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Estados Unidos de América, asegurando yo que allí abrazarian gustosos la comunion de la iglesia romana, con tal que no oyesen ni el nombre de Inquisicion. ¡Qué embarazos, qué obstáculos no ha opuesto al catolicismo este miserable tribunal! ¿Y es posible que esta sola reflexîon no ha de abrir los ojos á tantos alucinados?

,,Por otra parte si se les dixera á estos respetables prelados;,,obispos, quereis ser los jueces de la fe; con cuya atribucion os estableció Jesucristo?" ó por mejor decir,,;quereis ser obispos con todo el rigor de la significacion, entrando en la plenitud de vuestros derechos, y no ser obispos á medias?” ¿Que podrán responder á esto? Si por acaso se hallase alguno que respondiese no; que renuncie. Los obispos, así como son los pastores, los doctores y padres de la iglesia, son tambien los jueces legítimos de Israel, y esta es una de sus divinas prerogativas. Son humanos, prudentes, compasivos, caritativos, ¿qué mas podemos desear? Ellos serán responsables de la fe de su grey: sabrán doctrinarla, ilustrarla, y si alguna oveja se extravía, sabrán cargarla sobre sus hombros, instruirla y corregirla, pero con la mansedumbre y caridad que prescribe el evangelio, como sucedia antes del establecimiento de la Iuquisicion.

,,Poco tengo que añadir á lo que se ha dicho en el Congreso sobre la actual existencia del tribunal. V. M. debe estar perfectamente persuadido que solo existe una vana sombra de él. Lo primero, porque es notorio que el actual inquisidor general, que es el Sr. Arce, se pasó á los enemigos, y está declarado por la voz pública traydor á la patria para honra y gloria inmortal de la Santa Inquisicion. Lo segundo, que los señores diputados, que aseguraron repetidas veces que existia una bula que concede à la Suprema las mismas facultades que al gefe, quando este llega á faltar, no la han exhibido, porque no la encuentran: y á fe que no ha sido por falta de diligencias, pues bien notorios son los apuros en que se han visto, los desvelos y vigilias continuas que han sufrido, las vueltas y revueltas que han dado sin dexar piedra por mover. Y en esta incertidumbre, que equivale á una evidencia contra la tal bula, ¿querrá V. M. exponer las conciencias del religioso pueblo español? Los que se cadarean defensores de la fe no forman escrúpulo de esto? Tanto rigor por una parte y por otra tanta laxîtud? ¿Es esto proceder de buena fe y por zelo de la religion? Júzguelo V. M. mientras voy á contestar á otro señor diputado por muchos títulos respetable, que ha preguntado al Congreso que quien podrá absolver ahora de la heregía mixta sino la Inquisicion? Y esto se pregunta delante de un Congreso católico, y ante el trono de las leyes? Yo respondo á este señor á la faz de toda la iglesia: que los obispos deben absolver; los obispos, que son los que recibieron de Jesucristo inmediatamente la plenitud de la potestad, como tengo ya demostrado hasta la evidencia, y me avergonzaria de apurar mas este punto. ¿Y con qué facultad habia de absolver la Suprema, si no consta que esté autorizada para ello por ninguna bula?

,,Pero yo doy ahora por supuesto que existiese real y verdaderamente todo este cuerpo inquisitorial apoyado en sus bulas, con su gefe al frente, con todo el aparato de sus atavíos, y con toda la pompa y esplendor de su poder. ¿Quien podrá disputar á V. M. el derecho inconcuso de extinguirlo enteramente aun quando tuviera mas bulas que los jesuitas? La ereccion de este tribunal en Castilla fué un privilegio que desconcertó el plan del derecho Aaa

