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PROEMIO (a)

Guiado por un natural deseo de profundizar mis cono cimientos sobre mi lengua materna, aunque restando ratos a mis ocupaciones estudiantiles, me dedicaba por 1914, en la Biblioteca de la Universidad Mayor de San Marcos, a estudiar el Ollanta en el magnífico texto de Pacheco Zegarra, el UscaPáuccar en la copia que fué del Dr. Villar y otras obras que aquella Biblioteca posée en buen número sobre la lengua del Tahuantinsuyo. Cierto día, que faltaba ya material para satisfacer mi excitada curiosidad, llegó a mis manos un esquelético volumen que contenía dos manuscritos, trunco el uno y completo el otro, titulados respectivamente, INVESTIGACIONES

FILOLOGI CAS E HISTORICAS SOBRE LA LENGUA QUECHUA y DIALECTO CHINCHAYSUYO.

El segundo llamó particularmente mi atención, por la circunstancia de tratar de un dialecto que es el mío propio, con ligeras variaciones. Hice tomar copia en seguída con el propósito firme de darlo a la publicidad; mas como en la bolsa del estudiante sobra el aire y escasea el dinero, la publicación quedó postergada para tiempos mejores, que, con la catástrofe universal, tardaron mucho en llegar. No hace muchos días resuelto ya a realizar mis proyectos e ignorando si era inédito o no y quién podía ser el autor del manuscrito, solicité datos sobre estos puntos, del Dr. Horacio H. Urteaga. La casualidad hizo que en esos momentos se hallara presente el señor Carlos A. Romero, Director de la REVISTA HISTORICA, a quien también se hizo extensiva la consulta. Aunque sin ponunciarse

(a)-Las notas que no llevan la indicación de ser del autor, han sido puestas por el Sr. Vara Cadillo y son de la absoluta responsabilidad de él.

sobre la paternidad del manuscrito, ambos historiógrafos manifestaron su parecer de que era inédito. El Sr. Romero, con una gentileza que le honra y le agradezco, me ofreció darle cabida, sin gravamen para mí, en las páginas de la Revista mencionada. Merced a la simpática acción del señor Romero sale a luz este trabajo que, si siendo inédito, como creo lo es, ha estado injustamente olvidado en los estantes de una biblioteca, no obstante la indiscutible importancia que posee para la ciencia nacional y general, contribuirá a acrecentar los materiales necesarios para la investigación y resolución de muchos problemas históricos, etnográficos, filológicos, etc., y para la rectificación de involuntarios errores u omisiones en que han podido incurrir quienes se ocupan de asuntos propios a la región en que domina el habla chinchaysuyo, ya que en los fenómenos sociales unos explican otros y se concatenan recíproca o sucesivamente.

La circunstancia de ser el DIALECTO CHINCHAYSUYO un trabajo de autor anónimo, podría desfavorecerle; pero nó. de su lectura se desprende la evidencia plena de que es obra de un autor experto en estudios de este género y, por lo tanto, sus conclusiones no son simples salidas de tono, como las de muchos otros autores que deslumbran a sus lectores con una fingida ciencia, escudados por el poco o ningún conocimiento que la casi totalidad del público lector tiene en cuestiones que se relacionan con las lenguas indígenas del Perú.

Las investigaciones que he podido hacer hasta el presente no esclarecen definitivamente el problema relativo al autor del manuscrito. Sin embargo, puedo afirmar que sólo uno de los dos hombres que, entre otros dedicaron su vida y su entusiasmo a escrutar los secretos de la lengua quechua, Barranca y Villar, puede ser el autor del DIALECTO CHINCHAYSUYO con exclusión de cualquier otro, por razones que luego se verán.

