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fué nada agradable. Dióse esta batalla á.7 de octubre; en Toledo se hace fiesta y se celebra la memoria desta victoria cada un año el mismo dia.

se gastase. Fué nombrado por general de las galeras del Papa Marco Antonio Colona, á los españoles confidente; de los venecianos era general Sebastian Venerio; de las de España y juntamente de toda la armada por consentimiento de las partes nombraron por general y caudillo á don Juan de Austria.

AÑO 1571.

AÑO 1572.

El pontifice Pio V, por el gran deseo que tenia de llevar adelante lo comenzado, envió el verano pasado por su legado al cardenal Alejandrino Micael Gislerio, sobrino suyo, nieto de una su hermana, para tratar con los reyes de Francia y de Portugal que entrasen en esta

gia, persona santa, y á la sazon prepósito general de la compañía de Jesus, puesto siete años antes en lugar del padre Diego Lainez. Poco sirvió esta diligencia por otras causas y por la muerte del mismo Pontífice, que se siguió poco adelante; pasó desta vida á 1.o de ma o, muy fuera de sazon para los negocios que trataba; pero luego que le fueron hechas las honras, á 10 de mayo, fué puesto en su lugar el cardenal Hugo Boncompaño, natural de Boloña, con nombre de Gregorio XIII, y so gobernó de tal manera, que en gran parte aplacó el lloro y tristeza que se recibió por la muerte de su predecesor, porque encaminándose por las mismas pisadas y traza, confirmó la liga hecha con venecianos, y con una presteza increible proveyó de dineros y de soldados para la guerra; gobernó la Iglesia trece años menos un mes.

Al principio de la primavera, Cárlos IX, rey de Francia, casó con Isabel, hija del emperador Maximiliano, señora de costumbres muy escogidas y de hermosura muy grande.

Asentadas estas cosas, despues de Venerio y Colona llegó á Mecina, ciudad de Sicilia, don Juan de Austria por el mes de agosto, á 9 dias del cual mes Fama-liga. Envió en su compañía al padre Francisco de Borgusta en Chipre con un cerco que durara casi un año fué forzada á rendirse á partido; pero las condiciones no las guardó el vencedor Bárbaro, antes sin tener memoria de la palabra dada, ejecutaron grandes crueldades en los rendidos y miserables. Partió la armada de la liga de Sicilia á 16 de setiembre. Llegó á las islas Equinadas, que hoy se llaman las islas Cuzolares, contrapuestas al golfo de Lepanto, ó si no Corintiaco, donde lenian aviso estaba la armada turquesca. Era grande el deseo que, así los capitanes como los soldados, tenian de venir á las manos; aparejaron sus conciencias con la confesion, y tomadas las armas, se pusieron en órden de pelear; las galeras venecianas á mano izquierda; el príncipe Juan Andrea Doria á la derecha; en el cuerpo de la batalla se puso don Juan de Austria con las galeras de España, y en su compañía Marco Antonio Colona y el general veneciano. El comendador mayor de Castilla y el marqués de Santacruz don Alvaro Bazan con treinta galeras quedaron de respeto para acudir donde fuese necesario. Salieron los enemigos de la boca del Golfo, ordenaron sus galeras como lo acostumbran en forma de luna con intento de embestir con nuestra armada. Llevaban los nuestros seis galeazas por frente, las cuales, disparada la artillería, pusieron los enemigos en desórden. Despues dellas, don Juan de Austria el primero embistió con la capitana de los turcos, pero aunque con dificultad, en fin la ganó. Mató en ella al general de los enemigos, que se llamaba Hali-Basa, y prendió dos hijos suyos, con que comenzó la victoria á declararse por los nuestros. Verdad es que el cosario Uchali hizo grande daño en el cuerno derecho de nuestra armada, porque tomó diez galeras; pero vista la rota de los suyos, se alargó á la mar y escapó con buen número de sus galeras. Era un espectáculo miserable, vocería de todas partes, matar, seguir, quebrar, tomary echará fondo galeras; el mar cubierto de armas y cuerpos muertos, teñido de sangre ; con el grande humo de la pólvora ni se veia sol ni luz, casi como si fuera de noche. Fué grande el destrozo; docientas galeras de los turcos, parte fueron presas, parte echadas á fondo; los muertos y presos llegaron á veinte y cinco mil, veinte mil cristianos remeros puestos en libertad. De los nuestros no pocos perecieron, y entre ellos gente de mucha cuenta por su nobleza ó hazañas. En conclusion, esta victoria fué la mas ilustre y señalada que muchos siglos antes se habia ganado, de gran provecho y conteuto, con que los nuestros ganaron renombre no menor que el que los antiguos y grandes caudillos en su tiempo ganaron; grandes fiestas y regocijos llegada la nueva se hicieron por todas partes, dado que á los herejes no les

