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las órdenes eclesiásticas entre los años de 1545 y 1550, en que le encontramos de capellán del hospital de españoles de esta ciudad, nacido probablemente en el Cuzco, donde quedó radicado para siempre. Su profundo conocimiento del quechua, quizá la lengua materna, y las pocas relaciones con Elío Antonio el nebrisense y Juan del Encina, que demuestran sus escritos, prueban nuestro aserto. Durante el gobierno del Virrey Toledo, el obispo y el Cabildo eclesiástico del Cuzco, hicieron tres tratados sobre las cualidades que debían reunir los prebendados, y se determinó el que fuesen de limpia generación, no confesos, ni descendientes de moros ni judíos, ni penitenciados por el Santo Oficio, ni infames y que fuesen de legítimo matrimonio, remitiendo el expediente al Rey para que lo hiciese confirmar por el Pontífice (5).. Esto confirma nuestra suposición de que Molina fué hijo natural de español e india y explica el por qué permaneció años de años de párroco en una iglesia de esa ciudad sin llegar a ascender a dignidad en la Metropolitana de ella.

De boca de Molina sólo sabemos que fué cura de la parroquia de N. Señora de los Remedios del Hospital de los Naturales del Cuzco, sin decir desde cuándo ni hasta cuándo (6) ejerció allí su sagrado ministerio y que "tenia buenos salarios y acomodación con que se sustenta

(s) Noticias Cronológicas del Cuzco, Ms. Bibt. Nac.

(6) La fecha de la creación de la Parroquia del Hospital, no

se conoce.

Hacia febrero de 1569 trataron ambos cabildos del Cuzco, para poner término a los vicios y escándalos que causaban los negros, mulatos e indios en el barrio del Hospital de naturales y acordaron la creación de una capilla, cuyo capellán sería nombrado por el Cabildo secular y a quien el eclesiástico daría licencia para la administración de los santos Sacramentos, mientras se erigia alli una parroquia. Después de ciertas disensiones entre los dos cabildes, en que la capilla fué clausurada, se volvió a abrir, colocandose nuevamente el Santisimo Sacramento en ella y volviendo asirismo a ejercer su ministerio el sacerdote encargado de la administrarlos "No se encuentra más noticia que esta acica de la ereccion de la Parroquia del Hospital de los Naturales". Noticias cronológicas del Cuzco, cit.

LOS DOS CRISTOBAL DE MOLINA

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ba" (7). Molina percibía 150 pesos anualmente de salario por la predicación del Evangelio a los naturales de la ciudad del Cuzco, pues era "muy buena lengua", como se decía en el pintoresco lenguaje de la época, o un excelente hablista queschua, como diríamos hoy. Teniendo en cuenta estas especiales dotes fué que el Virrey ledo dictó la provisión que publicamos como Apéndice, reponiendo a Molina en el goce del salario por la predicación de los indios, de que se quejaba había sido desposeído.

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Entre las instrucciones que el Rey Don Felipe II dió a Don Francisco de Toledo cuando le nombró Virrey del Perú, se contaba una cédula datada en Madrid, a 28 de Diciembre de 1568, conteniendo una larga relación de los puntos relativos al gobierno del Virreinato (8), especialmente en el ramo de los tributos de los indios. Durante el viaje, Toledo "hauia uisto, y entendido por el camino donde vino hasta esta dicha ciudad" de Lima (9) las necesidades de la colonia y estudiado las medidas que había que dictar para su remedio. Resolvió entonces hacer la visita general del Reino, por sí o por comisionados especiales para ello. En esta ciudad, el Virrey nombró visitadores para todas las provincias. Varias fueron las comisiones designadas para la visita de la provincia del Cuzco, una de las cuales debía ocuparse exclusivamente de la del recinto de la ciudad y sus parroquias. Naturalmente, el sabio gobernador aprovechó de las particulares dotes del Padre Cristóbal de Medina y le nombró visitador eclesiástico de aquella visita, que encomendaba a él, el Capitán Martín García Oñaz y Loyola y otros (10). La

(7) Véase el Apéndice A.

(8) Libro de la Visita general del Virrey Toledo, Ms. Biblio teca Nacional.

(9) Libro de la visita cit.

(10) "El capitán Martín garcía de loyola de la cauallería de calatrava y en su compañía por bisitador eclesiástico Xpoval de Molina, clérigo y por su ausencia del dicho capitán loyola a pedro quiros dauila, y ordoño de Valencia Diego de salzedo tesorero de su majestad en la dicha ciudad del Cuzco-Libro de Visitas cit.

Visita fué debidamente llevada a cabo, como se verá más adelante.

En 1575, por provisión fechada en Arequipa a 6 de Noviembre de ese año (11), Toledo ordenó que se practicase una segunda visita a los indios de la ciudad y valies del Cuzco, encomendándola al Alguacil Mayor de la ciudad Sancho Verdugo, y nombrando a la vez por la misma provisión, como visitador eclesiástico, al Padre tóbal de Molina. Dispuso el Virrey una revisión completa de los padrones de la primera visita y que los indios en ellos contenidos fuesen obligados a residir en los pueblos y lugares donde habían sido empadronados, y no en otros, dando por término para el cumplimiento de la comisión seis meses. Pero apenas los visitadores habían comenzado a llenar su cometido, se produjo uno de aquellos, por entonces, frecuentes rozamientos entre la autoridad civil y la eclesiástica, en que ésta esgrimió la poderosa arma de las censuras contra el Alguacil Mayor, por "cierto litigio tocante a la administración de la Real justicia". La visita quedó suspendida y el Alguacil Verdugo vino de queja ante el Virrey y Audiencia, haciendo expresamente el viaje a Lima, y aquí obtuvo sobre-carta de Toledo, fechada en 20 de Octubre de 1576, ordenándole que continuase la interrumpida visita, conforme a las instrucciones insertas en la anterior provisión. Y no se requiere vista de lince para descubrir cuáles fueron los motivos que provocaron el enojo de su merced el señor Provisor del obispado de aquella ciudad hasta el extremo de decretar censuras contra el funcionario civil, pues en a dicha sobre-carta se encuentra esta significativa parte que no se contenía en la primera provisión: "Y las indias que "de las dichas perroquias halláredes estar amancebadas, "ansí con españoles de la dicha ciudad e perroquias como "con los indios o con otras cualesquier personas, las qui"taréis de los tales amancebamientos y las pornéis en casa "de personas sin sospecha a que sirvan o estén en depó

(11) Revista de Archivos y Bibliotecas 1898, t. 1, p. 41.

