1) tornaredes viuo a Castiella ». E de estas palabras peso mucho a Rodrigo, e dixo: << Martin Gonçalez sodes buen cauallero, e estas palabras non son para aqui, ca este preyto | por las manos col 2.a lo hauedes a librar, ca non por las palabras; e todo el poder es en Dios e de ende la honra a quien el touiere por bien ». E con muy grande saña de lo que el le auie dicho, fue contra el, e feriol de la espada por cima del yelmo, assi que gelo corto, e de la cabeça quanto le alcanço, en guisa que fue muy mal ferido [, e perdio mucha sangre: e Don Martin Gonçalez ferio a Rodrigo] de la espada, que le corto quanto le alcanço del escudo, e tan reziamente tiro la espada contra si que fizo perder el escudo a Rodrigo; mas Rodrigo non lo queso oluidar: e diol otra ferida muy grande por el rostro, de que perdio mucha sangre. E andando amos muy fuertes e muy crueles firieronse sin piedad, ca amos eran tales que lo sabian muy bien fazer. Andando en su preyto muy affincados perdio Martin Gonçalez mucha sangre e con fraqueza non se pudo tener, e cayo del cauallo a tierra, e Rodrigo desciendio a el e matol. E desde que lo ouo muerto, pregunto a los fieles si auie y mas de fazer por el derecho de Calahorra, e ellos dixeron que non. Estonces vino el Rey don Ferrando a Rodrigo, e descendio a el, e ayudol desarmar, e abraçol mucho. E desque fue desarmado salio con el del campo, hauiendo con el muy gran plazer, e todos los Castellanos. Il Cid corregge la codardia di Martin Pelaez, e rendelo buon cavaliere. .... E a este Martin Pelaez que vos dezimos, fizo el Cid muy buen cauallero de couarde que era segun que agora vos conta 1) Prendo la correzione dalla Chron. del Cid (cap. VIII. Burgos 1593) che in questo racconto segue testualmente la General. IV. p.te fol. 269 269 retro 1) remos. Al comienço que el Cid cerco la cibdad de Valencia, vinose para el este Martin Pelaez de que vos dezimos, e era cauallero, e era natural de Asturias de Santa Jullana, e era fijo dalgo mucho, e grande de cuerpo, e rezio de sus miembros, e ome mucho apuesto e de buen donayre, mas con esto era muy couarde de coraçon, e mostraralo ya en muchos logares onde se acertara en fecho de armas. E quando llego al Cid, pesol, mucho con el, pero que non gelo quiso mostrar, ca tenie, que non era para su conpaña: pero asmo que pues alli veniera que el farie del bueno e esforçado, aunque non quisiesse: e como el Cid venie correr la villa quando dos vezes quando tres, segun que lo auedes oydo en la estoria, e como era en comienço de la cerca, cada | dia auien lides e torneos, porque era siempre el Cid de buena andança: e acaescio un dia que entro el Cid en un gran torneo con sus parientes e amigos e vassallos: e este Martin Pelaez yua bien armado: e tanto que vio que se aiuntauan los Christianos con los moros fuxo ende, e fuesse para su posada: e estudo esperando fasta que torno el Cid a yantar, e el Cid miro bien lo que Martin Pelaez fiziera: e desque ouo vencido los moros tornose para su posada a yantar: e el Cid auie por costumbre de comer en mesa alta en su cabo estando en su escaño: e don Aluar Fañez, e Pero Bermudez e los otros caualleros preciados comian a otra parte a mesas altas muy honradamente, e non osaua se asentar con ellos otro cauallero, a menos de ser a tal que meresciesse de ser alli: e los otros caualleros que non eran tan prouados comian en estrados e en mesas de cabeçales, e assi andaua ordenada la casa del Cid, ca cada uno sabie el logar do se auie asentar a comer: e cada uno pugnaua quanto podie de ganar la honra para se asentar a comer a la mesa de don 1) Corr. atal. 1) Aluar Fañez, e de sus conpañeros: onde quier que les acaesciesse en fecho de armas faziendo mucho bien: por esto lleuauan la honra del Cid adelante. Aquel cauallero Martin Pelaez cuidando que ninguno auie visto la su maldad lauose las manos abueltas de los otros, e col. 2.a quisose asentar con los otros caualleros: e el Cid fue contra el, e tomol por la mano, e dixol: « non sodes vos tal que merezcades asentar vos con essos, ca valen mas que vos nin que yo, mas quiero que seades comigo » e asentose a la su mesa. El con mengua de entendimiento, touo que gelo fazie por