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ravalle, al qual la conocida bondad de su vida y los grandes trabaxos que sufrió por la Religion, puso adelante en el numero de los Santos. Era de nacion Borgoñon, como el Rey lo era de parte de su padre, y asi por su consejo hizo edificar muchos monasterios de Cistercienses, que son casi los mismos que en este tiempo en toda aquella parte de España se veen fundados con magníficos edificios, y heredados de gruesas rentas y posesiones. Contentábanse con poco al principio aquellos religiosos por el menosprecio que profesaban de las cosas humanas: despues en poco tiempo por la ayuda que ma chos á porfía les dieron, persuadidos que con esto servian mucho á Dios, juntaron grandes riquezas. Que Sán Bernardo viniese á España á lo postrero de su vida, se entiende por una carta suya á Pedro abad de Cluñi. Aumentó otrosí el Rey con gran liberalidad los demas templos y monasterios que por todo su señorío estaban fundados, como lo muestran escrituras antiguas y privilegios, que por toda España fielmente se guardan en los archivos antiguos de Santo Domingo de la Calzada, de San Millan de la Cogulla, de San Miguel del Pedroso, de Santo Domingo de Silos: templos en aquella sazon muy célebres por su devocion y por el concurso de la gente que á ellos acudia. Alcanzó del Pontífice su tio que la ciudad de Zamora y su iglesia fuese cathedral. Bernardo arcediano de Toledo, de nacion Francés como arriba queda declarado, fué puesto por prelado el primero en aquella ciudad. Sucedióle Estévan, en cuyo tiempo por dicho de un pastor que tuvo dello revelacion, se descubrió y conoció el lugar en que el cuerpo de San Illefonso arzobispo de Toledo yacía del todo olvidado por la perturbacion de los tiempos. Verdad es que sus palabras por entonces fueron menospreciadas por ser él persona tan baxa; mas en tiempo del Rey Don Alonso Octavo se averiguó la verdad de aquella revelacion, y que el pastor no andaba deslumbrado, quando en tiempo de Don Severo obispo de aquella ciudad la iglesia de San Pedro que se caia y estaba maltratada, se comenzó á reedificar; en cuyos cimientos al abrirlos hallaron un sepulcro de mármol con el nombre de San Illefonso, de que salió un olor de maravillosa fragrancia. Averiguado todo el negocio, los sagrados huesos fueron puestos en una caja junto al mismo altar de San Pedro. La iglesia otrosí de

Santiago á la misma sazon por concesion del mismo Pontífice y á instancia del Rey fué hecha arzobispal; y para este efecto y para que tuviese mayor autoridad trasladaron á ella los derechos y privilegios de la iglesia de Mérida que estaba todavía en poder de Moros, como consta todo esto por un privilegio que el Rey otorgó en esta razon. Señalaron doce obispos que fuesen sufragáneos del nuevo arzobispo : los de Salamanca, Avila, Zamora, Ciudad-Rodrigo, Coria, Badajoz, Lugo, Astorga, Orense, Mondoñedo, Tuy, el tiempo adelante añadieron el de Plasencia. El arcediano de Ronda dice que los obispados de Zamora, Avila y Salamanca en tiempo del arzobispo Don Bernardo eran sufragáneos de Toledo, y que al presente los pasaron á Santiago: no sé quanta verdad tenga esto. El nuevo arzobispo Don Diego Gelmirez fué nombrado por legado apostólico en las provincias de Braga y de Mérida, de que hay breve deste Papa en el libro 1. de la Historia Compostellana, su data á xxvIII de febrero año м.c.xx. indiccion x. año segundo de su pontificado, cosa que sintió mucho el arzobispo de Toledo Don Bernardo: hízole contradiccion, pero salió con el pleyto su contrario, y por el poder que tenia, celebró un concilio en la ciudad de Santiago; acudieron á su llamado los obispos y abades de las dos provincias Emeritense y Bracaren. se. Por esta manera y con estos principios se echaban los cimientos de la grandeza que hoy tiene la iglesia de Santiago i en todo esto se tuvo respeto á la grandeza de aquel santuario, y á que Don Ramon de Borgoña padre del Rey y hermano del Pontífice estaba allí sepultado. Sucedió esto por los años del Señor de mil y ciento y veinte y quatro. En el mismo año por 1124. el mes de diciembre pasó desta vida el mismo Papa Calixto: sucedióle en el pontificado Honorio Segundo deste nombre. El año siguiente hobo guerras civiles en Francia por causa que Alonso conde de Tolosa, primo hermano que era del Rey de Castilla, y su muger la condesa Faydida pretendian tener de recho al condado de la Proenza y apoderarse dél por las armas. El conde de Barcelona defendia con todas sus fuerzas aquel estado como dote que era de Doña Dulce su muger. Resultó que despues de grandes diferencias y debates se vino á concierto acordaron que Argencia y Belicadro, pueblos sobre que la duda era mayor á qual de las partes pertenecian, y

