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CAPITULO X.

El Rey don Alonso fue elegido por Emperador.

El Rey don Alonso no tenia la misma fama en todas las partes, y acerca de todas las naciones. En España en su reyno sin duda era aborrecido del pueblo: á los Reyes comarcanos no era nada agradable, dado que con cierta muestra de paz, ό miedo de su po

por

der se detenian de tomar contra él las armas. Entre las naciones estrañas volaba la fama de su grande erudicion. Decíase que era eloqüente, sagaz, instructo igualmente en las artes de la paz y de la guerra. Esto movió á algunos príncipes de Alemaña para que en la dieta del imperio en que se trataba de elegir Emperador, le nombrasen en lugar de Guillelmo Cesar que á la sazon murió, y se tuviese cuenta con él, bien que no fue una la voluntad, ni los votos de todos se conformaron en uno: el arzobispo de Colonia en su nombre, y en el del arzobispo de Maguncia cuyo lugar y voz traía, y el conde Palatino nombraron por Emperador a Ricardo conde de Cornubia hermano de Enrique Rey de Ingalaterra. Hízose este nombramiento á seis de enero dia de los Reyes año que se contó del Señor de mil y docientos y cincuenta y seis: algunos 1256. señalan dos años adelante. El arzobispo de Treveris y el duque de Saxonia teniendo por inválida la eleccion de Ricardo, por sus votos eligieron á don Alonso Rey de Castilla el postrer dia de marzo luego siguiente. Enviáronse embaxadores á entrambos, y cada qual se tenia por legítimo Emperador, y á su competidor al contrario: con tanto mas ventaja de Ricardo que sin dilacion dexadas todas las demas cosas acudió á Alemaña, y de mano del arzobispo de Colonia a quien 19

TOMO III.

esto toca, tomó la corona primera del imperio en Aquisgran a dos dias del mes de mayo. Don Alonso embarazado con las alteraciones domésticas, y desconfiado de la voluntad de sus vasallos, y principalmente por la edad de sus hijos que era pequeña, dilató su ida, puesto que los obispos de Constancia y de Espira vinieron por embaxadores en esta razon, y con nuevas embaxadas que le enviaban de cada dia, le importunaban fuese a tomar el imperio. Esta tardanza entibió la aficion de su parcialidad, y fortificó los intentos de la parte contraria. Favorecian á don Alonso, fuera del crédito de su virtud, porque de parte de madre venia de los Emperadores de Alemaña como hijo que era de doña Beatriz, y por ella nieto de Philipe que fue el tiempo pasado Emperador. A Ricardo ayudaba mucho la semejanza de la lengua, que no es pequeña entre ingleses y alemanes, grandes y antiguas alianzas entre aquellas dos naciones, las costumbres semejantes, ademas del parentesco que entre sí tenian, para que le juzgasen por idóneo y digno del imperio, en tanto grado que en negocio.dudoso parecia aventajarse algun tanto su derecho. Porque dentro de un año despues de la muerte del Emperador Guillelmo fue puesto en su lugar en el mismo dia que de comun consentimiento los electores señalaron para la eleccion; dentro de otro año de mano del arzobispo de Colonia á quien esto pertenece, fue en Aquisgran coronado, y tomó las demas insignias del imperio, y se sentó en la silla de Carlo Magno en señal de la posesion que tomaha. En conclusion asi los príncipes, como los que tenian á cargo las fortalezas, le hicieran sus homenages; las quales cosas todas como quier que estuviesen establecidas por las leyes que hablan en razon de elegir los Emperadores, don Alonso no las cumplió contra Ricardo, que a su tiempo las

