embajadores, al rey de Aragon para que fuese ó enviase lla y en el valor de sus soldados, se aprestasen á la baá tomar la posesion de aquel estado y provincia, como talla, la cual les presentaria luego que se apoderase de finalmente lo hizo. Almoida, y para combatillos les saldria al encuentro espacio de dos jornadas, confiado en Dios, que volveria CAPITULO V. por la justicia y por su causa. Deseaban los ingleses ve nir á las manos como gente briosa y denodada; entreDe la guerra de Portugal. teníalos empero la falta de caballos, que ni los traian en Una nueva tempestad y muy brava se armó en España la armada ni los podian tan en breve juntar en Portuentre Portugal y Castilla, que puso las cosas en asaz gal. La respuesta fué prender al rey de armas contra grande aprieto, y al rey don Juan en condicion de per- toda razon y derecho. Cerraba en esta sazon el invierder el reino. Ligáronse los portugueses y ingleses; jun no, tiempo poco á propósito para estar en campaña. Retaron contra Castilla sus fuerzas y armas. Pensaban tiróse sin hacer otro efecto el rey de Castilla, resuelto aprovecharse de aquel Rey por su edad, que no era mu de volver a la guerra con mas gente y mayor aparato cha, y no faltaban desconļentos, reliquias y remanen- | luego que el tiempo diese lugar y abriese la primavera tes de las revueltas pasadas. Los ingleses pretendian del año de 1382. Tornó el conde de Gijon, mozo liviaderecho y accion a la corona por estar casado el duque | no, á alborotarse; retiróse á Berganza para estar mas de Alencastre con la hija mayor del rey don Pedro; el seguro y con mas libertad; desamparáronle los suyos de Portugal llevaba mal que le hobiesen ganado por la | que llevó consigo. Esto y la diligencia de don Alonso mano y cortado las pretensiones que tenia á aquel reino de Aragon, conde de Denia y marqués de Villena, que de Castilla, á su parecer no mal fundadas, además que se puso de por medio, fueron parle para que se redujesc al rey don Juan tenia por descomulgado por sujetarse, á obediencia, y el Rey, su hermano, segunda vez le percomo seguia, al papa Clemente, ea en Portugal no reco donase. Al tercero por este servicio y por otros nombró nocian sino á Urbano. Aprovechóse de esta ocasion don por su condestable, cosa nueva para Castilla, entre las Alonso, conde de Gijon, para alborotarse conforme á | otras naciones y reinos muy usada ; crió otrosí dos masu condicion y alborotar el reino. Su hermano el rey riscales, que eran como los legados antiguos y los modon Juan, porque de pequeños principios , si con tiem dernos maestres de campo, sujetos al Condestable; espo no se alajan, suelen resultar muy graves daños, acu tos fueron Fernan Alvarez de Toledo y Pero Ruiz Sardió a la hora á Oviedo, cabeza de las Astúrias, para so miento. Pretendia el Rey, como prudente, con estas segar aquel mozo mal aconsejado. Junto con esto man honras animar á los suyos y juntamente hermosear la dó hacer gente por tierra, y armar por el mar para por república y autorizalla con cargos semejantes y preemientrambas partes dar guerra á Portugal y desbaratar nencias. Pasóse en esto el invierno; la masa de la gente sus intentos, por lo menos ganar reputacion. Los bulli | se hizo segunda vez en Simancas. La fertilidad de la cios del Conde fácilmente se apaciguaron, y él se alla- | tierra y su abundancia era á propósito para sustentar nó á obedecer; si de corazon, si con doblez, por lo de el ejército y proveerse de vituallas; luego que todo esadelante se entenderá. Hacíase la masa de la gente en tuvo en órden, el Rey con toda priesa se enderezó la Simancas. Acudió el Rey desde que supo que estaba vuelta de Badajoz por tener aviso que los enemigos todo á punto, marchó con su campo la vuelta de Portu pretendian romper por aquella parte y que eran llegagal, púsose sobre Almoida , villa que está á la raya, no dos á Yelves, distante de aquella ciudad tres leguas