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amansaba, se asentaron treguas por espacio de dos años; el Rey de Marruecos hecho este concierto, desde Algecira, do tenia, sus reales y su gente, pasó en Africa. Don Sancho á gran priesa se fue a Toledo con color de visitar al Rey su padre, que poco antes de Francia por el camino de Valencia Ꭹ de Cuenca era llegado a aquella ciudad, fuera de que publica ba tener negocios del reyno que comunicar con él. Esta era la voz: el cuidado que mas le aquexaba, era de asentar el derecho de su sucesion, que pretendia encaminar con voluntad de su padre y de los grandes. Comenzóse á tratar este negocio: encargóse don Lope de Haro de dar principio á esta prática que dió mucho enojo al Rey don Alonso: llevaba mal se tratase én su vida tan fuera de sazon de la sucesion del reyno, junto con que se persuadia que conforme a derecho sus nietos no podian ser excluidos, y por el amor que en particular les tenia, pesábale grandemente que se tratase de hacer novedad. Mas por consejo del infante don Manuel su hermano, ya grande amigo de don Sancho, se determinó que se llamasen y juntasen cortes en Segovia, con intento que alli se determinase esta diferencia. Tratóse el negocio en aquellas cortes, y ventiladas las razones por la una y por la otra parte, en fin se vino á pronunciar sentencia en favor de don Sancho: si con razon ó conforme a derecho, ó contra él, no se sabe, ni hay para que aqui tratallo. Lo cierto es que prevaleció el respeto del pro comun, y el deseo del sosiego del reyno. Todos se persuadian que si don Sancho no elcanzara lo que pretendia, no reposaria ni dexaria á los otros que reposasen. Su edad era á propósito para el gobierno, su ingenio, industria y condicion muy aventajadas: el amor que muchos le tenian, grande, su valor muy señalado. Esto pasaba en Cas

reyno

tilla. En Aragon el Rey don Jayme usaba de toda diligencia para sosegar el alboroto de los moros, si pudiese por maña, y si no, por fuerza. Con este intento discurria por las ciudades, villas y lugares del de Valencia: hobo en diversas partes muchos encuentros; quándo los unos vencian, quando los otros. En particular al tiempo que el Rey estaba en Xativa, los suyos fueron destrozados en Luxen: el estrago fue tal y la matanza que desde entonces comenzó el vulgo a llamar aquel dia, que era martes, de mal agüero y aciago. Murió en la batalla Garci Ruyz de Azagra hijo de Pedro de Azagra señor de Albarracin, noble principe en aquel tiempo fue preso el comendador mayor de los Templarios. La causa principal de aquel daño fue el poco caso que hicieron del enemigo: cosa que siempre en la guerra es muy perjudicial. El Rey por la tristeza que sintió de aquella desgracia, y por tener ya quebrantado el cuerpo con los muchos trabajos, á que se llegó una nueva enfermedad que le sobrevino, dexó el cuidado de la guerra al infante don Pedro su hijo, y él se fue á Algecira, que es una villa en tierra de Valencia. Alli aquexado del mal y desafiuciado de los médicos, entregó de su mano el reyno á su hijo que presente estaba: dióle asi mismo consejos muy saludables para saberse gobernar. Esto hecho, él se vistió el hábito de San Bernardo con intento de pasar lo que le quedaba de vida en el monasterio de Poblete, en que queria ser enterrado. No le dió la dolencia tanto lugar, falleció en Valencia á veinte Ꭹ siete de julio: príncipe de renombre inmortal por la grandeza de sus hazañas, y no solo valiente y esforzado, sino de singular piedad y devocion, pues afirman dél edificó dos mil iglesias: yo entiendo que las hizo consagrar ó dedicar conforme al rito y ceremonia chris