le honrar mas que a los otros. E aquel dia passaron assi: e otro dia el Cid e su compaña, fueronse para Valencia, e los moros salieron al torneo, e Martin Pelaez, salio y muy bien armado: e fue en los primeros que firieron en los moros: e entrante dellos boluio las riendas e tornose para casa: e el Cid metio mientes en todo quanto fizo, e vio que como quiera que mal fiziera que fiziera mejor que el dia primero. E desque el Cid ouo encerrados los moros en la villa, vinose para la posada, e tanto que se asento a comer, tomol por la mano e asentol consigo, e dixol que comiesse con el en la escudilla, ca mas merescia aquel dia que el otro primero. E el cauallero touo mientes en aquella palabra, e ouo embargo, pero fizo lo que mando el Cid: e despues que ouo yantado fuese para la posada e començo cuydar en aquella palabra quel dixera, e asmo que auie visto todo el mal que el fiziera: e entendio que por aquello non lo dexara asentar a la mesa | con los caualleros que eran preciados fol. 270 en armas, e que lo asentara consigo mas por lo afrontar que non le fazer honra, ca otro caualleros que non el eran y e non 1) Dopo conpañeros ho aggiunto i due punti - Leggi: fazienlo. 1) les fazie aquella honra. E estonces puso en su coraçon de fazer mejor que non fiziera fasta alli. Otro dia tornose el Cid e los suyos e Martin Pelaez, e fueronse para Valencia, e los moros salieron al torneo muy denodadamente: e Martin Pelaez fue en los primeros, e ferio muy rezio en los moros: e derribo e mato luego un buen cauallero, e perdio alli todo el mal miedo que auie, e fue aquel dia uno de los mejores caualleros que ay ouo, en quanto duro el torneo nunca quedo matando e feriendo e derribando en los moros fasta que los metieron por las puertas de la villa, en manera que se marauillauan los moros del, e dezien que donde venie aquel diabro: ca nunca lo alli vieran. E el Cid estaua en logar que veye muy bien quanto fazie, e metie y mientes: e auie ende muy gran prazer, porque tambien oluidaua el gran miedo que solie auer: e pues que los moros fueron encerrados tornose el Cid e los suyos para la posada: e Martin Pelaez muy manso e muy assosegado fuese para su posada en guisa de muy buen cauallero. E desque fue ora de comer el Cid atendio a col. 2.a Martin Pelaez: e desque llegaron lauaron las manos, | e el Cid tomol por la mano e dixol, « amigo mio no sodes vos tal que merezcades ser comigo de aqui adelante, mas assentad vos con don Aluar Fañez e con estos otros caualleros buenos, ca los vuestros buenos fechos que oy fezistes vos fazen ser compañero del los»: e de alli adelante fue metido en la compañia de los buenos. 1) Corr. porque tan bien. CHRONICA DEL FAMOSO CAVALLERO CID RUYDIEZ CAMPEADOR num.te [Con licencia - En Burgos - En la Imprimeria de Philippe Pag.318 de Junta y Juan-Baptista Varesio, 1593]. Capitulo LXXVI. - [De como el Cid Ruydiez non quiso be- Pag 167 sar la mano al Rey don Alfonso, fasta que fiziesse salua que non auia sido en la muerte del Rey don Sancho.] Cuenta la historia que quando el Rey don Alfonso vido que el Cid non le quiso besar la mano, nin recebirlo por señor como todos los otros omes altos, e los perlados, e los concejos, dixo a sus amigos: << Pues todos me recebides por señor e me otorgastes señorio, querria que supiessedes del Cid Ruydiez, porque non me quiso besar la mano, e rescebirme por señor: ca yo siempre le fare algo, assi como lo prometi a mi padre el Rey don Fernando, quando me lo encomendo a mi e a mis hermanos ». E el Cid se leuanto, e dixo: «Señor, quantos vos aqui vedes, han sospecha que por vuestro consejo morio el Rey don Sancho vuestro hermano: e porende vos digo, que si vos non fizieredes salua dello, assi como es de derecho, yo nunca vos besare la mano, nin vos recebire por señor ». Estonce dixo el Rey: <<< Cid mucho me plaze de lo que auedes dicho: E aqui juro a Dios e a Santa Maria, que nunca lo mate, nin fue en consejarlo, nin me plogo ende, aunque me auia quitado mi Reynado. E porende vos ruego | a todos, como amigos e vassallos leales, que col. 2.a me aconsejedes como me salue de tal fecho ». Estonce dixeron los altos omes que hy eran: que jurasse con doze caualleros |