soléjos de Badajoz. El sitio y las murallas eran fuertes, y lamente. Traia el rey de Portugal tres mil caballos y los de dentro se defendian con valor, que fué causa de buen número de infantes. Los ingleses otrosí eran tres ir el cerco muy á la larga. Por otra parte, diez y seis ga mil de á caballo y otros tantos flecheros. En el campo leras de Castilla se encontraron con veinte y tres de de Castilla los hombres de armas llegaban á cinco mil y Portugal. Dióse la batalla naval, que fue muy memora- | quinientos caballos ligeros; el número de la gente de á ble. Vencieron los castellanos; tomaron las veinte ga pié era muy mayor, todos muy diestros, ejercitados en leras contrarias y en ellas gran número de portugueses | las guerras pasadas, acostumbrados á vencer, y sobre con el mismo general don Alfonso Tellez, conde de Bar todo con gran talante de venir á las manos y á las puñacelos. Fuera esta victoria asaz importante por quedar das y con las armas humillar el orgullo de los contralos de Castilla señores de la mar y los enemigos ame rios, que emprendian mayores cosas que sus fuerzas aldrentados, si el general castellano, que era el almiran canzaban. Todavía el rey de Castilla, por ser manso de te Fernan Sanchez de Tovar, la ejecutara á fuer de buen condicion y por no aventurar lo que tenia ganado en guerrero; pero él, contento con lo hecho, dió la vuel el trance de una batalla , acordó de requerir á los eneta á Sevilla, con que los portugueses tuvieron lugar de migos de paz. Para ello envió á don Alvaro de Castro rehacerse, y la armada inglesa tiempo de aportar á para avisar seria mas expediente tomar algun asiento en Lisboa, que fué el daño doblado. Todavía el rey don aquellas diferencias que poner á riesgo la sangre y la Juan, animado con tan buen principio y confiado que vida de sus buenos soldados; que la victoria seria de serian semejables los remates, acordó emplazar la bata poco provecho para el que venciose, y al vencido acarla á los contrarios. Escribióles con un rey de armas un rearia mucho daño; finalmente, que las prendas de cartel desta sustancia: que sabia era venido á Portugal amistad y parentesco eran tales, que debian antes del Emundo, conde de Cantabrigia, en lugar de su herma rompimiento atajar los males que ainenazaban y acorno el duque de Alencastre, acompañado de gente luci darse cuáles y cuán tristes podrian ser los remates si da y brava ; que si confiaban en la justicia de su quere- / una vez se ensangrentaban. Por esto juzgaba, y era así, que á cualquiera de las dos partes vendria mas á cuento ciudad de Yelves , en que poco antes se dio asiento en componer aquel debate por bien que por las armas. la paz. Esto pasaba en España al remate del año. En el Los ingleses daban de buena gana oidas á estas pláticas mismo tiempo en el Atica tenian sus rencuentros de arpor estar pesantes de haber emprendido aquella guerra mas los navarros y aragoneses sobre el principado de tan dificultosa y tan lejos de su tierra, si bien demás del Atenas y de Neopatria. Filipe Dalmao, vizconde de Roreino de Castilla que pretendian les ofrecian el de Por caberti, general de la armada aragonesa, allanó aquel tugal en dote de la infanta doña Beatriz, que pospues estado al Rey, ca mató y echó fuera de aquellas tierras tos los demás conciertos, daba su padre intencion de toda la gente de guarnicion de los navarros y dejó en casalla con Duarte, hijo de Emundo, conde de Canta ella con suficiente presidio á Roman de Villanueva que brigia. Tratose pues de concierto, en que intervinieron quedó por gobernador, con que él pudo dar la vuelta. personas principales de las dos naciones, por cuya in En Sicilia andaban tambien las cosas alteradas, porque dustria se conformaron en las capitulaciones siguientes: Artal de Alagon, conde de Mistreta, por la mucha auque doña Beatriz de nuevo desposase con el infante don toridad y poder que en aquella