugal para que fuese (como se persuadian) un vínculo perpétuo de concordia entre aquellas naciones; bien que ofrecieron en su lugar á la infanta doña María, con tal que desistiesen aquellos príncipes del primer concierto, y los primeros desposorios se diesen por ningunos. De Zaragoza pasaron los Reyes a Valencia sobrevino sin pensallo Alano padre de Juan de Labrit Rey de Navarra. El deseño y intento era que el Rey les ayudase para defender su estado del Rey de Francia que les tomara gran parte dél pasados los montes, y para sosegar á los navarros de aquende

que andaban alborotados. En particular los biamonteses estaban apoderados de gran parte de Navarra sin dar lugar a los Reyes que pudiesen entrar en su reyno, si bien tres años antes tomaron asiento con el conde de Lerin, por el qual á él y a sus deudos y aliados fueron dados los cargos y pueblos que tuvieron sus antepasados, y aun le añadieron de nuevo otros muchos para ganalle; pero la deslealtad y ambicion no se doblega por ningunas mercedes. Demas desto pretendia que el Rey amparase á Francisco duque de Bretaña, con cuya hija llamada Ana por no tener hijo varon muchos deseaban casar; en especial Carlos Octavo Rey de Francia le hacía guerra por esta causa: de parte del duque estaba el dicho monsieur de Labrit, y el duque de Orliens. A Maximiliano que ya era César y Rey de romanos, tenian preso con guardas que le pusieron: los de Brujas ciudad de Flandes con grande atrevimiento le acometieron y prendieron dentro de su mismo palacio. Ponia esto en nuevo cuidado, porque aquel príncipe era amigo de los españoles, y el dicho Labrit que venia a dar aviso de todo esto, su confederado. Por conclusion á instancia de Alano, que no rehusaba qualesquier condiciones que le pusiesen, se hizo entre el Rey y él alianza y liga contra todos los príncipes, excepto solo el Rey de Francia: no era seguro que Alano y su hijo se le mostrasen contrarios al descubierto por tener su estado todo parte sugeto, parte comarcano a la corona de Francia; todo era disimulacion, la intencion verdadera de valerse de las fuerzas de España contra FranPúsose por condicion entre otras que se hiciese una armada, y se levantase gente en las marinas de Vizcaya, que se envió finalmente á Bretaña debaxo de la conducta y regimiento de Miguel Juan Gralla maestresala del Rey, de nacion catalan. Otorgáronse

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las escrituras de toda esta confederacion y capitula ciones á veinte y uno de marzo, cuyo traslado no me pareció poner aqui.

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Comenzaron los Reyes á tener cortes del reyno de Valencia en aquella ciudad que se acabaron en la ciudad de Orihuela: pretendian por este camino castigar los insultos y maldades que se hacían en aquella provincia no con menor libertad que en Aragon. Sosegadas estas alteraciones, el Rey don Fernando se apresuraba para pasar por el reyno de Murcia que caía cerca de tierra de moros. Hacíanse nuevos aparejos para proseguir aquella guerra hasta tomar aquel reyno, donde Abohardil con grande dificultad sustentaba el nombre de Rey, si bien se hallaba con mayores fuerzas que su sobrino, por tener debaxo su jurisdiccion á Guadix, Almería y Baza, con toda la Serranía de Granada que llega hasta el mar, que podia recoger mayores intereses á causa que guerra por ser la tierra tan fragosa no habia Îlegado a aquellos lugares, demas de los grandes provechos que se sacaban del artificio de la seda, que era y es la mas fina de toda España. Allegábase que los naturales andaban desabridos con Boabdil: teníanle por cobarde y enemigo de su secta; decian era moro de solo nombre, y de corazon christiano. Demas desto Abohardil ganára reputacion y crédito con una entrada que por bosques y lugares ásperos hizo en la campiña de Alcala la Real: la presa y cabalgada fue grande que llevó á Guadix, de ganados mayores y menores, por estar la gente descuidada, y no pen

'de

la

sar en cosa semejante á causa que todo lo que caía por alli de moros, se tenia por Boabdil amigo y confederado: atrevimiento de que muy en breve se satisfizo Juan de Benavides, a cuyo cargo quedó aquella frontera: quemó los campos de Almería y bizo otros muchos daños. Los apercebimientos para la guerra no se hacían con el calor que quisiera el Rey don Fernando, por quanto la tierra del Andalucía estuvo trabajada con peste este año y el pasado; por lo demas muy deseosos todos de hacer el postrer esfuerzo y concluir con guerra tan larga. Por este respeto mandó que acudiesen todas las gentes á la ciudad de Murcia, do él quedaba, con resolucion de combatir á Vera, que es una villa á la ribera del mar, y se entiende que es la que Pomponio Mela llamó Vergi, ó Antonino Varea. No hobo dificultad alguna en tomarla: los moradores sin dilacion por estar sin esperanza de poderse defender se rindieron á diez de junio, y á su exemplo hizo lo mismo Muxacra llamada de los antiguos Murgis; y tambien los dos lugares llamados Velez el Blanco y el Roxo, con otros muchos castillos y pueblos que no estaban bien fortificados, ni tenian guarnicion bastante: tan grande era el miedo que cobraron, y el peligro en que los enemigos se veían, que desanimados, y porque no les destruyesen los campos, se rendian sin dificultad. Deseaba el Rey pasar sobre la ciudad de Almería que está por alli cerca: impedia la entrada un castillo por su sitio inexpugnable llamado Taberna, que para fortificalle mas y poner nueva guarnicion de soldados el Rey mas viejo acudió desde Guadix con mil de á caballo y veinte mil de á pie. Pretendia juntamente con aquella gente ponerse en los bosques, y dar sobre los que de los christianos se desmandasen, determinado de escusar la batalla como el que sabía

que

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