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HISTORIA GENERAL

DE ESPAÑA.

LIBRO UNDÉCIMO.

CAPITULO

PRIMERO.

Como los Almohades vinieron á España.

Una nueva entrada que los Almohades hicieron en

España, gente bárbara y fiera, hemos de contar: un nuevo reyno que en Africa y en España se fundó por estos tiempos, nuevas asonadas de guerras sangrientas, con cuyas olas la república christiana fue trabajada: maravillosos y extraordinarios juegos de la fortuna mudable hasta tanto que ganada una victoria se

ñalada, y la mas ilustre que en aquella sazon hobo en el mundo, las fuerzas de los moros mucho se enflaquecieron y quebrantaron. Tenia el imperio de los moros en Africa y en España Albohali, príncipe del linage de los Almoravides como arriba queda declarado, en el qual tiempo un cierto hombre llamado Tumerto en Africa, muy docto asi bien en las demas partes de astrología como señalado en pronosticar por el nacimiento de cada uno la vida, ingenio, costumbres y accidentes que habia de tener (que es una

TOMO III.

ciencia vanísima) considerado el rostro de un mozó llamado Abdelmon, de cuerpo membrudo, y muy animoso, y por el aspecto de las estrellas, sin embargo que era de muy baxo-suelo tanto que su padre era ollero, le pronosticó sería Rey de su nacion: que asi lo mostraba el cielo, y tales eran sus hados, cuya fuerza no poderse quebrantar, la gente y nacion de los moros está muy persuadida. Abríanse las zanjas de una fábrica muy grande. Sucedió muy a propósito para sus intentos que un gran predicador de la ley mahometana en aquella sazon tenido por hombre de santa vida y de doctrina singular, llamado Almohades, introduciendo y publicando nuevas declaraciones de la ley despertaba y alborotaba los ánimos de la muchedumbre, mudable de ingenio, principalmente en Africa, y deseosa grandemente de novedades. A este como quier que Tumerto persuadiese su pronóstico, , y él ó de verdad lo creyese asi, ó lo mostrase, trataron entre si de mudar el estado de aquel reyno. No hay trama mas engañosa en la aparencia que el pretexto y capa de la mala religion, quando se usa della para dar cubierta á otras maldades: ni hay cosa mas perjudicial en la república que alterar la fé y religion que los mayores abrazaron. Asi de todo tiempo consideramos haberse destruido grandes imperios por la diferencia en la religion, porque dividido el pueblo en parcialidades, de la contienda y de las palabras se pasa á enemistades descubiertas, y la una parte y la otra defiende sus opiniones con las armas sin parar hasta arruinallo todo lo que sucedió al presente, ca Almohades: por la mucha autoridad que tenia, persuadió á los que le seguian, tomasen las armas debaxo la conducta de Abdelmon, atropellasen -y destruyesen el reyno de los Almoravides, pues era legítimo el señorío que se fundára por fuerza destru

;

yendo a los Alavecinos, línage que descendia de Fatima hija mayor de Mahoma su profeta. Demas desto que si no sacudian de sí el imperio de los Almoravides, no podrian las opiniones que de la religion tenian abrazadas, pasar adelante que los intentos impíos y insultos de aquella ralea de gente era justo fuesen castigados y vengados con toda diligencia. Movidos por estas razones los del pueblo se determinaron á tomar las armas; pero como no fuesen diestros en la guerra, al principio quedaron vencidos en batalla por las armas y poder del Rey Albohali: sobrepujó el esfuerzo á la muchedumbre y canalla; mas en breve juntadas nuevas fuerzas, volvieron á la guerra, y no pararon hasta que, vencidos los Almoravides, dieron la muerte al Rey Albohali: Abdelmon sucedió en su lugar. En tiempo deste Rey los que seguian á Almohades, de quien se tomó el nombre de los Almohades, se apoderaron de aquel reyno y mudaron en él las leyes y costumbres antiguas: demas desto, dado asiento en las cosas de Africa, volvieron sus pensamientos á España. Tumerto se quedó en Africa con intento sus enemigos no tuviesen lugar de alterarse: el nuevo Rey Abdelmon y el profeta Almohades con mucha y muy buena gente pasaron á España, al principio sin hacer daño porque no desconfiaban que los de su nacion voluntariamente se les rendirian; que si entretenian su esperanza, y tomaban consejo diferente, venian determinados no escusar ninguna cosa de las que se pudiesen padecer ó temer, en fin usar de fuerza. Sucedióles como deseaban, que sin dificultad se persuadieron todos los moros que quedaban en España, de acomodarse con el tiempo, y recebir públicamente las nuevas opiniones y ritos que aquella gente abrazaba, esto con tanta aficion y con tanto odio asi de su antigua supersticion como de la religion christia