Nacionales, Lima,

"sito, como os pareciere, haciendo los conciertos que con"vengan sobre ello, ante escribano de la dicha visita; de "manera que las tales indias entiendan que no han de es"tar amancebadas y han de vivir bien, y no andar baga"bundas ni en semejantes vicios y pecados y procederéis "contra los tales españoles y demás personas con quien "estuvieren amancebadas, por todo rigor, de manera que "sean castigadas por el dicho amancebamiento." (12)

Vuelto el Alguacil Mayor Verdugo al Cuzco, continuó la interrumpida visita acompañado del Padre Molina, hasta darle término, en 6 de Agosto del año 1576 (13). Como era de costumbre, terminadas las visitas, Toledo ordenó que se tomase la residencia a los visitadores y que las sumas en que estos resultasen responsables por cualquier razón se les "escalfase" de sus salarios y su monto se enviase a Lima, para atender con ellas las limosnas que el Virrey había señalado a los monasterios y hospitales. En la residencia resultó el P. Molina deudor de 592 pesos, que recibió demás durante la primera visita, cuyo reintegro, junto con otros, fué ordenado por el Virrey por provisión de 1. de Agosto de 1578. (14).

(12) Rev. cit. 1, p. 41.

(13) La visita quedó terminada en 6 de Agosto de 1576 y dió el siguiente resultado:

Indios Cuzcos en las parroquias de Belém, Santiago, el Hospital, Santa Ana, San Cristóbal, San Blas, San Gerónimo y San Sebastián 115.

Indios yanaconas en las mismas parroquias, 1142. De los cuales correspondían 154 indios cuzcos y 238 yanacones a la parroquia del Hospital, de que era Cura el Padre Molina.

Rev. de Arch. cit. 1,240.

(14) Al Pe. Xpóval de Molina, clérigo, visitador eclesiástico de esa ciudad, parroquias y valles della en compañía del capitán Loyola y Pedro de Quirós y Ordoño de Valencia,en quinientos noventa y dos pesos ensayados, por que de un mil y seiscientos y sesenta y seis pesos ensayados que montó el salario que hubo de haber del tiempo que se ocupó en la dicha visita, le mandé pagar los un mil dellos demás de otros cient pesos corrientes que había por haber gozado en el dicho tiempo del salario de la doctrina de una de las dichas parroquias.-DXCII. Revista de Archivos y Bibliotecas Nacionales, 1, pg. 325.

Por cédula fechada en Badajoz el 23 de Septiembre de 1580, el Rey ordenó al Virrey del Perú "que informase de los usos y costumbres que los indios tenían en tiempo de su infidelidad cerca de su gobierno". En cumplimiento de esa orden se llevó a cabo una información en el Cuzco, en 28 de Marzo de 1582, en que declaran suministrando gran copia de datos, Cristóbal de Molina, García de Melo, Alonso de Mesa, Damián de la Bandera y Bartolomé de Porras, hijo este último de conquistador y de india.

En cuanto a la fecha en que Molina escribió su Relación, no se puede fijar con exactitud. Consta por la provisión de Toledo que publicamos como apéndice, que el cura cuzqueño "se ocupaba en saber y entender de los ritos y ceremonias antiguas que los dichos indios tenían". Que la Relación fué escrita después de 1572, no cabe dudarlo; pues en el curso de ella hace alusiones a sucesos acaecidos en tal año, como cuando habla de la rebelión y muerte de Túpac Amaru, que expresa con estas palabras..... ....con ver al inca muerto y a Vilcabamba de Cristianos". Y se recordará que Túpac Amaru fué ajusticiado en Mayo de 1572. Por otra parte, la Relación está dedicada al Obispo Lartaún (15), que tomó posesión de la

(15) El Obispo don Sebastián de Lartaún, a quien el autor dedica sus relaciones, fué natural de Oyarzún, en Vizcaya, hizo sus estudios en el Colegio mayor de San Ildefonso de la ciudad de Alcalá de Henares, donde también se graduó de doctor. Octuvo una canongía en la iglesia de San Justo y se hallaba desempeñándola cuando recibió el nombramiento de obispo del Cuzco en 3 de Junio de 1570, en lugar de Fray Juan Solano. El nuevo obispo entró a la ciudad del Cuzco el 28 de Junio de 1573 y gobernó su diócesis hasta 1582, en que vino a Lima a asistir al concilio provincial convocado por el Arzobispo Santo Toribio. Entre los asuntos tratados por este concilio, se cuenta un proceso formado al obispo Lartaún en virtud de serias reclamaciones formuladas por el clero del Cuzco contra su prelado, por ciertas imposiciones de éste, no muy justificadas. En el concilio se promovió una acalorada competencia, pues mientras el obispo pretendía que el mismo concilio resolviese el punto, el Arzobispo Santo Toribio opinaba que debía enviarse el proceso a Roma para su resolución. A tanto grado llegó el acaloramiento que en una de las sesiones el Obispo su

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