Tratábase de casar á Margarita, hermana del rey Francés, con Enrique, duque de Vandoma, con color que por esta manera se sosegarian los alborotos de Francia. El pontífice Pio, por medio del legado que envió, pretendió desbaratar este casamiento, y que en lugar de aquel Príncipe, casase con el rey Sebastian de Portugal, que venia en ello, y aun en casarse con aquella señora sin dote, con condicion que el Francés eutrasc con los demás príncipes en la liga contra los turcos. Todas estas pláticas salieron en vano, porque antepusieron al de Vandoma. Hechos los conciertos, su madro madama Juana, reina que se decia de Navarra, fué á la ciudad de Paris, donde falleció á 10 de junio, y sia embargo aquellas bodas, estando el estio adelante, so celebraron en aquella ciudad con gran concurso de grandes que acudieron, así lerejes como católicos. Sucedió que por mandado del duque de Guisa tiraron desde una ventana un arcabuzazo alalmirante Colini; llamábase el que le tiró Morevelio; crióse desde pequeño en la casa de Guisa, de donde por quedar el Almirante herido y con gran deseo de vengarse, resultó necesidad de hacer una grande matanza en los herejes el mismo dia de Sau Bartolomé y dos dias luego siguientes. Muchos fueron los muertos; a'gunos por mandado del Rey, los mas por el pueblo, que se alborotó y tomó las armas; fué miserable el espectáculo que aquellos dias vimos en aquella ciudad; por todas partes herian y mataban y saqueaban á veces á los inocentes, como suele acontecer cuando el pueblo está alborotado. Entre los demás perecieron el mismo Coliui, principal atizador de las revueltas de

Francia, y su yerno el señor de Tilini. A Enrique, duque de Vandoma, valió el parentesco con el Rey, y porque, segun se decia, él habia descubierto la conjuracion que se tramaba para matar al Rey, despues que Colini, el almirante, quedó herido del arcabuzazo. Estábamos á la sazon en aquella ciudad, y vimos el miserable estrago; entre los demás murió un español, por nombre Salcedo; no era católico, como lo dice Tuano, sino grande hereje, bien que á la muerte mostró convertirse.

La alegría que recibieron los católicos en sus ánimos por la muerte de Jos herejes no poco se enturbió, así por las revueltas de Flandes como por el poco efecto que hizo la armada de la liga. En Flandes el año pasado para el gasto de la guerra se mandó que todos pagasen el diezmo de lo que vendiesen; era muy pesada imposicion esta para aquella nacion, que por la mayor parte se sustenta con el comercio y trato; por esta causa la gente popular acudió á las armas; muchas ciudades y castillos se apartaron del servicio de su Rey, por donde el estado de aquella provincia se trocó en gran manera, principalmente con gran número de soldados que de Inglaterra, Alemaña y Francia acudieron en socorro de los alterados. Zelandia y Olandia fueron las primeras á rebelarse, provincias muy fuertes de aquellos estados, por estar asentadas junto al mar Océano, rodeadas de agua y con muchos bajíos ó bancos que tiene por allí la mar. Entre las demás ciudades rebeladas una era Mons de Henao, ciudad fuerte y grande. Don Fadrique, hijo del duque de Alba, que sobre ella estaba, sin alzar el cerco salió al encuentro á cuatro mil franceses que venian á dar socorro á los cercados; dióles la batalla, en que mató muchos dellos, y prendió á Genlis, caudillo de aquella gente, que adelante murió en la prision en el castillo de Anvers. Acudió otrosí el de Oranges -poco despues con gentes de Alemaña para entrar en aquella ciudad; pero por el buen órden del duque de Alba sin hacer efecto fué forzado á volver atrás.

