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SUMARIO

DE LO QUE ACONTECIÓ LOS AÑOS ADELANTE.

AÑO 1515.

EL nuevo rey de Francia Francisco, luego que dió órden en las cosas de aquel reino, como era mozo y de condicion ardiente, con intento de hacer guerra en Italia, juntadas todas sus fuerzas, pasó los Alpes, venció y prendió al principio á Próspero Colona, que con la caballería pretendia impedirle el pasar adelante. Despues se apoderó de Novara con su castillo por industria principalmente del conde Pedro Navarro', que enfadado de la larga prision y que no le rescataban, se habia pasado á la parte de Francia. Movió el rey Francés con sus gentes la vuelta de Milan; estaban con el duque Maximiliano los esguízaros, Ramon de Cardona, ausente en Verona, en Plasencia Lorenzo de Médi- ́ cis, caudillo que era de las gentes del Papa; pero como no acudiesen á tiempo, lo que en todas maneras debieran hacer, los esguízaros salieron al Rey al encuentro, y dado que la batalla fué tan porfiada y tan dudosa, que duró todo el dia y parte de la noche, al amanecer, por cierto miedo que sobrevino á los esguízaros de que venian nuevas gentes á los enemigos, fueron vencidos y desbaratados. El Duque dentro del castillo, donde se recogió, vino en poder de los enemigos, y enviado á Francia, á ejemplo de su padre, estuvo allí todos los dias de su vida. Dióse esta memorable batalla á 13 de setiembre.

Grande era el daño que con esto se recibió en Italia, tanto, que los españoles, poco antes vencedores, perdida la Lombardía y estado de Milan, comenzaban á dudar del reino de Nápoles. El mismo rey Católico de todas partes se apercebia de gentes y de ayuda, dado que á la misma sazon quiso prender á Gonzalo Hernandez, gran capitan, porque con otros señores pretendia pasarse á Flandes.

AÑO 1516.

Siguióse la muerte del mismo rey Católico don Fernando, que falleció en Madrigalejo, cerca de Trujillo, camino que iba de Sevilla, á 23 de enero, de enfermedad de hidropesia, la cual le habia trabajado no pocos meses. Dicese que la famosa campana de Vililla habia dado señal deste fallecimiento, mensajera de cosas

grandes y de muertes de reyes, como se tiene en Aragon comunmente. Nombró por su heredero á don Cárlos de Austria, su nieto; á don Fernando, su hermano, mandó la ciudad de Taranto y algunas otras tierras en el reino de Nápoles. Dejó por gobernadores hasta que don Carlos viniese, en Castilla al cardenal de España, arzobispo de Toledo; en Aragon á su hijo el arzobispo de Zaragoza. Ordenó que el duque de Calabria don Fernando fuese puesto en libertad y le señalasen rentas con que sustentase su casa y estado. Los cuerpos suyo y de la Reina fueron enterrados en Granada en la iglesia mayor como tambien lo dejó el mismo Rey en su testamento mandado. Verdad es que por letras y patentes secretas del nuevo rey don Cárlos la gobernacion de Castilla se encargó hasta su venida al cardenal de España, y junto con él á Adriano, dean de Lovaina y maestro que fué del dicho Príncipe, el cual, no obstante que su madre era viva, en las provisiones y cartas se comenzó desde luego á llamar rey, sin que en ello viniesen las cabezas del reino; traza que se continuó por ser cosa peligrosa hacer resistencia á la voluntad del Príncipe y contrastar con su deseo.

Lo de Navarra tenia á los nuestros puestos en cuidado no se revolviese aquella provincia, y en aquella ocasion de la mudanza del Príncipe muchos se declarasen por los reyes antiguos. Por esta causa nombraron por capitan y gobernador de aquel reino á don Antonio Manrique, duque de Najara, persona muy á propósito para todo lo que sucediese, por los muchos aliados que tenia entre aquella gente y estar su estado muy cerca; sin embargo, don Pedro de Navarra, mariscal de aquel reino y marqués de Cortes, levantó algunos bullicios; pero no fueron de mucho momento, porque fué preso y enviado á Simancas, donde pasó lo que de vida le quedaba privado de libertad. Demás desto, todos estos intentos se desbarataron por la muerte del rey don Juan de Labrit, que falleció en su estado de Bearne dia mártes á 19 de junio.

