los que ofrezco á V. M. Cuanto poseo, y cuanto llamo mio, me es agradable, en tanto que puedo ofrecer mas á la salud de la causa que defendemos, y á las leyes que ha dictado V. M.»

El 19 se dió cuenta de la esposicion del señor Huerta, renunciando el cargo de fiscal del tribunal de CORTES, porque no se creia con la autoridad necesaria para fallar en el asunto del señor Ros, por baber votado sus proposiciones; y fué desestimada, declarando el CONGRESO no haber lugar á deliberar. Despues se leyó el dictámen de la comision de Guerra, opinando porque los oficiales de mar y tierra que hubiesen abandonado las banderas nacionales, fuesen privados de sus empleos, sueldos, consideraciones y cruces en conformidad á lo que pidieron los oficiales del estado mayor general.-Entrándose luego á discutir la proposicion del señor Traver, acerca de la desgraciada accion de Castalla, se quejó el señor Terrero del poco respeto que merecian las disposiciones de las CORTES, cuando los agentes del Gobierno faltaban á ellas con pretestos frivolos..... Se mandó-dijo-que en el término de quince dias se concluyese la sumaria. ¿Por qué no se ha cumplido este decreto? No se ha podido, dicen. ¡Impostura! No han querido, señor, no han querido!..... Por la distancia de los declarantes,.. por la epidemia..... Venga aqui el comisionado, venga el general Elio, venga el ministro de la Guerra..... Despues de la dispersion y reunion en el cuartel general no quedaron siquiera una docena de oficiales, ó de sargentos ó soldados?..... Reo es tambien el general Elio..... mi dictámen es que terminantemente diga V. M. à la Regencia que quiere que aplique la fuerza de su decreto de privacion de empleo al comisionado para la formacion del proceso relativo á la desgraciada accion de Castalla, y por la misma manifiesta infraccion al actual ministro de la Guerra.» Las CORTES aprobaron únicamente lo que proponia el señor Traver, pidiendo los antecedentes á la Regencia. Las palabras del cura de Algeciras eran demasiado fuertes

cuando se trataba de un sumario militar. Prudente hasta los limites de la imprevision, el CONGRESO no prejuzgó el delito en que habian o podian haber incurrido los generales O'Donnell y Elio. Solo al tribunal fió la mision sagrada del juicio residencial.

Con la misma prudencia y con la mayor calma siguieron las CORTES ocupándose de asuntos ordinarios en los dias sucesivos, hasta que en la sesion del 23 se presentó don Antonio Cano Manuel, como secretario del Despacho de Gracia y Justicia, denunciando una vasta conspiracion, descubierta por el poder ejecutivo.

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«Señor dijo leyendo una esposicion-encargada la Regencia del reino de la conservacion de la seguridad del estado, ha tomado todas las providencias que ha creido conducentes para el desempeño de esta obligacion tan importante, que constituye la primera de todas sus atribuciones. Los sucesos que hasta aqui han podido comprometer dicha seguridad, no han sido de tal naturaleza que hayan obligado á récurrir á medios estraordinarios; pero los acontecimientos de que se halla informada la Regencia son de una clase bien diferente. Se atenta directamente contra la existencia de la representacion nacional y la del Gobierno por medios ocultos cuyos perniciosos efectos habian de manifestarse en una conmocion popuJar, preparada al intento en diferentes pueblos.-Este es el plan formado, el que al principio no se presentỏ sino con el carácter imperfecto que ofrecen las ideas del descontento; pero las investigaciones ulteriores fijaron ya su verdadero carácter, y dieron a conocer que su objeto principal era la subversion de la representacion nacional y del Gobierno, ejecutor de las leyes.-La constitucion política de la monarquia, establecida para defender en todos tiempos, bajo la garantia de la observancia de sus artículos, los derechos individuales de los españoles, ha hecho, sin embargo, una justa y conveniente escepcion en obsequio del primero de todos los derechos, que es el de la existencia politica y civil de la monarquía. E

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ticulo 308 dice: «Si en circunstancias estraordinarias, la seguridad del estado exigiese en toda la monarquía ó en parte de ella la suspension de algunas de las formalidades prescritas en este capitulo para el arresto de los delincuentes, podrán las CORTES decretarla por un tiempo determinado. La clase y naturaleza del delito de conspiracion; la dificultad de conocer á sus autores legalmente, y sobre todo la consideracion de que una vez indicado aquel por un movimiento popular, ya desaparece hasta la esperanza de los remedios justos y templados, siendo la fuerza la que únicamente decide del suceso, han obligado à la Regencia del reino á pensar en el temperamento que convendria adoptar, y no encuentran otro que el que ofrece el citado articulo.-Apoyada en él y en la resolucion que de órden de S. M. se me ha comunicado, ha resuelto S. A. escitar la autoridad de V. M. para que en uso de ella decrete, con respecto á esta causa, la suspension del articulo 287 en la parte que previene que ningun español podrá ser preso sin que preceda sumaria informacion del hecho, por el que merezca, segun la ley, ser castigado con pena corporal, bastando solo los indicios que por derecho comun y práctica constante de los tribunales deben preceder para la prision: la del 290 en su último estremo: la del 293 en la parte que dispone se haya de entregar copia del auto motivado al alcaide, y que sin este requisito no admita ningun preso en clase de tal: la del 500, la del 501 y la del 506.-Tambien le parece conveniente à S. A. el que con suspension del decreto de 23 de octubre de este año, se le autorice para que pueda cometer la continuacion de la causa al magistrado que le parezca.»-Pediase por la Regencia la infraccion de la constitucion, cuando á ella, á sus delegados se debia el disgusto del pueblo mas principalmente! Los patriotas, á quienes se llamaba exaltados, lo digeron en la esposicion del 50 de noviembre, leida en la sesion del 12 de diciembre. Nada mas que las infracciones de la ley fundamental y los empleados desafectos conspiraban contra las Cór