que

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na, que todas las cosas ordenadas por los Reyes moros pasados las trastrocaban y forzaban á las reliquias de los christianos, que mezclados con los moros como las estrellas en las tinieblas de la noche resplandecian, y vulgarmente los llamaban mozárabes, con tormenLOS que les daban de todas maneras para que dexasen la religion de sus padres. Muchos por este miedo se huyeron a tierras de christianos: entre los demas Clemente prelado de Sevilla, llegado á Talavera, falleció algunos años adelante por este tiempo en aquel lugar, persona santa y muy exercitado en la lengua arabiga: otros muchos oprimidos con el peso de los males obedecieron á los vencedores, de tal suerte que desde este tiempo pocos quedaron entre los moros que de nombre y de profesion fuesen christianos. Los Almohades, contentos de sugetar á su imperio los moros de España, no les pareció por entonces hacer guerra á los christianos, que eran poderosos por tierra y por mar; antes acordaron dar la vuelta a Africa donde tenian las principales fuerzas de aquella secta y parcialidad. Falleció el profeta Almohades en breve despues que volvieron, y cerca de Marruecos silla de aquel reyno por mandado del Rey le edificaron un magnífico sepulcro: la muchedumbre engañada con la muestra fingida de santidad, y con la fama, menzó á le honrar y hacer romerías á él por devo eion. Vinieron á España los Almohades año de nuestra salvacion de mil y ciento y cincuenta, del impe1150.rio de los árabes quinientos y quarenta y cinco. El arzobispo don Rodrigo pone seis años menos al fin de la historia de los árabes, pero sin duda lleva la razon de los años errada en esta parte.

CO

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CAPITULO II

Como murió don García Rey de Navarra.

En el mismo año que salió el Emperador don Alonso al encuentro á los Almohades, y talados los campos de Andalucía, puso cerco á Córdova despues que Abdelmon era vuelto a Africa, como yo sospecho, don García Rey de Navarra cerca de Lorca pueblo de su señorío de una caida de un caballo que dió en la caza sobre una peña, murió a los veinte y uno de noviembre, víspera de Santa Cecilia. Iba á la sazon de Estella a Pamplona mal enojado con no muy grande causa contra aquellos ciudadanos, y con resolucion de castigarlos; mas este'accidente le atajó les pasos y pensamientos. Reynó diez y seis años; los hijos que dexó, fueron estos: don Sancho, que luego le sucedió en el reyno, y se coronó en la iglesia mayor de Pamplona, do hizo enterrar á su padre, dona Blanca nuera del Emperador, y doña Margarita que casó con Guillermo Rey de Sicilia por sobrenombre el Malo. Hijos otrosí legítimos del Rey don García fueron don Alonso Ramirez señor de Castro el viejo, y doña Sancha, que casó primero con Gaston vizconde de Bearne, despues con don Gonzalo conde de Molina. La muerte de don García dió ocasion á los otros príncipes de nuevas alteraciones, en especial á don Ramon príncipe de Barcelona, y al Emperador don Alonso, no obstante los muchos vínculos de afinidad que con el muerto y con sus hijos tenia. Es asi que los Reyes en mas estiman ensanchar su señorio que ser alabados de humanos y de modestos: hacen caso con el deseo de mandar de lo que la fama puede hablar dellos y pensar los venideros, como, și con el poder presente se pudiese tambien apagar la

no

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