isla alcanzaba , queria á Fernando, hijo menor del rey de Castilla; pretendian su voluntad casar á la Reina y poner de su mano á quien por este camino que el reino de Portugal no se juntase él quisiese en el reino. A este fin llamó de Lombardia á con Castilla, como fuera necesario si casara con el hijo Juan Galeazo, que aun no era duque de Milan; pero él mayor; que los prisioneros y las galeras que se tomaron no pudo hacer este viaje ni acudir con presteza, porque en la batalla naval se volviesen al de Portugal; demás las galeras de Aragon los años pasados en el puerto de desto, que el rey de Castilla proreyese de armada y de Pisa le habian tomado su armada. Los señores de Siciflota en que los ingleses se volviesen á su tierra. Pu- lia llevaban muy mal que don Artal quisiese mandar dieran parecer pesadas estas capitulaciones al rey de tanlo, y que solo él pudiese mas que todos los demás Castilla, que se hallaba muy poderoso y pujante; mas juntos. Don Guillen Ramon de Moncada, comunicado ordinariamente cs acertado prevenir los sucesos de la su intento con el rey de Aragon, de secreto entró en guerra, que pudieran ser muy perjudiciales para Espa Catania , y apoderándose de la Reina , la llevó á Augusña, y no hay alguno tan amigo de pelear que no huelgue ta, que era una de las fuerzas de su estado, fuerte por mas de alcanzar lo que pretende con paz que por medio | su sitio, que está sobre la mar, por sus murallas y por de las armas. Por todo esto el de Castilla se inclinó á la la grande guarnicion que en ella puso de catalanes que paz y aceptar aquellos partidos, y aun entregó al de el Rey le envió con el capitan Roger de Moncada. Don Portugal en rehenes personas muy principales para se Artal, visto que con esto le burlaban sus trazas, acuguridad que se cumpliria enteramente lo concertado; dió con furor y rabja. Púsose sobre Augusta y combacon que por entonces se impidió la batalla y juntamen tíala por tierra y por mar. Avino muy á propósito que te se dió fin á aquella guerra , que amenazaba grandes Dalmao, á la vuelta de Grecia , aportó á Sicilia. Supo lo males. que pasaba , y con su armada forzó al enemigo á alzar CAPITULO VI. el cerco; con tanto puso á la Reina en sus galeras, tocó á Cerdeña, y finalmente llegó con ella á salvamento á De la muerte del rey de Portugal. las riberas de España. La Reina casó adelante en AraEl contento que resultó destas paces se destempló gon, con que á cabo de años los reinos de Sicilia v Aramuy en breve por causa de algunas muertes que se si gon se volvieron á juntar con nudo muy mas fuerte y guieron de grandes personajes; tal es nuestra fragili mas duradero que antes. Don Carlos, hijo mayor del dad. El rey don Juan se fué al reino de Toledo, y estaba rey de Navarra , lodavía le tenian arrestado en Francia. enfermo en Madrid, cuando murió en Cuellar, villa de Intercedió el rey de Castilla para que el Francés le puCastilla la Vieja, su mujer la reina doña Leonor de par siese en libertad, el cual otorgó con ruegos tan justos; to de una hija , que vivió pocos dias. El sentimiento y con esto aquel Principe junto con el deudo, ca eran cullanto del Rey y de todo el reino fue extraordinario |ñados, quedó tan obligado y reconocido, que por toda por ser ella un espejo de castidad y santidad; sepulta la vida con muy buen talante acudió a las cosas de Casron su cuerpo en Toledo en la capilla de los Reyes. Esta tilla. Llegó á Pamplona por principio del año que se muerte dió ocasion al rey de Portugal de tomar nuevo contó de Cristo 1383. Regocijaron su veuida todos los acuerdo y alterar el primer capítulo de los conciertos de aquel reino como era razon. El Rey, su padre, eso pasados. El rey de Castilla, aunque tenia dos hijos, que mismo con la edad se mostraba mas cuerdo y emendaba daba viudo y en la flor de su edad. Envióle embajadores con buenas obras las culpas de la vida pasada. En Pampara ofrecerle