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brera, Andueza, Cea, obispo de Plasencia, Sierra, Mosquera y Lira, Inca, Inpangui, Ciscar, Martinez (D. Bernardo), Garoz y Peñalver, Duazo, Garcia Leaniz, Subrié, diputado secretario, Riesco Puente, diputado secretario, Ruiz Lorenzo, diputado secretario, Gárate diputado secretario. (1)

Al consignar en estas páginas el último nombre de estos gigantes, quisiéramos podernos ver entre una generacion nacida de sus cenizas, identificada con sus deseos, con el mismo patriotismo, con la misma firmeza que ellos, trabajando por el bien público, por el decoro nacional, por la justicia y por la libertad, que alimentaron con la savia de su inteligencia, con el sacrificio de su vida y de su honra.

¿En donde están-nos preguntamos-aquellos modestos, aquellos virtuosos, aquellos esforzados españoles, que, recojiendo en sus pechos el grito santo de independencia nacional-como habian recojido los quejidos del pueblo y estudiado sus necesidades para mejorar su condicion moral y material-acudieron à la Isla de Leon para dictar leyes á dos Mundos, rompiendo con ellas el cetro de hierro que, la Francia degenerada habia puesto en manos de Bonaparte? ¿Dónde les hallareinos, si la muerte nos privó de oir su voz y de escuchar sus consejos; si ya no respiran el aire que nosotros respiramos, si no están con nosotros, si han pasado á la mansion del descanso, si huyeron de este lodazal para mecerse en el Oceano de la eternidad, y si apenas queda ya uno solo de sus com

(1) Cerrada esta acta solo quedó la Diputacion permanente encargada de convocar á sesion estraordinaria, en el momento en que fuese precisa la reunion de las CORTES. La fiebre amarilla, que repentinamente apareció en Cádiz, sirvió de motivo á la convocatoria. Triste era el objeto; afligidos los gaditanos, temerosos todos, se difirió el tratar de la traslacion del Gobierno á otro punto para cuando llegasen los diputados de las nuevas CORTES, que habian de reunirse precisamente el 1.o de octubre. La epidemia seguia entre tanto haciendo víctimas. A sesenta diputados invadió la enfermedad y mas de veinte bajaron al sepulcro, contándose entre los muertos á los patriotas ilustrados LUJAN, INFANZON Y MEJÍA. La Providencia amenazaba de nuevo á los defensores del honor y de la prosperidad española porque, aquellas muertes no eran mas que el comienzo de una nueva época de desgracias, de lágrimas y suspiros para los que con mayor ardimiento habian sostenido los derechos del pueblo, la razon y la justicia.

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pañeros o contemporáneos, que pueda referirnos sus pasos en esta afanosa jornada?

Les buscaremos en las CORTES, elegidas por un solo partido, dirigidas por el departamento de la Gobernacion, en esas CORTES, que debiéndoles su nacimiento y su educacion, tienen muy pocos diputados que se les parezcan? Les buscaremos en la tribuna, levantada por ellos para propagar y sostener los principios liberales, à donde muy rara vez, sube un verdadero amante de la libertad? Les buscaremos entre nuestros hombres de gobierno, atentos siempre á los intereses de banderia, sordos siempre á los lamentos y peticiones del pueblo?

¡Ay! que el espiritu decae y el corazon siente marchitarse al detener la vista en el cuadro triste de lo presente!..... Ya no vemos en él á los Argüelles, á los Calatrava, á los Conde de Toreno, á los Muñoz Torrero, á los Lujan, á los Garcia Herreros, á los Golfin, à los Giraldo, á los Capmany, á los Zumalacarregui, à los Gomez Becerra, ni á los obispo de Mallorca, modelos de sabiduria y abnegacion, de moralidad y de heroismo..... Ya solo queda de ellos algun digno vástago de su raza, pugnando por imitar sus hechos para bajar á la tumba honrado con su preclara fama, siquiera tenga que despreciar las mordeduras de los maldicientes y de los envidiosos que han reemplazado á los patriotas de aquellos tiempos.

Ya solo queda de ellos algun olvidadizo tribuno, o cantor laureado, que, influidos por el materialismo de la filosofia dominante hoy, viven envueltos con el manto del egoismo, renegando de sus primeros triunfos, que algunos llamarán tal vez, inocentes.

Quizá no vemos ya mas que traficantes politicos, vistiendo con las galas de la elocuencia sus memoriales al poder, abusando de los nombres mas santos, y de las palabras mas bellas para negarlo todo, para dividir y mantener en lucha á las clases sociales, cuya armonía y cuya unidad constituyen la grandeza de lo que en buen lenguage se llama PUEBLO.

