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Enviado a Lima, fue sometido a juicio. El se defendió con habilidad y vigor; mas la Corte Suprema lo sentenció a muerte, menos por castigar un delito que por complacer a Bolívar y satisfacer las pasiones dominantes de aquella época. Los jucces fueron sus paisanos y contemporáneos y no faltó, entre ellos, algún relacionado del mismo Berindoaga.

Fusilado en la plaza de Lima y colgado de una horca, se creyó imponer al Perú, con un espectáculo atroz, en 15 de abril de 1826. Castigo innecesario, después de terminada la guerra; deshonroso para el que lo procuró, ajeno del siglo y no justo ni autorizado, a pesar del hecho que lo promovía, porque Bolívar. que causó el despecho de Tagle y su Ministro, no era competente ni imparcial para con los descargos del reo que, por otra parte, no tenía libertad de explicarse suficientemente en su alegato.

Es indudable que Berindoaga nɔ estuvo en previa comunicación con los españoles; que en su misión a Jauja se comportó dignamente; que no tuvo la menor parte en la defección del Cailao; y que, por el contrario, dió muchos pasos para recuperar esa plaza. Honroso es cuanto dice el general Camba en sus Memorias, con respecto al manejo de Berindoaga en aquella comisión.

Tagle le avisó que iba a ser preso y fusilado con él mismo, por orden de Bolívar; ambos intentaron fugar, embarcándose para Chile; después refugiarse en la fragata Protector y, por último, tuvieron que ocultarse en Lima. Berindoaga quiso le tuviesen los realistas como prisionero de guerra y escribió la nota que Tagle, pidiendo ésto, pasó al general Monet, en 3 de Marzo de 1824.

Estos hechos por si evidentes los declaró también Tagle ante testigos, estando próximo a morir, y agregó que Berindoaga no tuvo la menor noticia del viaje de D. José Teron a Ica, a fines de 1823.

Este anciano había escrito al general Canterac, tomando el nombre del marqués de Torre Tagle, con el objeto que se ve en los apuntes biográficos de éste. Teron fue pasado por las armas, al lado de Berindoaga.

Como en el caso de los hermanos Francisco y Juan Salazar y Carrillo, Mendiburu reescribió años después este trabajo y lo publicó como articulo biográfico en su celebrado Diccionario Histórico-Biográfico del Perú. Formado y redactado por Manuel de Mendiburu. Parte Primera que corresponde a la Epoca de la Dominación Española, Tomo II, Lima, 1876, pág. 38. Este articulo se complementa con el de Vizconde de San Donás, Tomo VII, pág. 182-183.

En el artículo D. Juan de Berindoaga y Palomares, Mendiburu puntualiza su actuación en forma sumaria en los días del Virreynato. Sólo dedica pocas líneas a su intervención en los movidos días de la Independencia, diciendo que, son "asuntos que

tocan a la parte segunda de nuestra obra y de que nos ocuparemos en su oportunidad", las biografías que publicamos son los apuntes preliminares que tenía Mendiburu para los últimos retoques, los que no fueron posibles porque su ocupada vida no se lo permitió, además la parte publicada es verdadera muestra de dedicación y actividad ejemplares.

En el artículo al Vizconde de San Donás, el ilustre biografo explica que fue un título de origen no español, en litigio en Madrid, y que sólo en 1822 fue confirmado a favor de Juan de Berindoaga y Palomares y con el ascenso a condado. O sea, el título de Conde de San Donas es un título republicano.

Si bien la biografía es muy corta, tiene en este caso el valor excepcional de dar las opiniones de un peruano contemporáneo a los acontecimientos y que tuvo motivos para conocer los hechos y el pensamiento de los que tomaron parte en los sucesos sobre los que todavía no hay juicio definitivo de la Historia, pues los hechos aún están por estudiarse. Creemos que, hasta hoy, no obstante que, el apasionamiento es grande, es obligación de los estudiosos peruanos aclarar de una vez por todas si Berindoaga fue culpable o víctima de las circunstancias y de pretendidas necesidades politicas.

Mariano Felipe Paz Soldán en su Historia del Perú Independiente. Segundo Período (1822-1827), Tomo II, Havre, MCMLXXIV, pág. 29-56, se ocupa con detalle del juicio y ejecución de Berindoaga, opinando que fue injusticia de Bolivar el allanar cualquier oposición a sus deseos. Nemesio Vargas, en su Historia del Perú Independiente, Tomo III, Lima, 1908, pág. 149-157, entra en el tema y expresa que Bolivar fue injusto y cruel. En los últimos años, el distinguido historiador y boli. varista peruano Luis Antonio Eguiguren ha publicado El proceso de Berindoaga. Un capítulo de historia del Libertador Bolívar er el Perú, Buenos Aires, 1953, en el cual se esfuerza en probar, lo que en nuestra opinión no consigue, que Bolívar actuó más que con justicia con un sentido ejemplarizador.

No estimamos propio ir más allá, pues el tema requeriría una larga monografía. Creemos si, basados en lo publicado, que el Libertador tan grande como el mayor de los hombres, hombre al fin, cometió una tremenda injusticia y agravió en Berindoaga al Perú.