Estos alborotos fueron de gran perjuicio, no solo por estar alterados aquellos estados, sino por haberse impedido la guerra contra los turcos y desbaratado poco adelante la liga de los príncipes, porque don Juan de Austria con la armada que tenia á punto en Mecina, mas gruesa que el año pasado, se entretuvo mucho tiempo por el cuidado en que ponian las cosas de Flandes, y esperar en qué habian de parar, principalmente que corria fama que el Francés trataba de abrir la guerra por aquella parte. Con esto, pasada la sazon de hacer efecto, últimamente salió del puerto por fin de setiembre para que, juntándose con los venecianos, tornase otra vez á probar el trance de la batalla; mas el enemigo fué mas recatado, porque se entretuvo con su armada á las riberas de la Morea, Modon y Coron y Navarino, sin querer venir á las manos. Los nuestros, perdida la esperanza de pelear y porque el tiempo no era á propósito, sin hacer algun efecto, se fueron á diversas partes á invernar.

AÑO 1573.

Ora sea por la causa susodicha del poco efecto que se hizo con la armada, ora por estar gastados los venecianos, ó porque se les impedia el trato de levante,

de donde dependen sus riquezas, así las públicas como las particulares, aquella señoría sin tener cuenta con la liga y asiento hecho, renovaron por el mes de mayo con el gran Turco su confederacion, dado que ni les restituyó á Chipre, antes les quitó de nuevo algunos pueblos en la Esclavonia; demás desto, los penó en trecientos mil ducados, que fueron paces afrentosas para aquella ciudad, y feas para el nombre cristiano, pero tanto era lo que estimaban volverse á reconciliar con aquel bárbaro

En este mes, la misma vigilia de pascua de Espíritu Santo, Enrique, duque de Anjou, hermano del rey da Francia, fué nombrado por rey de Polonia. Grande diligencia hizo Juan de Montuc, obispo de Valencia, en Francia, enviado para este efecto, dado que en materia de religion no tenia buena fama. Hízose la junta de aquella gente junto á Varsovia, en una llanura llama la Camionense. Corrió fama, y debió de ser falsa, que compraron los votos con el oro de Francia; lo cierto es que este Príncipe cuando llegó la nueva estaba sobre la Rochela, ciudad muy fuerte, y que alzado el cerco, sin hacer otro efecto, al fin deste airo fué á tomar la posesion del reino que le ofrecian. Don Juan de Austria por el mes de octubre, con la armada que tenia apercebida contra los turcos, partió para Túnez, donde restituyó aquel reino á Mulease, nieto del otro Mulease, de quien se dijo arriba que le echó del reino y privó de la vista á su mismo hijo. El Rey, que desposeyó don Juan, por nombre Muleamide, envió á Sicilia, para donde poco despues el mismo don Juan de Austria, asentadas las cosas y dejada guarnicion, partió, y desde allí á Nápoles, con intento de pasar en España.

Este invierno se vió un cometa, que era como una estrella grande y resplandeciente, sin cola, cerca del polo árctico y del carro; lo que hizo maravillar mas á los astrólogos, y dió ocasion para muchas disputas fué que no tenia paralaji, que quiere decir que de todas partes parecia estar junta á unas mismas estrellas, y por el consiguiente estaba tan alta como las mismas estrellas.

AÑO 1574.