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había todas guardado, no se podia alegar cosa alguna; asi lo decian grandes letrados, fuera de que en discordia de los electores quando no se conforman en uno, el conde Palatino es el legítimo juez de la diferencia, por lo menos el Rey 'de Bohemia quando los Fotos se dividen igualmente, á la parte que él se él se allega, aquella eleccion es tenida por válida. Alegaban que lo uno y lo otro hacían por Ricardo, pues el conde Palatino votó por él en su nombre y del Rey de Bohemia cuyas veces tenia; y luego que él mismo supo la eleccion, de nuevo la aprobó. Don Alonso al contrario alegaba que su eleccion fue hecha en Francfordia dentro de los muros de la ciudad, que era el lugar señalado de comun consentimiento de los electores para aquella eleccion. Que el de Colonia y el Palatino vinieron acompañados de gran número de soldados no como á eleccion, sino como á guerra, y porque ponian espanto, y parecia que querian hacer fuerza, fueron amonestados que desistiesen de aquel camino, y á exemplo de los otros príncipes con acompañamiento ordinario y competente entrase en la ciudad. Cargábanles que no quisieron conformarse, antes por nueva manera y perjudicial se juntaron á parte, cosa de grandes inconvenientes, y fuera de la ciudad como en los reales hicieron su eleccion. Esta era la principal nulidad en la eleccion de Ricardo. Que los príncipes que estaban en la ciudad, aguardaron hasta tanto que hobo esperanza que se podrian reducir a mejor consejo, y dexada aquella porfia, concordarse con la razon y con los demas: perdída la esperanza, a postrero de marzo por voto del arzobispo de Treveris y del duque de Saxonia, que tenia otrosí el voto del marques de Brandemburg, que ausente estaba, como su vicario, y tambien por voto del Rey de Bohemia, cuyo embaxador con derecho de

votar estuvo presente en la dieta, fue elegido por Rey de romanos don Alonso Rey de Castilla. Estos eran los principales fundamentos de la una parte y de la otra: otros alegaban de menor quantía, como delitos y excesos, que los unos oponian contra los otros, sin que en ellos se engañasen, mayormente contra el arzobispo de Treveris se alegaba estar descomulgado, y por tanto privado de voto, á causa de nuevas y extraordinarias imposiciones que derramaba sobre sus vasallos. La otra parte contraponia que el arzobispo de Colonia hirió al cardenal de San Jorge legado del Pontífice romano, y prendió un obispo. Asi mismo que el conde Palatino maltrataba en muchas mane.. ras las personas eclesiásticas, lo qual no era lícito: mas, que contra la sacrosanta magestad de los Pontífices y de la iglesia en las revueltas pasadas se allegó al Emperador Federico y á su hijo Conrado. Este pleyto comenzó en tiempo del Papa Alexandro Quarto: no se pudo componer por su autoridad y juicio como fuera justo, y los que mejor lo sentian, lo deseaban á causa que cada qual de las partes como quier que pretendiese ser de su derecho cierto, no queria (mal pecado) pasar por juicio ni sentencia de alguno, ni comprometer la diferencia, porque no pareciese con esto hacían dudosa su causa; mas aina cuidaban poner el negocio en el trance de una batalla, y pleytear con las armas asi suyas como de los príncipes de Alemaña sus valedores y aliados. Gran mal por esta causa se aparejaba á la christiandad, si ambos príncipes no detuvieran y enfrenaran otros negocios domésticos. A don Alonso le fue impedimento estar tan lexos España; y unas dificultades que naciań y se trababan de otras, le detuvieron en su reyno : demas naturalmente era irresoluto, y tenia esperanza que con artificio y maña se podria dar conclusion á aquel

que

debate. Ricardo no pudo tomar las armas a causa que las cosas de Ingalaterra andaban muy alteradas con la guerra que se hacía en Francia con todas las fuerzas de la una y de la otra nacion, en especial que falle ció el sexto año despues que se llamó Emperador. El fin en que paró toda esta contienda y su remate se declarará en otra parte mas adelante.

CAPITULO XI.

Los grandes de Castilla se alteraron contra el Rey don Alonso.

Tenia el Rey don Alonso condicion mansa, ánimo grande, mas deseoso de gloria que de deleytes: era dado al sosiego de las letras, y no ageno de los negocios, pero poco recatado, y de maravillosa inconstancia en su manera de proceder: codicioso de allegar dinero, vicio que si no se mira bien, causa muy graves daños, como entonces sucedió, que perdió las voluntades del pueblo, y no supo ganar las de los grandes. Con' deseo pues de huir el ocio, que es muy a propósito para sembrar chismes y levantar murmuraciones, tomó las armas contra el Anda lucía, y divididas sus gentes, trataba con diversas bandas de apoderarse de los pueblos que quedaron en poder de moros. El mismo ganó á Xerez, don Enrique su hermano á Arcos y a Nebrixa, pueblo situado en los esteros de Guadalquivir por aquella parte que con grandes acogidas de agua se derrama en el Océano. En Xerez fue puesto por gobernador don Nuño de Lara, hombre de antiguo y noble linage, mas ya casi acabado por la floxedad ó contumacía de sus antepasados. Ofrecíase muy buena ocasion de desarraygar por toda aquella comarca las reliquias

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