¡Ay! quizá no queda ya de ellos mas que un recuerdo, pero ese recuerdo es imperecedero, porque, en la marcha progresiva de la humanidad, la TRIBUNA no puede cerrarse, y la tribuna española pertenece à la juventud, alimentada con sus doctrinas y ambiciosa de su gloria; pertenece á los que, purificadas sus almas en el infortunio, limpios de toda mancha, sostienen viva la llama de la ciencia y del

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patriotismo, que les legaron las CORTES de Cádiz; pertenece a los que, erigiendo un mausoleo á la memorial de tres varones ilustres (1), han hecho envidiable la virtuosa pobreza; á los que, ornando las sienes del bardo de la libertad (2) han despertado la noble ambicion de los poetas españoles, que, de hoy mas cantarán el mérito de la constitucion de 1812, la bondad y fecundidad de sus principios, la grandeza de los defensores del pueblo. La tribuna española será, si, un recuerdo permanente de su existencia, porque ella debe su elevacion á los que abatieron el orgullo de las águilas imperiales, destruyendo las cadenas con que venia esclavizándose á los españoles; pertenece, en fin, por herencia, á los que, empuñando la bandera escrita en la memorable noche del 24 de setiembre de 1310, tengan corazon para imitar su conducta, cabeza y corazon para proseguir la obra politica y social que aquellos comenzaron.

Y vosotros, los que, formando, parte de la generacion gigante del siglo XVIII, habeis muerto en la oscuridad, en el ostracismo, ó en el cadalso, despues de asombrar al mundo con vuestro valor y sabiduría; vosotros para quienes no hay aun labrada una piedra que materialice vuestra grandeza, pero para quienes la veneracion no puede ser menor que para vuestros compañeros, porque juntos nos disteis patria y libertad, porque juntos contribuisteis à la formacion del código de 1812, y á la elaboracion de las leyes que dieron en España el primer impulso á la riqueza, recibid todos un saludo de respetuoso cariño y un recuerdo en las presentes lineas; y si, como tenemos por seguro, gozais, con los grandes hombres de la antigüedad, del descanso y de las gracias celestiales, leed vuestros nombres impresos en el libro de los tiempos, en la Historia, y en las CORTES ESPAÑOLAS, escritas por vosotros mismos, y publicadas por uno de vuestros discipulos y admiradores.

(1) Argüelles, Calatrava, Mendizabal.

(2) QUINTANA, muerto al cerrar nosotros la obra en que mas de una vez queda citado su nombre.

ABOLICION

DEL

TRIBUNAL DE LA INQUISICION.

DESDE ESDE que se advirtieron los deseos reformistas en sentido centralizador y liberal, los mas suspicaces partidarios del régimen antiguo aprestaron sus fuerzas para resistir la reforma penal en los tribunales eclesiásticos. e sbob 6 Mosrslib ng

El que mas directamente se hallaba amenazado, y el que mas lo exigía, porque tambien se oponía mas á los progresos del saber y de la riqueza en España, era sin duda alguna el de la INQUISICION. Habíanlo infi tilizado las circunstancias mismas, desde la insurreccion de Aranjuez; pero todavía esperaban sus defensores cortar el vuelo de la revolucion, invocando, en favor de su permanencia, la sancion del tiempo y la ignorancia de los españoles.

de

Tratose de ello en las CORTES: nombrose con este objeto una nomisión para que diera su dictámen, y, casi en mayoría los absolutistas, divididos los votos, reclamaron, el dia 22 de Abril de 1812, que se diêra là preferencia á los asuntos religiosos, sobre otros que tuvié' sen menos importancia. El señor Muñoz Torrero, se encargó de contestar al Inquisido Riesco, y el CONGRESO, fiel á su consigna, acordó que se sometiera todo el espediente á la comision de Constitución.

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Detenido fué el exámen; grandes los trabajos que se hicieron para presentar una obra digna de las TOMO IV.

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CORTES, y el 8 de noviembre se dió cuenta del proyecto de ley sobre tribunales protectores de la religion, que fué terriblemente impugnado por Gutierrez de la Huerta, Cañedo y Barrera, suponiendo, gratuitamente, que no habian sido citados á la comision. Desvanecido este cargo: vencedores los que opinaban por la abolicion del Tribunal, sin dejar por ello de reglamentarse los que habian de proteger y mantener incólume lo religion católica, apostólica, romana, declarada por la constitucion única verdadera, y única del Estado, el dia 8 de enero de 1813, se dió principio á la discusion del proyecto, contra el cual hablaron algunos inquisidores y eclesiásticos, y leyó un papel el señor Ostolaza, campeon incansable del absolutismo. Otros diputados tomaron tambien la palabra en favor de los trabajos de la comision, y entre ellos Argüelles y Toreno, pronunciaron, en diferentes dias, dos de los mas notables discursos. Las CORTES, apreciaron justamente las doctrinas y los razonamientos de unos, y otros oradores, y su fallo, elevado á ley del reino, es una prueba mas de su amor á la nacion á quien representaban. Hé aqui, como un testimonio, los documentos que muestran la cuestion bajo todas sus faces, formando el pró y el contra del tribunal opresor de la INQUISICION.

«Señor,—leyó el diputado Ostolaza—, cuando en 22 de abril próximo se trató sobre el restablecimiento de la INQUISICION, dijeron algunos diputados que se entregase el espediente al señor Muñoz Torrero, para que diese su informe, y lo pidiese á los reverendos Obispos; y el señor Argüelles pidió un año de término para instruirse en la materia, que decian era muy oscura. Se resolvió al fin que pasase todo el espediente á la comision de constitucion, y desechó V. M. la proposicion hecha por el señor Zorraquin, reducida á estos términos: «que no se trate ni resuelva por las CORTES solamente el punto material del restablecimiento del tribunal supremo de la INQUISICION, Sino de si

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