comun eclesiástico para substanciar las causas de fe. Llegó el tiempo en que V. M. no tiene por conveniente usar del tal privilegio. ¿Quien, pues, podrá obligarlo á que lo continúe? ¿Y qué diria si me pusiera á demostrar que este tribunal es ilegítimo, é ilegal desde su orígen? No habia cosa mas fácil que probarlo hasta la evidencia; mas esta demostracion seria algo prolixa. El rey de Sicilia abolió la Inquisicion en sus estados á pesar de las fuertes reclamaciones de sus obispos. Qualquiera otro príncipe puede hacer lo mismo, como es regular que lo haga el príncipe regente de Portugal. Y no han de tener las Cortes, donde reside esencialmente la soberanía nacional, facultad para extinguirlo? ¡Que inconseqüencia! Los jesuitas presentaban bulas á miİlares, y sin embargo el piadoso Carlos I los expelió justísimamente de todos los dominios españoles. Se sabe que pensó abolir la Inquisicion, lo que no llegó á verificarse por las ocultas intrigas y poderosos manejos de que abundó siempre la corte de nuestros reyes. Es bien sabido que ninguna bula tiene fuerza en España sin el regio exêquatur, aun quando encerrase decretos de un concilio general, para exâminar si se opone ó no á las regalías de la nacion. ¿ Pues á qué tanto ruido ahora por una bula que nada nos importa que exista ó que dexe de existir? Señor, si qualquiera de nuestros reyes hubiera abolido la Inquisicion, como pudieron y debieron hacerlo, y que digo yo nuestros reyes? si Godoy la hubiera abolido en su tiempo, se habria guardado de replicarle ninguno de los protectores del tribunal; pero como lo trata de hacer V. M. por justas y poderosas razones, de aquí viene todo el empeño en defenderlo. Sus defensores no contaron que esta Santa ha perdido mas que ha ganado en la defensa inútil y extravagante que han hecho de ella. Hubiéranla dexado morir en paz y con honor como la sinagoga, y no publicaríamos ahora á la faz del mundo una parte de su vida y milagros, que tanto la desacreditan, y la hacen el ludribio y oprobio de los pueblos, de quienes hasta ahora habia sido el espanto y el terror.

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,,A pesar de la sinceridad con que me he explicado en la augusta presencia del Congreso, estoy viendo ya salir pasquines contra mis opiniones. Debo creer que se estan ya preparando tornillos para torcer mis expresiones ortodoxas, y hacerlas por fuerza declinar en heréticas y jansenísticas, segun tienen de uso y costumbre nuestros hermanos los folletistas, por el tierno afecto que profesan á su Santa Inquisicion. Esta treta, Señor, aunque vergonzosa y contraria enteramente al espíritu del evangelio que afectan defender, es ya muy rancia. La aprendieron de sus maestros y predecesores los jesuitas, que á todo el que no era amigo de su Compañía lo calificaban al instante de jansenista, aunque fuera el mismo Papa. Es verdad que nuestros folletistas han dado tales pruebas de estolidez, que no nos han explicado aun que es lo que entienden por jansenismo; pues estoy persuadido que ni ellos mismos lo saben. Tambien es verdad que viendo su causa desesperada, y faltos de ciencia y de razon para defenderla, echan mano de su abundante almacen de calumnias y dicterios para desacreditarnos con el cándido y religioso pueblo español. ¿Se me dirá que tengo por que temer, pues que me explico así? No tengo por que temer; pero me asisten motivos poderosos para esperar que me denigren y calumnien. Aquí (sacó un papel impreso), aquí está la censura del gran Procurador general y su pandilla, que han encontrado en el dictámen de la comision proposiciones erróneas, malsonantes, cismáticas, formalmente heréticas... Los señores de la comision

censura. ""

no me necesitan para defender su reputacion, ni su piedad y sabiduría, que tienen bien acreditadas; pero mientras lo hacen quiero presentar á V. M. la primera proposicion censurada. Dice el dictámen al folio 4, línea y, que nuestra religion es la mas santa y sociable, la única verdadera. Ahora va la Esta proposicion, dice nuestro Procurador, es sospechosa y mal sonante: porque siendo la expresion mas santa un comparativo entre las religiones falsas, ó verdaderamente sectas, y la católica, se entiende existir algun principio de santidad en las que son realmente sendas del error." ¡Que digan ahora que el Procurador general y su pandilla no saben cazar eriores y heregías! Son tan astutos y tan linces que manejando bien sus tornillos son capaces de encontrar heregías en la misma sagrada escritura.