AÑO 1517.

Siguióse ocho meses adelante la muerte de la Reina, su mujer; los cuerpos del uno y del otro sepultaron en

Lescar, ciudad de Bearne, en la iglesia de Santa María, dado que ellos en sus testamentos se mandaron enterrar en Pamplona como reyes de Navarra y como en continuacion de su derecho, que era pequeño alivio del estado que les quitaban. Enrique de Labrit, hijo y heredero destos príncipes, así en sus estados como tambien en la pretension de recobrar por las armas aquel reino, les sucedió.

En Lisboa por el mes de marzo falleció doña María, reina de Portugal, en la flor de su edad; su muerte fué de parto; el cuerpo sepultaron en el monasterio de la Madre de Dios de aquella ciudad. Dejó estos hijos: don Juan, el mayor, doña Isabel, doña Beatriz, don Luis, don Fernando, don Alonso, que fué cardenal, don Enrique, cardenal y rey, don Duarte, sin otros dos que murieron niños.

Adriano Florencio, natural de Utrech, ciudad en los estados de Flandes, dean que era de Lovaina y obispo de Tortosa en España, fué en Roma criado cardenal á los 27 de junio.

El nuevo rey don Cárlos de Austria aportó, á 19 de setiembre, con la armada en que venia á Villaviciosa, pueblo de las Astúrias. Salióle al encuentro el cardenal de España; pero llegado que hubo á Roa, pasó desta vida veinte y nueve dias adelante. Su cuerpo fué sepultado en el colegio de San Ilefonso de Alcalá de Henáres, el cual edificó á su costa desde los cimientos, y dotó de gruesas rentas como albergo de las letras y de toda suerte de crudicion; la traza fué la de la Universidad de Paris; sea licito comparar las cosas medianas á las muy grandes; el provecho á lo menos ha sido muy colmado por la mucha juventud que á aquella escuela concurre y por las personas señaladas que de ella siempre han salido. Fué arzobispo veinte y dos años. Sucedióle en el arzobispado el cardenal Guillelmo de Croy, flamenco.

Pero este año fué señalado, y no menos desgraciado, especial por dos cosas que en él sucedieron. Estas fueron haberse acabado el imperio de los soldanes de Egipto, y levantado la herejía perjudicial de Martin Lutero. Estuvo Egipto sujeto al imperio de los romanos hasta el emperador Heraclio, en cuyo tiempo el falso profeta Mahoma sujetó aquella provincia por las armas, despues de cuya muerte tuvieron el señorío los califas, que, como él lo dejó ordenado, juntamente gobernaban las cosas sagradas y la república. Duró esto hasta la guerra de la Tierra-Santa cuando el rey de Jerusalem Amalarico, apoderado de la ciudad de Damiata, que antiguamente llamaron Pelusio, puso en tanta apretura al Califa, que le fué necesario pedir gente de ayuda al soldan de Siria. Fué por capitan destos socorros y por caudillo un hombre llamado Saracon. Este en premio de su trabajo se apoderó del imperio de Egipto con dejar á los califas solamente el cuidado de las cosas sagradas. Hijo de Saracon fué Saladino, soldan de Egipto y de Siria, el cual con las muchas victorias que ganó y con apoderarse de Jerusalem, redujo en Siria las cosas de los cristianos á grande apretura. No mucho despues Melechsala, que sucedió en aquel imperio, por hallarse falto de fuerzas para resistir á los nuestros y á sus intentos, se ayudó de muchos esclavos

comanos, que compró de los scitas, y con su ayuda acabó así muchas otras cosas, como tambien prendió dentro de Damiata al rey Luis santo de Francia. Estos esclavos, dado que hubieron la muerte á Melechsala, su señor, se apoderaron del reino, y nombraron de entre ellos mismos por rey uno, llamado Turquemenio, con condicion que ni él dejase el imperio á sus decendientes, ni los demás esclavos el oficio de soldados á sus hijos, sino que fuesen soldados los que, siendo hijos de padres cristianos, hubiesen renegado de nuestra santa fe, que llamaron mamelucos, y que estos de entre sí eligiesen el que hubiese de ser rey. Continuóse esta manera de gobierno por espacio de muchos años hasta tanto que Caietbeio, esclarecido por muchas victorias que ganó de los turcos, gobernó aquel imperio en tiempo del rey católico don Fernando. Campson, sucesor suyo, despues que los turcos vencieron á los persianos cerca de la ciudad de Tarvisio, por recelo que tenia no acometiesen lo de Siria, el año pasado, como hiciese guerra en la Asia, en una batalla que se dió cerca de Damasco, fué vencido y muerto por el gran turco Selin. Pusieron en su lugar los soldados á Tomumbeio, el cual junto al Cairo en una nueva batalla que se dió fué vencido; y tomada la ciudad por los turcos, le pusieron en un palo; con esto el gran Turco, quedando vencedor sin resistencia, acabadas cosas tan grandes, se apoderó de las provincias de Siria y Egipto, y acrecentó con esto en gran manera el poder de su nacion y su estado.

