Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

sazon Almería era tenida por ciudad muy fuerte: Está asenta da á la ribera del mar Mediterráneo á los confines del Andalucía y del reyno de Murcia: llamóse antiguamente Abdera ó Puerto grande. Della se derramaban muchas fustas á robar? Esta ciudad pretendieron ganar los nuestros, y con este intento se adelantaron con todas sus gentes en el mismo tiempo que los de Génova y los de Barcelona, conforme al órden que llevaban que costeasen aquellas riberas poco a poco con su armada, doblado el cabo de Gatas, dieron vista á la ciudad. Asentados los reales, combatieron los muros por már y por tierra, y despues de algunas salidas y escaramuzas que se hi cieron con la batería abrieron entrada y forzarón algunas torres dende lo demas de la ciudad se ganó por fuerza ǎ1diez y siete de octubre del año mil y ciento y quarenta y siete. Vein- 1147. te mil Moros que tomada la ciudad se retiraron al castillo ¦ fue, ron forzados á comprar sus vidas por dineros. Desta manera se quitó aquel nido de cosários que ponia espanto a las tiberas cercanas y distantes de España, Francia y Italia que fue lla causa principal de apresurar esta empresa. Los despojos se re partieron entre los soldados. A los Ginoveses se dió en premio un plato de esmeralda muy grande, que ellos entonces juzgaron debian preferir á toda la demas presa, y al presente le guardan entre sus tesoros: otros escriben se halló en la Suria quando por fuerza se tomó Cesárea. El vulgo dice que Christo Hijo de Dios cenó en él la postrera vez con sus discípulos: opinion sin autor ni fundamento (1). Clemente Alexandrino por lo menos dice que Christo cenó en un plato de poca estima. La sazon del tiempo se acercaba al invierno ; los soldados por ende dieron vuelta á sus tierras no menos alegres por lá venganza que tomaron de los Moros, que por el interés que de la victoria sacaron. Con ocasion de aquella armada gruesa que traxeron los Ginoveses, en aquel tiempo muy poderosos por el mar, Don Ramon Principe de Barcelona se concertó con ellos que á la vuelta le ayudasén contra los Moros que tenian parte de Aragon con las islas Baleares, hoy Mallorca y Menorca. Prometió para mas animallos de darles la tercera parte de lo que en la guerra sé ganase: demas que en todos los pueblos

(1) Lib. 2. Pædag, cap. 3. n 60%

que se tomasen de los Moros, tendrian los Ginoveses templo y juzgado á parte : lo que era mas, que todos los mercaderes de aquella nacion serian libres de tributos. Eran estas condicioues aventajadas, acordaron de aceptallas, revolvieron sobre las marinas de Cataluña, y con su buena maña ganaron de consuno a Tortosa ciudad muy noble, y que por estar asen. tada á la boca del rio Ebro era muy á propósito para las cons trataciones y comercio del mar. Estas cosas sucedieron el año siguiente, y Juego el año adelante Lérida y Fraga vinieron á. poder de Christianos ; pueblos muy conocidos, el primero por la victoria que antiguamente cerca dél ganó Julio César, y por el cerco que sobre él tuvo; el otro por el desastre fresco y muerte desgraciada de Don Alonso Rey de Aragon. Lérida se TM dió al conde de Urgel en premio de lo mucho que en aquella

guerra hizo y trabaxó. A Guillen Perez obispo de Roda' nombraron por obispo de Lérida con retencion de las ciudades. Roda y Barbastro, que ordenaron se comprehendiesen en aquella diócesi; y aun se halla que algunos obispos de Lérida en el tiempo adelante se intitulaban obispos de Roda y de Barbastro.

Capítulo XIX.

Como la ciudad de Lisbona se ganó á los Moros.

4

LAS cosas de los Moros iban de caida, las de los Christianos en pujanza, y su nacion en España florecia en riquezas, cabaHos, armas y toda prosperidad. A cada paso se apoderaban de nuevos castillos, pueblos y ciudades. Casi en medio de Portugal á la boca del rio Tajo, por do descarga con sus corrientes en el mar Océano, está un puerto contrapuesto al viento de Poniente, la barra tiene angosta y peligrosa, dentro es muy ancho y capaz. A la ribera deste puerto á la parte del Norte se estiende grandemente Lisbona, ciudad la mas noble y mas rica de Portugal. A las espaldas se levantan poco á poco unos collados que tienen la subida fácil, y están cubiertos de los edificios de la ciudad. Su anchura es menor que conforme á su longura el ruedo de los muros antiguos no es muy grande,

:

la poblacion de los arrabales es mucho mayor, en especial en este tiempo, en que por la mucha gente que acude al trato de las Indias Orientales y á feriar la especiería que de Levante viene todos los años, se ha mucho acrecentado. Los barrios y las calles en gran parte son mal trazadas, angostas, y no tiradas á cordel, sea por la desigualdad del sitio que tiene altos y baxos, sea por el descuydo en edificar, mayormente en el tiempo que estuvo en poder de Moros, gente poco curiosa en esta parte los edificios nuevos y las calles son mucho mas hermosas. Los ciudadanos, gente principal y honrada, los mercaderes ricos, las ganancias grandes, el sustento y arreo de los naturales muy templado. Goza de campos muy buenos, aldeas y alquerías que tiene por todas partes, muchas quintas ó casas de recreacion que parecen edificios reales. Don Alonso Rey de Portugal deseaba por todas estas causas apoderarse de aquella ciudad, y en especial por ser como castillo y reparo del señorío de los Moros de aquella comarca. No tenia fuerzas bastantes para salir con su intento: los demas Reyes de España no le podian acudir por estar ocupados unos en unas guer. ras y otros en otras convínole buscar ayudas de fuera. Por esto luego que ganó la villa de Sintra (como poco antes se tocó) movido por la comodidad de aquel lugar convidó á los de Alemaña, Ingalaterra y Flandes con grandes partidos que les hizo, para que en aquella guerra le acudiesen con sus armadas. Grande es la ayuda que consiste para todo en la amistad de los Príncipes, y alianza de las provincias Christianas entre sí, como se vió en este caso, ca por el esfuerzo de Don Alonso y con las ayudas de fuera aquella muy poderosa ciudad el mismo mes puntualmente se ganó que Almería en el Andalucía. Las armadas se pusieron á la boca del puerto para que no pudiesen por el mar entrar vituallas ni socorros á los cercados. Los reales de los naturales barrearon do al presente está el convento de San Vicente; en los de los estrangeros despues se edificó el monasterio de San Francisco: sitios que en nues. tra edad están el uno y el otro comprehendidos dentro de la ciudad. Hobo muchos encuentros y varios trances. Los nues tros peleaban fuertemente por estender su imperio, los enemigos por las vidas. Batieron los muros de la ciudad por muchas partes: alargábase el cerco, últimamente el dia de San