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,, La comparacion solo puede caer entre la religion católica y las comuniones protestantes ó el mahometismo. En las primeras, ¿quién puede negar que es santo lo que abrazan de mancomun con nosotros, como son el credo, los mandamientos, el bautismo....? Luego puede haber alguna comparacion entre estas sectas y la religion católica en quanto á santi. dad. Pero me dirán, ¿qué relacion de santidad puede tener el mahometismo con nuestra religion? Respondo lo primero, que los mahometanos creen la unidad de Dios como nosotros, y nadie negará que este misterio de la unidad de Dios es santo. Lo segundo, que la comision en su comparacion no solo hace precisamente referencia á aquellas religiones, sino á la creencia en que estan, así los protestantes como los mahometanos, que sus respectivas sectas son santas. Pondré un exemplo de la sagrada escritura. Dice el salmo 94: Quoniam Deus magnus Dominus, et rex magnus super omnes deos. Esto es, que nuestro Dios es mas grande que todos los dioses. Pregunto ahora á nuestro folletista: hay aquí comparacion ó no? Claro es que la hay. Pregúntole mas: hay muchos dioses verdaderos ó no? Claro es que no hay mas de uno; pues ya David nos dice que simulacra gentium argentum et aurum. Pues no habiendo, ni pudiendo haber mas de un Dios verdadero, y haciendo el texto comparacion entre muchos dioses, luego aquí hay heregía formal. Luego el Procurador general y su pandilla, quando echan mano á sus tornillos, son capaces de encontrar heregías en la misma sagrada escritura. ¡Qué horrible impiedad seria esto! ¿Y quien no ve que el santo Profeta no podia hacer comparacion entre el Dios de Israel y los dioses falsos, sino que solo la hace con relacion á la falsa creencia en que estaban los gentiles de que sus ídolos Chamos, Moloch, Baal.... eran dioses? De suerte que la idea que presenta el dictámen de la comision seria ortodoxâ en boca del folletista y sus seqiiaces; pues que es muy familiar decir: nuestra religion es la mejor, nuestra religion es la mas santa...; sin que á ninguno le ocurra el extravagante pensamiento de que estas expresiones son mal sonantes ni erróneas; pero en boca de los señores de la comision deben ser heréticas...; porque este Procurador y los suyos andan atisbando y procurando heregías en todos los escritos de los que impugnan el Tribunal para engañar al inocente pueblo. ¡O miserables! No encuentran otras armas con que defender á su Santa Inquisicion? Han dado hasta ahora muy débiles pruebas de crítica, erudicion y doctrina para hacer de maestros en Israel. Aténganse á su almacen bien provisto de las voces denigrativas de hereges, cismáticos, francmasones, jansenistas...., que ya el pueblo sabe lo que significan en sus bo

cas; y al mismo tiempo nos vienen predicando religion, paz, caridad............ ¡ qué contradiccion de principios!

,,Aun suponiendo que en el dictámen de la comision se hallase alguna expresion ambigua, no deberia interpretarse en buen sentido como exige la caridad cristiana, y enseña San Agustin? Pero esto es pedir demasiado á nuestro Procurador general, que solo se ocupa en atisbar palabras que puedan admitir doble sentido, para con el auxilio de su tornillo y su buena intencion, forzarlas á que suenen á erróneas, cismáticas, heréticas.., que es lo que le gusta. ¡Qué oficio tan vil y detestable! Lo mas admirable es que al fin de la censura de la quarta proposicion, arrebatado de furor, nos da la importante noticia (leyó) de que no quiere vivir mas. Dice así: "¡Ah! Ya no quiero vivir: Cupio dissolvi." Buen viage le dé Dios.

,, Por otra parte, ¿quién habrá dado facultad á este Procurador general y su pandilla, no digo para denigrar y calumniar, sino para erigirse en tribunal supremo, y calificar proposiciones, ora de erróneas, ora de cismáticas, ora de heréticas....? ¿No nos ha dicho que esto es propio y privativo de los pastores de la iglesia, como es cierto? Pues por qué se mete en mies agena? ¡Qué inconseqüiencias! Si ha creido que estas proposiciones son hereticas, debia como católico delatarlas al juez eclesiástico ó tribunal de censura. ¿Y por qué no lo hizo? No lo hizo, Señor, porque temia justamente que lo calificaran á él mismo de ridículo, embustero y artificioso calumniador. Le era mas fácil tiznar las esquinas de las calles con cartelones denigrativos á los individuos de la comision de V. M., y que corran por las provincias, para prevenir la impresion que hará en las gentes sensatas y religiosas el dictámen de la comision. Todos los artificios mas pueriles, las tretas mas vergonzosas se emplean en todas partes por los tiernos amantes de esta santa y malhadada Inquisicion. Tal es, pues, la censura que contiene el famoso suplemento al Procurador general del jueves 7 de enero de 1813: dia, que no deberá olvidarse en la historia para consuelo de todos los fanáticos: por lo que debo esperar dentro de pocos dias verme tiznado con las notas de cismático, ó herege, ó jansenista.... escritas con letras gordas, para que todo el mundo lo vea con la mayor claridad. Y quien le dirá á este Procurador y su pandilla, que aun quando con el calor de la disputa se me escapase alguna palabra equívoca ó expresion menos correcta, no estoy pronto á sujetarme al juicio y correcion de la santa madre iglesia, que es á quien reconozco por única columna y firmamento de la verdad, y no al capricho de esa estúpida y miserable Inquisicion?