por mujer á doña Beatriz, su hija. Pa plona y en otros lugares quedan memorias desta murecióle que con este vínculo se daria mejor asiento á la danza de vida, con que procuraba aplacar á Dios, y nueva amistad y á la sucesion del reino de Portugal; acerca de los hombres borrar la infamia y mala voz que que era cosa larga esperar que el infante don Fernando corria de sus cosas por todas partes. Cargábanle por fuese de edad para casarse, y que en el entre tanto po lo menos que trató de dar yerbas al rey de Francia, su dian intervenir cosas que impidiesen el casamiento y cuñado, á los duques de Borgoña y de Berri y al condesbaratasen todas las tražas , concertáronse pues muy de de Fox; si con verdad ó levantado, lo que mas creo, fácilmente. Entre las demás capitulaciones fué una que no se puede averiguar; lo cierto es que aquellos rumopor muerte del rey don Fernando gobernase á Portu res le hicieron grandemente y en todas partes odioso. gal la Reina viuda hasta tanto que la Infanta tuviese Las bodas del rey de Castilla con la infanta de Portuhijo de edad competente. Señalóse para las bodas la gal se celebraron en el lugar señalado; el concurso de las dos naciones faé grande, las fiestas y regocijos al tan- | bien que con poco concierto pretendían que de su nato, si bien el rey de Portugal no se pudo hallar por causa cion fuese alguno nombrado por rey; los hombres, las de estar a la sazon doliente. El conde de Gijon don mujeres, los niños en secreto y en públicos corrillos de Alonso, conforme á sus mañas , volvia á revolver la fe- ninguna otra cosa trataban. Los señores tuvieron junta ria en las Astúrias, mozo mal inclinado y bullicioso. | en Lisboa sin se acabar de resolver en un negocio tan Envió el Rey alguna gente que allanasen aquellos al- grave. El miedo hacia por el rey don Juan de Castilla, borotos, y él dió la vuelta para Segovia á tener Cortes | el antojo los volvia contra él; dos malos consejeros y á sus vasallos. Los bullicios de las Astúrias fácilmente perjudiciales. Algunos principales de secreto por carse sosegaron, y el Conde se redujo al deber. En las Cor tas le convidaban con la posesion de aquel reino coo intes ninguna cosa se estableció, que se sepa , de mayor lento de granjear la gracia del nuevo Príncipe mas que momento, salvo que á imitacion de los valencianos, que por deseo del pro comun. Entre estos fué uno don Juan, en esto ganaron por la mano á los demás pueblos de Es el maestro de Avis, de suso nombrado, todo con artipaña, se hizo una ley en que se ordenó trocasen la ma | ficio y maña por no tener aun granjeadas para sí las nera de contar los años que antes usaban por las eras voluntades del pueblo. Las trazas de los que andaban de César en los años del nacimiento de Cristo, como de mala y los deseños que con la presteza se debieran hasta hoy se guarda. Celebrábanse estas Corles cuando cortar, con la tardanza se hicieron fuertes y prevalecieen Lisboa falleció el rey don Fernando de Portugal de ron. Gastábase el tiempo en Castilla en consultas y deuna larga dolencia que al fin le acabó en 20 de octu- bates; así se les salió la buena ocasion de entre las mabre. Vivió cuarenta y tres años, diez meses y diez y dos para nunca mas volver. Los pareceres eran diferenocho dias; reino diez y seis años, nueve meses y diez tes, como suele acontecer; unos sentian que se debia dias. Púdose contar entre los buenos principes por su esperar hasta tanto que por comun acuerdo de los princondicion muy suave, su mansedumbre y elocuencia, cipales y del pueblo el Rey fuese llamado á recebir la si no se ponen los ojos en la infamia de su casa. En el | corona. Alegaban que al no se podia hacer á pena de ser gobierno se señaló mas que en las armas por la larga perjuros, pues en los asientos próximos de la paz jurapaz de que gozó en su reinado. Su cuerpo enterraron ron que dejarian la gobernacion del reino á la Reina en