Al duque de Alba se dió licencia de volverse á su casa; fué puesto en su lugar por gobernador de Flandes don Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla. Llegó desde Milan á aquellos estados por principin deste año con esperanza que pondria remedio en laɔ cosas que estaban muy trabajadas, y con su buena condicion y blandura adobaria lo que fa severidad pasada pensaban habia dañado; pero sucedió de otra manera, porque los herejes franceses, flamencos y alemanes de secreto se concordaron entre sí de vengar la muerte dei almirante de Francia y apoderarse de Anvers y do otras ciudades de Flandes. Parecíales podrian facilmente salir con lo uno y con lo otro á causa que el rey de Francia estaba sin fuerzas, y en Flándes los soldados españoles amotinados porque no les pagaban el sueldo que se les debia de tres años. Mucha gente de á caballo al principio de la Cuaresma acudió al bosque de San German, por donde el rey de Francia, que allí estaba, fué forzado á toda priesa retirarse á Paris, que esta cerca. Dijose que el autor deste acometimiento fué principal

mente Francisco Memoranci, de quien el pueblo sospechaba que de secreto favorecia á los herejes. En Flandes, dado que las cabezas de los españoles amotinados fueron castigadas, los demás no quedaron sosegados, bien que el conde Ludovico, hermano del de Oranges, que de nuevo entrara en aquella provincia, fué por los nuestros vencido á 14 de abril.

Grandes revueltas andaban en Francia, tanto, que el Rey en el bosque de Vincenas, cerca de Paris, tenia al duque de Alanzon, su hermano, y al de Vandoma, su cuñado, segun que corria por la fama, presos en aquel castillo, y á Memoranci en Paris; al mismo tiempo que muy fuera de sazon le sobrevino la muerte á 4 de junio; dejó una sola bija, que no vivió largo tiempo, por donde el reino de Francia, conforme á las leyes de aquella nacion, recayó en Enrique, hermano del difunto, rey que era de Polonia.

La armada turquesca abordó á Túnez á 14 de julio, donde ganó el castillo de la Goleta, á 22 de agosto, y pasados otros veinte y cuatro dias, se apoderó de un baluarte y fuerte de aquella ciudad, en que tenian los nuestros puesta guarnicion española. Don Juan de Austria, dado que estaba en Trapana de Sicilia, á la punta postrera de aquella isla con intento de esperar alguna buena ocasion, no pudo acudir á socorrer los cercados. Los mas echaban la culpa al cardenal Granvela, que á la sazon era virey de Nápoles, por no haber proveido con presteza de dineros, soldados y provision. Falleció el gran turco Selim; sucedióle su hijo mayor Amu

rates.

Por este tiempo para los grandes gastos del Rey se subieron en gran manera las alcabalas, y con licencia del Papa se comenzaron á vender los pueblos de los obispos y de las iglesias.

El rey de Portugal, por ser de natural brioso, cosa que se le acrecentó con la edad, pasó con una armada á Africa siu hacer efecto alguno; el deseo que tenia grande de ensanchar el nombre cristiano no le dejaba sosegar; intento por cierto honroso, pero fuera

de sazon.

Alborotóse Génova, y llegó la alteracion á que los nobles nuevos echaron á los antiguos de la ciudad; acudieron para sosegarlos de parte del Papa el cardenal Juan Moron y un comisario del Emperador, y de parte del rey Católico don Carlos de Borgia, duque de Gandía, y don Juan de Idiaquez, embajador en aquella república, que despues de dos años que duraron las inquietudes, los concertaron.

AÑO 1575.

Don Juan de Austria de Italia partió para España, donde alcanzó del Rey, su hermano, que le nombrase por su lugarteniente en todo lo de Italia con nombre de vicario. Lo que en esto pretendian era que por la dilacion de los vireyes no se fuese de las manos la ocasion de hacer algun buen efecto. Con esto en la misma armada en que era venido dió la vuelta para Italia para hacer rostro á los intentos del gran Turco, ca se decia que apercebia una gruesa armada para daño de los cristianos.

