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suerte de agrura, y representa un parayso en la tierra: en nuestro tiempo el principal esquilmo y provecho es el que se saca de la seda, fruto de que se sustenta casi toda la ciudad. Estaba entonces muy pertrechada y fortificada: no solo tenian aquellos ciudadanos cuenta con la recreacion, sino se pertrechaban para la guerra, en particular tenian muy buena guarnicion de soldados; asi temian menos al enemigo: por el mismo caso los aragoneses sospechaban que el cerco duraria largo tiempo. Al principio se hicieron algunas escaramuzas con salidas que hacían los moros, en que siempre los christianos se aventajaban. No pasó mu

cho tiempo que los moros por la buena maña del Rey de Aragon, perdida la esperanza de poderse defender, ́se rindieron á partido y entregaron la ciudad. Por otra parte entre el Rey don Alonso y los de Granada en una junta que tuvieron en Alcalá de Benzayde, se hizo confederacion y concierto debaxo destas condiciones: el Rey de Granada se aparte de la liga y amistad del Rey Hudiel de Murcia: pague en cada un año cincuenta mil ducados, como antes acostumbraba; al contrario el Rey don Alonso alce la mano de amparar en su daño los señores moros de Guadix y de Málaga, á tal empero, , que el Rey moro les otorgue treguas por espacio de un año: al Rey de Murcia si acaso viniese á poder de christianos, se le haga gracia de la vida. Tomado este asiento, el Rey don Alonso con deseo de tomar la posesion de la ciudad de Murcia, vuelto ya el Rey don Jayme luego que la rindió, su tierra, se apresuró para ir allá. En este viage en el lugar de Santistevan Hudiel Rey de Murcia le salió al encuentro, y echado á sus pies, pidió perdon de lo pasado: confesaba su yerro y su locura que le despeñó en aquellos males: pedia tuviese misericordia de su trabajo, y de tantas miserias como eran las en

que se hallaba. Por esta manera fue recebido en gracia y perdonado; mas que de alli adelante no fuese ni se llamase Rey, y se contentase con las heredades y rentas que le señalaron para sustentar la vida. El nombre de Rey se dió a Mahomad, hermano de aquel Abenhut de quien arriba se dixo fue muerto en Almería. Dexáronle solamente la tercera parte de las rentas reales; y que con lo demas acudiése al fisco real de Castilla. Este fue el remate desta guerra que tenia puesta la gente en gran recelo y cuidado.

CAPITULO XVI.

Que la Emperatriz de Grecia vino á España

En el mismo tiempo que el Andalucía y reyno de Murcia estaban encendidos con la guerra contra los moros, lo demas de España gozaba de sosiego, por lo menos las alteraciones eran de poco momento: cosa de maravilla por la diversidad de principados, y la grande libertad de los caballeros y del pueblo. Solo Gonzalo Yañez Bazan, persona principal entre los navarros, renunciado que hobo por públicas escrituras la naturalidad como en aquel tiempo se acostumbraba, en la frontera de Aragon con voluntad del Rey don Jayme edificó un castillo llamado Boeta; desde donde trajaba y hacía daño en los campos comarcanos de Navarra. La pesadumbre que por esta causa recebia aquella gente, se mudó en grande alegria por traer en el mismo tiempo á Navarra para poner entre las demas reliquias de la iglesia mayor de Pamplona una parte no pequeña de la corona de espinas que fue puesta en la cabeza de Christo Hijo de Dios. San Luis Rey de Francia les hizo donacion della: Balduino Emperador de Constantinopla, ya que iba de caida el

poder de los franceses en aquel imperio, por la falta de dineros que padecia, se la empeñó por cierta cantidad con que le socorrió. Esto le hizo aborrecible a sus ciudadanos por atreverse a privar aquella ciudad de una reliquia y prenda tan grande y tan santa. Esta corona se vee hasta el dia de hoy, y se conserva con gran devocion en París en la capilla santa y real de los Reyes de Francia: es á manera de un turbante, y della se tomó la parte que al presente se traxo á Navarra. Esto en España. De Italia venian nuevas que el año pasado el Rey Manfredo fue despojado del reyno y de la vida por Carlos hermano de San Luis Rey de Francia, y que como vencedor en su lugar se apoderó de aquellos estados. Urbano y despues Clemente IV. Pontífices romanos con esperanza y promesa de dalle aquel reyno le llamaron á Italia, y llegado que fue a Roma, le coronaron por Rey de Sicilia y de Nápoles. La batalla, que fue brava y famosa, se dieron cerea de Benevento, con que el poder y riquezas de los Normandos que tantos años florecieron en aquellas partes, quedaron por tierra. Concertó el nuevo Rey y obligóse de pagar cada un año á la iglesia romana en reconocimiento del feudo quarenta mil ducados, y que no pudiese ser Emperador, puesto que sin pretendello él le ofreciesen el imperio. El Rey don Jayme alterado como era razon por el desastre y. caida de Manfredo su consuegro, revolvia en su pensamiento en qué manera tomaria emienda de aquel daño. Asi apenas hobo dado fin á la guerra de Murcia, quando se partió á lo postrero de Cataluña para si en alguna manera pudiese ayudar á lo que queda ba de los Normandos, y apoderarse del reyno, que por la afinidad contraida con Manfredo pretendia ser de su hijo. En el entretanto don Alonso Rey de Castilla se ocupaba en aseutar las cosas de Murcia, lle