,, He hablado con esta franqueza, porque no puedo persuadirme á que el autor y compañeros de este folleto despieciable é incendiario sean individuos del soberano Congreso. Mas sea lo que fuere, si desean de buena fe la proteccion de esta religion santa que profesamos, la comision presenta á V. M. y á toda la nacion un dictámen sólido, sábio, profundo y concluyente, indicando los tribunales competentes de la Fe con los mismos jueces que estableció Jesucristo, y ademas un proyecto de decreto que V. M. con su prudencia y sabiduría sabrá alterar, modificar, aprobar co-mo mas convenga al bien de la religion y del estado. Ahora, si los apa-sionados de la Inquisicion quieren un régulo eclesiástico, clavado en medio de la nacion, que escudado con sus bulas, y amparado del poder arbitra

rio, tenga su consejo supreme, sus tribunales subalternos, sus cárceles, sus ministros, su real hacienda; que capitule con nuestros reyes como de igual á igual; en una palabra, un pequeño monarca que con el sublime carácter de legislador, sentado pomposamente sobre su trono, reuniendo en sí las augustas prerogativas del sacerdocio y del imperio, dicte leyes á los pueblos, siga usurpando los derechos episcopales, y que para leer, aunque sea la sagrada escritura, hemos de obtener antes su permiso, con otras atribuciones de soberanía absoluta, independiente, inviolable, invulnerable que sea dueño de nuestras vidas y haciendas so pretexto de religion y de conservar la fe, díganlo claro, no se anden con rodeos misterio sos; y entonces V. M. sabrá las medidas que ha de tomar para estorbar que haya mas de un rey en la monarquía española.

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,, Señor, nada he pronunciado delante del Congreso que no sea públiCO no solo á la nacion sino á toda la Europa. Debo repetir que he sido muy contenido y moderado en la pintura que hice de este odioso y horrible tribunal, que desde su establecimiento en Castilla comenzó á desenfrenarse y excederse en golpes de arbitrariedad, crueldad y despotismo, como consta del breve del Santo Padre Sixto Iv, y de otros monumentos históricos, que no necesito reproducir. Defiendanlo como quieran. sus patronos y protectores; mas insultan descaradamente á la humanidad quando nos lo pintan dulce, suave, compasivo, caritativo, ilustrado, justo, piadoso.... ¿Qué lenguage es este, Señor? Yo entro en los magníficos palacios de la Inquisicion, me acerco á las puertas de bronce de sus horribles y hediondos calabozos, tiro los pesados y ásperos cerrojos, desciendo y me paro á media escalera. Un ayre fétido y corrompido entorpece mis sentidos, pensamientos lúgubres afligen mi espíritu, tristes y lamentables gritos despedazan mi corazon.... Allí veo á un sacerdote del Señor padeciendo por una atroz calumnia en la mansion del crímen; aquí á un pobre anciano, ciu dadano honrado y virtuoso, por una intriga domestica; acullá á una infeliz jóven, que acaso no tendria mas delito que su hermosura y su pudor.... Aquí enmudezco, porque un nudo en la garganta no me permite articular; por que la debilidad de mi pecho no me dexa proseguir. Las generaciones futuras se llenarán de espanto y admiracion. La historia confirmará algun dia lo que he dicho, descubrirá lo que oculto, publicará lo que callo. ¿Qué , pues, V. M. en libertar á la nacion de un establecimiento tan mons truoso? Basta."

tarda

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Luego que terminó su discurso el Sr. Ruiz Padron, propuso el señor Mexía que se mandase imprimir al momento el papel del mismo que se habia leido. Mas habiendo observado varios señores que el orador tenia su derecho expedito para imprimirlo, retiró su proposicion el Sr. Mexia..

SESION DEL DIA 19 DE ENERO DE 1813.

El Sr. Garcia Herreros : Señor, parece temeridad tomar la palabra en

este asunto despues de leido el voto del Sr. Ruiz Padron, en que con tanta sabiduría y eloqüencia ha sostenido el dictámen de la comision. Su

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