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por haber forzado al enemigo á salir de Galicia, los bárbaros porque vencidos tantas veces, continuaron la pelea hasta que faltó luz. Dióse esta batalla año de novecientos y diez y nueve. No mucho despues el Rey de Córdoba con nuevas leves de gente que hizo, y nuevos socorros que le vinieron de Africa, corrió las tierras de Christianos, y en particular las de Navarra y Vizcaya. El Rey Don Ordoño movido por el peligro que corria Don Sancho García por sobrenombre Abarca, Rey de Navarra, y á sus ruegos marchó con su campo contra los Moros. Dióse la batalla en el valle de Juncaria, que hoy se dice Junquera, el año novecientos y veinte y uno, que fué no menos herida y porfiada que la que poco antes se diera en Galicia. Los de Leon y de Navarra peleaban con grande ánimo como vencedores por la patria y por la Religion; los Moros no les reconocian en nada ventaja, antes llevaron lo mejor, porque el conde de Aragon, que llaman García Aznar, mejor viniera Fortun Ximeno su hijo, murió en aquella pelea, y despues della aqueHla parte de Vizcaya que se llama Alava, quedó por los Moros. Quedaron otrosí presos en la batalla dos obispos Dulcidio de Salamanca y Hermogio de Tuy, que concertaron su rescate, y en tanto que le pagaban, dieron rehenes en su lugar, en particular por Hermogio entregaron un sobrino suyo hijo de su hermana, doncel en la flor de su edad por nombre Pelayo. Su hermosura y modestia corrian á las parejas. Por lo uno y por lo otro el Rey bárbaro de suyo inclinado á deshonestidad se encendió grandemente en su amor. Aumentábase con la vista ordinaria la llama del amor torpe y nefando. El mozo de su natural muy modesto, y criado en casa llena de sabiduría y santidad, resuelto de defender el homenage de su limpieza, dado que diversas veces fué requerido, resistió constantemen. te. Despues como el Rey le hiciese fuerza, dióle con los puños en la cara. Esta constancia y zelo de castidad le acarreó la muerte por mandado de aquel bárbaro impío y cruel fué atenazado y hecho pedazos, los miembros echaron en Guadalquivir el amor quanto es mayor, tanto se suele mudar en mayor rabia. Sucedió esto Domingo á veinte y seis de junio del año novecientos y veinte y cinco. Diósele honra como á Mártyr, y fué puesto en el número de los Santos. Recogieron las partes de su cuerpo y sepultáronlas en San Gines de Córdoba, la ca

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beza en el cimenterio de San Cypriano. Débese tanto mas estimar la gloria desta hazaña, que no tenia mas de trece años y medio quando dió tal muestra de su virtud. Rosvitha, doncella de Saxonia, por este mismo tiempo cantó en verso heróyco, aunque algo diferentemente, la muerte del Mártyr Pelagio. Siendo Rey de Leon Don Ordoño y de Francia Carlos el Simple, un presbytero llamado Zanelo vino á España enviado por el Papa Juan Décimo deste nombre con esta ocasion. Volaba la fama de la devocion y milagros del Apóstol Santiago por todas partes. Era muy célebre el nombre de Sisnando, obispo de Compostella. El Pontífice por cierto hombre que le envió con sus cartas, pidió le hiciese participante de sus oraciones para que por medio y intercesion del Apóstol Santiago en vida y en muerte fuese ayudado. Sisnando despachó á Zanelo para dar la obediencia al Pontífice: dióle otrosí el Rey cartas para el mismo con sus presentes. Zanelo cumplido lo que le mandaron, pasado un año entero, volvió á España cargado de muchos libros, demas desto con autoridad del Nuncio del Papa, quien dicé fué Cardenal, y comision de informarse de todo lo que pertenecia á da Religion. Estaban los Romanos de muy antiguo persuadidos que el oficio divino góthico tenia muchas cosas erradas, que usaban de ces remonias en la misa extraordinarias, y enseñaban opiniones contrarias á la verdadera Religion, Zanelo en cumplimiento de lo que le era ordenado, revolvió con diligencia los libros Eclesiásticos que pudo haber, y aunque las ceremonias eran diferentes, halló al reves de lo que se sospechaba, que todas las cosas concordaban con la verdad. Vuelto á Roma, en una gran junta de Padres relató al Pontífice lo que llevaba averiguado. Ellos dieron gracias a Dios por aquella merced, y juntamente aprobaron aquellos libros. Solamente mandaron que en la secreta de la Misa usasen de las palabras que usaba el oficio. Romano. Porque á la verdad las palabras de la consagracion, aunque la sustancia era una, las tenia mudadas en esta forma: << Este es mi cuerpo, que por vosotros será entregado. Este es el Caliz del nuevo Testamento en mi sangre, que por vos y por muchos será derramado en remision de los pecados.» Palabras de que aun en nuestra era no usan los que con beneplácito de los Pontífices dicen misa Mozarabe. Este fin tuvo entonces