La ocasion que Lutero tuvo para su malvado intento fué esta el pontífice Julio comenzó la fábrica nobilísima del templo Vaticano. Leon X, que le sucedió, para llevar adelante lo comenzado, hizo publicar por todo el mundo un jubileo para todos los que acudiesen con cierta limosna para aquella fábrica. Alberto, arzobispo de Maguncia, que tenia á su cargo el publicalle en Alemaña, dió este cuidado á Tezelio, fraile de Santo Domingo. Fué así, que en Witemberga, ciudad de Sajonia, el duque Federico poco antes fundó una universidad. Martin Lutero, fraile de San Agustin, á la sazon catedrático allí de escritura, desde el púlpito amonestó al pueblo no se dejasen burlar de los engaños de los bulderos; que la mercadería de Roma no era de tanto valor que no se pudiesen los dineros emplear en otra cosa con mas ganancia. Destos principios, como muchos le oyesen de buena gana, su locura se aumentó de tal suerte, que por su medio se emprendió casi en todo el mundo tal fuego, que en muchos años no se podrá apagar. El acudir muchos al remedio, por ventu ra no con tanta prudencia, fué ocasion que el mal sc enconase; que si le despreciaran, por ventura se cayera y no pasara adelante; pero las cosas pasadas mas fácilmente se reprehenden que se mudan. De años atrás estaba aquella gente preñada por los abusos y vicios que se vian donde y en quien menos fuera razon. Brotó el mal humor con esta ocasion y por medio deste fraile. La virtud todo lo asegura, el vicio lo desbarata. No prestan armas ni repuesto cuando el pueblo se levanta.

AÑO 1518.

con

Doña Leonor, hermana del rey don Cárlos, casó con don Manuel, rey de Portugal; las bodas se celebraron al fin deste año en Ocrato, pueblo de Portugal, grandes regocijos y aparato. Nacieron deste matrimonio don Carlos, que vivió poco, y doña María, que vivió muchos años, y murió sin tomar estado.

Tratóse de dividir el arzobispado de Toledo en muchas partes por ser tan grande, y en particular de po-ner obispos propios en Madrid y en Talavera; sobre lo cual el pontífice Leon expidió su bula á 23 de julio, en que cometia al cardenal Adriano y al obispo de Cosencia, su runcio en Castilla, y á don Alonso Manrique, obispo de Ciudad-Rodrigo, que hiciesen informacion para ver lo que convenia. Halláronse muchas dificultades, tanto, que fué necesario desistir desta plática.

AÑO 1519.

El emperador Maximiliano en Belsio, pueblo de Bàviera, pasó desta vida á 12 del mes de enero. Juntáronse los electores en Francfordia para nombrar sucesor, y dado que muchos pretendian ser elegidos con grandes negociaciones, principalmente de parte de Francisco, rey de Francia, por voto de los electores fué antepuesto á todos don Cárlos, rey de España, á 28 de junio; mas por cuanto los reyes de Nápoles no podian aceptar el imperio por prohibicion que dello tenian de los pontifices romanos, alcanzó dispensacion del Papa con condicion que cada un año, por el reino de Nápoles, fuese obligado á pagar siete mil escudos y una hacanea blanca, como se hace. No parece se efectuó esto enteramente hasta el tiempo de algu nos años mas adelante.

AÑO 1520.