2. DON PEDRO PABLO BERMUDEZ Y AZCARZA

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En el año de 17981 nació, en la ciudad de Tarma, el general Bermúdez, perteneciente a una familia distinguida. Bastante joven vino a Lima y emprendió algunos estudios en el colegio de Santo Toribio 2, bajo el apoyo de su tío, el canónigo don José Manuel Bermúdez 3. Creemos aunque sin contar con prueba suficiente que bajo el gobierno español, don Pedro Bermúde: fue oficial de milicias de Tarma. No podemos puntualizar la fecha en que recibiera ese nombramiento *, pues el autor de un escrito biográfico de Bermúdez, que se publicó en Lima cuando falleció en 1852, sólo dice que tuvo la clase de teniente de las milicias de Tarma, punto sob:c el cual guarda absoluto silencio otro documento que se imprimió en 1832 y da alguna idea de su carrera. En este se dice que fue Bermúdez el primer peruano que se ple

1 "Don Pedro Bermúdez, hijo legitimo de Justo Bermúdez y de Teresa Azcarza, nació en Tarma el 27 de junio de 1793" (José Antonio de Lavalle, Galería de retratos de los gobernantes del Perú Independiente (1821-1871) - Publicada por Domingo de Vivero Texto por Don J. A. de Lavalle, Barcelona, 1909, pág. 45).

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Estudió en el Seminario Conciliar de Santo Toribio de Lima.

3 El canónigo Dr. D. José Manuel Bermúdez, también natural de Tarma, fue uno de los sacerdotes más prominentes y de influjo en la primera parte de nuestro siglo XIX. Su biografia se encontrará en Manuel de Mendiburu, Diccionario HistóricoBiográfico del Perú. Parte primera que corresponde a la época de dominación española, Tomo II, Lima, 1876, pág. 40.

José Antonio de Lavalle dice: "Educóse en el seminario de Santo Toribio de esta ciudad [Lima] y a su salida de él, fue nombrado subteniente del batallón de milicias de aquella [(Tarma)], una de cuyas compañías, denominada, no sabemos por qué, las Cárdenas, estaba siempre adscrita al Regimiento Real Fijo de Lima, y luego al del Infante Don Carlos, tercero de linea, lo que le permitió a Bermúdez recibir las lecciones de su organizador el coronel Monet y adquirir una instrucción militar superior a la de simple miliciano" (op. cit., pág. 45-46). En otras notas tratamos sobre la irregularidad de preparación de militar de los oficiales del Ejército Virreynal y tam bién de la forma aún más pintoresca en que se otorgan los titulos de oficiales y jefes de las milicias, a gentes que no tenían ni lejanos conocimientos militares de ninguna indole. Es por eso que Lavalle resalta la circunstancia de que el general Bermúdez recibiese su formación militar en el Regimiento Infante Don Carlos, el más reputado de la época, comandado por "Monet fue si no el primero uno de los más distinguidos jefes de Infanteria entre los venidos de la Peninsula, dotado de conocimientos y experiencia de la guerra. El Regimiento del Infante tuvo 60 o más cadetes y se reputó como una escuela militar, cuyo crédito subió a medida que salía de aquel plantel mayor número de oficiales, aun para otros cuerpos". (M. de Mendiburu, op. cit., V, 326). Para mejor comprender recomendamos e articulo biográfico sobre Juan Antonio Monet en nombrado Diccionario Histórico Biográfico del Perú, también la cita que se hace de las Memorias del general Tomás de Iriarte en nuestra nota, correspondiente a la biografía del general Agustín Gamarra.

gó a los estandartes de la libertad; que se le agregó de alférez al regimiento de Granaderos a Caballo, de los Andes; que estuvo en la Campaña de la Sierra, con el general Arenales, en 1820; no expresa si se halló en la acción de Pasco y asegura que pasó, después, de teniente, al Batallón No 1 del Perú. Dejamos a un lado la omisión de no indicar dónde se presentó Bermúdez al general San Martín, pues para que fuese el primer peruano que se le incorporó, era preciso se hallase en Pisco en Setiembre de 1820, lo que no creemos, y menos, que entonces pudiese atravesar desde Lima la larga distancia que separa ambos puntos 5.

Después de estas noticias, voluntariamente oscurecidas por la lisonja, el segundo bosquejo biográfico (el de 1852) asienta que a Bermudez se le dio de alta en el Regimiento de Granaderos a Caballo en