aquella parte de la Proenza que está entre los rios Druencia Y Isara, quedasen por el conde de Tolosa: los demas pueblos y ciudades, y la mayor parte de Aviñon ciudad puesta á la otra parte del rio Rhodanó, pópulosa y rica, se adjudicaron á los condes de Barcelona. Concertaron otrosí que así ellos como sus descendientes á trueco se prohijasen unos á otros para efecto de sucederse caso que alguna de las partes muriese sin dexar hijos.

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EN la parte de España que hoy se llama Portugal, y casi es la misma que la antigua Lusitania, un nuevo reyno se fundaba por estos tiempos en su distrito no muy ancho, en el tiempo el postrero entre los reynos de España, en hazañas y valor muy noble y muy dichoso; pues no solo antiguamente pudo echar de toda aquella tierra los Moros enemigos de Christianos, sino los años adelante en tiempo de nuestros abuelos y de nuestros padres mostraron tanto valor los Portugueses que con increible esfuerzo y buena dicha abrieron camino para pasará todas las partes del mundo, y sugetar en la Africa y en lá Asia muchos Reyes y provincias, y hacellas tributarias á su imperio. La luz de la verdadera Religion y del Evangelio la llevaron y la mostraron entre naciones y gentes muy apartadas y bárbaAras: gran gloria de su nacion, y acrecentamiento de la Religion Christiana. Tiéndese la provincia de Portugal largamente por las riberas del mar Océano occidental en lo postrero de España tiene por sus aledaños á Mediodía y á Setentrion los rios Guadiana y Miño, es larga mas de cien leguas, la anchura es mucho menor, por la parte que se tiende mas, pasa de treinta y cinco leguas, por la que mas se estrecha tiene mas de veinte. Divídese en tres partes, los de aqüende y allende Tajo, y la comarca que está entre Duero y Miño, que es la mas fértil y alegre, do está situada la antigua ciudad de Braga ; de la una parte de Tajo está Lisbona, de la otra Ebora, todas tres ciudades arzobispales. El terreno por la mayor parte es estéril y del