Tuvo nueva de su eleccion en la ciudad de Barcelona, desde donde atravesada toda España, por el mes de marzo se hizo á la vela en la Coruña, y llegado á Flandes, en Aquisgran tomó la primera corona del imperio á 22 de octubre de mano del arzobispo de Colonia, como se acostumbra. Juntamente hizo de su voJuntad donacion á don Fernando, su hermano, de Austria y de los demás estados de su abuelo el emperador Maximiliano. Quedaron por gobernadores de Castilla el cardenal Adriano y el condustable Iñigo de Velasco y el almirante don Enrique Enriquez. No les faltó diligencia para sosegar la gente popular, que andaba alterada; pero con todo su cuidado no fueron parte para que no acudiesen á las armas, de donde resultaron las Comunidades, guerra muy nombrada en España. Quejábanse que por la avaricia de los flamencos todo el oro de España se habia desaparecido, y con su gobierno muy pesado y riguroso la libertad del reino estaba oprimida, los fueros y leyes quebrantadas. Era así, que Cárlos de Gevres, ayo del nuevo Rey, no contento con hacer despues de la muerte del cardenal don fray Francisco Jimenez á su sobrino, hijo de su hermana, Guillermo de Croy arzobispo de Toledo, con diferentes mañas rebañara la moneda de oro y doblones de dos caras, muy subidos de ley. Los mas princi

pales caudillos de las Comunidades fueron Juan de Padilla, uno de los mas principales caballeros de Toledo, y don Antonio de Acuña, obispo de Zamora. Juntáronse con ellos muchas villas y ciudades. Vinieron á las manos los comuneros y los reales en muchas partes sin declararse del todo la victoria por la una ni por la otra parte, hasta tanto que por fin deste año los reales ganaron á Tordesillas, donde los comuneros estaban fortificados, y tenian en su poder á la reina doña Juana, y poco adelante, á 23 de abril del año siguiente, se dió la batalla del Villalar, donde los comuneros fueron vencidos y presos sus caudillos principales, es á saber, Juan de Padilla, Bravo y Maldonado, de los cuales se hizo justicia, y aun al mismo obispo de Zamora dieron garrote en Simancas, donde le tenian preso. Con esto en gran parte se dió fin á esta guerra y se sosegaron estas alteraciones, mediante la gran prudencia y autoridad del Consejo real, á quien en todo se remitia el Emperador. Y doña María Pacheco, mujer de Juan de Padilla, con ánimo varonil, en lugar de su marido, se hizo como caudillo de los comuneros en aquella demanda, y siempre los animaba, pero sin hacer efecto que sea de contar. Y tambien el duque de Segorve venció otra batalla á los germanats de Valencia junto á Morvedre. Así se llamaron las comunidades que tambien en aquella parte se levantaron.

AÑO 1521.

Guillermo de Croy, arzobispo de Toledo, falleció á 11 de enero en Alemaña antes de venir á España, sin dejar en vida ni en muerte hecha cosa alguna señalada. Sucedióle don Alonso de Fonseca, persona de pensamientos muy altos; de arzobispo que era de Santiago, fué trasladado al arzobispado de Toledo. El arzobispado de Santiago se dió al licenciado Juan Tavera, sobrino de fray Diego Deza, arzobispo de Sevilla, obispo que era de Ciudad-Rodrigo y de Osma y del consejo de la Inquisicion.

De las comunidades de Castilla resultó una nueva guerra en Navarra; la ocasion fué que los nuestros habian echado por tierra los años pasados casi todos los castillos de aquel reino, y el año antes deste, para acudir á las comunidades, despojado aquel reino de artillería y de soldados. El rey Francisco de Francia con desco que tenia de restituir á Enrique dé Labrit en el reino de sus antepasados, y por no dejar pasar la buena ocasion que para esto se ofrecia, envió un grueso ejército por aquella parte, y por su caudillo á Andrés Esparroso, hermano menor de Odeto, señor de Lotrech. Entrado que hubo, todo lo halló fácil y llano; hasta la misma ciudad de Pamploną, cabeza del reino, por haberla desamparado el virey don Antonio Manrique, sin dilacion la redujo en su poder. Quedaba por España el castillo, batíanle los franceses; Iñigo de Loyola, persona noble y principal en Guipúzcoa, à la sazon soldado, y despues fundador de la compañía de Jesus, que allí estaba, fué herido; una bala arrancó una piedra que le quebró una pierna y le hirió la otra, de que llegó á lo postrero de la vida; herido que fué Iñigo, el castillo se rindió á partido. El capitan francés ensoberbecido con la prosperidad y no contento de reco

AÑO 1522

brar aquel reino, se metió por tierras de Castilla y es- tio el papa Clemente le dio el capelo. Bastará haber tuvo muchos dias sobre Logroño. Acudieron los nues-desto avisado. tros, y con su venida le forzaron á levantar el cerco; y demás desto, cerca de Pamplona, en un lugar llamado Noain, no léjos del puerto de Reniega, le vencieron y prendieron en una batalla que le dieron. Resultó que desbaratado el ejército francés, el reino de Navarra con la misma ciudad de Pamplona volvió y se redujo al poder y señorío de España.