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1267.

marca,

var nuevas gentes para que poblasen en aquella co-
edificar castillos por todo el distrito para ma-
yor seguridad. No bastaba Castilla para proveer de
tanta multitud como se requeria para poblar tantas
ciudades y pueblos. De Cataluña hizo llamar y vinie-
ron muchos que asentaron en el nuevo reyno. No
dexaba asi mismo, no obstante lo concertado, de ayu-
dar de secreto á los de Guadix y á los de Málaga. Para
quexarse deste agravio, y que el Rey don Alonso no
guardaba lo concertado, el Rey de Granada en per-
sona vino á Murcia. La respuesta que se le dió, no
fue a su gusto; volvióse mas enojado que vino : oca-
sion con que algunos señores que de tiempo atrás ofen-
didos del Rey don Alonso se tenian por agraviados,
hablaron en secreto con el Moro, y le persuadieron

á que
de nuevo tomase las armas. El principal en este
trato fue don Nuño Gonzalez de Lara hombre de gran
ingenio, de grandes riquezas, y que tenia muchos
aliados. Pretendia que el Rey tenia hechos muchos
agravios á don Nuño su padre y a don Juan su her-
mano. Deste principio resultaron nuevas alteraciones
á tiempo que el Rey se prometia paz muy larga, y
estaba asaz seguro de lo que se trataba, tanto que era
ido á Villareal para ver los edificios y fábricas que en
el nuevo pueblo se levantaban. Dende despachó sus
embaxadores á Fraucia el año de mil y docientos y
sesenta y siete al Rey San Luis para pedille su hija
doña Blanca por muger para el infante don Fernando
su hijo mayor. Hecho esto, él se fue á la ciudad de
Victoria, para donde el Rey de Ingalaterra le tenia
aplazadas vistas, y prometido que en breve sería con
él, para tratar cosas y negocios muy graves. Todavia
no vino, sea mudado de voluntad, ó por no tener
lugar para ello; envió empero á Eduardo su hijo ma-
yor a tiempo que ya el Rey don Alonso era vuelto á

á

Burgos, y en sazon que la Emperatriz de Constantinopla, huida de su casa y echada de su imperio, vino á verse con el Rey: Balduino su marido y Justiniano patriarchâ, echados que fueron de Grecia por las armas de Michael Paleologo, en el camino segun se entiende cayeron en manos del Soldan de Egypto. La Emperatriz por nombre Marta con el deseo que tenia de librar á su marido, concertó su rescate en treinta mil marcos de plata. Para juntar esta suma tan grande fue primero á verse con el Padre Santo y Rey de Francia: últimamente llegada a Burgos el año del Señor sesenta y ocho deste centenario, suplicó al Rey 1268. su primo solamente por la tercera parte desta suma. El Rey se la dió toda entera; que fue una liberalidad, de mayor fama que prudencia, por estar los tesoros tan gastados. Lo que principalmente los señores le cargaban, ara que con vano deseo de alabanza consumió en esto los subsidios y ayudas del reyno, y para suplir sus desórdenes desaforaba los vasallos: los ánimos una vez alterados las mismas buenas obras las toman en mala parte. Algunos historiadores tienen por falsa esta narracion, y dicen que Balduino nunca fue preso del Soldan de Egypto. Nos en esto seguimos la autoridad conforme de nuestras historias, puesto que no ignoramos muchas veces ser mayor el ruido y la fama que la verdad. El Emperador Balduino, recobrada la libertad, por no poder volver a su imperio pasó a Francia, y en Namur ciudad suya y de los sus estados de Flandes pasó su vida: : por do parece que los condes de Flandes se pueden intitular Emperadores de Constantinopla no con menos razon que los Reyes de Sicilia pretenden el reyno de Jerusalem. Por un privilegio dado a los caballeros de Calatrava era mil y trecientos y dos, de Christo mil y docientos y sesenta y quatro, á diez y siete de octu

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