Fué este ruido fulso y sin propósito. Solo el Moluco,

ayudado de los turcos, quitó los reinos de Marruecos y de Fez á un su sobrino, llamado Muley Mahomad Cheribo. Pretendia por una ley que algunos años antes deste se promulgó que los tios hermanos del Rey que moria fuesen antepuestos á los hijos en la sucesion del reino. Retiróse Muley á Portugal, que fué ocasion, como los nuestros pretendian restituille en el reino de su padre, del estrago y llaga que se recibió en Africa, tan grande, que en muchos años no se podrá curar.

El rey de Francia tenia detenidos en Paris al de Alanzon y al de Vandoma porque no le revolviesen el reino. Huyóse el de Alanzon á Normandía,. donde le acudieron herejes y católicos malcontentos con voz de dar órden en las cosas del reino. Poco despues se juntó con él mismo el de Vandoma, que huyó tambien de Paris.

AÑO 1576.

En el negocio del arzobispo de Toledo don Bartolomé de Miranda, á cabo de diez y siete años de prision, se vino en Roma á sentencia; pronuncióla el pontifice Gregorio á 14 del mes de abril. Falleció el Arzobispo diez y ocho dias adelante en el monasterio de su órden, que se llama de la Minerva, en aquella ciudad. Fué mas dichoso en estado de particular que de prelado, persona de letras y de virtud, si por su poco recato en su edad mayor no diera ocasion para que le tuvieran y condenaran, como en efecto fué sentenciado por sospechoso en materia de religion. Abogó por él, y aun defendióle por escrito el doctor Martin Azpilcueta, navarro, que fué el jurista mas señalado de su tiempo, como se ve por los libros que dejó impresos, y de no menor bondad y piedad.

Por muerte del emperador Maximiliano II sucedió en el imperio su hijo Rodulfo, que ya era rey de ro

manos.

El príncipe de Condé y Juan Casimiro, hijo del Palatino, entraron en Francia por la parte de Lorena con treinta mil hombres en favor del duque de Alanzon, por cuyo medio se hicieron las paces con los herejes, poco aventajadas para el Rey.

Falleció en Flandes el Comendador mayor, ocasion con que se juntaron todos los estados de aquella provincia para tratar de lo que convenia. Lo que resultó fué que conjuraron contra su Rey, y se resolvieron de echar los españoles de la tierra, juntarse con los herejes y tomar por cabeza al príncipe de Oranges. Verdad es que para dar algun color á estos intentos adelante hicieron venir de Alemaña á Matías, hermano del nuevo Emperador, en efecto para burlarse de él, pues con solo darle el titulo de principe ellos lo gobernaban todo á su voluntad. Por donde en breve, dejada á Flandes y aquel principado de solo nombre, dió la vuelta á Alemaña.

Los flamencos pusieron sitio sobre el castillo de Anvers á tiempo que los españoles por estar sin cabeza andaban amotinados, pero sin embargo acudieron de diversas partes al peligro y á la defensa. Los soldados del castillo y socorros eran hasta cuatro mil; en la ciudad se contaban mas de cuarenta mil hombres de armas tomar; la cual muchedumbre no fué parte para que los soldados salidos del castillo no acometiesen á los ene

migos, donde con muerte de catorce mil hombres, parte soldados, parte naturales, saquearon y pusieron fuego á aquella muy rica y grande ciudad. La presa fué muy grande, con que los soldados quedaron ricos y sosegaron.

El mismo dia que esto sucedió en Anvers, que fué á 4 de noviembre, don Juan de Austria llegó á la ciudad de Lucemburg; enviábale el Rey desde España para remedio de las cosas de Flandes, y para mayor brevedad pasó por Francia disfrazado. Poco efecto hizo su venida, y de poco provecho fué aquel remedio, por estar las cosas de todo punto estragadas.

AÑO 1577.