En el cuerpo del manuscrito el autor consigna cuatro hechos importantes que pueden guiarnos a esclarecer el punto en referencia. Estos son: 1o-A la obra le pone como subtítulo: el de PRIMER SUPLEMENTO A LA GRAMATICA QUECHUA; 2o—Casi al comienzo de la obra, refiriéndose al olvido en que casi todos los antiguos gramáticos dejaron los dialectos, dice que por su parte tratará la materia principiando por ellos; y 3o— Más adelante, en dos partes distintas, hace referencia a la len

gua cauqui, estampando en una de ellas, al hablar de la lengua tankar esta frase: «Nuestras observaciones sobre el cauqui..... arrojarían alguna luz sobre lo que pueda ser aquella». «De manera que podríamos.... afirmar que son (el tankar y el cauqui) un mismo dialecto con distintos nombres».

De lo expuesto se deduce: 1°. que el autor había hecho estudios anteriores sobre la lengua cauqui; y 2°. que escribió, o se proponía escribir, una Gramática de la lengua quechua.

A los hechos anotados puede agregarse que por la lectura del texto se comprende que el autor, si no perito, tiene suficientes conocimientos sobre el griego, el sanscrito y el alemán; lenguas que conocía bien el Dr. Barranca y que no las ignoraba tampoco el Dr. Villar.

Pues bien, hasta la fecha posible del manuscrito (último 4o. del siglo XIX) los doctores Barranca y Villar fueron los únicos que publicaron estudios sobre la lengua cauqui: el primero en el periódico El Siglo (b) y el segundo en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima (c). De manera, pues, que solo uno de ellos pudo hacer referencias a estudios practicados sobre dicha lengua.

Sabido es que el eminente quechuista Dr. Leonardo Villar escribió una Gramática quechua que en fragmentos ha publicado la Sociedad Geográfica de Lima en su Boletín. Así quedaría explicado el por qué el manuscrito lleva el subtítulo de <Primer suplemento», ya se haya escrito antes o después que la Gramática.

Ignoramos que el Dr. Barranca haya escrito alguna Gramática quechua; pero dados los profundos conocimientos que tenía sobre esta lengua, bien pudo haber proyectado escribirla, aunque no lo realizase después. Esto no impide que pudiese haber condensado en un trabajo las observaciones que pudo hacer, en algún viaje a las provincias del N., sobre el dialecto chinchaysuyo.

No obtante lo expuesto, hay algo más que parece indicar que el Dr. Villar fué el autor del manuscrito. El volumen que contiene el manuscrito procede de la biblioteca de este sabio

(b)-Citado por el Dr. Villar en su trabajo titulado Lenguas indígenas coexistentes con la Keshua. Vid Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, tomo V, pág. 325.

(c) Vid. trabajo citado en el Boletín mencionado, tomo. V. pág. 324.

por venta que a su muerte sus herederos hicieron a la Universidad de los libros que pertenecieron a aquél. Por otro lado, el Dr. Villar, en toda copia o traducción que hacía o mandaba hacer, solía poner indicaciones sobre la fuente de dónde habían sido tomadas. Así se ve que en las Investigaciones filológicas que forman parte del volumen, está anotado que es una traducción de un artículo publicado por Onfroy de Thoron en The International de Londres; notas análogas se consignan en una copia del Arte de la lengua quichua de A. Huerta y en un manuscrito titulado De pronuntiatione indica encontrado en la biblioteca de un canónigo, obras todas que proceden de la biblioteca del Dr. Villar. Dados estos hechos llama particularmente la atención que en el DIALECTO CHINCHAYSUYO no haya anotación de ningún género que indique su procedencia. Este silencio solo se explicaría tratándose de una obra propia del dueño de la biblioteca.

Quizás contra este supuesto pueda aducirse la objeción de que la ortografía quechua que se usa en el manuscrito no es de la corrección y atildamiento que el Dr. Villar acostumbraba usar en sus trabajos. Aunque este argumento tiene fuerza, puede explicarse que ese descuído se deba a la intervención de un amanuense nada experto en trabajos de esta especie.

N. S. VARA CADILLO.

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