Sino solo la condesa, Que hijo soy del rey de Francia, - Mal fuego le queme, madre, El manto de oro fino, Cuando en vida de mi padre (Juan de Rivera.) Paseábase el buen conde Todo lleno de pesar, Cuentas negras en sus manos Do suele siempre rezar; Palabras tristes diciendo, Palabras para llorar. -Véoos, hija, crecida, Y en edad para casar; El mayor dolor que siento Es no tener que os dar. -Calledes, padre, calledes, No debeis tener pesar, Que quien buena hija tiene Rico se debe llamar; Y el que mala la tenia, Viva la puede enterrar, Pues amengua su linage Que no debiera amenguar, Y yo, si no me casare, En religion puedo entrar. (El mismo.) Caballero de lejas tierras, Cabe el fierro de la lanza , : Dió sañuda tal respuesta: ROMANCES CABALLERESCOS DE LA TABLA REDONDA, CON LOS DE CARLO MAGNO Y LOS DOCE PARES. ROMANCE DE AMADIS DE GAULA. (Anónimo.) En la selva está Amadis El leal enamorado, Y en su señora pensando, La barba trae crecida, Por testigo ha publicado, Que en el mundo fué hallado. 1.-ROMANCE DE LANZAROTE DEL LAGO. (Anónimo.) Tres hijuelos habia el rey, Tres hijuelos, que no mas; Por enojo que hubo de ellos Todos malditos los ha. El uno se tornó ciervo, El otro se tornó can, El otro, que se hizo moro, Pasó las aguas del mar. Andábase Lanzarote Entre las damas holgando, Grandes voces dió la una : -Caballero, estad parado: Si fuese la mi ventura, Cumplido fuese mi hado Que yo casase con vos, Y vos conmigo de grado, Y me diésedes en arras Aquel ciervo del pié blanco. - Dároslo he yo, mi señora, De corazon y de grado. Si supiese yo las tierras Donde el ciervo era criado.Ya cabalga Lanzarote, Ya cabalga y va su via, Delante de sí llevaba Los sabuesos por la trailla. Llegado había á una ermita, Donde un ermitaño habia : -Dios te salve, el hombre bueno. -Buena sea tu venida : Cazador me pareceis En los sabuesos que traia. -Dígasme tú, el ermitaño, Tú que haces santa vida Ese cicrvo del pié blanco ¿Dónde hace su manida ? -Quedaos aquí, mi hijo, Hasta que sea de dia, Contaros he lo que ví Y todo lo que sabia, Por aquí pasó esta noche Dos horas antes del, dia, Y mucha caballería. II.-ROMANCE DE LANZAROTE DEL LAGO. (Anónimo.) Nunca fuera caballero (4) Un pleito ha conmovido. Sin hacer ningun partido: Por la su desdicha mala. I. -ROMANCE DEL MARQUES DE MANTUA Y BALDOVINOS. (Anónimo.) De Mantua salió el marques Danes Urgel el leale, Allá va á buscar la caza A las orillas del mare. Con él van sus cazadores Con aves para volare, Con él van los sus monteros Con perros para cazare, Con él van sus caballeros Para haberlo de guardare. Por la ribera del Pó La caza buscando vane. El tiempo era caluroso, Vispera era de Sant Juane. Métense en una arboleda Para refresco tomare, Al derredor de una fuente A todos mandó asentare. Viandas aparejadas Traen, y procuran yantare. Desque hubieron yantado Comenzaron de hablare Solamente de la caza Como se ha de ordenare. Al pié estaban de una breña Que junto á la fuente estae. Oyeron un gran ruido Entre las ramas. sonare, Todos estuvieron quedos Por ver qué cosa serae : Por las mas espesas matas Ven un ciervo asomare. De sed venia fatigado, Al agua se iba á lanzare ; Los monteros á gran priesa Los perros van á soltare : Sueltan lebreles, sabuesos Para le haber de tomare. El ciervo que los sintió Al monte se vuelve á entrare. Caballeros y monteros Comienzan de cabalgare, 1 Siguiéndole iban el rastro Un camino va á topare, Mas por buscar á los suyos Adelante quiere andare. Del pinar salió muy presto, Por un valle fuera á entrare, Cuando oyó dar un gran grito Temeroso y de pesare, Sin saber que de hombre fuese, O de qué puediese estare, (Solo gran dolor mostraba, Otro no pudo, notare). De que se turbó el marques, Todo espeluzado se hae; Mas aunque viejo de dias, Empiézase de esforzare. Por su camino delante Empieza de caminare : A pié va que no á caballo, El caballo ya á dajare Porque estaba muy cansado, Y no podia bien andare. En un prado que allí estaba Allí le fuera á dejare. Cuando llegó á un rio, En medio de un arenale Vido un caballero muerto, Comenzóle de mirare: Armado estaba de guerra A guisa de peleare, Los brazos tenia cortados, Las piernas otro que tale, Y mas adelante un poco Una voz sintió hablare : -¡O santa María, señora, No me quieras olvidare! A tí encomiendo mi alma, Plégate de la guardare, En este trago de muerte Esfuerzo me quieras dare, Pues á los tristes consuelas Quieras á mi consolare, Y al ta precioso Hijo Por mí te plega rogare Que perdone mis pecados, Mi alma quiera salvare. Cuando aquesto oyó el marques Luego se fuera apartare, Revolvióse el manto al brazo, La espada fuera á sacare: Apartado del camino Por el monte fuera á entrare, Hacia do sintió la voz Empieza de caminare. Las ramas iba cortando Para la vuelta acertare, A todas partes miraba Por ver qué cosa serae; El camino por do iba Cubierto de sangre estae. Vínole grande congoja, Todo se fué á damadare, Que el espíritu le daba Sobresalto de pesare. De donde la voz oyera Muy cerca fuera á llegare : Al pié de unos altos robles Vido un caballero estare Armado de todas armas, Sin estoque ni puñale. Tendido estaba en el suelo, No cesa de se quejare. Las lástimas que decia Al marques hacen llorare : Por entender lo que dice Acordó de se acercare. Atento estaba escuchando Sin bullir ni menearse. Lo que decia el caballero Razón es de lo contare. -¿Dónde estás, señora mia, (5) Que no te pena mi male? De mis pequeñas heridas Compasion solias tomare, Agora de las de muerte No tienes ningun pesare. No te doy culpa, señora, Que deseanso en el hablare; Mi dolor, que es muy sobrado, Me hace desatinare. Tú no sabes de mi mal Ni de mi angustia mortale, Yo te pedí la licencia Para mi muerte buscare; Pues yo la hallé, señora, A nadie debo culpare, Cuanto mas á tí, mi bien, Que no me la querias dare ; Mas cuando mas no podiste, Bien sentí tu gran pesare En la fe de tu querer, Segun te ví demostrare. Esposa mia y señora, No cures de me esperare, Hasta el dia del juicio No nos podemos juntare. Si viviendo me quisiste, Al morir lo has de mostrare, No en hacer grandes estremos, Mas por el alma rogare. ¡O mi primo Montesinos, Infante don Meriane! Deshecha es la compañía En que soliamos andare. Ya no espereis mas de verme. No os cumple ya mas buscare, Que en balde trabajaréis, Pues no me podreis hallare. ¡O esforzado don Renaldos, O buen paladin Roldane, |