Imágenes de páginas
PDF
EPUB

bria mantencion; y no ha muchos años que uno de estos monasterios salió adeudado con su administrador en cantidad considerable que habia suplido para sus gastos necesarios.

Me lo persuade igualmente, la reflexion de que la venta simultánea de las fincas rústicas y urbanas, pertenecientes á las comunidades religiosas, debe envilecer y rebajar notablemente su justo precio, mucho mas en el tiempo presente en que hay tanta escasez de numerario: por manera que, si lo que no es de esperarse de la justificacion del congreso nacional, se decretase la venta de dichos bienes, se verificaria apénas en la mitad del valor que hoy tienen. Por otra parte, los empleados principales y subalternos que deben establecerse para la administracion de estos bienes y para la direccion del crédito público, deben absorver una gran parte de sus productos; porque es bien sabido que una direccion es tanto mas dispendiosa, cuanto ella es mas considerable. Me fundo por último para decir, que la ocupacion de los bienes de que se trata, en manera alguna le seria útil á la federacion, en que son tan cortos, tan escasos, que apénas bastan para sostener las cargas que le son anexas. La Iglesia mejicana es muy pobre, si se compara

con la opulencia que tuvo la Iglesia de Fran cia y la que aun tiene la de España.

Como aquella no cuenta mas que tres siglos desde su establecimiento, no se ha podido ha cer en ella muchas y grandes fundaciones de capellanías, cofradías y obras pias. Una gran parte de los capitales, pertenecientes á estas fundaciones piadosas, perecieron en la malhadada consolidacion, y los restos que se salvaron de aquel naufragio son tan cortos, que su ocupacion no sacaria á la nacion de sus apuros, y perjudicaria sobremanera á la dotacion del clero y á la piedad de los fieles. Las capellanías colativas de este obispado son tan escasas, que son muy pocos los sacerdotes ordenados á título de ellas, y la mas grande parte de los ministros se halla incongrua, pues que habien do sido ordenados á título de idioma, cuando se enferman ó se inutilizan para el ministerio, se encuentran sin arbitrios para subsistir y re

ducidos á la mendicidad. Y á vista de esto, ¿será justo que se ocupen y se destinen al crédito público estos cortos bienes ya espiritualizados, y destinados para que sirvan de título para los sacerdotes que deben socorrer á los fieles en sus necesidades espirituales? Y si hoy es tan escaso el clero de este obispado, que de

ordinario se halla afligido el gobierno de la mitra para proveer á las parroquias de los ministros necesarios, no debe temerse con mucho fundamento que en adelante sea mas reducido el número, si se llegan á ocupar unos bienes que forman sus congruas y sus títulos?

Finalmente, la ocupacion que se intenta hacer de los bienes eclesiásticos, no producirá ningunos efectos felices en favor de la federacion ni de los estados, porque jamas los ha producido en todas las naciones que han practicado la misma medida. Las pruebas de hecho valen mas para convencer el entendimiento, que todos los cálculos de los periodistas y las declamaciones de los filósofos. Los paises protestantes que abolieron las órdenes religiosas y ocuparon los bienes eclesiásticos, no son ni mas ricos, ni mas poderosos que los paises católicos que han conservado sus instituciones. Los Constantinos, los Carlo-Magnos y todos los príncipes, cuya liberalidad y magnificencia se ocupaban de los intereses de la religion, fueron los mas poderosos monarcas de su siglo.

[ocr errors]

Por el contrario Enrique VIII, despues de haber devorado las riquezas eclesiásticas, se vió obligado dos años despues á hacer una vergonzosa bancarrota. Eduardo VI su hijo, bajo

euyo reinado se ocupó lo que aun restaba de bienes eclesiásticos, no solamente fué mas ago, biado de deudas, sino que las rentas de la corona disminuyeron considerablemente. El mis mo testimonio de Lutero, que no será sospe, choso para los filósofos, confirma esta verdad: Comprobat experientia eos qui ecclesiastica bona ad se traxerunt, ob ea tandem depauperari, et mendicos fieri. El mismo refiere con esta ocasion las palabras de Juan Hund, consejero del elector de Sajonia: Nos nobiles coenobiorum opes ad nos traximus. Nunc opes nostras equestres ille comederunt, et consumpserunt hac coenobiales, ut neque coenobiales neque equestres amplius habebimus. Por último, concluye con el apólogo de un águila, que trasportando del altar de Júpiter carnes que le habian sido ofrecidas, llevó consigo un carbón de fuego que incendió su nido. Si se quiere un ejemplo mas reciente, se encontrará en la catás. trofe de los jesuitas. ¡Cuántas declamaciones no se escribieron contra sus riquezas! ¡Qué masas de oro no se esperaban encontrar en sus despojos! Mas el resultado que todos saben fué, que el producto de sus bienes apénas fué suficiente para pagar las miserables pensio nes que se les asignaron; y mucho ménos para

costear la dotacion de las personas que debian reemplazarlos en la educacion pública que da ban á la juventud; y se averiguó entonces que habia cátedras, cuya dotacion costaba mas que un colegio entero de jesuitas.

,,Todas las veces, dice Bergier, que los ,,bienes eclesiásticos han sido ocupados, ni el es,,tado ni los pueblos han aprovechado nada de ,,este despojo, que ha sido la presa de los es„peculadores. Se comienza siempre esta obra ,,por formar proyectos y planes sublimes, que ,,harán que aparezca de nuevo el siglo de oro; ,,mas cuando se ha hecho la particion, cada uno guarda la porcion que le ha tocado, y las mi,,ras del interes público se desvanecen como el ,,humo. Así se ha visto en Alemania, Polonia, „Inglaterra y otros paises del norte de Europa. ,,El dia de hoy, los ingleses mas sensatos con,,vienen en que su pais nada ha ganado con la ,,destruccion de los monasterios." Yo añado, que la ocupacion de los bienes eclesiásticos, que es el objeto de esta representacion, no solamente no producirá ventajas ni utilidad alguna pública; no solamente seria gravosa á la federacion aumentando la deuda nacional, sino tambien seria una ley muy desigual, sin equidad y sin justicia. La razon es, porque la deu

« AnteriorContinuar »