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te de los concilios; pero no se duda sino que se celebraron otros, como lo da á entender la ley de que se hizo mencion, en que mandaron juntarlos en cada un año, en especial que graves autores afirman que en tiempo de Wamba en un concilio Toledano se sentaron los Aledaños y distritos de cada qual de los obispados de España: negocio en que por ser tan grave, y tocar á todos, no se puede creer se procediese por el voto y parecer de pocos, sino de todos los prelados. Dicen mas que en aquel concilio se estableció que todos los sacerdotes viviesen conforme á la regla de San Isidoro. Hiciéronse fuera desto en gracia del Rey Wamba y á su contemplacion nuevos obispados en pueblos pequeños y aldeas, y aun en iglesias particulares, como fué en un pequeño lugar en que estaba la sepultura y cuerpo de San Pimenio, y en la iglesia de San Pedro y San Pablo Pretoriense puesta en los arrabales de la ciudad de Toledo que fué todo un zelo piadoso pero indiscreto en el Rey, y en los obispos una disimulacion y deseo demasiado de agradalle, sin tener respeto á las leyes eclesiásticas que vedan así bien hacer dos obispos en una misma ciudad, como poner obispados en lugares pequeños. Desórdenes que en breve se reformaron en el concilio prôximo de Toledo, que fué el doceno de los de aquella ciudad, hasta motejar al Rey Wamba de liviano en esta parte: así van los temporales, y se truecan los favores de la gente y el aplauso. Ordenó Wamba algunas leyes á propósito de reformar el gobierno, que andaba de muchas maneras estragado, en particular puso cuydado en lo que tocaba á la diciplina militar. Ordenó que quando se hiciese gente, todos acudiesen á las banderas, fuera de viejos, enfermos y mozos de poca edad. Item que todos enviasen á la guerra por lo menos la docena parte de sus esclavos con las armas que allí se señalan, diferentes de las demas. A los mismos obispos y sacerdotes para reprimir las entradas y rebatós de los enemigos manda les saliesen con los suyos al encuentro por espacio de cien millas. Con esta diligencia y por buena maña del Rey Wamba ganaron los Godos una victoria naval muy señalada. Estaban los Sarracenos enseñoreados de toda la Africa por todo lo que se tienden las marinas de nuestro már Mediterráneo, desde las bocas del rio Nilo hasta el estrecho de Gibraltar. Tenian deseo de pasar en Europa: con este intento

armaron una ́ flota de ciento y setenta velas con que ponian á fuego y á sangre las riberas de España. Juntaron los Godos otra gruesa armada: vinieron á las manos con los contrarios con tanto valor y denuedo, que alcanzaron victoria de los enemigos, y parte tomaron', parte quemaron su armada. Velaba el Rey, acudia á todas las partes con presteza sin descuydarse, ni escusar gasto, trabaxo ni diligencia alguna. No falta quien diga que la armada de Africa vino á persuasion de Ervigio, cá por ser hijo de Ardebasto pariente de Recesuintho pretendia hacerse Rey. Tenia mucho poder, y su autoridad era grande, sus mañas y artificios extraordinarios. El corazon humano es insaciable, nunca se contenta con lo que posee, aunque sea muy aventajado; antes con el deseo siempre pasa adelante y pretende cosas mayores. No tenia Ervigio esperanza de salir con su intento ni en vida de Wamba, ni despues de su muerte, á causa de Theodofredo hermano de Recesuintho, del qual en la eleccion pasada no se hizo cuenta, como allí se dixo, că eră de pocos años. Resolvióse de valerse de cautelas y mañas, pues qualquier otro camino le hallaba cerrado. Con esta traza hizo como se cree venir la armada de los Sarracenos contra España. Y como esto no sucediese conforme á su deseo, tuvo forma de hacer que diesen al Rey á beber cierta água en que habia estado esparto en remojo, que es bebida ponzoñosa y mala. Ado leció luego el Rey, y quedó privado de su sentido súbitamente, tanto que á la primera hora de la noche juzgaban queria rendir el alma. Cortáronte el cabello, hicieronle la barba y la corona á manera de sacerdote: vistieronle un hábito de monge, ceremonia que se usaba con los que morian, á propósito de alcanzar perdon de sus pecados. Todo esto se entiende tramó Ervigio con intento que aunque mejorase, no pudiese mas ser Rey conforme á lo que en el concilio Toledano sexto quedó determinado. Demas desto, como estuviese para espirar, sin embargo que por la fuerza del veneno estaba fuera de sí, trazaron que nombrase por sucesor en ek reyno al mismo Ervigio Ordenaron de presto la escritura de nombramiento y renunciacion, y hicieron que Wamba la firmase de su mano. Pasó todo esto á los catorce del mes de octubre un dia de domingo que era la decimaquinta luna. Por todo esto se entiende que Wamba fué despojado del Reyno el año de seiscientos y