La reina de Portugal doña Catalina falleció en Lisboa, por cuyo respeto, reverencia y industria en alguna manera se enfrenaban los brios de su nieto el rey don Sebastian, el cual y el rey don Filipe se vieron en Guadalupe, donde trataron de la empresa de Africa, para donde se apercebia el Portugués, y el rey Católico pretendia que por lo menos no fuese en persona á ella, pero no pudo alcanzar lo que deseaba.

Por el mes de noviembre se vió un cometa junto al signo de libra y planeta de Marte con una cola notablemente larga y ancha, cosa que pocas veces se ha visto tan grande. Dijose despues de la muerte desgraciada de aquel Rey que amenazaba á Portugal; que tales son los pronósticos de los astrólogos, y la opinion del vulgo cs que el cometa pronostica mudanza de rey.

AÑO 1578.

En Madrid nació al rey don Filipe, á 14 de abril, de la reina dona Ana, su mujer, un hijo, que se llamó don Filipe, que fué el cuarto parto de su madre; vivió mas que sus hermanos. Fué este año dichoso por el nacimiento deste Príncipe; por otra parte fué muy desgraciado para Portugal y para toda España, porque el rey don Sebastian, llevado del fervor de su mocedad y del deseo encendido que tenia de extender en Africa el nombre cristiano, recibió debajo de su amparo al rey Muley. Para la empresa juntó con las fuerzas de su reino gentes de Alemaña, de Italia y de Castilla. Apercibió una gruesa armada, en que con toda su gente, por el mes de julio, se hizo á la vela, y llegó á Arcilla, ciudad sujeta á los portugueses en Africa. Lo primero que pretendia era acometer el castillo de Alarache, que está á la boca del rio que hoy se llama Luco, y antiguamente se dijo Liso. Comenzaron los portugueses á marchar por la tierra adentro; salióles el Moluco al encuentro con muy mayor número de gente. Dióse la batalla á 4 de agosto; fueron vencidos los portugueses; la matanza fué grande, los cautivos sin cuento, y entre ellos muchos de los mas nobles que allí iban. Ninguna pelea de inuchos años acá se ha visto tan desgraciada; en particular perecieron aquel dia tres reyes, el Moluco de enfermedad de que andaba trabajado de dias atrás; dejó por sucesor un su hermano, llamado Hainet; el rey de Portugal pereció en la pelea; Muley se ahogó al pasar del rio huyendo de los enemigos.

Concedió don Juan de Austria para sosegar á los flamencos que los españoles saliesen de aquellos estados, M-11.

y en los castillos se pusiese guarnicion de los naturales; que fué resolucion muy perjudicial, porque ape. nas salieron los españoles, cuando los herejes trataron de prender á don Juan de Austria. El, avisado desto, se huyó á la ciudad de Namur, y hizo llamamiento de soldados. Envió por los españoles, que se encaminaban á Italia; tuvo algunos encuentros con los contrarios, ganóles algunas plazas y ciudades; pero todas sus pretensiones y intentos desbarató la muerte, que le sobrevino en la flor de su edad por principio del mes de octubre. Falleció de enfermedad en la campaña y en sus reales. Sucedió en el gobierno de aquellos estados Alejandro Farnesio, príncipe de Parma.

Estaban los estados descontentos de archiduque Matías, por lo cual contra don Juan de Austria habian llamado á Francisco, duque de Alanzon; él, aceptado el partido, fué á Mons de Henao, donde le dieron título de protector de Flandes.

En Portugal falleció la infanta doña María, hija del rey don Manuel y de su postrera mujer doña Leonor. Era esta señora cuando falleció de buenos años y doncella, porque aunque se trató en diversos tiempos de casalla con muchos príncipes, ningun casamiento se efectuó. AÑO 1579.

