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cirse que el verdadero lugar de su residencia fué Santiago. Estuvo allí primero con Almagro, luego regresó con D. García Hurtado de Mendoza: a raíz de un grave incidente de que se dirá en seguida, volvió a Lima, y luego regresó a Chile, donde entregó su alma al Creador. Fué Cura en Santiago, Vicario General, y So-chantre de la Catedral de aquella ciudad, cuando se erigió el episcopado. Siendo Vicario General en Santiago por el señor Gónzález Marmolejo, por impedimento de éste, a principios de 1563, un fraile dominicano llamado Fray Gil González de San Nicolás vertió ciertas heregías en el púlpito, en presencia del Vicario (28). Este ordenó que se hiciese una información y decretó la prisión del herege, pero la autoridad civil representada por el teniente gobernador Juan Jofré, se negó a cumplir el auto del Vicario, y por el contrario, puesto de acuerdo con Fray Gil y con otro fraile llamado Fray Cristóbal de Ravaneda, iniciaron una información contra Molina que terminó con la prisión. del anciano sacerdote. No se dejó intimidar Molina por el atropello y desde su prisión dictó auto de censuras contra el teniente de gobernador y sus secuaces. El incidente tuvo otra repercución, pero como no es nuestro ánimo hacer extenso relato de él, remitimos al lector a las obras citadas. Sólo diremos en conclusión, que el vecindario de Santiago acudió al gobernador Villagra pidiendo el castigo de los culpables, y el Vicario a la Real Audiencia de Lima, con idéntico objeto, mereciendo la aprobación de su conducta por aquella autoridad y este tribunal.

Cristóbal de Molina escribió su relación en Lima, según se desprende de su texto, y después de 1552, a juzgar por la referencia que hace al Virrey D. Antonio de Mendoza, que murió en esta ciudad en 21 de Julio del año indicado, que expresa en estos términos: "Una de las cosas que el Visorrey don Antonio de Mendoza apuntó en estos reinos cuando la vió" etc. La obra de Molina ha pasado por anónima, y por tal la citó Prescott y la pu

(28) Vicuña Mackenna, Historia de Santiago, Santiago 1874 t, c. IX- Errázuriz, ob. citada, carta de Molina al Rey, Ap. II.

blicó Barros Arana, pero aunque no lleva firma, en puridad de verdad no la necesitaba para saberse de quién fué. Don Juan Juan Bautista Muñoz creyó poner una pica en Flandes al decir que, a su juicio, el autor de la Relación "es algún religioso, de quién era casi peculiar el principio Ihus y abultar los daños en la conquista". Jiménez de la Espada declara que participa de igual creencia y señaló como autor al P. Cristóbal de Molina (29). Pues bien, tres religiosos acompañaron a Almagro en su expedición a Chile: dos mercedarios, los padres fr. Antonio Rondón y fr. Francisco Ruíz, y un clérigo: Cristóbal de Molina. El autor de la Relación declara que fué clérigo y que acompañó a Almagro: luego blanca, migada y en taza... no pudo ser otro que Cristóbal de Molina.

La relación de la Conquista y población del Perú del Padre Molina el almagrista, fué publicada por primera vez, mal leída, en la revista chilena Sud-América, que veía la luz en Santiago el año 1873, por el historiador D. Diego Barros Arana, quien la utilizó bastante en su Historia General de Chile. Antes el Padre las Casas poseyó una copia, o a lo que parece, el original quien usó y abusó de ella, como donosamente dice Jiménez de la Espada (30. El insigne americanista ha acotado numerosos trozos íntegros de la obra del Padre Molina con que el Apóstol de las Indias engalanó sus Antiguas gentes del Perú. Prescott también se sirvió de ella para su inmortal Historia de la Conquista del Perú, pero sin acertar a descubrir al autor, cosa facilísima, como se ha visto. Finalmente, bien leída, aparece en el tomo XII de la Colección de Documentos inéditos para la Historia de Chile, publicada por el bibliografo D. José Toribio Medina, que es la que utilizamos para esta publicación.

Aparte de esta Relación y de la pintura o mapa que había hecho del país descubierto por Almagro, cuyo envío

(29) Las antiguas gentes del Perú, Madrid 1892, Prólogo. Tres relaciones de antiguedades peruanas, Madrid 1879, Introducción.

(30) Las antiguas gentes del Perú.

al Rey anunciaba la carta escrita en Lima en 1539 (31), que fué a parar a poder del Cosmógrafo Santa Cruz, de la Casa de la Contración de Sevilla, en el inventario de cuyos bienes figura (32), parece que Molina escribió un diario de la expedición de Almagro, en que condena la inhumana conducta de los conquistadores con los indios, del cual aprovechó fragmentos Amunátegui (33), minos iguales a los de la Relación que aquí publicamos.

Molina murió muy viejo y demente. Hizo su testamento en Santiago, en 7 de Junio de 1577 y falleció a fines de 1578 (34). En una carta escrita al Rey por fr. Diego de Medillín, primer obispo de Santiago, fechada en esa ciudad el 4 de Marzo de 1578, le decía: "Cristóbal de Molina ha muchos años que no dice misa, por su mucha edad, y es como niño que ni aún el oficio divino no reza. Ha sido siempre muy buen eclesiástico y dado muy buen ejemplo”.

Bien merece Cristóbal de Molina, el almagrista, una biografía más extensa, y pudiéramos hacerla, pero como hemos dicho más arriba, el estrecho marco de los preliminares de este libro, nos obliga a ser parcos en la materia. (*)

CARLOS A. ROMERO.

(31) Véase Apéndice B.

(32) Medina. Dic. Biog. cit.

(33) Desc. y Conq. de Chile, Santiago, 1862 p. 129-130.

(34) Thayer Ojeda Rev. Chit. cit.

(*) Del tomo primero de la Colección de libros y documentos referentes a la Historia del Perú, publicada por los señores Horacio H. Urteaga y Carlos A. Romero.

DOCUMENTOS INEDITOS SOBRE LA GUERRA DE

LA INDEPENDENCIA

EL GENERAL PEZUELA

MARCHA SOBRE EL GENERAL RONDEAU

He noticiado a V.S. el motivo que me precisó a replegar el Ejército a este punto el día 4 del corriente desde la segunda jornada que ejecutó para ir a buscar al enemigo en Chayanta. Estaba activando los medios de rehacerme de las bestias y los víveres precisos para volver inmediatamente a emprender las marchas, cuando por algunos tránsfugas me he cerciorado de que Rondeau, noticioso de mi movimiento, hizo el suyo con todas sus tropas para la Ciudad de Cochabamba. En esta virtud, y para no darle tiempo de realizar sus proyectos, sean ellos los que fueren, he resuelto caminar rápidamente sobre él, verificando mi salida el día de mañana, sin más tardanza. Lo que se servirá a V.S. de inteligencia.

Dios guarde a V.S. muchos años. Cuartel General en Venta y Media, Noviembre 12 de 1815.

JOAQUIN DE LA PEZUELA.

Sr. Presidente Gobernador Intedente de la Provincia del Cuzco

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