TES! Aplicados y desarrollados los principios constitucionales por funcionarios probos y amantes de las reformas, las maquinaciones de los absolutistas se habrian estrellado contra la fuerza de una situacion constitucional, aceptada y aceptable. Faltando esas condiciones necesarias, indispensables, precisas en todos los estados, la Regencia pedia que se suspendiesen los articulos mas estimados de la ley para salvar la ley. El Sr. Cano Manuel esplicó, segun las instrucciones que habia recibido, el modo de suplir el vacío que el Gobierno hallaba en la ley; pero no eran las CORTES del mismo dictámen, y el discurso del señor Argüelles, siendo el eco de la mayoría, es una "prueba de que no pensaban de igual modo el poder ejecutivo y el legislativo.

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Señor—dijo:—van corridos veinte y siete meses desde que tengo el honor de asistir á este augusto CONGRESO, Y de haber tenido parte directa como diputado en todas las deliberaciones, y puedo asegurar con el caudor que me es natural, que jamás me he hallado en situacion mas criti'ca y mas amarga que esta en que me veo precisado á dar mi dictámen sobre una materia que contemplo de las mas árduas y trascendentales que hasta ahora se han decidi-` do. No es fácil seguir el largo, elegante y agudo discurso del secretario de Gracia y Justicia, y yo tampoco lo haria aunque pudiera, ya porque conviene que esto se ejecuté mas detalladamente, ya porque no creo que sea asunto del momento el examinarle. Muchas de las razones que ha alegado el secretario de Gracia y Justicia se ventilarón y discutieron estensamente cuando se aprobaron los articulos de la constitucion de que tratan; y no dudo que el CONGRESO estará suficientemente penetrado de toda la doctrina que entonces vertieron varios señores diputados con tanta sabiduría y conocimiento de la materia, cuanta ha manifestado el secretario de Gracia y Justicia; haciéndose aplicación á casos particulares que en aquella ocasion se trajeron por ejemplos. Me ceñiré por tanto a los principios o puntos principales que abraza esta gran

TOMO IV.

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cuestion, que es la primera de esta especie, que se sujeta á la deliberacion del CONGRESO, y en la cual juzgo que toda circunspeccion será poca para tomar la debida resolucion. Conviene no olvidarse de que al cabo la constitucion se ha sancionado y publicado; que ha sido jurada con entusiasmo por los pueblos libres de la monarquía, y reconocida por una de las primeras potencias de Europa, esto es, el emperador de las Rusias, el cual al paso que algunos españoles degradados ó ignorantes, desconociendo sus beneficios, ó por su interés particular, deseando que otros los desconociesen, la miraban con desprecio, le asignaba un articulo especial, en un tratado de alianza para atestiguar públicamente su reconocimiento. Tampoco debe el CONGRESO desentenderse de la necesidad en que se halla de respetar esta obra de sus manos, procediendo en este negocio con todo el detenimiento posible, para que jamás se diga que no ha habido en esta determinacion toda aquella circunspeccion y maduréz que ha sido hasta aqui su principal y constante divisa. He oido con la mayor atencion al secretario de Gracia y Justicia, el cual ha abierto su esposicion, anunciando al CONGRESO uno de los desastres mas funestos que puedan suceder á una nacion, sobre todo à una nacion que se constituye de nuevo. Se trata de una conspiracion contra la representacion nacional y su Gobierno. No hay duda de que este es un negocio de los mas graves, pues un acontecimiento de esta naturaleza envolvería à la nacion en todas las calamidades y desgracias que trae consigo una guerra civil, especialmente hallándose invadidas varias de sus provincias por un enemigo astuto, poderoso y adestrado, por veinte años de revolucion, en el arte de las intrigas y manejos con que ha sabido desorganizar casi todos los gobiernos de Europa. Convengo, pues, en que este es un asunto de la mayor gravedad y trascendencia; pero es menester examinarle bajo todos los aspectos para evitar que las pasiones ó intereses del momento tengan parte para que la deliberacion pueda resentirse de precipitada