Luego que las tristes nuevas del desastre del rey don Sebastian llegaron á Portugal, sin dilacion fué nombrado por rey el cardenal don Enrique, su tio, hermano de su abuelo, dado que estaba en lo postrero de su edad y tenia poca salud, así fué breve su reinado, solo de diez y siete meses. Para tener sucesion trataron los grandes de aquel reino de hacelle casar; pero como esto pareciese fuera de propósito y que no vendria á efecto, fueron muchos los que pretendieron sucederle en el reino. El rey don Filipe, por el derecho de su madre la emperatriz doña Isabel; Filiberto, duque de Saboya, por ser hijo de doña Beatriz á causa que la una y la otra eran hijas del rey don Manuel, mas la Emperatriz era la mayor; el príncipe de Parma pretendia por doña María, su mujer, ya difunta, mas dejó dos hijos, Ranucio y Eduardo; el duque de Berganza pretendia por doña Catalina, su mujer. Eran estas dos señoras nietas del rey don Manuel, hijas del infante don Duarte, su hijo, la mayor era doña María, pero era muerta, y vivia la menor doña Catalina. Don Antonio Prior de Grato acudió á la misma pretension como hijo del infante don Luis, y por el mismo caso nieto del rey don Manuel; alegaba que la bastardía no le perjudicaba á causa que su padre se casó con su madre; pero los mas tenian esto por cosa vana, ni se hallaban testigos bastantes para la probanza de cosa tan grande. La reina madre de Francia madama Catalina pretendia que aquel reino se le debia por venir de parte de madre de la condesa de Boloña, llamada Matilde, mujer que fué de don Alonso el Tercero, rey de Portugal; afirmaba que dejó della sucesion. Los portugueses contra esto por bastantes testimonios negaban que la condesa Matilde hubiese dejado algun hijo ni del primer matrimonio ni de don Alonso, su segundo marido, y mostraban que cuando vino á inuerte le sucedió en aquel estado de Boloña Roberto, su sobrino, hijo de su hermana Alisa, de donde tomaba 26

elocuente, bien que en la historia no tanto, como se entiende bien por los libros que dejó escritos, y muy enemigo de la guerra que en esta ocasion se hizo; cuyo contemporáneo fué Andrés Resendio, de la misma nacion, muy señalado en el conocimiento de la antigüe→ dad, y grande imitador de Horacio en los versos que compuso, muy elegantes y agudos.

principio la línea del linaje materno de la reina Madre. Todo esto hacia el derecho dudoso, por donde los juristas tuvieron ocasion de escribir largamente sobre el caso, sin que faltase á ninguno de los pretendientes razones ni abogados; verdad es que las armas estaban en poder del rey don Filipe, que siempre y principalmente, cuando el derecho no está muy claro, tienen mas fuerza que las informaciones de los legistas y letrados; y es así de ordinario que entre grandes principes aquella parte parece mas justificada que tiene mas fuerzas.

En Sicilia salió gran cantidad de fuego líquido de Mongibel al fin deste año con gran daño de los campos

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Apercebíase el rey don Filipe para la guerra de Portugal: con este intento hizo que muchas compañías de italianos, alemanes y castellanos se acercasen á la frontera de Portugal, aparejados para acometer luego que les fuese ordenado. Pretendia el rey don Filipe que el nuevo rey de Portugal, su tio, le nombrase y hiciese jurar por sucesor, por excusar reyertas; pero al mismo tiempo que se trataba de esto, el rey don Enrique pasó desta vida en Almerin á postrero de enero.

Por su muerte parecia no se excusaba la guerra, por no tener esperanza que los portugueses de voluntad viniesen en lo que era razon. Era necesario proveer de general para aquella empresa. Estaba el duque de Alba preso en la villa de Uceda, porque su hijo don Fadrique hizo casase con hija de don García de Toledo, marqués de Villafranca, sin tener cuenta con otra doncella, dama que fué de la Reina, á la cual los años pasados habia don Fadrique dado palabra, y el Rey mandado que hasta que aquel pleito se determinase no dispusiese de sí. Pareció sacalle de la prision y envialle á Portugal. El mismo Rey para estar mas cerca pasó á Mérida y á Badajoz, ciudad puesta á la frontera de aquel reino. El ejército no era grande, apenas llegaba á doce mil infantes y mil y quinientos caballos; pero era la flor de la milicia de España, soldados viejos, ejercitados muchos años en las armas. Con esta gente y con el buen órden del duque de Alba, don Antonio, que con el favor del pueblo se llamaba rey, fué vencido, primero en la ciudad de Lisboa, y poco despues cerca de la ciudad de Portu le desbarató Sancho Dávila, maestro de campo general en aquella empresa. Con esto y salirse el enemigo de todo el reino, aquella provincia quedó sosegada.

