Imágenes de páginas
PDF
EPUB

para

pararian aquellas cosas que se removian en Toledo. Los Grandes, comunicado el negocio entre sí, al fin determinaron dar un tiento al Infante D. Fernando. Tomó la mano D. Ruy Lopez Davalos por la autoridad que tenia de Condestable, y por estar mas declarado que ninguno de los otros. Pasaron en secreto muchas razones primero: despues en presencia de otros de su opinion le hizo para animalle, que se mostraba muy tibio, un razonamiento muy pensado desta sustancia: „Nos, "Señor, os convidamos con la corona de vuestros padres y "abuelos: resolucion cumplidera para el reyno, reyno, honrosa "vos, saludable para todos. Para que la oferta salga cierta, nin"guna otra cosa falta sino vuestro consentimiento: ninguno „será tan osado que haga contradicion á lo que tales persona"ges acordaron. No hay en nuestras palabras engaño ni lison"ja. Subir á la cumbre del mando y del señorio por malos "caminos es cosa fea; mas desamparar al reyno, que de su vo"luntad se os ofrece, y se recoge al amparo de vuestra som„bra en el peligro, mirad no parezca floxedad y cobardia. La „naturaleza de la potestad Real y su origen enseñan bastante»mente que el cetro se puede quitar á uno y puede quitar á uno y dar á otro con"forme a las necesidades que ocurren. Al principio del mun„do vivian los hombres derramados por los campos á manera „de fieras, no se juntaban en ciudades ni en pueblos: solamen„te cada qual de las familias reconocia y acataba al que entre "todos se aventajaba en la edad y en la prudencia. El riesgo "que todos corrian de ser oprimidos de los mas poderosos, y "las contiendas que resultaban con los extraños, y aun entre »los mismos parientes, fueron ocasion que se juntasen unos "con otros, y para mayor seguridad se sugetasen y tomasen "por cabeza al que entendian con su valor y prudencia los podria amparar y defender de qualquier agravio y demasia. „Este fue el origen que tuvieron los pueblos, este el princi"pio de la magestad Real, la qual por entonces no sc alcan"zaba por negociaciones ni sobornos; la templanza, la virtud la inocencia prevalecian. Asi mismo no pasaba por heren"cia de padres á hijos: por voluntad de todos y de entre todos

[ocr errors]

Iii 2

"se

"se escogia el que debia de suceder al que moria. El demasiado "poder de los Reyes hizo que heredasen las coronas los hijos, "á veces de pequeña edad, de malas y dañadas costumbres. "¿Qué cosa puede ser mas perjudicial que entregar á ciegas y "sin prudencia al hijo, sea el que fuere, los tesoros, las ar"mas, las provincias? y lo que se debia á la virtud y me"ritos de la vida, dallo al que ninguna muestra ha dado de "tener bastantes prendas? No quiero alargarme mas en esto, „ni valerme de exemplos antiguos para prueba de lo que digo. "Todavia es averiguado que por la muerte del Rey D. En"rique el Primero sucedió en esta corona, no Doña Blanca "su hermana mayor que estaba casada en Francia, sino Do"ña Berenguela: acuerdo muy acertado, como lo mostró la "santidad y perpetua felicidad de D. Fernando su hijo. El hi"jo menor del Rey D. Alonso el Sabio la ganó á los hijos de "su hermano mayor el Infante D. Fernando, porque con sus „buenas partes daba muestras de Principe valeroso. ¿Para qué "son cosas antiguas? Vuestro abuelo el Rey D. Enrique quitó "el reyno á su hermano, y privó á las hijas de la herencia "de su padre: que si no se pudo hacer, será forzoso confesar "que los Reyes pasados no tuvieron justo titulo. Los años pasa"dos en Portugal el Maestre de Avis se apoderó de aquel reyno, „si con razon, si tyranicamente, no es deste lugar apurallo: lo "que se sabe es que hasta hoy le ha conservado y mantenidose en "él contra todo el poder de Castilla. De menos tiempo acá dos "hijas del Rey D. Juan de Aragon perdieron la corona de su "padre, , que se dió á D. Martin hermano del difunto, si bien "estaba ausente y ocupado en allanar á Sicilia; que siempre "se tuvo por justo mudase la comunidad y el pueblo conforme "á la necesidad que ocurriese, lo que ella misma estableció, "por el bien comun de todos. Si convidáramos con el mando „á alguna persona extraña, sin nobleza, sin partes, pudie"rase reprehender nuestro acuerdo. ¿Quien tendrá por mal que "queramos por Rey un Principe de la alcuña Real de Castilla, "y que en vida de su hermano tenia en su mano el gobierno? "Mirad pues no se atribuya antes à mal no hacer caso ni res