Grande fué la pesadumbre que por este mal suceso recibió el rey de Francia. Determinó de vengarse con enviar otro ejército por la parte de Vizcaya debajo de la conducta de su almirante, que se apoderó de FuenteRabía, villa muy fuerte en la frontera de Francia. Sucedieron grandes trances en estos encuentros; vínose muchas veces á las manos, y en conclusion la villa se recobró por los nuestros.

Doña Beatriz, hija menor del rey de Portugal, concertada con Carlos, duque de Saboya, en una armada por mar fué adonde su esposo estaba. La alegría de este casamiento no duró mucho á causa que el mismo rey de Portugal pasó desta vida por el mes de diciembre. Su cuerpo enterraron en el monasterio de Belen, que él mismo edificó junto á Lisboa, Y dedicó para sepulturas de los reyes. Sucedióle su hijo don Juan, tercero deste nombre.

las

A 10 de enero, el cardenal Adriano, aunque flamenco de nacion y ausente, fué elegido en el conclave por pontífice. Estaba á la sazon ocupado en el gobierno de España; tomóle la nueva de su eleccion en la ciuda de Victoria, donde estaba con intento de dar calor á la guerra contra Francia y recobrar á Fuente-Rabía; pero sabida su eleccion, luego se apresuró para pasar á Italia, dado que no llegó á Roma hasta estar ya delante el verano. Su pontificado fué breve, porque no pasó de veinte meses; su erudicion, virtud y prudencia fueron muy grandes; no`mudó el nombre que antes tenia, y así se llamó Adriano VI; canonizó á san Antonino, arzobispo de Florencia, y á Benon, obispo que fué antiguamente de Misna. A 3 de hebrero, lúnes, dia de San Blas, los reales, debajo la conducta del arzobispo de Bari, vencieron en Toledo á los comuneros que tenian tiranizada aquella ciudad, con la cual victoria se puso fin á las comunidades.

El emperador don Cárlos, dejando en Alemaña á su hermano don Fernando con nombre de vicario del imperio, se partió para España con intento de sosegar estos reinos y dar en todo órden. Llegó con su armada á Santander á 16 del mes de julio.

Cristierno, rey de Dinamarca, estaba casado con doña Isabel, hermana del nuevo Emperador; privále de su reino Federico, tio suyo, por donde fué forzado

po de diez años, que fué todo lo que le duró la vida. Dejó dos hijas legítimas, Isabel y'Cristierna; la primera casó con Alonso, duque de Lorena; la segunda con el duque de Milan Francisco Sforcia.

Por el mismo tiempo, á 2 de diciembre, falleció en Roma el pontifice Leon, cuya memoria fué entonces y adelante agradable por haber restituido la paz á Italia, por el favor que dió á los estudios de las letras, y en particular reparado la Universidad de Roma con cate-recogerse á Flandes, donde estuvo desterrado por tiemdráticos de las artes liberales y de las sciencias, que con grandes premios hizo buscar y traer de todas partes. Con todo esto le tachan de ser dado á sus deportes mas de lo que aquel lugar pedia y de haber pretendido aumentar sus parientes, primero á su hermano Juliano, y despues de él muerto á Lorenzo, su sobrino, hijo de otro hermano suyo, llamado Pedro. Para efectuallo intentó despojar al duque de Urbino Francisco María de aquel estado; pero la muerte del uno y del otro, conviene á saber, del hermano y sobrino, desbarató sus trazas. La genealogía de esta familia de Médices quiero poner en este lugar.