aquella controversia, á que empero otras muchas veces se volvió basta tanto que vencida la constancia ó porfía de los Españo les, trocaron el oficio Mozarabe con el Romano, como se dirá en su lugar. Volviendo á las cosas del Rey, desde el tiempo que se dió la batalla en Junquera, pareció haberse mudado la fortuna de la guerra. Todavía el Rey Don Ordoño con deseo de honra y en su compañía el mismo Rey de Navarra entraron por tierra de Moros, y en particular trabaxaron los campos y pueblos de la Rioja: con esto el Rey Don Ordoño dió vuelta á Zamora. No hay en las cosas humanas entero gozo y contento: toda aquella alegría se troçó en tristeza con la muerte de la Reyna Munina Elvira señora de grandes prendas: dexó estos hijos, Don Sancho D. Alonso, D. Ramiro, Don García y Doña Ximena. Casó el Rey segunda vez con Argonta hembra de alto linage en Galicia, y no mucho después por sospechas la repudió á tuerto y sin razon, como se entendió por el suceso de las cosas 1y arrepentimiento del Rey. En su lugar puso á Sanetiva, hija de Don Garci Iñiguez Rey de Navarra, con voluntad del Rey Don Sancho su hermano. Juntaron los dos sus fuerzas y en una entrada que hicieron de nuevo en la Rioja, se apoderaron por fuerza de Nájara que los antiguos llamaron Tricio, y de otro pueblo llamado Vicaria en donde en tiempo de los Godos se entiende hobo una chancillería, como lo dice Don Rodrigo, y por esta causa le dieron este nombre. Hasta aquí las cosas del Rey Don Ordoño procedian de manera que muchas dellas se podian alabar, y pocas reprehender quales se disimulan con los Reyes. Es muy dificultoso enfrenarse con la templanza los que tienen suprema potestad y nunca tropezar en tanta diversidad de cosas casi imposible. La muerte que este Rey dió muy fuera de sazon y sin propósito á los condes de Castilla, pareció afear toda la gloria pasada. Este desorden en qué manera haya sucedido, y por qué causas el Rey estuviese dellos ofendido, se dirá tomando el negocio un poco de mas arriba con una ɛnueva narracion que declare los principios y progres sos qué algunos señoríos los mas principales tuvieron antiguamente en España.

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ob aslong zeilson, cels in .. ¡964 - 1p n' iv al singse osiqe sh ouolei voo dumlidir à ajouɔs 200£995 409 2375 ESPUES de aquel memorable y triste estrago con que casi toda España quedó asolada y sugeta por los Moros, gente feroz y desapiadada, de las ruinas del imperio Góthico no de otra manera que de los materiales y pertrèchos de algún grande edificio quando cae, muchos señoríos se levantaron, pequeños al principio, de estrechos términos y flacas fuerzas, mas el tiempo adelante reparadores de la libertad de la patria y excelentes restauradores de la república trabaxada y caida. Poner por escrito él orígen y progreso de todos estos estados y señoríos seria cosa dificultosa, y mas largo cuento de lo quel sufre la medida y traza de la presente obra. Declarar en breve los principiós, aumentos y sucesos que tuvieron los mas prin-i cipales y mas señalados entre los demás, téngolo por cosanecesaria por andar de aqui adelente mezcladas sus cosas con las de los Reyes de Leon. En particular será necesario tratar de los principados de Navarra, de Aragon, de Barcelona y de los condes de Castilla. Las reliquias de los. Españoles que escaparon de aquel fuego y de aquel naufragio comun y miserable, echadas de sus moradas antiguas parte se recogieron á las As-, turias, de que resultó el reyno de Leon de que hasta aquí se

ha hablado. Otra parte se encerró en los montes Pyrineos en sus cumbres y aspereza, do moran y tienen su asiento los Vizcaynos y Navarros, los Lacetanos, Urgelitanos y los Ceretanos, que son al presente Ribagorza, Sobrarbe, Urgel y Cerdania. Estos confiados en la fortaleza y fragura de aquellos lugares no solo defendieron su libertad, sino trataron y acolo demas de España; varones

metieron tambien de ayudar ale animo que fuerzas. Los tales

sin duda excelentes y de mayor

ruela po lexos levantó en un

creo yo pusieron su confianza en la ayuda de Dios, pues contra tantas dificultades ninguna prudencia era bastante. La ocasion para intentarlo no fué muy grande. Un cierto hombre religioso y ermitaño, por nombre Juan, con deseo de vida mas hizo su morada en el monte de de la ciudad de Jaca, y para los oficios divinos peñol una capilla con advocacion de San Juan Bautista. La fama de la santidad deste hombre comenzó á volar por todas partes. Juntáronsele quatro compañeros deseosos de imitar y seguir la vida que hacia. Asimismo muchas gentes de los lugares comarcanos acudian á visitarle con intento de aplacar á Dios por medio de las oraciones deste santo varon ; al qual mientras que vivió ayudaron con muchas buenas obras y limosnas que le hacian, y despues de muerto se juntaron los de aquella comarca á hacerle las honras. Acudió gran número de gente entre estos seiscientos hombres nobles de propósito se juntaron, ó convidados de la soledad del lugar comenzaron á tratar y consultar entre sí del remedio de la república y de sacudir la pesada servidumbre de los Moros. La fortaleza de los lugares y sitio les ponia ánimo, y confiában que si intentaban cosa tan gloriosa no les faltarian socorros de Francia: convidábales et exemplo de los Asturianos, que con tomar al infante Don Pelayo por Reyoyo por caudillo no dudaron de tratar como ayudarian á la patria, ni de irritar las armas de los Moroscosa que aunque al principio pareció temeridad, el efecto y remate fué muy saludable. Habiendo tratado mucho y consultado sobre esto pareció seria lomas acertado escoger de entre sí alguna cabeza; con cuya obediencia y autoridad atados mejor pudiesen acometer empresa tan grande. Con esta resolucion nombraron á Garci Ximenez por acuerdo comun de todos para esto; porque si bien no era de la sangre

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