"pon

"ponder á la voluntad que grandes y pequeños os muestran, "y por escusar el trabajo y la carga desamparar á la patria co"mun, que de verdad tendidas las manos se mete debaxo las "alas y se acoge al abrigo de vuestro amparo en el aprieto en "que se halla. Esto es finalmente lo que todos suplicamos: que "encargaros useis en el gobierno destos reynos de la templan"za á vos acostumbrada y debida, no será necesario.“ Despues destas razones los demas Grandes que presentes estaban, se adelantaron cada qual por su parte para suplicalle aceptase. No faltó quien alegase profecias y revelaciones, y pronosticos del cielo en favor de aquella demanda. Á todo esto el Infante con rostro mesurado y ledo replicó y dixo, no era de tanta codicia ser Rey que se hobiese de menospreciar la infamia que resultaria contra él de ambicioso é inhumano, pues despojaba un niño inocente, y menospreciaba la Reyna viuda y sola, á cuya defensa toda buena razon le obligaba : demas de las alteraciones y guerras que forzosamente en el reyno sobre el caso se levantarian. Que les agradecia aquella voluntad, y el credito que mostraban tener de su persona; pero que en ninguna cosa les podia mejor recompensar aquella deuda que en dalles por Rey y Señor al hijo de su hermano, su sobrino, por cuyo respeto y por el pro comun de la patria él no se queria escusar de ponerse á qualquier riesgo y fatiga, y encargarse del gobierno segun que el Rey su hermano lo dexó dispuesto; solo en ninguna manera se podria persuadir de tomar aquel camino agrio y aspero que le mostraban. Concluido esto, poco despues juntó los Señores y Prelados en la capilla de D. Pedro Tenorio, que está en el claustro de la Iglesia Mayor. El Condestable D. Ruy Lopez por si acaso habia mudado de parecer, le preguntó alli en publico á quien queria alzasen por Rey. El con semblante demudado respondió en voz alta: ¿A quién, sino al hijo de mi hermano? Con esto levantaron los estandartes como es de costumbre por el Rey D. Juan el Segundo, y los Reyes de armas le pregonaron por Rey primero en aquella junta, y consiguientemente por las calles y plazas de la ciudad. Gran credito ganó de modestia y tem

plan

planza el Infante D. Fernando en menospreciar lo que otros el fuego y por por el hierro pretenden. Los mismos que le insistieron aceptase el reyno, no acababan de engrandecer su lealtad: camino por el qual se enderezó á alcanzar otros muy grandes reynos que el cielo por sus virtudes le tenia reservados. Fue la gloria de aquel hecho tanto mas de estimar, que su hermano al fin de su vida andaba con él torcido, y no se le mostraba favorable, por reportes de gentes que suelen inficionar los Principes para derribar á los que ellos quieren, y ganar gracias con hallar en otros tachas : demas que naturalmente son sospechosos y odiosos á los que mandan, los que estan mas cerca para sucederles en sus estados. Verdad es que poco antės de su muerte vencido de la bondad del Infante trocó aquel odio en buena voluntad ; y aun vino en que su hija la Infanta Doña Maria que podia suceder en el reyno, casase con D. Alonso hijo mayor del Infante; acuerdo muy saludable para los dos hermanos en particular, y en comun para todo el reyno.

CAPITULO XVI.

DE LA GUERRA DE GRANADA.

Esto pasaba en Castilla á tiempo que en Aragon sucedió la muerte de la Reyna Doña Maria, que falleció en Villareal, pueblo cerca de Valencia, á los veinte y nueve de Diciembre con gran sentimiento del Rey de Aragon su marido y de toda aquella gente por sus prendas muy aventajadas. Sepultaron su cuerpo con el acompañamiento y honras convenientes en Poblete, sepultura de aquellos Reyes. De quatro hijos que parió, los tres se le murieron en su tierna edad, D. Diego, D. Juan y Doña Margarita : quedóles no solo D. Martin á la sazon Rey de Sicilia, y que se hallaba embarazado en el gobierno de aquella isla, con poco cuydado de su vida y salud por ser mozo, y los muchos peligros á que hacia siempre rostro por ser de gran corazon; de que poco adelante á él sobrevino la muerte, y con ella á los suyos muy grandes adversidades. El Infante D. Fernando compuestas las cosas en Toledo, y hechas las exêquias

de

I

de su hermano, á primero de Enero se partió para Segovia con intento de verse con la Reyna que alli estaba, y con su acuerdo dar orden y traza en todo lo que pertenecia al buen gobierno del reyno. Para que todo se hiciese con mas autoridad y con mas acierto, dió orden que en aquella ciudad se juntasen (como se juntaron) cortes generales del reyno, á que acudieron los Prelados y Señores, y Procuradores de las ciudades. Trataronse diversas cosas en estas cortes; en particular la crianza del nuevo Rey se encargó á la Reyna por instancia que sobre ello hizo, mudado en esta parte el testamento del Rey D. Enrique. En recompensa del cargo que les quitaban, dieron á Juan de Velasco y á Diego Lopez de Zuñiga cada seis mil florines, pequeño precio y satisfaccion; mas erales forzoso conformarse con el tiempo, y no seguro contradecir á la voluntad de la Reyna y del Infante que tenian en su mano el gobierno. Tratóse otrosi de la guerra que pensaban hacer á Granada tanto con mayor voluntad de todos, que por el mes de Febrero los Christianos entraron en tierra de

Moros por la parte de Murcia. Pusieronse sobre Vera; mas no la pudieron forzar porque vinieron sin escalas, y sin los demas ingenios á proposito de batir las murallas, y por la nueva que les vino de un buen numero de Moros que venian en socorro de los cercados. Alzado pues el cerco, fueron en su busca, y cerca de Xuxena pelearon con ellos con tal denucdo que los vencieron y desbarataron. La matanza no fue grande por tener los vencidos la acogida cerca. Todavia tomaron y saquearon aquel pueblo, efecto de mas reputacion que provecho, por quedar el castillo en poder de Moros. Los caudillos principales desta empresa fueron el Mariscal Fernando de Herrera, Juan Faxardo, Fernando de Calvillo con otros nobles caballe

Se juntaron cortes generales del reyno. La convocatoria fue segun se discurre de orden de la Reyna viuda, la qual mandó que Burgos prestase juramento de fidelidad y homenage al nuevo Rey su hijo antes que Toledo. Tomó los juramentos D. Juan de Tordesillas Obispo de Segobia, y los pleytos

ros.

homenages Gomez Carrillo: cuya solemne ceremonia se executó en jueves 26. de Enero de 1407. He visto copia de la protesta con que Toledo salvó sus derechos. Colmenares puso la lista de los Prelados y Grandes que asistieron á la funcion, aunque la adelanta

once dias.

« AnteriorContinuar »