En el cual tiempo el rey Católico estuvo en Badajoz tan enfermo, que los médicos no tenian esperanza de su vida. Dióle Dios salud, pero apenas era convalecido, cuando de enfermedad falleció la Reina, su mujer, que en su compañía estaba, á 26 de octubre. Tuvo en ella cuatro hijos: á don Fernando y don Cárlos, que ya eran muertos, don Diego, que falleció poco despues desto, y don Filipe, á la sazon niño y enfermizo, al presente vivo y sano. Tuvo tambien una hija, que fué la postrera que parió, y se llamó doña María, pero vivió muy poco.

Por esta misma sazon Jerónimo Osorio, portugués, obispo que era de Silves, pasó desta vida, persona muy

Falleció Emanuel, duque de Saboya; sucedióle su hijo el duque Cárlos.

En Flandes despues de la muerte de don Juan de Austria todavía se continuaba la guerra; muchas ciudades estaban alzadas contra su rey; las principales eran Auvers, Gante, Bruselas, Tornay. El archiduque Matías dejó á Flándes y se fué para Alemaña. Los estados de aquella provincia ya que una vez tomaron las armas contra su Rey, no querian sosegar; y dado que todos casi estaban conjurados para hacer la guerra, no tenian fuerzas bastantes para resistir al Rey; por donde desde Francia hicieron venir á Francisco, duque de Alanzon, que se solia llamar Hércules, hermano del rey de Francia, para que los ayudase. El, despues que revolvió la Francia, y se hizo caudillo de herejes y malcontentos, acudió á lo de Flandes, y de primera llegada se apoderó de la ciudad de Cambray, que es de aquel obispo, pero estaba á devocion del Rey de España; no paró en esto, porque el año siguiente á persuasion de los estados volvió otra vez, y dentro de Anvers fué nombrado por duque de Brabante, vana sombra de nombre, pues el de Oranges estaba de todo apoderado. Duróle pues poco el mando, junto con que la esperanza de casarse con la reina de Inglaterra le salió vana, dado que dos veces pasó en aquel reino, que tal era la costumbre de la reina Isabel, burlarse por esta manera de diversos príncipes.

AÑO 1582

En Anvers, un mozo vizcaíno, llamado Juan de Jáu– regui, se determinó de matar al príncipe de Oranges. Con esta resolucion, un dia, alzadas las mesas despues de comer, le tiró un arcabuzazo; no le mató, pero hirióle debajo la mejilla malamente. El mozo fué luego despedazado, y justiciados todos los que tuvieron noticia de aquella conjuracion. Mas dichoso fué otro mozo, borgoñon, el cual como hubiese asentado por criado del dicho Príncipe, con ocasion que halló á propósito, poco despues le mató en Olandia.

En Toledo se tuvo Concilio provincial; juntáronse siete obispos y dos abades, presidió el cardenal arzobispo de Toledo don Gaspar de Quiroga; hallóse presente por embajador del Rey el marqués de Velada. Los principales entre los prelados fueron el de Osma don Alonso Velazquez, que antes de acabarse el Concilio fué trasladado al arzobispado de Santiago, y el de Jaen don Francisco Sarmiento, personas muy eruditas y graves, de vida y costumbres muy aprobadas. Entre los procuradores de las iglesias el que mas se señaló fué García de Loaisa, persona de grande modestia y de grande erudicion. El rey don Filipe poco adelante le nombró por maestro del Príncipe, su hijo. En este Concilio se ordenaron muy buenas leyes.

El pontifice Gregorio quitó este año del mes de oc

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