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causa suele tambien conocerse por la calidad de sus abogados. No por esto me lisongeo yo de ha ber dado á mi trabajo toda la lima necesaria, ni tampoco una perfeccion regular. Pero si alguna vez na sido cierto que lo mejor es enemigo de lo bueno, lo es sin duda en unas circunstancias, en que el augusto Congreso nacional vá por ins tantes á deliberar acerca de la supresion ó subsistencia de la Inquisicion. La obra pues, que con el único designio de cooperar por nii parte al buen exito de esta deliberacion , y que con harta violencia de mi amor propio dexo que vca la luz pública, no es la que tenia premeditada y merece la importancia del asunto, es solo su borrador.

Presiento vá á levantarse una porcion de escritores rutineros; que bien hallados con sus añejas preocupaciones, nada omitiran porque se alexe el dia, que al cabo ha de llegar, en que veamos derrocado un coloso, que es el genio tu telar de todas ellas; pero ni la verdad será mé nos luminosa por los sofismas, conque la ataquen sus impugnadores, ni á mi me aturdirán los acostumbrados denuestos, con que gusten favore ce ne. Ladran segun la fabula los perros la luna girando en su órbita celeste, sigue con magestad su carrera sin que la audacia de es tos animales la obligue á negarlcs su resplandor.

mas

DISERTACION.

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un gobierno bien constituido se deverá zelar que la doctrina y observancia de la religion se mantengan en toda su pureza y vigor La respuesta afirmativa á esta question es inacion necesaria é inmediata de un axioma inconcuso entre los politicos, á saber que no ha existido jamás ni es posible que exista reunion alguna de hombres en sociedad, que meresca el nombre de tal, sin que primero se establesca por base la creencia de la divinidad manifestada por un culto exterior, que asegurando la confianza reciproca de los ciudadanos, sea el agente poderoso que los estimule incesantemente al cumplimiento de la ley, y el freno que contenga sus apetitos particulares dentro de los limites de la utilidad general. Solo á los franceses en el delirio de una revolucion, que empezó con escánda lo y acabó cou ignominia, estaba reservado poner en duda esta verdad. Solo en medio de los antropófagos de la convencion pudo gloriarse impunemente un Boissy-Danglas de haber desterrado del código ligislativo el respeto á la divinidad, ò de haber hecho la religion enteramente agena de la organizacion social. ¡ Desgraciada victoria, triunfo bochornoso si tal pudiera llamarse la temeridad de un ignorante feroz! Es

pues innegable, ó por mejor decir, es un hecho atestiguado por la historia, y comprobado por el Viagero observador, que todas las naciones del giobo asi antiguas como modernas, desde las nas civilizadas de Europa hasta los aduares errantes de la artana, desde el salvage que pisa las arenas abrasadas del Arrica hasta al que atraviesa á pie firme los rios elados del norte de América, sellenan de veneracion profunda á la idea de un namen superior, tienen consagrados ciertos ritos para atraerse su beneficencia y aplacar su enojo, autorizan con su mediacion las alianzas ? que unas con otras celebran , poseen una religion.

Y á la verdad ¿que objeto mas melancólico se ha ofrecido jamas á la imaginacion 'que un pueblo sin Dios La buena fé la justicia y todas las virtudes ¿serian acaso para él otra cosa que unos vanos y ridiculos fantasmas? ¿Podrian contener ni arredrar por un momento al atrevido, quando apelando á la violencia y la astucia, quisiera entegarse a todo género de abcminaciones y atrocidades? (1) O ¿cómo era posible que el hombre en tal disposicion diese valor á los derechos de sus semejantes, y los respetase como sagrados, quando ni por su propia existencia se creia deudor al Ser etero, que se la habia comunicado? O mas bien quien no echa de ver que siendo las atenciones , que enlazan, á los mortales con la

(1) Cicero.. De nat. Dear. Lib. I. n. 2. Pietate adDo subara, files etiam, so ietas humani geexcolloniibbing virtus sustitia tollitur,

divinidad, el verdadato origen y la suprema razon de las obligaciones que los unen entre si, trastornado este primer órden de nuestros deberes, desconocida la religion que los descubre y sanciona, pasarían á ser ilusorios los principios mas irrefragables de la moral, y de consiguiente desaparecería la sociedad? Es pues indubitable que cortada por el ateismo la invisible cadena, que une al género humano con el Ser de las leyes mas santas y provechosas quedarían sin energía ni autoridad, se romperían los lazos , que atan unos con otros á los ciudadanos, y al cuerpo politico, despues de haber caido en una mortal languidez, y luchado por algun tiempo con los horrores de una convulsion espantosa, dexaría de existir por una

los seres,

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completa disolucion.

Porque quien pondría diques al torrente impetuoso de las pasiones, quando para acrecentarle conspirasen á la vez los vicios todos, que lleva en pos de sí la impiedad, los quales se multiplicarían en razon del mayor número, que concurriese á formar una sociedad tan monstruosa, y de la irreconciliable discordancia de voluntades que necesariamente debia producir, la divergencia infinita y cada vez mayor de los intéreses? El atéo es un egoista furioso, que cerrando obstinadamente los ojos á quantos obstáculos le ponen por delante el honor y el pudor, corre como máquina al 'violento impulso de sus deseos desordenados, que no tiene otra medida de sus acciones, que la extension ilimitada del bien estar individual, y que cifrando toda su dicha en los placeres del momento siempre nue

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vos y siempre fugaces, no conoce mas derecho que la fuerza, ni mas valor que la temeridad. Es un enfermo delirante, que no queriendo depender para ser feliz de los inagotables tesoros de la bondad divina, pretende en este instante saciarse con los amargos frutos que de su cosecha le presenta el amor propio, para fastidiarse al instante despues. Es un ser aburrido é insoportaple á sí mismo, pérfido y detestable á lus denias expuesto siempre á ser victima de la desesperacion ó de la venganza. Y si tan desagradable es el bosquejo de un hombre destituido de religion i quan horroroso no habia de ser el quadro, en que se pintase una muchedumbre de ellos! Tan cierto es, que una asociacion de hombres en quien no hubiese intervenido en manera alguna el suave y poderoso influxo de la religion, léjos de llamarse pucblo, sería una manada de tigres, que no mas uso de su libertad, que para despedazarse unos á otros las entrañas. Semejantes hombres serían verdaderos monstruos, tanto mas sañudos que los que se guarecen en las cavernas quanto habrían degenerado de la nobleza de su primitivo ser. (1)

harían

(1) Los literatos, que con agravio de la filosofia dan entrada en su corazon al ateismo, aun quando por un efecio de la educacion no aprobarian los excesos, que se acaban de describir, no por esto son mas útiles á la sociedad. De ellos dice J. J. Rousseau (Emile Tom. IH. pág. 198 y siguientes) cuyo testimonio no puede serles sospechoso: la ireligion, y en general el espiritu demasiado raciocinador ó filosofico hace al hombre apegado á la vida amilana y envi

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