5 La publicación hecha por Vicente Rodriguez Casado y Guillermo Lohmann Villena de la Memoria de Gobierno del Virrey Joaquín de la Pezuela (Sevilla, 1947), deja aclarado que no fue posible que el entonces subteniente Bermúdez se hubiera enrolado en las filas del Ejército Libertador en los meses de setiembre u octubre de 1820, ya que el Virrey Pezuela manifiesta en sus anotaciones del día 2 de noviembre de 1820: "El Comandante Militar de Tarma Ureta y el Teniente Coronel de aquel Regimiento Canal, me participan por un Extraordinario haber despachado el 2 del presente mes al Subdelegado de Jauja el auxilio de... a cargo del Subteniente D. Pedro Bermúdez” (op. cit., pág. 792). Co♫ lo expresado queda establecido que el subteniente Bermúdez, lo menos hasta la fecha indicada, militaba bajo las banderas del Rey y se hallaba en la región de Junín. En la misma fecha el Virrey indica que la "sobresaliente compañía de Cárdenas de Cazadores" marchaba al mismo puente de Izcuchaca, para cerrar el paso a las fuerzas de Alvarez de Arenales que marchaban hacia el valle de Jauja. Es posible que en Izcuchaba se reuniese con su compañía de Cárdenas o de las Cárdenas, el subteniente Bermúdez. Tres cosas se precisan: a) que Bermúdez el 2 de noviembre de 1820 permancía en las filas realistas; b) que la compañía de Cárdenas o de las Cárdenas tenía la reputación de ser sobresaliente; y c) que, a pesar de su baja graduación, era Bermúdez en 1820 un oficial que se distinguía, como lo indica el hecho que se le hubiese destacado bajo su solo mando con cerca de 50 hombres y 2 cañones.

Es muy posible que Bermúdez enfervorizado, quizá adoctrinado por el antiguo patriota, residente en Tarma, F. de P. Otero, se pasase a las filas de la Patria, no siendo imposible que a raíz de uno de los tantos encuentros en que salió victorioso Arenales sobre los realistas, resultase prisionero y se comprometiese a servir a los patriotas. Pero nos inclinamos a creer en el primer temperamento.

Siguiendo los movimientos de la división bajo el mando de Alvarez de Arenales, en los partes del Cuartel General del Ejército Libertador, publicados en el Boletín del mismo, y reproducidos por José Arenales como anexos a la Memoria histórica sobre las operaciones e incidencias de la División Libertadora a las órdenes del Gen. D. Juan Antonio Alvarez de Arenales, en su segunda campaña a la Sierra del Perú, en 1821, Buenos Ayres, 1832, pág. 229 y ss., se debe suponer que el ingreso de Bermúdez a las filas del Ejército Realista, debió acontecer en el mes de noviembre de 1820, no obstante la evidencia plena no nos ha sido posible lograrla.

20 de octubre de 1820, como teniente que sirvió en él 15 meses, haciendo la campaña de 1820 y 21, que concurrió a la acción de Pasco y al asalto al Callao, en 14 de agosto de 1821.

Es, ciertamente, desagradable tener que decir que ambos escritores no han sido exactos; y, si lo hacemos, es para que no se crea que no hemos consultado sus asertos y alguna vez se quiera dar a éstos más crédito que a los nuestros. La flaqueza humana ha abierto campo en el Perú a que algunas personas, olvidando su rango y el respeto que se debe a las verdades históricas, hayan incurrido en la ridiculez de alterar sus fojas de servicio atrasando fechas, poniéndose clases o antigüedades que no tuvieron y apropiándose hechos fabulosos, como asegurar que han concurrido a campañas y acciones a donde no se les vió. No creemos capaz de tales puerilidades al general Bermúdez; pero los diferentes casos de esta naturaleza que hemos palpado, nos obligan a advertirlo aquí, porque tasadamente escribimos de un sujeto sobre quien se han impreso anteriores apuntes biográficos en los cuales hay falsedades notorias.

Cuando el general Arenales ocupó Tarma a fines de 1820. Bermúdez se le reunió, como otros individuos de esa provincia. Consideróle el general San Martín en el empleo de teniente de ejército y fue destinado al ler. Batallón peruano que, bajo el nombre de Leales, formó en 1821 el coronel don Agustin Gamarra.

Bermúdez, uno de los fundadores de este cuerpo, trabajó en su organización, habiéndose aplicado mucho al estudio de sus deberes. El batallón que tomó parte en las operaciones de la 2o expedición del general Arenales al Interior, bajó a la capital en agosto de 1821 y completó su arreglo. Por entonces recibió la denominación de N° 1 del Perú. El señor Bermúdez no estuvo en el asalto que el 14 de dicho mes se intentó hacer sobre el Callao. Su carrera en las guerras de la Independencia es bien honrosa y no necesita de falsos servicios; y cualquier impostura en orden a estos, desacreditará la relación de sus merecimientos. En las operaciones de la división de Arenales hubo diferentes en

6 Véase que conforme la nota anterior es imposible que Bermúdez en esa fecha -20 de octubre de 1820- se hubiera enrolado en el Ejército de la Patria. Esa misma fecha también la señala Lavalle, op. cit., pero mientras no se pruebe documentalmente la creemos equivocada.

7 Si ingresó en las filas patriotas en noviembre, hubiera sido factible que luchase bajo esa bandera contra la división realista de O'Reilly en el combate de Pasco, que se efectuó el 6 de diciembre de 1820.

8 Esta versión coincide con diferencias menores a la planteada por nosotros en la nota 5. Los soldados patriotas hicieron su ingreso a Tarma el 23 de noviembre de 1820. (José Arenales, op. cit., pág. 234).

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