ochenta, en que concurren estos particulares; ca sin embargo que luego el dia siguiente mejoró y volvió en sí, no quiso revocar lo hecho. Hallábase de Rey poderoso súbitamente hecho monge. Determinó despreciar lo que otros tanto desean, ó por grandeza de ánimo, ó por no tener esperanza de recobrar en paz lo que le quitaran; mayormente que Ervigio estaba apoderado de todo, que el mismo dia se hizo coronar por Rey, dado que el ungirse, ceremonia entonces usada, se dilató hasta el domingo siguiente. Wamba sin dilacion se fué al monasterio de Pampliega asentado segun algunos sospechan en el valle de Muñon. Allí por espacio de siete años y tres meses (ó como otros sienten por mas largo tiempo) pasó lo que le quedaba de vida en servicio de Dios. Reynó ocho años, un mes y catorce dias. Su cuerpo sepultaron en aquel monasterio, y desde allí por mandado del Rey Don Alonso el Sabio le trasladaron á Toledo. Acompañó sus huesos Juan Martinez obispo de Guadix frayle Francisco. Pusiéronle en la iglesia de Santa Leocadia, la de junto al Alcázar, en que estaba sepultado el Rey Recesuintho. Juliano arzobispo de Toledo fué el que ungió al nuevo Rey, por donde se entiende que Quirico su predecesor falleció por el mismo tiempo cargado de años, si ya por ventura no renunció la dignidad por ver lo que pasaba, y la sinrazon que se hizo al buen Rey Wamba.

Capitulo xv.

De los nombres de los obispados que habia en tiempo
de Wamba.

No será fuera de propósito ni del intento que llevamos, poner en este lugar la division que el Rey Wamba hizo de los obispados de su reyno, y por ella declarar los nombres antiguos que muchas ciudades y pueblos tuvieron, si bien los mas dellos por varios accidentes y sucesos fueron asolados, y despues de su destruicion reedificados á las veces con nombres que les pusieron diferentes de los que antes tenian. Junto con esto será bien que se entiendan y sepan los sufragáneos que cada qual de los arzobispados antiguos tenia; que señalar á cada

