Lo que de tu verdad fio Y lo que obra tu persona Quando en mi amparo le admito, Mi vassallo no has de ser
Agora, sino mi amigo;
Si este es traidor, yo leal
Le haré en los beneficios
Dame los brazos.
El alma te sacrifico.
Quatro traiciones te ha hecho
Mira no lleguen a cinco, Porque si a las cinco llegan, Buen Rey no quedarás vivo.
Si lo discurre el valor, Juzga ilusion el aviso: Mas si lo atiende el rezelo, De presagio ofrece indicios. Articulado veneno, Que en mi ofensa repetido Se coniura, otra vez mientes: Que mi afecto esclarecido 1) Mas puro que el Sol.
Que nada ultraja mi brio, Nada a mi valor se opone, Que de assombros y prodigios
Ninguna amenaza temo
Ni me alteran los peligros,
1) Forse: Que es mi afecto.
Pues solo yo mismo puedo Ponerme horror a mi mismo. A pesar de su altivez Yo haré que levante el sitio.
[DELLO STESSO AUTORE]. El Amor haze valientes
[Amor hace valientes. Por don Juan Matos y Fragoso. Opusc. parte st. parte ms. strappato da una collezione, e con ogni probabilità dalla: - Primera parte de Comedias de don J. M. F. – Madrid, Julian de Paredes, 1658.]
Il Cid, Albar Fañez e altri capitani dispongono l'assalto a Valenza.
Apenas al rebato con denuedo
Salí, quando los Moros temerosos De verme en la campaña, dezir puedo Que atras vuelven los passos presurosos; O es falta de poder, señor, o es miedo, Volver cobardes y salir briosos. No es falta de poder, temor no ha sido: Mas escuchad; sabreis lo que he sabido. Es, amigos, que el Moro poderoso Rey de Valencia, viendose sitiado, Intenta con su exercito animoso A campaña salir desesperado.
Mas porque enfrene el impetu orgulloso, Yo, como que le busco anticipado, Le he de esperar al pié de la muralla, O se gane o se pierda la batalla.
Bien veo que es arroio mas que humano, Amigos, emprender accion tan rara, Y aunque es grande el poder del Africano No ha de dezir que el Cid volvió la cara; Tengo en mi ayuda el brazo Castellano, El Cielo a los Catolicos ampara, Pues las flechas que arroja ayrado Marte, Si las tira el furor, Dios las reparte. Y aunque Valencia está fortalecida, Si venzo al Agareno en la campaña, La guarnicion que dexa prevenida, Siendo menor, haze mayor la hazaña. Para ganar la plaza esclarecida El valor y la Fee nos acompaña, Pues esse campo verde vereis antes Nevado de sus barbaros turbantes.
Noventa y seis batallas he vencido: No lo repito aquí por vanagloria. Noventa y tantas, dixe; mas han sido, Cansose en contarlas la memoria; 1) Para gloria de Dios se ha conseguido, Y tambien de mi patria para gloria, Con que en mi edad tassando los empleos Menos los años son que los trofeos.
Con el que emprendo hoy se ilustran todos
Pues sin duda Valencia ha de ser nuestra Si el heredado esfuerzo de los Godos Quisiesse armar la militar palestra; Con ardir y valor por varios modos Dispuesta la invasion tiene mi diestra. Vos, Albar Fañez, por caudillo os nombro, Vea el Alarve en vos el mismo assombro. Garci Ramirez a su cargo tiene El gion (?) merecido a su ardimiento; Nuño Sanchez tambien a servir viene Rigiendo un esquadron su heroico aliento. Y assí antes que el Sol con luz perenne Borde de rosicler el mar y el viento, Verán desde sus altos torreones Los Moros tremolar nuestros pendones.
Con el tercio, señor, que me entregares, Al peligro mayor pondré la vida, Hasta que correr vea en largos mares La campaña de púrpura teñida.
De Pelayo los hechos singulares
En mi tendrán imitacion luzida, Que quien de Elvira aspira a los favores Vienen a ser lisonjas los rigores.
Oy su mano será del que mas digno
Se señalasse por sus nobles hechos. A pesar de las leyes del destino Suelen ser venturosos los despechos; Yo lograré su cielo peregrino, Pues exemplo he de ser de amantes pechos. No aguardes a mañana, señor: vamos, Y a los sobervios muros embistamos.
Templad, porque mañana al mas valiente
Ha de sobrarle la mitad del dia.
Cada qual se prevenga diligente, Que el choque ha de ser tal y la porfia, Que se verá mañana en la campaña O vencedor el Cid o muerta España.
JUAN BAUTISTA DIAMANTE. - El honrador de su padre
[Biblioteca de Autores españoles. - Tomo XLIX. Madrid, Rivadeneyra, 1859. Vol. 2.o de los Dramáticos posteriores á Lope de Vega, pag. 56.]
Diego Laynez e Rodrigo con un inganno costringono Jimena a dichiarare il suo amore.
(Sala della Reggia. - JIMENA e ELVIRA sua confidente nascoste; in iscena RODRIGO e il suo servo Nuño gracioso).
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