El gran Cosme de Médices, que vivió en Florencia cien años antes deste tiempo en que vamos, tuvo un hijo, llamado Pedro, y dél por nietos á Lorenzo y á Juliano. Hijos de Lorenzo fueron Pedro y Juan, que fué el papa Leon, y el tercero por nombre Julian. El primer Julian, herinano de Lorenzo, tuvo un hijo natural, y que nació despues de muerto su padre, que se llamó Julio, que tambien poco adelante fué pontífice, y se llamó Clemente VII. Pedro, hermano del mismo Leon, tuvo un hijo, que se llamó Lorenzo, el mas mozo, y como lugarteniente de su tio el pontífice Leon fué general de sus gentes. Este de una concubina tuvo á Alejandro, duque de Florencia los años adelante, y de su mujer Madalena de Boloña dejó á madama Catalina, que vino á ser reina de Francia, por donde la familia de los Médices ha emparentado con muchas familias reales. El segundo Julian, hermano del papa Leon, tuvo un hijo, por nombre Hipólito, que adelante fué cardenal. Su

AÑO 1523.

El pontifice Adriano concedió á los reyes de España don Carlos y sus sucesores autoridad de nombrar y presentar los que hubiesen de ser obispos en aquellos reinos. Expidióse la bula á 6 del mes de setiembre. Concedió otrosi que perpetuamente pudiesen tener en administracion los maestrazgos de las tres órdenes militares, cosa que los pontifices pasados habian concedido, pero por tiempo limitado. Falleció el Pontifice en Roma, á 12 del mismo mes de setiembre, cargado de cuidados y pesadumbre, en particular por haberse los turcos apoderado el año pasado de la isla de Rodas con un cerco muy apretado, que duró ocho meses. En esta vacante falleció en Roma, á 16 de diciembre, el cardenal don Bernardino de Carvajal, obispo que fuera primero de Astorga, despues de Badajoz, de Cartagena, de Sigüenza y de Plasencia. Sobrino deste cardenal fué el obispo de Plasencia don Gutierre de Carvajal, el cual hubo aquel obispado por regreso y renunciacion del dicho su tio. Padres del obispo don Gutierre fueron el licenciado Francisco de Vargas, tesorero del rey, y doйa Inés de Carvajal. Falleció otrosí este año don fray Diego de Deza, natural de Toro, y maestro del príncipe don Juan; fué obispo sucesivamente de Salamanca y de Jaen y de Sevilla, inquisidor general y

no llevar cadenas, que fué grande descuido; el caballo desapoderado le metió en medio de los enemigos, donde el mismo rey de Francia del golpe de una lanza le mató. Dióse la batalla á 24 de hebrero, viernes, fiesta del apóstol san Matías.

electo de Toledo. Publicó en su nombre los escritos de Capreolo sobre el maestro de las sentencias, añadidas pocas cosas. Pusieron en lugar de Adriano, á 20 de diciembre, el cardenal Julio de Médices, primo hermano que era del papa Leon X; llamóse en el pontificado Clemente VII; gobernó la Iglesia diez años, diez meses y siete dias. Confirmó la órden de los teatinos con nombre de la Congregacion del divino Amor; fundáronla Pedro Garrafa, obispo teatino, y otras personas pias; no traen hábito diferente de los demás sacerdotes; ocúpanse en cantar las horas canónicas; el género de vida es retirado; huyen ocupaciones exteriores y cuidados.

AÑO 1525.

El rey don Juan de Portugal casó con doña Catalina, hermana del emperador don Cárlos; las bodas y fiestas se hicieron en Estremoz á 5 de hebrero, muy señaladas. Procedieron deste matrimonio muchos hijos: sus nombres Alonso, Maria, Catalina, Beatriz, Emanuel, Filipe, Juan, Antonio. De todos solos el príncipe don Juan y la infanta doña María llegaron á edad de poderse casar, y aun ellos misinos murieron al principio de sus casamientos.