diócesis sus aledaños y distrito no pareció conveniente, ni aun hacedero por estar todo tan mudado y trastocado con el tiempo, que á apenas se entenderia lo que en este propósito se dixese. Al arzobispo de Toledo estaban sugetos los obispos siguientes: el de Oreto, ciudad que antiguamente estuvo puesta no lexos de donde al presente está la villa de Almagro, ca dos leguas de aquella villa hay una hermita llamada de Nuestra Señora de Oreto, do se han hallado piedras y llevádolas á Almagro, grabado en ellas el nombre de Oreto. El segundo sufragáneo de Toledo era el obispo de Biacia, que hoy es Baeza. El tercero el de Mentesa: esta ciudad hoy se llama Montizon, pueblo situado en la comarca de Cazorla, y que en la destruicion de España fué asolado por un capitan Moro, como lo testifica el arzobispo Don Rodrigo. Demas destos el de Acci, ciudad que hoy se llama Guadix. El de Basti que es Baza. El de Urci, ciudad que unos dicen es la misma Almería, otros que Murcia. El de Bagasta: desta ciudad no queda rastro ninguno, solo se entiende que estaba no lexos de Origuela, así por el órden que estos obispados llevan entre sí, como por una puerta que hay en aquella ciudad llamada de Magastro. * Máximo Cesaraugustano dice que los Godos á Murcia la llamaron Bigastro. * Illici es Elche ó Alicante, Setabis Xátiva. Demas desto Denia y Valencia, ciudades que caen entre sí cerca y conservan los nombres antiguos, ca Denia se llamó Dianium. Síguese el obispado de Valeria: hoy se llama Valera quemada. El de Segobriga, ciudad puesta donde al presente está la Cabeza del Griego, pueblo así llamado, á dos leguas de Ucles. Algunos entendieron que Segobriga era Segorve: pero engañóles la se, mejanza del nombre. Tambien era sufragáneo de Toledo el obispo de Arcabica, que estuvo antiguamente asentada entre Segobriga y Compluto, y por ventura es la misma que Ptholo meo llamó Percabica. Demas desto Compluto que es Alcalá, Sigüenza, Osma, Segovia y Palencia estaban sugetas por la misma forma al dicho arzobispo. Por donde se vee que la provincia de Toledo, aun en tiempo de los Godos, se estendia mas que la provincia Carthaginense (cuya cabeza á la sazon era Toledo) pues todas las ciudades que hemos contado hasta aquí, le estaban sugetas y se encerraban en su distrito. Las ciudades sufragáneas del arzobispado de Sevilla eran: la prime

ra Itálica, que hoy es Sevilla la vieja, legua y media de aquella nobilísima ciudad cabeza de Andalucía; la segunda Asidonia, que fué ó Medina Sidonia como lo da á entender la semejanza del nombre, ó como otros piensan Xerez de la Frontera por un templo que tiene de Nuestra Señora de Sidueña, y el Moro Rasis llama quella ciudad Xerez de Sidueña. Síguese Elepla hora sea Niebla, hóra Lepe. Malaca hoy Malaga. Illiberis, ciudad puesta antiguamente dos leguas sobre Granada en un recuesto que hoy se llama monte de Elvira. Astigi, hoy Ecija. Córdoba conserva su nombre antiguo. Egabro, hoy es Cabra cerca de Vaena. La última ciudad era Tucci, que hoy se llama Martos. Este era el distrito del arzobispado de Sevilla, y las ciudades que dél dependian. El metropolitano ó arzobispo de Mérida comprehendia.debaxo de su jurisdiccion las ciudades siguientes: Beja, que se llamaba Pax Iulia, ciudad de la Lusitania, Lisbona, ciudad en que se ferian las riquezas de la India Oriental en nuestro tiempo, y que á ninguna de Europa reconoce ventaja en trato, riquezas y grandeza. Ebora, á la qual los Godos lla maron Elbora. Don Lucas de Tuy sintió que esta ciudad era la misma que en el reyno de Toledo llamamos Talavera. Ossonoba, que se entiende se llama al presente Estombar, pueblo de Por tugal cerca de Silves, do al presente está aquella cathedra y silla que se trasladó á ella quando se ganó de Moros aquella ciudad, en que tambien hay un pueblo llamado Idania la vieja, antiguamente Igeditania, ciudad así mismo contada entre las sufragáneas de Mérida. Conimbrica, hoy Coimbra: dos leguas della está Coimbra la vieja. Demas destas Viseo y Lamego, ciudades que conservan sus nombres antiguos. Caliabría, que peréció del todo, dado que Tudense y Marineo sospechan fué la que hoy se llama Montanges, por congeturas á nuestro parecer no concluyentes. Salmantica, que por los Godos fué llamada Salamantica, hoy Salamanca. La famosa Numancia, al presente Garay. Ultimamente Avila y Coria, que eran los postreros linderos de la provincia de Mérida. Las ciudades sufragáneas de Braga eran estas: Dumio fué antiguamente un monasterio, que todavía hoy se conserva cerca de Braga. Portucale és la ciudad de Portu, por la parte que el rio Duero descarga en el mar, y déxa formado un buen puerto: del puerto y de un pueblo que está allí cerca, llamado antiguamente

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