tiana, y de mezquitas de Mahoma las convirtió en templos de Dios. En las cosas de la guerra se puede comparar con qualquiera de los famosos capitanes antiguos: treinta veces entró en batalla con los moros, y siempre salió vencedor, por donde tuvo sobrenombre y se llamó el Rey don Jayme el Conquistador. Reynó por espacio de sesenta y tres años: fue demasiadamente dado a la sensualidad, cosa que no poco escureció su fama. De la Reyna doña Violante tuvo estos hijos: don Pedro, don Jayme, don Sancho el arzobispo ya muerto, doña Isabel Reyna de Francia, doña Violante Reyna de Castilla, doña Costanza muger del infante don Manuel; otras dos hijas, María y Leonor, murieron niñas; todos estos fueron hijos legítimos. De doña Teresa Egidia Vidaura tuvo á don Jayme señor de Exerica, y a don Pedro señor do Ayerve, que a la muerte declaró por hijos legítimos, y llamó á la sucesion del reyno caso que los hijos de doña Violante no tuviesen sucesion. De otra muger de la casa de Antillon hobo á Fernan Sanchez, el que arriba contamos que fue muerto por su hermano. Deste descienden los de la casa de Castro, que se llamaron asi á causa de la baronía de Castro que tuvo en heredamiento. De Berenguela Fernandez dejó otro hijo llamado Pero Fernandez, á quien dió la villa de Hixar: de todos descendieron muy nobles familias en el reyno de Aragon. Lo que mas es de considerar, que en la sucesion del reyno sustituyó los hijos varones de doña Violante doña Costanza y doña Isabel sus hijas despues de los quatro hijos ar riba nombrados, y declarados por legítimos; pero con tal condicion que ni sus madres ni ninguna otra muger pudiese jamas heredar aquella corona. Dexó mandado a su hijo echase los moros del reyno por ser gente que no se puede jamás fiar dellos: mandamien

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to que si en aquella edad, y aun en la nuestra y de nuestros padres se hobiera puesto en execucion, se escusaran muchos daños, porque la obstinacion desta gente no se puede vencer ni ablandar con ninguna arte, ni su deslealtad amansar con ningunas buenas obras: no hacen caso de argumentos y razones, ni estiman la autoridad de nadie. El infante don Pedro dado que su padre era muerto, no se llamó luego Rey: solo se nombraba heredero del reyno en sus provisiones y cartas hasta tanto que se coronase, que se hizo en Zaragoza despues de apaciguados los alborotos de Valencia, y fue a diez y seis de noviembre: esta honra se guardó para aquella nobilísima y hermosísima ciudad: la Reyna tambien fue coronada, y los caballeros principales, hecho su pleyto homenage, juraron á don Alonso su hijo, que entonces era niño, por heredero de aquellos estados. A don Jayme hermand del nuevo Rey se dieron las islas de Mallorca y Menorca con título de Rey, como su padre lo dexo mandado en su testamento, y como arriba queda dicho que lo tenia determinado: diéronle otrosí el condado de Ruysellon y lo de Mompeller en Francia. Tuvo este príncipe por hijos a don Jayme, don Sancho, don Fernando, don Ppilipe. Esta division del reyno fue causa de desabrimientos y sospechas que nacieron entre los hermanos, que adelante pararon en enemistades y guerras. Quexábase don Jayme que le quitaron el reyno de Valencia, del qual le hizo tiempo atrás donacion su padre, y que por el nuevo corte que se dió, quedaba por feudatario y vasallo de su hermano, cosa que le parecia no se podia sufrir: su cólera y su ambicion sin propósito le aguijonaban, y aun le despeñaban sin reparar hasta tanto que le despojaron de su estado.

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CAPITULO III.

Que las discordias de Navarra se apaciguaron.

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Lo de Navarra no andaba mas sosegado que las otras partes de España, antes ardía en alborotos y discordias civiles: cada qual acudia al uno de los bandos. Philipo Rey de Francia como se viese encargado de la defensa y amparo del nuevo reyno, determinó de ir en persona á sosegar aquellas revueltas con mucha gente de guerra que consigo llevaba. Era el tiempo muy áspero, y las cumbres del monte Pyrineo por donde era el paso, cargadas y cubiertas de nieve: allegabase á esto la falta de los bastimentos á causa de la esterilidad de la tierra. Movido por estas dificultades él se volvió del camino, pero envió en su lugar á Carlos conde de Arras con la mayor parte y mas escogida de su gente. Era este caballero persona de grande autoridad por ser tio de la Reyna Juana: asi con su llegada hizo mucho efecto. El bando contrario maltratado por los franceses, junto a un pue blo llamado Reniega, se retiró á un barrio de Pamplona que se llama Navarrería: ibanles los franceses á los alcances y apretábanles por todas partes. Por esto Gareia de Almoravides caudillo de aquella gente, y en su compañía sus parientes y aliados con la escuridad de la noche por entre las centinelas contrarias se fueron por la parte que cada qual pudo, por poblados y despoblados, y se salieron de toda la tierra. Algunos dellos fueron á parar á Cerdeña, en que por haber hecho alli su morada hay generacion dellos el dia de hoy. Pamplona fue tomada de los enemigos, y le echaron fuego. Los que quedaron despues deste estrago escarmentados con el exemplo de los otros tuvieron por bien de sosegarse: otros acusado por

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