El pontifice Leon el mismo año que falleció hizo liga con el emperador don Cárlos con intento de juntar con él sus fuerzas y echar los franceses de Italia, con condicion que por el reino de Nápoles pagase cada un año dia de San Pedro, no solo la hacanea, como antes solia, sino tambien siete mil escudos, y que el reino de Sicilia reconociese el feudo sin pagar al año mas de quince mil ducados, como antes acostumbraba; fuera desto, que hasta que pagase lo que en la guerra se gastase por el Pontífice, quedasen por él las ciudades de Parma y Plasencia, sin descontar del principal lo que rentasen cada año; lo demás del estado de Milan se diese á Francisco Sforcia. Con esta determinacion Próspero Colona, general de todo el ejército, y Federico, marqués de Mantua, caudillo de las gentes del Papa, vencieron y echaron de aquel estado los franceses, y Francisco Sforcia quedó por duque de Milan. Sucedió un nuevo inconveniente á la parte de Francia, y fué que Cárlos de Borbon, hijo de Gilberto, duque de Mompensier, desabrido con el Francés, se pasó á la parte del Emperador, y con sus gentes que le dió se metió por la Francia hasta Marsella. Irritado el rey de Francia por la una y por la otra causa, pasados los Alpes con un grueso ejército, recobró á Milan y casi todo lo demás de aquel Estado. Pero como se pusiese sobre Pavía, donde estaba Antonio de Leiva con buena guarnicion de alemanes, acudieron los capitanes del Emperador, esto es, Carlos de Lanoy, visorey de Nápoles, y Carlos de Borbon y el marqués de Pescara Hernando Davalos, por cuyo valor fué el Rey vencido en batalla con gran estrago de su gente, y preso le enviaron á España. Prendieron otrosí al rey de Navarra Enrique Labrit; pero con dádivas que dió al que le guardaba, se escapó del castillo de Pavía, donde estaba. Fué en esta batalla muerto el marqués de Civita de Santangel, por nombre Fernando Castrioto, bisnieto del grande Escanderberquio, señor que fué de Epiro, y de los turcos espanto. Cortáronte las riendas por

AÑO 1526.

Quedó con esto Europa sosegada y libre de los males de la guerra. El rey Francisco de Francia estaba en España preso en el castillo de Madrid. Su madre Aloisia, que gobernaba el reino, con deseo que tenia de ver á su hijo puesto en libertad, envió á su hija madama Margarita, que estuvo casada con Cárlos, duque de Alanzon, para que fuese á España á tratar de algun concierto. Dióse tan buena maña, que á 14 de enero se hizo asiento y confederacion entre aquellos dos principes con estas condiciones: que de allí adelante los flamencos no pudiesen apelar para los reyes de Francia; que el Francés desistiese de la pretension de Milan, de Génova y de Asta; que restituyese al Emperador á Borgoña; demás desto, casase con la reina viuda de Portugal doña Leonor, hermana del mismo Emperador, y por dote le señalaron docientos mil ducados; que perdonase á Cárlos de Borbon, y en lo que tocaba á las diferencias que tenian, estuviese con él á derecho.

Era Borbon casado con Susana, nieta de Ludovico XI, rey de Francia, hija de Pedro, duque de Borbon, y de Ana, hija mayor del dicho Rey, al cual Cárlos, el postrero de los duques de Angers, en su testamento dejó los estados que poseia en Francia, y fuera desto, el derecho que pretendia al reino de Nápoles. El hijo de Ludovico, que fué el rey Carolo, octavo de Francia, no dejó sucesión alguna; por esto el de Borbon, dado que desistia de pretender el reino por no ser el deudo mas cercano por línea de varon, pero pretendia que todos los estados que por otros caminos se habian allegado á aquella corona pertenecian á su mujer corno á parienta mas cercana de los reyes pasados; y muerta ella sin hijos, queria quedarse con el ducado de Borbon, como el pariente mas cercano de su suegro por via de varon; pero la madre del Rey alegaba ser ella sobrina, hija de hermana del susodicho Pedro de Borbon. Esto prevaleció.

Asentada la confederacion, el rey de Francia partió de España con dejar en su lugar, como estaba concertado, en relienes y para seguridad que cumpliria lo prometido, dos hijos suyos, Francisco, el mayor, que era delfin, y Enrique, el segundo.

Al mismo tiempo en Sevilla, á 3 de marzo, se celebraron las bodas del emperador don Cárlos y de doña Isabel, hermana mayor del rey de Portugal. Acompañaron á la novia desde la raya de Portugal don Fernando de Aragon, duque de Calabria, ya puesto en libertad, y el arzobispo de Toledo don Alonso de Fonseca, como queda dicho, puesto en lugar del cardenal Guillermo de Croy.

Las gentes del César habian echado y despojado de Milan al duque Francisco Sforcia; achacábanle que no guardaba fidelidad y que tenia inteligencias contra el Emperador. El pontífice Clemente, para restituille on aquel estado y ofendido grandemente porque en

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