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dicha ciudad a las cosas que está obligado, señalándole el salario que mereciere y pareciere convenir. Y que en el entretanto se metan los tributos en la Caja Real por cuenta aparte, para hacer dellos lo que por mí o por el visorrey o gobernador que fuere se mandare. Con todas las cuales dichas condiciones contenidas en esta dicha mi provisión mando a cualesquier justicias de S. M. que habiendo hecho el juramento el dicho Hierónimo de Villafuerte, le den la posesión de la dicha propiedad del dicho repartimiento de Livitaca, y a los dichos officiales reales, de la dicha situación de los dichos mill y ochocientos pesos de rental en cada un año, libres de las dichas costas. De lo cual mando que los unos y los otros no sean desposeídos sin ser primero oídos y por fuero y derecho vencidos. Y los unos y los otros no dejéis ni dejen de lo así cumplir so pena de mill pesos de oro para la Cámara de S. M. Fecha en los Reyes, a tres días del mes de Abril de mill quinientos y setenta y ocho años.

DON FRANCISCO DE TOLEDO.

Por mandado de su Exca.

Alvaro Ruíz de Navamuel

NOTICIA BIOGRAFICA

ALCON PEDRO.-Uno de los trece de la Fama. Ignórase la época de su venida a las Indias y sus servicios anteriores al segundo viaje de Pizarro a las costas del Perú. Cuando el Conquistador reconocía la costa inmediata a Trujillo en la nave que el Gobernador Ríos mandó a cargo de Bartolomé Ruíz a recoger a los que habían quedado en la Gorgona, en uno de los puertos hizo desembarcar a Rivera, Alcón, Molina y Cuéllar. Alcón que se hacía notar de sus compañeros por el esmero que gastaba en su persona, se vistió lujosamente, llevando «un escofión de oro con gcrra y medalla y jubón de terciopelo, y calzas negras. cen ida su espada y puñal, con que dijeron los de aquel tiempo que parecía más soldado bizarro de Italia que trabajado descub ricor de manglares» (65).

Había en aquella tierra una bella y noble india, a quien los historiadores llaman la Capullana, de la cual se enamoró Alcón locamente, y cuando Pizarro se disponía a partir solicitó permiso para quedarse en tierra. Negóselo el Conquisrador, lo cual fué causa para que Alcón perdiese el juicio y hubiese necesidad de sugetarle con prisiones a bordo para contener los excesos a que le conducía su locura.

Alcón, durante el viaje de regreso a Panamá, debió recobrar la razón, pues de otra manera, estando insano, Pizarro no habría pedido para él honores y recompensas, como las pidió y

(*) Esta numeración corresponde a la del cuadro.

(65) Herrera, Dec. IV. lib. II.

obtuvo en la Capitulación que pactó con la Reina Doña Juana para la conquista del Perú.

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ATIENZA BLAS-Enumerado por Cabello Balboa (66) como uno de los heroicos aventureros que siguieron a Pizarro cuando éste resolvió quedarse en la isla del Gallo para proseguír el descubrimiento del Perú. Atienza militaba en el Darién a órdenes de Vasco Núñez de Bolboa y vino con él en la expedición destinada a descubrir el Mar del Sur. Balboa había enviado tres comisiones exploradoras, dirigidas por Pizarro, Juan de Escaray y Alonso Martín de Sicilia; en esta última venía Atienza y tuvo la fortuna de ser la primera en llegar por haber seguido el camino más corto. Alonso Martín encontró botes en la playa. dejados allí por los naturales, y echando uno al agua se lanzó dentro de él exclamando que era el primero que había surcado el Mar del Sur; siguióle Atienza,gritando asimismo que constara que él era el segundo (67).

Cuando Pizarro emprendió la conquista del Perú, vino Atienza en la expedición desempeñando el cargo de Contador y llegado que hubo a Tumbes proveyó el Conquistador el primer auto como Adelantado, Gobernador y Capitán General del Perú y Tumbes, título con el cual vino investido, el 14 de Abril de 1531, en el pueblo de Coaque, ante Juan Alonso, Escribano de la Armada, nombrando oficiales reales: Contador a Blas de Atienza, Veedor a Francisco de la Serna y Tesorero a Hernán González (68).

Atienza fué uno de los doce españoles que protestaron contra la sentencia y suplicio de Atahualpa, cuyos nombres-dice Markham (69) — son más dignos de recordarse que los de los trece que cruzaron la línea en la isla del Gallo.» En las dos actas de la fundación de Quito, Atienza firmó por Almagro, que, como es sabido, no sabía escribir, a quien acompañó cuando éste fué al territorio del Ecuador a detener a Pedro de Alvarado con la expedición que trajo de Guatemala en 1534.

(66) Hist. du Pérou.

(67) Herrera, Dec. I, lib. X, cap. IIt

(68) Calancha t. I. lib. I cap. XVI

(69) Reports on the discovery of Peru, p. 105

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