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URR.

CID.

URR.

Doña Urraca, por aora;
Que se quexará Zamora
Que no faceis lo que es justo.
Y si os cansan los chapines
En el mi troton rodado,
Podeis saliros al prado
A caza de matachines.
Si la vayeta os enfada,
Poneos un verde mongil
De Bretaña, o torongil,
Y sino, no os pongais nada.

Lo que es mi persona y renta,
Está, Infanta, al mandar vuestro,
Que nunca da el Cielo nuestro
Favor, como estar contenta,

Y aunque pobres, somos Godos.
Yo os la agradezco por cierto,
Porque aunque mi hermano es muerto,
En Madrid continuo ay lodos.

Como os va de los diviessos?
Los de abaxo del obligo,

Todavia se estan tiessos;

El de junto a los ojetes
Del jubon, está mas blando.
Idos de continuo untando

Con azeyte de Corchetes;

(?)

Un poco de azafran en piedra

Con unos mocos de mona,
Molido bien en tahona,
Con unas hojas de yedra,

Es muy gran madurativo:

Mas si quereis abreviar
La cura, yo os quiero dar
Otro.

La merced recibo.
Tomad de hongos un seron,
Y en un puchero a la lumbre
Los coced en media azumbre
De agua, en fuego de carbon:
Ponedlos de media a medio
Del fuego, y aveis de herbillos
Hasta que los dos quartillos
Queden en azumbre y media.
Comereis al dia de aquesto
Seis arrobas, y unos baños
Que si los tomas cien años
No vos morireis tan presto.
El Cielo te dé deleyte,
Bella Infanta soberana:
Embia a mi casa mañana
Por una criba de azeyte,
Que estoy muy agradecido
Del consejo que me das.
Pruebalo a hazer, y verás
Trabajo y tiempo perdido.

CID.
URR.

CID.

URR.

13.

RESTORI, Le gesta del Cid.

NOVELLE

FRANCISCO SANTOS. - La Verdad en el Potro
y el Cid resucitado

[Vol. 3o pag. 51 delle: Obras en prosa y verso de F. S. Madrid, Francisco Martinez Abad; Año de 1723.]

(Pag. 55), - Detuvo [al Cid] una voz, que cantaba assí: 1) Diego Daynez, el padre | de Rodrigo el Castellano, Cuydando en la mengua grande | hecha á un hombre de su

grado,

Viendo debiles sus fuerzas | para vengar sus agravios,
Que, aunque la sangre le alienta, | tiene los brios postrados,
Mandó llamar á sus hijos; | sin hablar los ha mirado,
Apretándoles las palmas | por ver qual es mas osado.
Tan recio los apretó | con esfuerzo denodado,

Que muy quexosos le dizen: | Qué nos matas, padre honrado!

1) Questo romance è forse del Santos medesimo. Manca nei Romanceri; lo pubblicò, togliendolo di qui, la S.ra Michaelis nel Romancero del Cid. Brockhaus 1871.

Cid: Mientes, vil Cantor, y vil Poeta, que en quanto has dicho te engañas, y para que lo conozcas, mi padre se llamó Lain Diaz, 1) y de sangre Real, pues siéndolo, y supuesto que dizes, que tuvo valor para apretar tanto á sus hijos, que los mataba, como avia de apartarse de quien le avia ofendido, sin tomar venganza de un agravio, y mas diziendo tu mala lengua, que fué bofetada dada en presencia del Rey? Vuelvo a dezirte que mientes, que los Reyes de Castilla ni aun entre sueños sufrieran semejante atrevimiento, y mas hecho á tan principal Cavallero, que antes y despues dél huvo en su linage muchos Reyes de Castilla, Leon, Navarra, Aragon y Asturias. Y mas dizes que mandó llamar á sus hijos, siendo lo contrario, que quando mi padre lidiaba con los Moros, era yo solo en su Casa, y mi valor se conoció desde mi nacimiento; y assí, la prueba de apretar la mano, fuera escusada, no tanto por mi valor, sino que un agravio tan grande tuviera mil pregoneros luego al punto; que para publicar una infamia jamás faltaron lenguas agudas, y no avia yo de ser tan desgraciado que lo supiesse el último. Por vida de.... Sossegóse, porqué le sossegaron aquellos Ancianos que le rodeaban, y la Verdad le reportó, diziendo: Dexemos esso, Cid.

2)

(Pag. 59). - Detúvose la Verdad á la voz de uno que cantó assí:

Pensativo estaba el Cid, | viéndose de pocos años,
Para vengar á su padre | matando al Conde Lozano.
Descolgó una espada vieja | de Mudarra el Castellano,
Que estaba toda mohosa | con la muerte de su amo.

1) Nessuna delle genealogie conosciute dá al padre del Cid il nome di Lain Diaz. 2) È un romance anonimo del Romancero dell' Escobar. Cfr. Duran, I. 480.

Cid:

Qué mi paciencia sea tanta! Cantor miserable, donde huvo Conde Lozano? y quando tuve yo pocos años para vengar agravios, pues, siendo de quatro, hize pedazos á un perro, porque mordió á una hermana mia? 1) Pensativo yo, quando lo estuve, sino viendo á mi Rey triste ó enojado?... Si en otro romance dizes que me dió mi padre su espada, 2) como aora prosigues que descolgué una de Mudarra, que me acuerdo quando de diez años me la ciño el Rey Don Sancho en Santa Gadea? Sossegáronle los Ancianos.

(Pag. 65).

Mas dixera la Verdad, si no los inquietara una

voz que cantaba assí: 3)

Armado de todas armas | esse buen Cid Castellano, Brotando fuego sus ojos, | buscaba al Conde Lozano; Hallóle y dióle la muerte, | la cabeza le ha cortado, Y á su padre viejo y pobre | por presea ha presentado. La noble Ximena Gomez | hija de este muerto Hidalgo Querellándose ante el Rey, | que entonces era Fernando: << A lo hecho no hay remedio, | solo te pido un amparo: Hazedme buen Rey justicia, | dadme al Cid por desposado. >>> El Rey lo ofreció y lo hizo, | pues con ella le ha casado, De cuyo tálamo noble | toda la Corte se ha holgado.

Cid: - Ay mayor mentira! Y que me digan, que andan estos romances impressos en libros! Miren que al contrario es, pues mi muger se llamó Doña Ximena Diaz, hija del conde Asturiense, llamado Don Diego Diaz de Asturias. Y para mas ver

1) Nessun documento, nè in prosa nè in poesia, ricorda questa prodezza del Cid fanciullo. 2) Allude al romance, anonimo, che è pure nell' Escobar: - Cuydando Diego Laynez | en la mengua de su casa;. 3) Stessa nota che al romance: Diego Laynez el padre.

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