gado, tanto que de ordinario se sustentan de acarreo, ó por la mar. La gente es muy deseosa de honra, y muy valiente entre todas las de España : señalada en la templanza del comer y del vestido, dada á la piedad y á los estudios de sabiduría, de toda humanidad y policía. Una parte pequeña desta provincia, que los Reyes de Castilla tenian ganada de Moros, se dió á Don Enrique de Lorena, como queda dicho de suso, con nombre de conde y en dote con Doña Teresa su muger, que fué hija (bien que fuera de matrimonio ) del Rey Don Alonso el Sexto. Sus hijos Don Alonso, Doña Elvira y Doña Sancha. Don Enrique su padre teniendo ya estos hijos, despues de la muerte de Jofre Rey de Jerusalem encendido en deseo de ayudar á Balduino hermano del difunto, que era de su nacion, y aun su deudo como algunos piensan, pasó por mar á la Tierra Santa: consejo y acuerdo, si se miran las razones humanas, ni prudente ni recatado, por dexar á su muger y hijos en peligro, y tener tanto que hacer en su tierra contra los Moros. Su ida no fué de algun efecto notable en Levante : así dió la vuelta á España. Vuelto, trató con el arzobispo de Toledo Don Bernardo, á cuyo cargo por ser primado estaba el estado de las cosas eclesiásticas, que las ciudades de Braga, Coimbra, Viseo, Lamego y Porto, que caian todas en su distrito, volviesen á su antigua dignidad y pusiesen en ellas obispos. La reparacion de Braga y qué ciudades tenia sugetas mejor se entenderá por una bula de Calixto II, cuyo fragmento me pareció engerir en este lugar, que dice asi: «< Que la iglesia de Braga haya antiguamente sido insigne en los reynos de España, por muchos títulos de dignidad y gloria esclarecida, así los indicios de su antigua nobleza, como los testimonios de antiguas escrituras lo comprueban, pero porque quiso Dios castigar los pecados del pueblo que en ella vivia, con la entrada de los Moros ó Moabitas, así la dignidad arzobispal fué diminuida, como confundidos los términos de sus parrochias. Mas despues de largos espacios de tiempos la divina Misericordia de nuevo se ha dignado restituir la metrópoli, y librar en gran parte las parrochîas de la tyranía de los infieles. Por donde nuestro predecesor de santa memoria el Papa Pasqual la restituyó enteramente en su antigua dignidad, y la tornó á juntar todos sus miembros por el privilegio de la Sede Apostólica. Nosotros pues siguiendo sus pisadas,

TOMO II.

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hermano carísimo, y coepíscopo nuestro de la iglesia de Braga Pelagio, do por voluntad de Dios presides, por la escritura de este presente privilegio confirmamos la misma ciudad de Braga toda con el coto ó término entero que á la misma iglesia dieron el conde Don Enrique y Doña Teresa su muger, como se contiene en la descripcion del sobredicho señor. Y á la mis ma metrópoli de Braga restituimos la provincia de Galicia, y en ella las ciudades cathedrales: item Astorga, Lugo, Tuy, Mondoñedo, Orense, Portu, Columbria, y los pueblos que hoy tienen nombre de obispales, que son Viseo, Lamego, Egi. tania, Britonia con todas sus parrochias. » Hasta aquí son palabras de Calixto. Catorce años antes deste tiempo en que vamos, pasó desta vida Don Enrique en Astorga ciudad de Galicia, donde era ido para sosegar las guerras civiles de Castilla y Aragon. Su cuerpo sepultaron en Braga en una capilla humilde; que la grandeza ó locura de los sepulcros que hoy se usan, y de los gastos intolerables que en esto se hacen, no se habia introducido en aquella edad. La condesa Doña Teresa su muger despues de muerto su marido no tuvo mucha mas cuenta con la honestidad que su hermana Doña Urraca, porque ca só con el conde de Trastamara Fernan Paez: casamiento por lo menos humilde, si ya no fué del todo ilícito por ser clandes tino. Dicen otrosí que tuvo conversacion con un hermano del mismo llamado Bermudo, y que sin embargo le dió por muger á Doña Elvira su hija, y la otra hija llamada Doña Sancha casó con Fernando de Meneses. Pudo ser que por odio se impusiesen falsamente algunas cosas de las sobredichas contra la honestidad desta señora. La verdad es que Fernan Paez alcanzó mucha cabida con la Condesa, y gobernaba lo mas alto y lo mas baxo, y lo trastocaba todo á su voluntad. El hacia la guerra, él gobernaba en tiempo de paz, sin hacer caso de su antenado. Sufrió él con paciencia este desaguisado y la mengua de su casa por la poca edad que tenia; pero adelante como quier que por el odio y torpeza de su madre se le arrimase mucha gente, determinó de tomar las armas. No se descuydó su padrastro: hicieron levas de gente, diéronse vista y juntáronse los campos. Dióse la batalla en la vega de Santivañez cerca de Guimaranes, que se entiende fué la antigua Araduca, asentada do se juntan los rios Avo y Viscella. Quedó la victoria por

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