Santaren en el monasterio de los franciscos junto al viuda basta tanto que dona Beatriz tuviese algun hijo sepulcro de su madre la reina doña Costanza. Cerdeña | en edad que pudiese gobernar á Portugal. Los de mas no acababa de sosegar. Hugo Arborea, hijo de Maria sano consejo y mas avisados decian que en tanta alterano, llevaba adelante las pretensiones de su padre, y cion del reino las armas eran las que habian de allanar, continuaba en la codicia y trazas de hacerse rey, mal que de voluntad no harian cortesía los portugueses. incurable. Era de condicion intratable y fiera; por esto Tomóse un acuerdo medio que fué de ningun momensu misma gente se hermano contra él, y le dieron muer to, antes perjudicial, de ir ni bien de paz ni bien de te, ejecutando en él los tormentos y crueldades de que guerra , esto es, que fuese el Rey delante de paz, y tras él mismo contra otros usara ; que fué justo juicio de dél fuese el ejército para allanar los rebeldes y mal inDios. Con su muerte se pensó tendrian fin aquellas re- tencionados. El obispo de la Guardia, que es en la raya vueltas; por esto Brancaleon Doria, que en las guerras de Portugal, estaba en servicio de la Reina. Diósele el pasadas sirviera muy bien al Rey, acudió á Aragon para Rey, su padre, para que con él comunicase todos sus dar traza á sosegar la isla. Echáronle empero mano á secretos. Este Prelado se ofreció de dar llana al Rey su causa que su mujer Leonor Arborea , dueña de pecho ciudad. Antes de acometer esta jornada era necesario varonil, pretendia con las armas vengar la muerte de atajar en Castilla los siniestros intentos de algunos. A su hermano y recobrar el estado de su padre; sujetaba don Juan, hermano legítimo del Rey difunto de Portuotrosí por toda aquella isla fortalezas y plazas, ya por gal, que se habia pasado á Castilla por miedo de la Reifuerza; ya de voluntad. Llevaron á su marido Branca na, como está dicho, puso el Rey en el alcázar de Toleon con la guarda necesaria para sosegar á su mujer y ledo como en prision, no por otro crímen, sino porque hacella que viniese en lo que era razon. No pudo alcan- su nobleza y derecho, que podia pretender á aquel reino, zar cosa alguna della , si bien usó de toda la diligencia hacian que dél se recalasen. Al conde de Gijon le puque pudo ; así él estuvo mucho tiempo arrestado en la sieron en prisiones en el castillo de Montalvan, no léciudad de Caller sin poder salir della; y el partido de jos de Toledo, porque despues de perdonado tanlas veAragon iba de caida por estar el Rey embarazado con ces, se carteaba con los portugueses y trataba de rebeotros cuidados que mas le aquejaban y no acudir con Jarsc; confiscáronle otrosí todos sus bienes y estado. presteza a las necesidades de aquella guerra como fuera Encomendóse su guarda á don Pedro Tenorio, arzoconveniente. bispo de Toledo, por cuyo órden estuvo mucho tiempo CAPITULO VII. preso en el castillo de Almonacir, tres leguas de Tole do. Asentadas todas estas cosas, el Rey y la Reina se Que el rey de Castilla entró en Portugal. fueron á Plasencia, y de allí con priesa pasaron á PorCon la muerte del rey don Fernando de Portugal se tugal. Los sacerdotes de la Guardia, como lo prometió recrecieron nuevas y muy sangrientas guerras entre el Obispo, los salieron á recebir con cruces y capas de Portugal y Castilla. La gente plebeya y aun la princi- iglesia, en altas voces dándoles el parabien del nuevo pal por el odio que á Castilla tenia , como suele aconte reino y rogando a Dios le gozasen por largos años. El cer entre reinos comarcanos, no podia llevar que reyalcaide de la fortaleza hizo resistencia por no estar deextraño los mandase. El deseo de libertad los encendia, / terminado en lo que debia hacer hasta ver el suceso de
aquellas alteraciones y qué partido tomarian los demás. | de mala sonada que grande , y principio del cual el pue- CAPITULO VIII. Del cerco de Lisboa. |