TOMO II.

30

Crispin y Crispinian resueltos de dar asalto general con grande esperanza de forzar aquella ciudad, ordenadas las haces, habló el Rey Don Alonso á los suyos desta manera : « No penseis amigos, que esta empresa se endereza á combatir una sola ciudad, antes os persuadid que en una plaza tomais á todo Portugal. Aquí está el dinero de los enemigos, que nos será de grande importancia para la guerra: aquí los trabucos, ingenios y toda suerte de armas. Esta es su fortaleza, su granero, su tesoro, en que tienen recogidas todas sus preseas y almacen. Los enemigos son los mismos que tantas veces vencistes en las guerras pasadas, del mismo esfuerzo y industria, sino que las compañías de ciudadanos son mas á propósito para los exercicios de la paz y para sus grangerías, que para menear las armas; ellos mismos se embarazarán en la pelea : soldados en la ciudad hay pocos, y esos con el cerco contínuo de cinco meses muy cansados y en pequeño número. Atreveos pues á vencer, y con el denuedo y esfuerzo á vos acostumbrado acometed los muros de la ciudad derribados por tantas partes. Entrad por las ruinas y piedras : ninguno podrá hacer contraste á vuestro valor.» Dicho esto, todos á una voz pidieron la señal de acometer : dada, arremetieron á la ciudad y á las murallas: lo que hacia mucho al caso para inflamar los soldados, el mismo Rey estaba presente como testigo y juez del esfuerzo de cada qual. El combate fué bravo y sangriento : los nuestros pretendian arrimarse á los muros y forzallos, los cercados tiraban todo género de armas y piedras, sin que alguna cayese en balde por estar tan cerrados los soldados. Por conclusion quebrantada la puerta que se llama del Alhama, entraron en la ciudad: la matanza fué grande, y la sangre que se derramó, los que se rindieron, tomaron por esclavos: el saco se dió á los soldados, que fué mayor de lo que se pensaba. Consagraron la mezquita mayor segun que era de costumbre, y nombraron por obispo á Gilberto hombre aunque forastero pero de mucha erudicion y conocida virtud. Tomóse la ciudad de Lisbona á veinte y cinco de octubre; otros dicen á veinte y uno. En el lugar mismo en que tenian los Reales, el Rey á sus expensas edificó un monasterio de canónigos regla res de San Agustin con nombre de San Vicente, por tener particular devocion á este Santo, y para que juntamente por

1

el nombre fuese memoria á los venideros de aquella tan señalada victoria. Gran número de los soldados estraños se aficionaron á la abundancia de Portugal, y á la hermosura, templanza del ayre, que tiene el invierno templado, y el estío por los continuos embates del mar no muy caluroso. Estos determinados de hacer su morada en aquella provincia, y trocar sus patrias con Portugal, se dice que por permision del Rey Don Alonso edificaron á Almada, Villaverde, Arrúda, Zambuya, Castañeda con otros pueblos. El Rey en prosecucion desta victoria con increible felicidad ganó de los Moros á Alanquer, Obidos, Ebora, Yelves, Mura, Serpa, Beja y otros pueblos y villas por toda aquella comarca: todo se allanaba y parecia ser fácil á su esfuerzo y valor; verdad es que la mayor parte destas cosas sucedieron algunos años adelante. Volvamos á nuestro camino, y al órden de la historia que llevamos.

Capitulo xx.

Como se halló el cuerpo de San Eugenio.

En el tiempo que estas cosas se hacian en España, Eugenio Pontífice, Tercero deste nombre, sucesor de Lucio Segundo, natural de Pisa y de la órden del Cistel, gobernaba bien y prudentemente la Iglesia Romana. Las cosas de los Christianos en la Tierra Santa parecian empeorarse. Estaba en gran parte apagada y menguada la fortaleza militar de los de Lorena : como algunos animales y semillas, asi bien los ingenios de los hombres con el cielo y tierra diferentes, y en particular con la longura del tiempo degeneran y se estragan. Los bárbaros, que por todas partes los cercaban, tenian puestas las cosas de Jos Christianos en gran aprieto y peligro. Balduino Tercero deste nombre, hijo de Fulcon Rey de Jerusalem, por sus pocas fuerzas y por la flaqueza de su edad no era suficiente para tan grande carga. El Pontífice Eugenio movido deste peligro, y encendido del amor de la Christiana Religion, en Francia donde para esto fué en persona no cesaba de animar á los Príncipes Christianos y exhortallos acudiesen con sus fuerzas á la' guerra sagrada. Movió al Emperador Conrado y á Luis Rey de

« AnteriorContinuar »